Mansión Abandonada
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Gabriel "Leir" Dawson
Tara Mayfair
Padre Anthony
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Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- Leirbag echaba la cabeza hacia atrás, jadeando y siseando como un vampiro hambriento, sintiendo los labios de Tara sellados por aquella improvisada mordaza carnal que se esforzaba por estimular, dándole un intenso placer. Él, sin soltarle el pelo, le masajeaba el cráneo con los dedos crispados, mientras ella le encendía más y más. Gruñó con su voz reververante, resonando ésta en su pecho, como un gran felino, o una bestia interior acechando.
Mientras ella le acariciaba, Leirbag deslizaba sus dedos por su cuerpo, su espalda, sus glúteos, entre sus muslos, tocando de nuevo su núcleo de placer, entrando en ella variando el número de dedos, par aque siguiera gimiendo mientras ella seguía concentrada en darle placer a ella.
- Buena chica... ahora... voy... a darte tu... recompensa...
Cuando se sintió a punto de tocar las puertas del Cielo, Leirbag la cogió por los hombros, la tumbó bocarriba en la cama, pasando un brazo por su espalda para pegarla a su cuerpo marcado de cicatrices, y la poseyó, insaciable, salvaje, pero sin provocarla dolor. Sólo consumar el placer de ella, y el suyo propio, moviéndose a un ritmo desenfrenado, mientras depositaba sobre su piel un rastro de mordiscos fruto de sus labios y sus dientes insaciables, llegando incluso a probar de nuevo el sabor de su sangre.
Al llegar al clímax, Leirbag tiró del dosel con los dientes de sus muñecas, ahogando otro guñido, y la desató, liberándola, como si al soltar sus manos soltara también el torrente electrizante del placer que había ido acumulando su cuerpo.
Resollando, con suaves jadeos, bajo la luz del fuego y ambos cuerpos enredados y cubiertos de sudor; el joven se dejó caer sobre ella, hundiendo la nariz en su cuello.
Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- Imita unos morritos que le salen bastante realistad cuando ella se separa, puesto que estaba empezando a disfrutar del sabor de su piel y de todo aquello que esto le estaba granjeando más allá de simple placer físico, pero no dice nada y le aguanta la mirada, dejando que se coloque a su espalda y echándose ligeramente hacia atrás para pegar ambos cuerpos un poco más. Se deja acaricia,r notando cómo la piel se le pone de gallina a los pocos segundos y su respiración se acelera, aunque no demasiado aún. Cierra los ojos y sonríe cuando la escucha:
- La fuerza no es nada sin la inteligencia...- Nota cómo los dedos de ella bajan más allá del vientre y contiene la respiración, expectante y comenzando a emitir suaves suspiros cuando sus caricias se vuelven más pasionales y ardientes, acelerando ahora sí su respiración de forma más acrecentada. La deja hacer durante unos cuantos segundos, y cuando cree que ya es suficiente, en parte porque lo es y en parte porque necesita hacer algo,, se aparta suavemente y gira sobre sus talones, mirándola fijamente con unos ojos brillantes y que desbordan intensidad emocional por los cuatro costados, al fin y al cabo el es así. La toma de los hombros y la vuelve a tumbar muy suavemente, justo encima de la chaqueta que actúa a improvisado mantel, comenzando a recorrer con besos todo su cuerpo mientras sus manos desabrochan con agilidad los pantalones cortos de ella. Se echa hacia atrás, repatando por ssu cuerpo y pasando de largo la zona que si bien desea decide esperar, hasta que alcanza el borde de las medias y comienza a bajarlas, acompañando los besos de sus labios y los mordiscos a cada centímetro de piel que va descubriendo, como si fuese una obra de arte que acaba de pintar y de la cual admira todos y cada uno de los detalles, tratándola con mimo.
Una vez las quita del todo vuelve a ascender en lo que una de sus manos ya se ha colado por debajo de la prenda y tantea suavemente, sin prisa alguna y acariciando de forma superficial. La otra mano va bajandóselos, y sólo se separa un momento para acabar quitándole la prenda del todo. Vuelve a recorrer sus muslos entre besos y mordiscos, ascendiendo despacio mientras habla:
-Te estás entregando a mí... Pero sabes que también te quiero como soporte... Sé mi mano derecha, Daf, ayúdame... Y tú nunca más estarás sola- Susurra, derramando ya su cálido aliento sobre aquello que la única prenda de ropa que le queda encierra, acariciando por encma de esta con sus finos y hábiles dedos hasta que finalmente se la quita y comienz a aalternar los movimientos de su mano con lo de sus labios o su lengua en una espiral que alterna movimientos rápidos con otros lentos o incluso paradas, dispuesto a hacerla enloquecer.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- La aparto del nucleo de su adoración, aquel templo sagrado que estaba dispuesta adorar mientras sus manos habiles, demasiado habiles intentaban distraerla de la tarea que se proponia, que era hacerle las puertas del placer y llevarle al paraiso.
Pero el tiene otros planes y cambia las tornas entrando en ella ahora de forma tierna, casi suave y a la vez salvaje. Es incapaz de procesar todo lo que siente por la intensidad con la que lo siente, pero cruza mas de una vez las puertas del paraiso antes de la descarga final, esa en el que el la libera y en la que de forma instintiva se abraza a su señor.
Se estremece por la forma que entierra el rostro en su cuello y aun tiembla sintiendole aun en su interior, todo su cuerpo parece una hoja mecida por un viento demasiado calido. En una situación normal ese hubiera sido el momento en el que con brusquedad le hubiera apartado de ella y se hubiera marchado sintiendose un juguete usado.
Pero eso no ocurre, se queda allí acariciando las cicatrices de su espalda, abrazandole como si fuera lo mas preciado que tiene en el mundo. Sus manos suben y acaricia su pelo sintiendole aun en su interior.
-Mi amo...-pronuncia con una dulzura que en ese momento siente.
Esta agotada y en esos momentos sería incapaz de moverse aunque quisiera...
Siente por una vez no es lujuria por lujuria, si no algo mas que esta cerca de lo sagrado. Puede que aun queden lagunas en su historia pero quiere estar a su lado.
Tara Mayfair- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 09/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Edward Carnby escribió:
- Spoiler:
Imita unos morritos que le salen bastante realistad cuando ella se separa, puesto que estaba empezando a disfrutar del sabor de su piel y de todo aquello que esto le estaba granjeando más allá de simple placer físico, pero no dice nada y le aguanta la mirada, dejando que se coloque a su espalda y echándose ligeramente hacia atrás para pegar ambos cuerpos un poco más. Se deja acaricia,r notando cómo la piel se le pone de gallina a los pocos segundos y su respiración se acelera, aunque no demasiado aún. Cierra los ojos y sonríe cuando la escucha:
- La fuerza no es nada sin la inteligencia...- Nota cómo los dedos de ella bajan más allá del vientre y contiene la respiración, expectante y comenzando a emitir suaves suspiros cuando sus caricias se vuelven más pasionales y ardientes, acelerando ahora sí su respiración de forma más acrecentada. La deja hacer durante unos cuantos segundos, y cuando cree que ya es suficiente, en parte porque lo es y en parte porque necesita hacer algo,, se aparta suavemente y gira sobre sus talones, mirándola fijamente con unos ojos brillantes y que desbordan intensidad emocional por los cuatro costados, al fin y al cabo el es así. La toma de los hombros y la vuelve a tumbar muy suavemente, justo encima de la chaqueta que actúa a improvisado mantel, comenzando a recorrer con besos todo su cuerpo mientras sus manos desabrochan con agilidad los pantalones cortos de ella. Se echa hacia atrás, repatando por ssu cuerpo y pasando de largo la zona que si bien desea decide esperar, hasta que alcanza el borde de las medias y comienza a bajarlas, acompañando los besos de sus labios y los mordiscos a cada centímetro de piel que va descubriendo, como si fuese una obra de arte que acaba de pintar y de la cual admira todos y cada uno de los detalles, tratándola con mimo.
Una vez las quita del todo vuelve a ascender en lo que una de sus manos ya se ha colado por debajo de la prenda y tantea suavemente, sin prisa alguna y acariciando de forma superficial. La otra mano va bajandóselos, y sólo se separa un momento para acabar quitándole la prenda del todo. Vuelve a recorrer sus muslos entre besos y mordiscos, ascendiendo despacio mientras habla:
-Te estás entregando a mí... Pero sabes que también te quiero como soporte... Sé mi mano derecha, Daf, ayúdame... Y tú nunca más estarás sola- Susurra, derramando ya su cálido aliento sobre aquello que la única prenda de ropa que le queda encierra, acariciando por encma de esta con sus finos y hábiles dedos hasta que finalmente se la quita y comienz a aalternar los movimientos de su mano con lo de sus labios o su lengua en una espiral que alterna movimientos rápidos con otros lentos o incluso paradas, dispuesto a hacerla enloquecer.
- Spoiler:
- Siente cómo la respiración de él se agita ante sus caricias, y en respuesta solo continúa recorriendo su cuello y su hombro con suaves mordiscos, su vientre, utilizando el tacto de su suave piel para encenderle aún más. Parece incluso cruel, como si algún tipo de ángel incandescente torturase con placer creciente a un pobre mortal, pero lo cierto es que sigue siendo complaciente. Es su regalo, y desea que disfrute.
Le mira a los ojos cuando él la toma de los brazos, acentuando su sonrisa solo una vez, ahora jadeante, y luego borrándola para arquear el cuello, la espalda, y cerrar los ojos mientras él la tumba. Tantea de forma instintiva su pecho mientras lo hace, como si a ciegas convirtiese aquella improvisada manta en un lecho de flores, y Edward fuese algo más que un caballero: un elemental creado en el fuego más puro, dispuesto a consumir lentamente al hada.
Le deja hacer, acariciando su propio vientre con las yemas de los dedos, entreabriendo las piernas para facilitarle la tarea de desnudarla lentamente, mirándole con los ojos entornados y los labios entreabiertos. Su cuerpo vibra por la excitación y sus pechos se mueven al ritmo acelerado de su respiración, mientras una mano rebelde acaricia su cabello para invitarle a continuar. Mira hacia el cielo y de su tarea solo escapan susurrantes jadeos; ni siquiera parece escuchar sus palabras, pero lo hace, y sus labios dibujan de nuevo un amago de sonrisa impregnada de... ¿tristeza? En realidad refleja muchas cosas, pero es imposible definirlas todas.
- Aunque os ayude, caballero... yo... - murmura, con la voz ligeramente entrecortada - ...siempre estoy sola.
No parece decirlo como una cautiva, o al menos no solo, sino como alguien que ha tomado esa decisión por cuenta propia. Cuando Edward comienza a estimular aquel centro que palpita ansiando caricias sus ojos se abren y se nublan, y su espalda se arquea mientras de su garganta mana un lánguido gemido. Su rostro incluso es extraño, con las pálidas mejillas arreboladas por el placer y una expresión a medio camino entre el placentero delirio y una tortura acuciante. Se siente llegar al clímax, más de una vez, como escalando de forma tortuosamente lenta una montaña; parece haber entrado en un paraíso misterioso al que solo ella tiene acceso completo, al menos de momento.
Se queda unos segundos intentando recuperar el aliento y entonces le mira, jadeante y con movimientos desfallecidos y algo frágiles... sonríe cansada, pero sin moverse toma el rostro de él entre dos manos y lo alza para mirarle, mientras ella se incorpora lentamente y de nuevo queda de rodillas frente a él, mirando sus facciones y delineándolas. Sus manos descienden poco a poco por su torso, su vientre, de nuevo hasta el nacimiento del pantalón... aunque esta vez va más allá y masajea suavemente por encima de la tela. Besa dulce y fugaz sus labios antes de susurrar:
- Creo... que el hada debería haceros vuestro segundo regalo.
Entonces se muerde el labio inferior, humedeciéndolo con esos aires de gata traviesa que, curiosamente, se las ingenia para seguir resultando tierna. Le muerde el cuello esta vez con más fuerza, dejándole seguramente una marca, y en contraste los besos que descienden por cada cicatriz de su pecho son cálidos. Desabrocha sin prisa el pántalón, deshaciéndose de él poco a poco, y dedicándole otra enigmática sonrisa comienza a estimular con sus labios. Incluso ahora sus movimientos son sutiles, en un vaivén lento hasta resultar enloquecedor, y cuando le siente estremecer sus dedos exploran aún más allá, incrementando más las sensaciones si es que eso es posible.
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
- Cantidad de envíos : 234
Fecha de inscripción : 18/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Tara Mayfair escribió:
- Spoiler:
La aparto del nucleo de su adoración, aquel templo sagrado que estaba dispuesta adorar mientras sus manos habiles, demasiado habiles intentaban distraerla de la tarea que se proponia, que era hacerle las puertas del placer y llevarle al paraiso.
Pero el tiene otros planes y cambia las tornas entrando en ella ahora de forma tierna, casi suave y a la vez salvaje. Es incapaz de procesar todo lo que siente por la intensidad con la que lo siente, pero cruza mas de una vez las puertas del paraiso antes de la descarga final, esa en el que el la libera y en la que de forma instintiva se abraza a su señor.
Se estremece por la forma que entierra el rostro en su cuello y aun tiembla sintiendole aun en su interior, todo su cuerpo parece una hoja mecida por un viento demasiado calido. En una situación normal ese hubiera sido el momento en el que con brusquedad le hubiera apartado de ella y se hubiera marchado sintiendose un juguete usado.
Pero eso no ocurre, se queda allí acariciando las cicatrices de su espalda, abrazandole como si fuera lo mas preciado que tiene en el mundo. Sus manos suben y acaricia su pelo sintiendole aun en su interior.
-Mi amo...-pronuncia con una dulzura que en ese momento siente.
Esta agotada y en esos momentos sería incapaz de moverse aunque quisiera...
Siente por una vez no es lujuria por lujuria, si no algo mas que esta cerca de lo sagrado. Puede que aun queden lagunas en su historia pero quiere estar a su lado.
Leirbag se quitó de encima de Tara, liberándola de su peso, y se tumbó sobre el colchón, con las manos cruzadas tras la nuca, soltando un largo resoplido. Con un brazo rodeó los hombros de Tara y la atrajo haci sí, acariciándole el pelo distraídamente con los ojos cerrados, como si en cualquier momento fuera a dormirse. O eso se pensaría de n oser por aquella sonrisa.
- Mañana por la mañana no te quedará marca algna de esta sesión, hadita... - le dijo a la joven, tapándola con el dosel, como si su cuerpo fuera de algún tipo de frágil cristal que pudiera romperse sólo con el viento.
Re: Mansión Abandonada
Casi le resulto dolorosa la separación del cuerpo de leirbag, bajo su peso se sentía protegida, envuelta... Se acurruco sobre su pecho rodeando su cintura con sus brazos t acariciando delicadaa la piel marcada de su vientre.
Se estremecio ante la forma delicda en que la cubría, le fascinaba la mezcla entre el salvajismo de sus gestos hacia un momento y la forma tan tierna de tratarla, la hacía sentir bien, realmente bien...
-No me importa lucir marcas si son las tuyas...
Se estremecio ante la forma delicda en que la cubría, le fascinaba la mezcla entre el salvajismo de sus gestos hacia un momento y la forma tan tierna de tratarla, la hacía sentir bien, realmente bien...
-No me importa lucir marcas si son las tuyas...
Tara Mayfair- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 09/07/2009
Re: Mansión Abandonada
- Hu... no me lo digas demasiado alto que me lo creo... - dijo con cierto retintín.
Se quedó, para asombro del mundo real, un buen rato en silencio estrechando a Tara contra él, simplemente respirando y dejándose lelvar por el desbocado corazón de la chica que, poco a poco, iba recobrando el ritmo. Tareró una canción en un suave ronroneo con su voz grave, mientras mantenía los ojos cerrados y un brazo tras la nuca.
Le cogió la mano a la chica, con la suya, la que en la palma tenía una enorme cicatriz plateada que le había borrado las líneas típicas de una mano, jugando distrído con sus dedos.
- ¿Cómo os conocisteis el grillo y tú?
Se quedó, para asombro del mundo real, un buen rato en silencio estrechando a Tara contra él, simplemente respirando y dejándose lelvar por el desbocado corazón de la chica que, poco a poco, iba recobrando el ritmo. Tareró una canción en un suave ronroneo con su voz grave, mientras mantenía los ojos cerrados y un brazo tras la nuca.
Le cogió la mano a la chica, con la suya, la que en la palma tenía una enorme cicatriz plateada que le había borrado las líneas típicas de una mano, jugando distrído con sus dedos.
- ¿Cómo os conocisteis el grillo y tú?
Re: Mansión Abandonada
En esos momentos se encuentra en el cielo, a gusto, cansada, relajada y sintiendo una calidez en su pecho que solo había sentido con Aidan, Es la sensación de vinculo, una cadena que a lo largo de su vida había rechazado para evitar sufrir y que ahora acepta sin importarle los riesgos, gustosa de portar y lucir su cadena.
-A grillo le conoci en una de esas insoportables fiestas de golden hills, ya sabes zorras peliteñidas buscando un braguetazo y ricachones demasiado pedo como para que se les empine... yo esta aburrida y el por alguna extraña razón rechazo a una rubía espectacular para hablar conmigo...-deja escapar un suspiro al recordar.-Comenzamos a hablar conectamos y acabamos escondidos del sol en su casa, esa nche solo hablamos... hubo algun beso... pero me respeto y cuido de mi....-otro suspiro.-para la mayoria soy solo un juguete de usar y tirar... pero para él soy una princesa...
Al juguetear con sus manos repara en que no tiene lineas y de forma instintiva se lleva la mano hacía los ojos para observar con curiosidad felina la cicatriz.
-¿que te paso?-pregunta.
-A grillo le conoci en una de esas insoportables fiestas de golden hills, ya sabes zorras peliteñidas buscando un braguetazo y ricachones demasiado pedo como para que se les empine... yo esta aburrida y el por alguna extraña razón rechazo a una rubía espectacular para hablar conmigo...-deja escapar un suspiro al recordar.-Comenzamos a hablar conectamos y acabamos escondidos del sol en su casa, esa nche solo hablamos... hubo algun beso... pero me respeto y cuido de mi....-otro suspiro.-para la mayoria soy solo un juguete de usar y tirar... pero para él soy una princesa...
Al juguetear con sus manos repara en que no tiene lineas y de forma instintiva se lleva la mano hacía los ojos para observar con curiosidad felina la cicatriz.
-¿que te paso?-pregunta.
Tara Mayfair- Estudiante del St. Mary
- Cantidad de envíos : 222
Fecha de inscripción : 09/07/2009
Re: Mansión Abandonada
- Hmmm... pero el grillo es mayor para ir a una fiestucha de ese estilo, y su economía no es brillante que digamos, ¿qué pintaba él allí? - ladeó la cabeza con notable curiosidad - Ah, mi pequeña hada: si no fueras uan rota muñeca de porcelana que surgió por culpa de un cordón roto... - le dijo, cogiéndole la barbilla y mirándola a los ojos -... no serías ni la mitad de interesante - le besó los nudilloscomo un príncipe devoto de las tinieblas.
Se acomodó como un felino en la cama, dejándola abrazada a él, jugando aún con su pelo entre sus dedos. Se miró la palma de la mano con la mirada perdida y ligeramente oscurecida.
- Cuando entré en el Infierno... para ser lo que soy... tuve que ponerme en tu lugar y en el de Aidan. A base de ostias se aprende, o eso dicen... - abrió y cerró el puño tensando los músculos - ... y a mi me vinieron muchas ostias... como tener que sujetarme a una barra de hierro al rojo vivo... para soportar los latigazos de un Amo... - se encogió de hombros - Ni así podían conmigo, ¡no señor! Por eso decidieron que... como sumiso no iba a tener un gran futuro...
Se acomodó como un felino en la cama, dejándola abrazada a él, jugando aún con su pelo entre sus dedos. Se miró la palma de la mano con la mirada perdida y ligeramente oscurecida.
- Cuando entré en el Infierno... para ser lo que soy... tuve que ponerme en tu lugar y en el de Aidan. A base de ostias se aprende, o eso dicen... - abrió y cerró el puño tensando los músculos - ... y a mi me vinieron muchas ostias... como tener que sujetarme a una barra de hierro al rojo vivo... para soportar los latigazos de un Amo... - se encogió de hombros - Ni así podían conmigo, ¡no señor! Por eso decidieron que... como sumiso no iba a tener un gran futuro...
Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- La mira fijamente una vez se ve obligado a apartarse de ese centro que ahora desea, satisfecho al haberla hecho estallar y mirándola con una sonrisa a caballo entre la dulzura, la diversión y el deseo. No dice nada, colocándose de rodillas a la par que ella y aguantándole la mirad,a más que nada por qué ya intuye el regalo que le va a hacer. EL mordisco en el cuello le provoca un jadeo y un aumento en la rapidez de sus respiraciones, que se mantiene elevada dados los besos que ella va repartiendo en lo que desciende. Otro jadeo seguido de unos cuantos más cuando una de sus manos se cuela más allá de los pantalones, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, disfrutando de algo más que el hecho, algo que no sabe definir del todo y que no sabe si es bueno o es malo, pero que tampoco se cuestiona...
Y no puede evitar que de sus labios escape un gemido cuando los labios de ella se unne a sus manos. Cierra los ojos con más fuerza aún, jadeando sonoramente ante cada movimiento y gimiendo, mezcla de dolor y place,r cuando sus dedos exploran más allá, un lugar dónde nadie había entrado, ni siquiera de forma superficial, pero que a ella le deja ya que la entrega es mutua. Continúa disfrutando de todo lo que le provoca con una sonrisa, y cuando cree que ya es suficiente, que necesita y ansía lo que ella le brinda, conectarse y sentirla, la aparta suavemente, alzándola despaci y besándola con intensidad pero suavemente, tumbándose y colocándola encima. Se queda mirándola fijamente, moviendo su cadera arriba y abajao y rozándola con la suya de forma tortuosa:
- Este es mi regalo... Me entrego a ti, Daf, disfruta...- No hace amago de profundizar, deja que sea ella la que decia exactamente cuándo y cómo lo quiere.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
- Cantidad de envíos : 512
Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Edward Carnby escribió:
- Spoiler:
La mira fijamente una vez se ve obligado a apartarse de ese centro que ahora desea, satisfecho al haberla hecho estallar y mirándola con una sonrisa a caballo entre la dulzura, la diversión y el deseo. No dice nada, colocándose de rodillas a la par que ella y aguantándole la mirad,a más que nada por qué ya intuye el regalo que le va a hacer. EL mordisco en el cuello le provoca un jadeo y un aumento en la rapidez de sus respiraciones, que se mantiene elevada dados los besos que ella va repartiendo en lo que desciende. Otro jadeo seguido de unos cuantos más cuando una de sus manos se cuela más allá de los pantalones, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, disfrutando de algo más que el hecho, algo que no sabe definir del todo y que no sabe si es bueno o es malo, pero que tampoco se cuestiona...
Y no puede evitar que de sus labios escape un gemido cuando los labios de ella se unne a sus manos. Cierra los ojos con más fuerza aún, jadeando sonoramente ante cada movimiento y gimiendo, mezcla de dolor y place,r cuando sus dedos exploran más allá, un lugar dónde nadie había entrado, ni siquiera de forma superficial, pero que a ella le deja ya que la entrega es mutua. Continúa disfrutando de todo lo que le provoca con una sonrisa, y cuando cree que ya es suficiente, que necesita y ansía lo que ella le brinda, conectarse y sentirla, la aparta suavemente, alzándola despacio y besándola con intensidad pero suavemente, tumbándose y colocándola encima. Se queda mirándola fijamente, moviendo su cadera arriba y abajao y rozándola con la suya de forma tortuosa:
- Este es mi regalo... Me entrego a ti, Daf, disfruta...- No hace amago de profundizar, deja que sea ella la que decia exactamente cuándo y cómo lo quiere.
- Spoiler:
- Prosigue las caricias de forma lenta, bebiendo de los gemidos y los estremecimientos de placer que le provoca; sus manos indagan en su piel y sus cicatrices mientras lo hace. De algún modo se las ingenia de que, pese a la naturaleza del acto, nada de lo que hace quede obsceno o decadente... sino bello, embriagado con una magia extraña.
No dice nada cuando él le aparta, sino que deja que ahora actúe él aunque no corta la conexión entre las miradas, ni borra el apago de sonrisa que ahora no es solo enigmático, sino cómplice. Cuando la coloca sobre él su respiración, ya de por sí acelerada, se incrementa, y su espalda se arquea levemente presa de un estremecimiento involuntario de deseo. Entorna los ojos mientras jadea suavemente, alargando como él el momento de la unión... se ha creado un limbo extraño, uno que no es de este mundo, y ella desea que perdure y languidezca para que no se extinga. El mundo ha desaparecido y aquel solo es el mundo de Oz, con el hada y el caballero como protaginistas principales. Si alguien pudiera ver ahora la escena probablemente quedaría embelesado, como si asistiera a alguna obra secreta de Waterhouse.
Ladea la cabeza, de forma que el indomable cabello rojo, aderezado con hojas y pétalos de rosa, danza por su espalda y huye sinuoso por la curvatura de sus níveos pechos. De nuevo parece etérea, grácil, traviesa e insondable, todo a la vez, mientras explora con los dedos su pecho hasta su cuello y su mejilla, que acaricia suavemente.
- El regalo... es mutuo, caballero - su dedo índice desciende por su rostro hasta su labio inferior, que entreabre para intrudicirlo lentamente, y en ningún momento deja de mirarle; parece que si se observan atentamente esos ojos pardos podrá atisbarse algo, algo secreto y sorprendente, pero el bosque que anida en ellos es tan frondoso que resulta imposible. Su sonrisa es dulce y casi desconcierta con sus siguientes palabras, arruyantes como un dulce ronroneo: - Sé mío... y yo seré tuya.
Se lleva el índice ahora a sus propios labios para saborearlo, como si con aquel gesto intercambiase ambas esencias. Y mientras lo hace, sin más, mueve suavemente las caderas y deja que él entre en ella, uniendo por fin ambos cuerpos. De su garganta escapan gemidos entrecortados que a medias se transforman en gemidos, pero se mueve de forma lenta... muy lenta, tortuosa no solo para él sino para ella. Parpadea con los ojos nublados por el placer creciente y lento; una mano acaricia con los nudillos su brazo hasta entrelazarla con la de él, con curioso cariño, mientras la otra se entretiene acariciando su propio cuerpo y su cabello de fuego.
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
- Cantidad de envíos : 234
Fecha de inscripción : 18/07/2009
Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- Le gusta, la sensación no sólo de sentirla suya si no tambén la de sentirse de ella, es una sensaicón curiosa que no ha experimentado muchas veces, o tal vez sí pero no con el matiz que tiene esto, tan...Extraño, idílico... Sabe que la principal causante de que sea así es ella, pero no lo descarta, más bien le agrada y lo recibe con los brazos abiertos.
No hace falta leer mucho en ese mar eléctrico y chispeante que son sus iris para darse cuenta de que la desea sobremanera, pero quiere retardarlo tanto como pueda, que la magia continúe y el mundo parezca otro muy distinto a la mierda que en realidad es... Chupa el dedo de ella no con lascivia o lujuria, si no con cariño y sin dejar de mirarla, buscando establecer una conexión más profunda que a simples vistas parece imposible de conseguir...
Pero siendo como es continuará persevarando hasta que lo consiga y desentrañe la humanidad del hada:
- Lo eres... Lo soy... Lo somos...- No dice nada más, cuando ella deja que entre y se ve obligado a moderse el labio y contener un gemido. Posa ambas manos en la cintura de ella pero no la muev,e deja que ella imponga ese ritmo lento y tortuoso para ambos pero en su opinión necesario para hacerlo más duradero, tomando la mano que le ofrece mientras que con la otra contribuye a las caricias que ella misma se propina por su cuerpo, comenzando a jadear notoriamente y aumentando el placer de ambos de forma gradual...
Entregándose.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
- Cantidad de envíos : 512
Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- El placer aumenta como una tormenta que al principio truena suavemente y luego pretende hacer estremecer la tierra, pero a pesar de todo los movimientos de ella siguen siendo suaves, fluídos, casi como los de una serpiente ígnea. Y ella es la que parece tener el control, pero no es del todo cierto; le regala a él lo que siente, deja que se deleite tanteando sus formas y tiembla cada vez más por efecto de las oleadas que sacuden su sensible cuerpo, ahora perlado en sudor como gotas de lluvia en un campo nevado.
No responde a sus palabras, ahora no puede. Entorna los ojos y entreabre los rojos labios aumentando la intensidad de sus jadeos, transformándolos en entrecortados gemidos que se acompasan con espasmos involuntarios. Siente demasiado cualquier sensación y lo demuestra el brillo intenso y ahora caótico, nublado, de sus ojos, que se esfuerzan por no perder visión ni raciocinio.
Arquea la espalda cuando se siente llegar al climax y cierra con fuerza los ojos, flexionando la cabeza hacia atrás. Sigue moviéndose lentamente, pero esta vez casi con torpeza, como si le costase contener la burbuja de excitación que aumenta con cada dulce embestida; pero tampoco desea que estalle aún... quiere que ese lugar mágico que ha creado siga en pie en ese pequeño resquicio de eternidad. Pero al final no puede resistirlo y estalla, más de una vez, sintiendo finalmente cómo él se une a ella en esa explosión. Sus gemidos se transforman en pequeños gritos en ese instante y de forma involuntaria pega su pecho al suyo, acurrucándose contra su pecho y enterrando el rostro en su hombro. Se queda así largo rato, esclava de aquella pequeña muerte, temblando y jadeando mientras su cabello rojo se desperdiga a sus anchas por el cuerpo de él, su rostro y el propio cesped. Finalmente alza el rostro, apoyando las manos con fragilidad a ambos lados de sus hombros, y se incorpora mirándole con una sonrisa cansada y tierna, pero aun así misteriosa. Tantea sus labios, pero al final parece decidir no probarlos por razones desconocidas, y se endereza un poco sin deshacer aún el enlace entre los cuerpos.
Si traza sobre ellos una acariciante línea con el dedo índice. No dice nada. Es como si, tras haber establecido conexión con ella, dicho vínculo se difuminase de nuevo cada vez más y más, impidiendo que nadie traspase ciertas puertas de su alma. Y aquel acto se queda, incluso, en lo que parece ser la superficie de un mar demasiado profundo.
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
- Cantidad de envíos : 234
Fecha de inscripción : 18/07/2009
Re: Mansión Abandonada
- Spoiler:
- No quiere que acabe, no quiere, no quiere... Pero los movimientos de ella, suaves lentos y agónicos,no hacen más que dificúltarle la tarea de aguantar, de querer continuar pese a qe sabe que acabará por explotar, la intensidad no sólo física si no emocional del momento es demasiado alta cmo para contenerla tanto tiempo.
Sus manos no dejan de volar por la piel de ella, delineando cada curva y cada centímetros de piel de forma fogosa, hasta que finalmente aposenta sus manos en la cintura de ella y acompasa sus movimientos con su fuerza,c reando un vaivén mucho más intenso que comienza a hacerle gemir de forma casi silenciosa... Se echa hacia delante cuando siente cómo ella está a punto de llegar, casi sentándose, para luego mordisquear su cuello y su garganta con afán, enterrando en ella pequeños gemidos y jadeos que aumentan en intensidad a la par que sus movimientos ganan en rapidez conforme se ve llegar, hasta que finalmente, y casi al unísono, estalla junto con ella de un largo gemido, sintiéndose dichoso por una parte y frustrado por otra, porque el momento se acaba de terminar.
Se tumba de nuevo, con la respiración totalmente aclerada y los ojos vidriosos, pero contento y cansado al mismo tiempo, dejando que se apoye en su pehco el tiempo que quiera en lo que él le acaricia la espalda sin tener intención de moverse, jugueteando depsués con uno de esos mechones de color fuego que tanto le atrae, como toda ella..Se deja acariciar los labios, mirándola fijamente e intentando ver algo más allá, pero sencillamente no lo consigue, y lo que es peor, ve menos que antes de empezar, como si le hubiese permitido ver algo y ahora lo volviese a encerrar. En cambio él es un jodido libro abierto, yno hace falta verlo demasiado para darse cuenta de que está bien y a agusto, tal vez demasiado...
Y ese pensamiento es el que le hace echarla a un lado con suavidad, recostándose sobre ella y probando sus labios una última vez durante unos pocos segundos:
- Creo que el caballero dormirá hoy con la hada, si no le importa... Se reincorpora un segundo para colocarse al menos los boxers y volver a tumbarse boca arriba, cerrando los ojos. Mezcla del cansancio y de la intensidad del momento, cae dormido en mitad del césped, revelando un rostro que ni en su mejor estado manifiesta despierto.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Mansión Abandonada
Como una flor más de primavera había despertado con los primeros rayos de sol. Sin embargo, no se había movido, sino que su cabello rojo lleno de hojas y pétalos de rosa parecía fusionarse a la perfección con la hierba, como ríos a la tierra. Igual que su cuerpo desnudo, descansado, níveo y envuelto solo por la suave brisa; la desnudez, a fin de cuentas, le hace sentir aún más cómoda... libre, por así decirlo.
Sus pardos ojos, recuperado ahora el velo sombrío del misterio sin rastro de delirio tortuoso, observa con cierta melancolía el cielo cada vez más anaranjado. Sonríe con cierta ironía y, quizá, un tinte amargo: su terreno son los sueños, el halo onírico de la noche, y sabe que al amanecer debe partir. Ha sido así durante mucho tiempo... tanto, que ya ni se esfuerza en recordar el pasado.
Se incorpora sobre el codo, sigilosa y frágil, para observar al caballero dormir. Ahora, el terciopelo argenteo de su piel y el brillo ígneo de su asalvajado cabello, parece una dríada de los bosques. Nadie puede verla, ni siquiera ella misma, pero lo sabe. Lo sabe y... lo detesta. Durante su contemplación una expresión oscura arropa sus rasgos, resultando incluso inquietante, como una tormenta silenciosa y algo turbio que hace languidecer aquel aura lunar. Y se acaricia con las yemas de los dedos el tatuaje dual de su vientre; la humanidad se empeña en verla como una especie de criatura sagrada, colmada de luz e inocencia.
Era tan... gracioso...
Y ahora el caballero le ofrece un hogar, una familia inclusive... que ella no puede aceptar. Tuerce los rojos labios en una sonrisa sesgada y pasa la mano por su mejilla en una caricia tierna y cariñosa, pero curiosamente distante, y se inclina para depositar un suave beso en su frente y murmurar:
- Gracias...
Quizá la haya oído en sueños. Quizá no... pero ella debe marchar con la compañía de su único amante consentido: la soledad. Se viste sin prisa y guardando silencio, para no despertarle, y sin mirar atrás ni dedicarle otra mirada abandona la mansión.
Sus pardos ojos, recuperado ahora el velo sombrío del misterio sin rastro de delirio tortuoso, observa con cierta melancolía el cielo cada vez más anaranjado. Sonríe con cierta ironía y, quizá, un tinte amargo: su terreno son los sueños, el halo onírico de la noche, y sabe que al amanecer debe partir. Ha sido así durante mucho tiempo... tanto, que ya ni se esfuerza en recordar el pasado.
Se incorpora sobre el codo, sigilosa y frágil, para observar al caballero dormir. Ahora, el terciopelo argenteo de su piel y el brillo ígneo de su asalvajado cabello, parece una dríada de los bosques. Nadie puede verla, ni siquiera ella misma, pero lo sabe. Lo sabe y... lo detesta. Durante su contemplación una expresión oscura arropa sus rasgos, resultando incluso inquietante, como una tormenta silenciosa y algo turbio que hace languidecer aquel aura lunar. Y se acaricia con las yemas de los dedos el tatuaje dual de su vientre; la humanidad se empeña en verla como una especie de criatura sagrada, colmada de luz e inocencia.
Era tan... gracioso...
Y ahora el caballero le ofrece un hogar, una familia inclusive... que ella no puede aceptar. Tuerce los rojos labios en una sonrisa sesgada y pasa la mano por su mejilla en una caricia tierna y cariñosa, pero curiosamente distante, y se inclina para depositar un suave beso en su frente y murmurar:
- Gracias...
Quizá la haya oído en sueños. Quizá no... pero ella debe marchar con la compañía de su único amante consentido: la soledad. Se viste sin prisa y guardando silencio, para no despertarle, y sin mirar atrás ni dedicarle otra mirada abandona la mansión.
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Mansión Abandonada
Camina sin rumbo fijo. No sabe exactamente a dónde va, pero a medida que avanza memoriza el camino de vuelta a su almacén. Tiene la navaja de Gabriel en el bolsillo, y acaricia el mango sin darse cuenta, siempre alerta.
Se detiene junto a una gran mansión de aspecto abandonado. Ha oído hablar de ella; cuentan que quien entra no vuelve a salir. Encogiéndose de hombros, salta la valla y camina un poco por el césped mal cortado. A ella no le parece terrorífica. Le gusta.
Suspirando, se sienta en el césped con la espalda apoyada en una pared de la mansión. No retira la mano de la navaja; sabe que allí no es seguro ni cerrar los ojos.
No está segura de por qué anda, por qué ha dejado solo su nuevo hogar. Quizá cree posible encontrar a Angel por casualidad. Pero no, eso sería demasiado bueno... Se muere de ganas de contarle todo. Se muere de ganas de explicarle cómo Gabriel murió por su culpa, y de ver la cara que pondrá cuando comprenda que ella tendrá que ir a hacerle compañía al Más Allá.
Lettie esboza una sonrisa.
-Ya falta poco, Gabriel... -murmura para sí-. Pronto tendrá lo que se merece, y tú podrás descansar en paz.
Se detiene junto a una gran mansión de aspecto abandonado. Ha oído hablar de ella; cuentan que quien entra no vuelve a salir. Encogiéndose de hombros, salta la valla y camina un poco por el césped mal cortado. A ella no le parece terrorífica. Le gusta.
Suspirando, se sienta en el césped con la espalda apoyada en una pared de la mansión. No retira la mano de la navaja; sabe que allí no es seguro ni cerrar los ojos.
No está segura de por qué anda, por qué ha dejado solo su nuevo hogar. Quizá cree posible encontrar a Angel por casualidad. Pero no, eso sería demasiado bueno... Se muere de ganas de contarle todo. Se muere de ganas de explicarle cómo Gabriel murió por su culpa, y de ver la cara que pondrá cuando comprenda que ella tendrá que ir a hacerle compañía al Más Allá.
Lettie esboza una sonrisa.
-Ya falta poco, Gabriel... -murmura para sí-. Pronto tendrá lo que se merece, y tú podrás descansar en paz.
Letticia C. Aldrin- Residente del Red & Black District
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Fecha de inscripción : 02/10/2009
Re: Mansión Abandonada
Se escucha un chirrido que rompe el silencio de la noche. Proviene de una de las ventanas superiores de la mansión que parece abrirse por una mano invisible. Varios trozos de cristal se precipitan al vacío desde las alturas. Invisible puede, pero sigiliosa la persona que ha entrado no parece serlo mucho, a menos que no tenga nada que perder y no le importe ser descubierta allí o no. De todas maneras aquel lugar era un caserón de mala muerte abandonado y sus leyendas, simples paparruchadas. Una sombra de centellantes cabellos dorados se encarama al alféizar de un salto, agazapándose como si examinase su alrededor, no parece encontrar nada fuera de lugar, pues sin previo aviso y tras un largo minuto se deja cer hacia abajo. Y dónde algunos se habrían dejado la yugular o otros se habrían partido una pierna, la figura aterriza limpiamente sobre sus altas botas chapadas con tachuelas. Se levanta tranquilamente y silbando una extraña tonadilla, echa a caminar por el jardín, definiendo bajo la luna más claramente su figura.
Una chica completamente vestida de negro, con pantalones arrapados, chupa de cuero y un extrafalario sombrero de copa, hace acto de presencia. Carga con un saco de aspecto pesado a la espalda que lleva con total tranquilidad como si no le costase el más mínimo esfuerzo trasladar. Sus ojos azulados se cruzan con los de la chica sentada en el suelo, sin embargo no se sorprende ni se inmuta lo más mínimo, sigue caminando, mirándola descaradamente al pasar, para dirgirse a la valla. Al llegar frente a esta, deja caer el saco a un lado, tintineando varios objetos, seguramente arrebatados de maneras poco ortodoxas, a su propietario, y mueve los hombros, masajeándose el cuello, decidiendo como va a sortear lo que la separa de su libertad. Puede volver a escalar aquel árbol próximo, pero con peso no sabe si lo conseguirá y entre los barrotes este no cabe... Bah, de todas maneras tiene tiempo, incluso de pasar objeto a objeto a través de esta si le apeteciese.
Una chica completamente vestida de negro, con pantalones arrapados, chupa de cuero y un extrafalario sombrero de copa, hace acto de presencia. Carga con un saco de aspecto pesado a la espalda que lleva con total tranquilidad como si no le costase el más mínimo esfuerzo trasladar. Sus ojos azulados se cruzan con los de la chica sentada en el suelo, sin embargo no se sorprende ni se inmuta lo más mínimo, sigue caminando, mirándola descaradamente al pasar, para dirgirse a la valla. Al llegar frente a esta, deja caer el saco a un lado, tintineando varios objetos, seguramente arrebatados de maneras poco ortodoxas, a su propietario, y mueve los hombros, masajeándose el cuello, decidiendo como va a sortear lo que la separa de su libertad. Puede volver a escalar aquel árbol próximo, pero con peso no sabe si lo conseguirá y entre los barrotes este no cabe... Bah, de todas maneras tiene tiempo, incluso de pasar objeto a objeto a través de esta si le apeteciese.
Harriet 'Leader' Riot- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Lettie levanta la cabeza y clava los ojos en la estrafalaria chica que pasa ante ella.
No la conoce de nada, pero cree recordar algo sobre sombreros. No está segura. ¿Quién es? ¿Qué lleva en el saco?
¿Y si conoce a Angel? Es probable que no, pero sólo podrá encontrar a esa pequeña traidora así, preguntando a gente del Red&Black District.
-¿Quién eres? -pregunta en voz alta y tono monocorde.
No la conoce de nada, pero cree recordar algo sobre sombreros. No está segura. ¿Quién es? ¿Qué lleva en el saco?
¿Y si conoce a Angel? Es probable que no, pero sólo podrá encontrar a esa pequeña traidora así, preguntando a gente del Red&Black District.
-¿Quién eres? -pregunta en voz alta y tono monocorde.
Letticia C. Aldrin- Residente del Red & Black District
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Fecha de inscripción : 02/10/2009
Re: Mansión Abandonada
Se saca el sombrero por un breve instante, dejando que el aire haga ondear su pelo y le refresque las ideas, finalmente se coloca este otra vez y vuelve a coger el saco para acercarlo al árbol. Con aires felinos y con una agilidad sorprendente, consigue hacer gancho enter una rama y sin más está ''cabalgando'' en lo alto de la valla-. ¡Oye, ¿me pasas eso?! ¡Te daré parte si lo haces! -Negocia sin importarle realmente si lo hace o no, pues puede arreglárselas sola, aunque la vía fácil siempre es la mejor. Ante su pregunta suelta una estridente carcajada-. Veo que no eres de por aquí, ¿eh?
Harriet 'Leader' Riot- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Lettie sigue las acciones de la chica con la mirada, extrañada. Y esa friki, ¿de dónde ha salido?
Se aparta el pelo de la cara y se pone en pie. Se acerca a ella, con la mano dentro del bolsillo y aferrando la navaja de Gabriel. Observa el saco. Quizá haya en él algo que pueda interesarle. Al fin y al cabo, nunca están de más ciertas cosas. Y lo que hay en él tintinea, lo ha oído.
Sin perder de vista a la chica y coge el saco, pero no se lo da.
-¿Qué me das a cambio? -inquiere.
Le parece demasiado chorra que piense negociar con ella sólo por pasarle un saco, pero allá ella. Sopesándolo, vuelve a mirar a la chica y añade:
-En primer lugar, tu nombre -exige-. En segundo, depende de lo que lleves aquí...
Se aparta el pelo de la cara y se pone en pie. Se acerca a ella, con la mano dentro del bolsillo y aferrando la navaja de Gabriel. Observa el saco. Quizá haya en él algo que pueda interesarle. Al fin y al cabo, nunca están de más ciertas cosas. Y lo que hay en él tintinea, lo ha oído.
Sin perder de vista a la chica y coge el saco, pero no se lo da.
-¿Qué me das a cambio? -inquiere.
Le parece demasiado chorra que piense negociar con ella sólo por pasarle un saco, pero allá ella. Sopesándolo, vuelve a mirar a la chica y añade:
-En primer lugar, tu nombre -exige-. En segundo, depende de lo que lleves aquí...
Letticia C. Aldrin- Residente del Red & Black District
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Re: Mansión Abandonada
Desde su posición con cada pierna colgando a un lado de la valla, la mira extrañada.
- ¿Estás sorda? -pregunta con una espatarrante naturalidad que parece vacilarla-. Abres, miras y coges lo que quieras, es para darle brillo al asunto...
Con extremo asombro, Hat parece estar de buen humor, ni sus cortantes respuestas, ni mandíbulas rotas, ni tan siquiera su típica desconfianza. Se echa a reír cuando escucha que ella se atreve a exigirle algo. Pero no parece ofenderse lo más mínimo al contrario, parece resultarle incluso divertida su actitud. Cambia de posición pasando ambas piernas al lado de dentro, dejándolas colgando para poder mirarla de frente, desde las alturas.
- ¿Qué importa mi nombre? Vas a cobrar igual. Además no tienes muchas más opciones, de aquí a exactamente, -se mira un reloj demasiado caro que desentona en su muñeca-. minuto y medio, la poli aparecerá por allí... -señala con el pulgar hacia la derecha-. Ya sabes, un aliciente para poner el asunto más interesante -se encoge de hombros con fría indiferencia a pesar de que acaba de proclamar que ella misma ha llamado a la policia-. y creo que si nos vamos salimos hacia la misma dirección... O colaboras, -porque el saco pesa cojón y medio y para sacarlo de allí sola necesitará de ese minuto- o te quedas aquí a hacerle de donut a Bigun.
- ¿Estás sorda? -pregunta con una espatarrante naturalidad que parece vacilarla-. Abres, miras y coges lo que quieras, es para darle brillo al asunto...
Con extremo asombro, Hat parece estar de buen humor, ni sus cortantes respuestas, ni mandíbulas rotas, ni tan siquiera su típica desconfianza. Se echa a reír cuando escucha que ella se atreve a exigirle algo. Pero no parece ofenderse lo más mínimo al contrario, parece resultarle incluso divertida su actitud. Cambia de posición pasando ambas piernas al lado de dentro, dejándolas colgando para poder mirarla de frente, desde las alturas.
- ¿Qué importa mi nombre? Vas a cobrar igual. Además no tienes muchas más opciones, de aquí a exactamente, -se mira un reloj demasiado caro que desentona en su muñeca-. minuto y medio, la poli aparecerá por allí... -señala con el pulgar hacia la derecha-. Ya sabes, un aliciente para poner el asunto más interesante -se encoge de hombros con fría indiferencia a pesar de que acaba de proclamar que ella misma ha llamado a la policia-. y creo que si nos vamos salimos hacia la misma dirección... O colaboras, -porque el saco pesa cojón y medio y para sacarlo de allí sola necesitará de ese minuto- o te quedas aquí a hacerle de donut a Bigun.
Harriet 'Leader' Riot- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Se la queda mirando. ¿Será verdad lo de la poli? Al fin y al cabo, la chica acaba de saltar por la ventana de una mansión, cargando un saco de "cosas tintineantes". Sí, probablemente sea verdad.
Frunciendo los labios, abre el saco. Dentro hay cosas de valor, pero eso no es lo que Lettie quiere. Su corazón se encoge al recordar que hubo un tiempo en que sí lo quería... y cómo había acabado por quererlo. Cómo había acabado Gabriel, Angel... Vuelve a cerrar el saco; no necesita nada de eso. Sólo armas, e información. Pero no puede dejar que la policía la encuentre; tiene antecedentes penales. Acaba de fugarse de la cárcel.
-Estoy buscando a alguien -dice, con cierta urgencia en la voz-. Quizá tú la conozcas. Su nombre es Fávole.
Lettie sigue con el saco en la mano, reacia a dárselo. Ella no lo quiere, pero quizá pueda retener un poco a la chica si no se lo da aún.
Frunciendo los labios, abre el saco. Dentro hay cosas de valor, pero eso no es lo que Lettie quiere. Su corazón se encoge al recordar que hubo un tiempo en que sí lo quería... y cómo había acabado por quererlo. Cómo había acabado Gabriel, Angel... Vuelve a cerrar el saco; no necesita nada de eso. Sólo armas, e información. Pero no puede dejar que la policía la encuentre; tiene antecedentes penales. Acaba de fugarse de la cárcel.
-Estoy buscando a alguien -dice, con cierta urgencia en la voz-. Quizá tú la conozcas. Su nombre es Fávole.
Lettie sigue con el saco en la mano, reacia a dárselo. Ella no lo quiere, pero quizá pueda retener un poco a la chica si no se lo da aún.
Letticia C. Aldrin- Residente del Red & Black District
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Fecha de inscripción : 02/10/2009
Re: Mansión Abandonada
Empieza a impacientarse aunque no lo parezca por su actitud despreocupada. Pero no en un sentido preocupante sino divertido, por la excitación que va creciendo a cada segundo que pasa allí, jugándose más y más su cuello al exponerse y jugar con la policia de esa manera. Apoya un pie en la valla para atarse con simpleza la bota mientras la escucha.
- Ajam -asiente airadamente con la cabeza sin tan siquiera parecer prestarle atención-. Y supongo que me has visto cara de páginas amarillas... -ironiza colocándose tras eso bien el ala del sombrero.- Pues no, no puedo ayudarte, ¿sabes cuantas Fávoles viven en este barrio? Cientos, así que deberías ser más concreta o acabaremos las dos compartiendo celda felizmente en la comisaría del cerdo seboso ese... -la apura sin siquiera reflejar la sospecha de que puede saber a quien busca.
- Ajam -asiente airadamente con la cabeza sin tan siquiera parecer prestarle atención-. Y supongo que me has visto cara de páginas amarillas... -ironiza colocándose tras eso bien el ala del sombrero.- Pues no, no puedo ayudarte, ¿sabes cuantas Fávoles viven en este barrio? Cientos, así que deberías ser más concreta o acabaremos las dos compartiendo celda felizmente en la comisaría del cerdo seboso ese... -la apura sin siquiera reflejar la sospecha de que puede saber a quien busca.
Harriet 'Leader' Riot- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Mansión Abandonada
Decide no tener en cuenta esa respuesta. No se fía absolutamente de nadie, así que esa chica no va a ser menos. Pero sí se cree lo de la policía, más que nada porque es lógico que estén en camino.
Tampoco se deja ofender por su palabrería. No es más que una colegiala robando, y por suerte Lettie ya ha pasado esa etapa. En cualquier caso, no le parece alguien de confianza, así que no podrá fiarse de la información que le saque, en el caso de que le saque alguna. Suspirando, Lettie deja escapar una sonrisa lobuna.
-Como quieras -dice.
Deja caer el saco, que se queda tirado sobre las malas hierbas. Ya oye a la policía; está muy cerca. Sin decir nada más y sin coger ninguna pieza del botín de la chica, escala por el mismo árbol y salta la valla.
-Te mandaré una postal cuando encuentre a esa pequeña zorra -se despide, soltando una carcajada.
Luego, Lettie echa a correr sin rumbo fijo. Volverá a su almacén cuando esté segura de que la chica no la sigue; en realidad no cree que la policía lo tnega fácil para atraparla. Parece rápida y silenciosa como un ratón.
Tampoco se deja ofender por su palabrería. No es más que una colegiala robando, y por suerte Lettie ya ha pasado esa etapa. En cualquier caso, no le parece alguien de confianza, así que no podrá fiarse de la información que le saque, en el caso de que le saque alguna. Suspirando, Lettie deja escapar una sonrisa lobuna.
-Como quieras -dice.
Deja caer el saco, que se queda tirado sobre las malas hierbas. Ya oye a la policía; está muy cerca. Sin decir nada más y sin coger ninguna pieza del botín de la chica, escala por el mismo árbol y salta la valla.
-Te mandaré una postal cuando encuentre a esa pequeña zorra -se despide, soltando una carcajada.
Luego, Lettie echa a correr sin rumbo fijo. Volverá a su almacén cuando esté segura de que la chica no la sigue; en realidad no cree que la policía lo tnega fácil para atraparla. Parece rápida y silenciosa como un ratón.
Letticia C. Aldrin- Residente del Red & Black District
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Re: Mansión Abandonada
La mira con una ceja alzada. Con semejante edad y dedicándose a lo mismo que ella. Tsk, la experiencia es un grado que decían, ¿no? No debía confiarse nunca y menos con la cara perra amargada que se traía la muchacha. Resigue sus movimientos con los ojos aburrida, psé no la había ayudado, bueno eso lo hacía más interesante. Cuando pasa por su lado, aprovecha para sacarle una foto con el móvil con disimulo. Puede ayudarla y ahora está demasiado ocupada en largarse y dejarla ahí tirada con la poli a pocos metros como para reparar en un suave ''click''.
- La estaré esperando -sisea con burla sacándose brevemente el sombrero en una ridícula despedida.
Baja ella también de la valla, quedando al otro lado, pudiendo escapar y arrastra entre los barrotes unos matojos para ocultar el saco bajo el seto. Duda que esos inútiles policias puedan siquiera verlo, además tampoco es que sea nada de mucho valor, puede conseguirlo en cualquier otra casa de los alrededores. Se coloca por última vez el sombrero y silbando abandona el lugar acelerando un poco el paso, cuando unas luces aparecen en la esquina.
- La estaré esperando -sisea con burla sacándose brevemente el sombrero en una ridícula despedida.
Baja ella también de la valla, quedando al otro lado, pudiendo escapar y arrastra entre los barrotes unos matojos para ocultar el saco bajo el seto. Duda que esos inútiles policias puedan siquiera verlo, además tampoco es que sea nada de mucho valor, puede conseguirlo en cualquier otra casa de los alrededores. Se coloca por última vez el sombrero y silbando abandona el lugar acelerando un poco el paso, cuando unas luces aparecen en la esquina.
Harriet 'Leader' Riot- Estudiante del St. Mary
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