Apartamento O'Donnell, East Street nº 32 1A

**Sylvia D. O'Donnell** Sáb Jul 18, 2009 12:33 pm

En la primera planta de uno de los edificios en mejor estado de East Street está situado el apartamento donde residen Sylvia y su madre desde unos meses antes de nacer la primera. No es un apartamento lujoso, en un barrio como Red&Black es imposible encontrarse con algo que encaje en semejante descripción.

Una puerta de madera da acceso al apartamento. La primera habitación que uno se encuentra tras cruzar la puerta es un salón-comedor no muy amplio, más bien estrecho. Dos sofás de dos plazas de color negro están situados sobre una alfombra bastante grande de color crema. Una pequeña televisión de un modelo bastante anticuado está situada sobre unas estanterías de yeso, están incrustadas en la pared. Varios objetos de adorno están situadas por aquí y por allá en las estanterías, dándole así un aspecto menos vacío del que presentan. Una mesa de madera clara con las correspondientes sillas del mismo color y una pequeña vitrina conforman la área de comedor.

Justo frente a la puerta de entrada se encuentra otra puerta, la cual da acceso a la cocina. Una pequeña estancia con una mesa de plástico junto a tres sillas del mismo material conforman la área para comer mientras que unas cuantas encimeras desgastadas, un fogón del año catapum y una nevera que parece rondar la misma edad están listos para ser usados a la hora de preparar las comidas.

En el lado opuesto del salón-comedor hay tres puertas más, una a la derecha, otra a la izquierda y una en el centro.

La puerta central es la que da acceso al baño, una pequeña habitación que solamente tiene el WC, la lavabo, un espejo y un plato de ducha, todo ello de lo más anticuado.

La puerta de la izquierda conforma la habitación de la madre, una pequeña estancia con unos cuantos muebles de madera. Cama, mesitas de noche, armario empotrado, un sillón, algunas lámparas y una gran alfombra conforman el mobiliario de la habitación, dándole un aspecto bastante rústico.

La puerta de la derecha es la que da acceso a la habitación de Sylvia, la cual es de las mismas dimensiones que la de su madre. Los muebles, al contrario que todo lo demás de la casa, son algo más actuales. Una amplia cama de matrimonio está centrada entre dos mesitas de noche del mismo estilo. Algunos posters de grupos de música poco conocidos además de algunas fotos de sus amigos decoran el cabezal de la cama. El armario empotrado a un lado y una pequeña mesa de estudio con gran cantidad de cacharros inservibles al otro.

Todas las habitaciones de la casa tienen al menos una pequeña ventana que aporta luz al interior.

Para acceder a la casa no más que subir hasta el primer piso, por las escaleras claro está, y abrir la puerta. En caso de que ésta esté cerrada queda más que confirmado que no hay nadie dentro de la casa y toca esperar, tirar la puerta abajo o volver en otro momento.

**Fávole "Angel" O'Mara** Vie Oct 02, 2009 4:49 pm

La muchacha llega con Sylvia hasta el bloque de edificios donde se supone que debía estar la casa de su amiga. No es ella la que lleva las bolsas, ya que por una extraña razón Syl no le deja llevarlas. Tal vez por miedo a que se las deje olvidadas en algún lado o que se las deje a alguno de sus amigos imaginarios... ñoñerías.

La coge de la mano como si nada y llegan hasta el portal, donde le guiña un ojo y se remanga levemente la chaqueta. Se frota las manos asegurádose de que la mira y por truco de magia, saca las llaves de la nada. Las únicas llaves que tenía Syl en el bolsillo.
Además de maga, tenía buena reputación de encuentrabolsillos.

Se ríe y con un clic, la puerta cede ante el tintineo de las llaves de la casa. Entra dejando las llaves en una mesilla junto con su peqeña bufanda, y cruza el salón dando vueltas a lo bailarina. Se deja caer en un sillón y se acomoda.

- ¿Tenemos que esperar a alguien? -pregunta.

**Sylvia D. O'Donnell** Vie Oct 02, 2009 8:58 pm

Cuando entra a la casa lo primero que hace es quitarse los enormes cascos que ha llevado colgados del cuello desde que entró en el bar. Los deja en el primer lugar que pilla, es decir, el mismo mueble donde Angel ha dejado las llaves. De un tirón baja la cremallera de su ancha sudadera y se la quita, dejándola tirada por encima del respaldo del sofá.

A continuación se tira sobre el mismo, quedándose sentada de la forma que más cómoda le parece a ella. Otra vez ha vuelto a casa. Sin pararse a mirar fijamente a su compañera cuando ésta habla, simplemente se limita a asentir con la cabeza. La intuición le dice que va a aparecer alguien, y cuando su intuición le dice algo es que será certero.

Mira la bolsa de setas, la cual ha dejado sobre una de las estanterías más cercanas. Es una suerte que las haya pedido preparadas, hoy tiene ganas de setas, sí, pero nada de tenerlas que preparar. Aunque a veces le ha llegado a gustar, la verdad es que es un verdadero engorro.

**Harriet 'Leader' Riot** Sáb Oct 03, 2009 1:48 am

Un ruído más que conocido para ambas Sombrereras llega hasta ellas. El rugido del tubo de escape de la ''Mariposa Escarlata'' se hace el dueño de los sonidos callejeros. Por la esquina aparece rompiendo la monotonía, una moto totalmente roja, abrillantada y con diversas frases en negro pintadas sobre su superfície. Como una mariposa batiendo las hadas, hace volar con el viento que levanta, los papeles del suelo y el polvo a su paso. La larga coleta de su conductora actúa de estela de su moto, dejando un fugaz brillo dorado mientras cruza la estrecha calle hasta llegar frente a la portería que el interesa. No apaga el motor al frenar si no, que lo hace rugir con más fiereza anunciando su llegada, finalmente cuando repara en al luz de la casa anunciando que Sylvia ha llegado, baja de la moto, sacándose las gafas negras y desabrochándose la chupa de cuero a medida que camina hacia la entrada del edificio.

Entra como Pedro por su casa, que de tantas veces que ha estado allí, ya empieza a ser verdad, y saludando con una sonrisa enciende la radio y se deja caer en un hueco del sillón.- Pensaba que no llegaba nunca colega, otra vez he tenido que llevar al viejo borracho a casa -suspira sin excusarse lo más mínimo por su tardanza, más bien con aire crítico-. ¿Y bien? ¿Donde está la fiesta que habíais prometido?

**Fávole "Angel" O'Mara** Sáb Oct 03, 2009 2:06 am

Se pone a jugar distraídamente con su pelo, enroscándo un mechón pelirrojo en el dedo y volviendo a desenroscarlo. Lo más curioso de todo es que parece hacerlo con énfasis, como si se tratase del juego más divertido del mundo en que sólo participan ella y sus pensamientos. Se le escapa una risita de lo más infantil sin siquiera saber el por qué, pero se vuelve para mirar a Syl que está sentada justo en el sofá que tiene en frente. Sabe que no es una persona a la que le guste mucho hablar, pero se tendría que joder con ella por que le encantaba parlotear por los codos, a pesar de que a veces le resulte bastante difícil que su amiga la siga en las conversaciones.

- ¿Te ha dejado el novio? -le pregunta con total confianza- ¿Charles? No, no, ese era el de la semana pasada... ¿o era de la anterior? Da igual, Wallace me pareció el más buenorro de todos y tampoco besa taaaan mal -dice como si nada, tratando de sacar un tema de conversación sin darle demasiado interés al comentario que afirma que ella misma también les ha catado.

Sabía que esos chicos a Syl no le importaban lo más mínimo, ya que tan solo los usaba para sus necesidad básicas y culinarias de mujer hecha y derecha, cosa que le hacía parecerse más a su amiga. Pero bueno, si no se parecían en sus dotes para hablar tendían que hacerlo en algo ¿no?

Está a punto de seguir hablando cuando escucha el motor de la moto de Leader y se levanta corriendo del sofá, yendo directamente a la ventana para asomarse al exterior.

- ¡Mira Syl! ¡Es Hat! -le dice emocionada mientras se dirige corriendo hacia la puerta.

Ésta se abre dejando paso a la jefaza de su grupo, que entra como si nada en la casa y se dirige expresamente a espatarrarse en uno de los sofás que hay por ahí. Pero a Angel no parece importarle, ya que corre hacia ella, o más bien trota hacia ella - cualquiera diría que es un año mayor que Leader- y se sienta en su regazo mientras la besuquea enterita y la estruja entre sus flacuchos brazos.

- ¡Haaaaaaaaaaaaaaaaat! -se ríe como una histérica, contenta de tenerla con ellas otra vez ya que hacía mucho tiempo que no hacían reunión de chicas como esa. ¡Y encima esa vez tenían mercancía!

Se separa de ella aún con una sonrisa en la boca y sus brazos alrededor del cuello de su jefa, a la vez que balancea las piernas como si fuese una niña pequeña encima de Papá Noel, salvo que este Papá Noel era mucho más pequeño y menos barbudo de lo que debería.

- Allí está la fiesta -vuelve a reírse mientras señala con uno de sus finos dedos la bolsa de setas que descansa sobre una de las mesilla de la entrada.

**Sylvia D. O'Donnell** Sáb Oct 03, 2009 8:38 pm

Está como siempre, anormal, quieta como una estatua sobre el sofá, cuando escucha la voz de Angel otra vez y empieza su calvario. Con lo poco que le gusta a ella entablar conversación con la gente, ahora va y le toca aguantar a su amiga. La parlanchina insaciable, la que no cierra el pico ni si se lo cosen con hilo y aguja.

Y, para colmo, saca el tema que menos le gusta para conversar: rollos. Para ella no son más que eso, rollos que normalmente no le suelen durar más de una noche. Nunca ha sido ni será mujer de un solo hombre, eso está mucho más que claro. Casi con aburrimiento vuelve la cabeza, mirando a a Angel, aunque sin fijarse del todo en ella.

-Nunca aprenderás, tú -seca y casi inhumana, como siempre.- Sabes perfectamente que nunca he tenido novio, para mi importan tanto ellos como... -mira a su alrededor y termina fijándose en una lámpara vieja.- Esa lámpara, es decir, cerote.

Siente que va a haber otra lluvia de preguntas cuando oye un ruido más que conocido y que es inevitablemente acompañado de los gritos de su amiga. Ella ni se mueve del sofá, deja que sea Angel la que lo haga. Por suerte no la abraza, simplemente la espachurra una vez se ha aposentado en el sofá que tiene enfrente.

Grito histérico. ¿Por qué no se callará algún día? Dios, qué ganas tiene de que se calle de una vez, aunque sea por poco rato. ¿Sabrá apreciar lo que verdaderamente es el silencio? ¿O es que sus amigos invisibles la mantienen tan ocupada que ni siquiera cuando duerme lo escucha? En fin, esa es una cuestión si respuesta.

-Ese viejo siempre está igual -y no miente, el abuelo de Hat siempre anda borracho y la nieta tiene que llevarlo a la caravana, consiguiendo así llegar tarde. Está a punto de responder pero como ella es un poco de efecto retardado va Angel y se le adelanta, que de algo le tiene que servir ese parloteo insaciable.

Se levanta sin inmutarse a decir nada y se acerca al estante que tiene delante para coger las setas. Regresa hacia el sofá y se aposenta de la forma que más le place, mirando las setas.

-¿Por cuáles preferís empezar? ¿Alucinógenos o de la risa? -señala cada primero unas y después las otras. Ella no sabe por cual decidirse.

**Harriet 'Leader' Riot** Dom Oct 04, 2009 10:47 pm

Entre alguna carcajada estridente, parece que últimamente la Jefa está de buen humor, intenta taparse de tanto beso Angel, aunque en parte la deja sentarse encima, y incluso chafarla bajo esa tanda de besos y abrazos que pocos por no decir ninguno se puede permitir, y si alguna vez lo han logrado, ya no residen en este mundo.

- Bueno, bueno Cuentacuentos, no es para tanto, cualquiera dirá que me has echado de menos... -dice tranquilamente revolviéndole el cabello como si se tratase de su hermana pequeña. Saluda con un alzamiento de barbilla a Sylvia, pues entre ellas no hace falta más y vuelve su atención a la radio humana que no deja de hablar.

Trota las piernas como si jugase, y estira los brazos con cansancio, desperezándose cual felino, independientemente de que tenga colgada de su cuello a Angel. Como si fuese un complemento más y no le molestase en absoluto.

- Bah, él me ha llevado en situaciones peores y a ti también colega... -le da un codazo a Sylvia y espatarra los pies sobre la mesa, dejando a Angel en una especie de columpio-. Eso si, el pestazo que se traen esos viejos... -Y eso que ella no suele hacerle remilgos a nada, pero cada vez que la panda de su abuelo se juntan... Se meten en problemas y últimamente ella tiene suficiente con los suyos.

Mira la bolsa ladeando la cabeza que mantiene apoyada en el respaldo del sofá y curva sus labios en otro tipo de sonrisa.- ¿Pues a qué esperamos? -dice con ese aire superior y pícaro que siempre se palpa en su voz-. Los primeros. Un dos en uno...

**Fávole "Angel" O'Mara** Lun Oct 05, 2009 3:47 pm

Se acomoda mejor en la piernas de Leader ya que a ella no parece importarle que se quede sentada encima. Balancea las piernas levemente separándose del cuello de la chica unos instantes, más feliz que una perdiz y eso que todavía no estaba ensetada. Todavía.

Da un par de palmaditas con las manos y espera que Syl traiga las setas, las cuáles se las quita del regazo en un tris y las abre, más emocionada que otra cosa. Últimamente no estaba tomando nada y eso la desesperaba, ya que sola en su casa se aburría y nunca tenía nada que hacer.

Mete la cabeza entre risas dentro de la bolsa y comienza a escarbar hasta sacar ambas bolsitas de setas, tirándole unas a Sylvia y abriendo justo la otra todavía sentada en las piernas de su jefa. Ella nunca tenía problemas en estar así de confiada con todo el mundo, por lo menos era lo que siempre parecía a simple vista.

Saca un par de setas de la bolsa y se mete una en la boca, masticando despacio y cerrando los ojos coo si estuviesen buenas... pero la verdad era que más amargas y pastosas no podían estar. Sí, estaban en su punto. Hace una graciosa mueca indicando que realmente no le gustaban, pero bueno, todo sea por el buen rato que van a pasar ¿no?

La verdad es que no le ha quedado claro cuál de los dos tipos es, así que mira a Syl para ver qué bolsa le ha dado a ella mientras se come su segunda y su tercera seta y justo después le pasa el paquetito a Leader.

- Tu abuelo es muy gracioso -le dice a Hat mientras deja escapar una risilla inocente.[b]

**Sylvia D. O'Donnell** Lun Oct 05, 2009 6:13 pm

No se inmuta ante el comentario de la Jefa, aunque eso es más que lógico en ella. Pero también es cierto que tiene razón, el viejo ese más de una vez las ha llevado por el camino de la amargura con sus borracheras y demás hazañas. La gente a esas edades ya no está para estos trotes, pero hay quienes no se van a concienciar nunca de ello, sobretodo si se trata de un viejo que se cree tener veinte años y tener la vida por delante.

Pega un tirón a sus pantalones, subiéndoselos un poco puesto que ya los llevaba demasiado abajo. No es que le vayan a durar mucho, pero prefiere pegar un tirón a tiempo en vez de ir incómoda demasiado rato. Porque sí, a ella llevar los pantalones bajos le gusta, pero que se le caigan no. Le gusta llevarlos a la altura idónea, ni por la cintura ni por debajo de las nalgas.

Justo entonces alguien le lanza una bolsa de plástico, dentro de la cual se encuentran unas cuantas de las setas. Inspecciona bien el contenido, abriendo la bolsa con la mano para sacar una. No es sencillos adivinar cual es, se trata de los alucinógenos. Se lleva el que tiene entre manos a la boca y lo saborea, tragándoselo y cogiendo unos cuantos más antes de pasar la bolsa entera a sus compañeras.

-Veo que has sabido elegir a quién dar cada cosa para empezar, los alucinógenos hoy saben bastante bien -comenta, llenándose la boca de setas después. Con la poca finura que la caracteriza haciéndose más que visible mastica, mirando a las dos chicas sin decir nada más. Aún no está en su salsa, primero tienen que hacerle efecto las setas.

**Harriet 'Leader' Riot** Jue Oct 08, 2009 2:08 pm

Abre la boca, bostezando sonoramente y alzando a la par las manos hacia el techo, estirándose para hacer crujir todos los huesos. Después las deja caer pesadamente, acertando una en su cabeza para despeinarse el cabello, dándole más aún un aspecto de recién levantada. Con la otra coge al bolsa que el pasa Angy que aún sigue encima suyo. Arquea una ceja ante su comentario. Tsk, eso era porque a ella su abuelo la trataba como una niña pequeña y siempre que la traía a casa le daba ''chucherías'' de las suyas

- Si... Gracioso... -pone los ojos en blanco dedicándole una mirada de soslayo a Sylvia al rodar los ojos. Gracioso había dicho... Mete la mano en la bolsa y saca la primera seta que pilla al tuntun. Sin remilgos se la lleva a la boca y empieza a masticar. Sus labios se contraen en una mueca de disgusto y eso que ella nunca suele hacerle ascos a nada.

- ¡Joder!¡Sabe mierda! -escupe el resto de la seta en un cenicero que encuentra encima de la mesita donde tiene apoyadas las piernas y saca la lengua haciendo un mohín. Se saca a Fávole de un movimiento de encima, dejándola a su lado, y se inclina sobre su bota de la cual saca una petaca forrada en piel.

- Con esto pasará mejor... -Coge un puñado de setas se las mete dentro de la boca y mastica, luego antes de tragar da un largo trago a un líquido amarillo que cae a chorro dentro de su garganta. Traga y sonríe.

- ¡A vuestra salud! -se limpia con la manga y le pasa la bebida a Sylvia o Fávole por si quieren un acompañamiento.

**Fávole "Angel" O'Mara** Sáb Oct 24, 2009 2:53 pm

Se deja mover como una muñequita inservible y acaba sentada en el sofá al lado de Hat, aunque sabe que no va a aguantar mucho tiempo quieta. Y se figura que las dos muchachas también lo intuyen. Sigue comiendo las setas de la risa como si de una bolsa de patatas se tratase, ajena a todo pero sonriéndo ante lo que hace Leader.

Se pone cómoda en el sofá, en una postura de lo más dejada. Pero no aguanta ni cinco segundos ya que ve a Hat coger una botella para acompañar, nunca lo había probado y no sabía si le haría bien, pero en esta vida había que arriesgar ¿no? Por lo menos ella no había comido antes de comer las setas, que se supone que te podía dar algo parecido a un chungo... se encoge de hombres y deja las setas en la mesa, empezando a notar que su cuerpo empezaba a relajarse, soltarse, despreocuparse, alejarse del mundo...

Da un par de vueltas sobre sí misma emocionada con las paredes de la casa, la poca luz que entraba en el antro... y se para frente a una planta casi marchita que había en una mesilla, completamente alucionada. De repente aquello le parecía lo más bonito y frágil del planeta. Y le entraron ganas de desnudarse. No sabe por qué, pero se sentía tan ligada a la naturaleza que había que le daban ganas de quitarse la rpa, salir a la calle y admirar el mundo.

Angel se quitó los zapatos.

**Sylvia D. O'Donnell** Sáb Oct 31, 2009 4:11 am

Y parece ser que funciona, las setas empiezan a hacer que vea las cosas desde otro punto de vista, ése en concreto que siempre toma lugar cuando ingiere cosas de ese tipo. No niega la petaca de la líder, de manera que cuando la tiene también da un buen trago. Se deshace la coleta que llevaba en el cabello, dejando su rubia melena al viento. Ahora sí, definitivamente, le ha dado el subidón setil.

-Bah, no será para tanto, Jefa -dos horas después corresponde el "sabe a mierda" de la líder levatándose del sofá y acercándose al destartalado aparato de música que hay junto al también destartalado televisor. No se fija mucho en el disco que coge, pero en menos que canta un gallo lo ha metido dentro y le ha dado a los correspondientes botones para que la música inunde la sala.

Por suerte, parece ser que no ha cogido uno de los anticuados discos de su madre sino que es uno de los suyos, aunque también es algo viejo. No tanto como los de su madre, eso sí, pero viejo igual. De todas formas, tampoco está para ponerse a elegir la mejor música del momento para una reunión de setas.

Da otro tirón a sus pantalones, los cuales vuelven a amenazar de caer pierna abajo y dejar aún más visible su ropa interior. No es que le importe demasiado, pero por comodidad prefiere que no le bajen del todo, que después tenerse que agachar y pegar tirón de nuevo se hace cansino.

**Harriet 'Leader' Riot** Mar Nov 03, 2009 9:44 pm

Acostumbrada a según que drogas estas tardan más tiempo en hacerle efecto. Sigue engullendo muy a su pesar setas y bebiendo largos tragos de vodka para acompañar. Después de comerse unos cuantos puñados, estas dejan de saberle tan mal como al principio. Primero piensa que se ha acostumbrado pero pronto comprende que su sentido del sabor parece haberse anulado por completo, potenciando gradualmente otros.

Como ver distorsionadas ciertas cosas. Sin saber movida por qué y tras guiñarle un ojo a Angel acerca la bota al límite del pantalón de Silvia y cuando consigue llegar, empuja hacia abajo, para hacer que se le caigan los pantalones. Suelta un silbido de esos halagadores y en cuanto esta se gira, señala despreocupada a la pelirroja dándole toooodas las culpas. Deja caer la cabeza hacia atrás esperando que al tumbarse y volver a levantarse, se encontraría más mareada y así aceleraría el efecto de las setas. Cosa que ocurre cuando rueda sobre su cuerpo, para quedar tumbada de barriga hacia abajo en el sofá mirando a Angel divertida.

- ¿Qué hace ahora? -pregunta cómplice a Silvia al ver que la chica se saca las zapatillas. Rápidamente alarga un brazo se las roba sin que esta se dé cuenta ya que no deja de mirar la planta como si la venerara, y las esconde a su lado, detrás de un cojín que seguidamente va a parar a la cabeza de la petarda en proceso de nudista.

**Fávole "Angel" O'Mara** Miér Nov 04, 2009 10:58 pm

Sigue dando vueltas a la habitación descalzas y como si fuese Heidi por la pradera, ajena a todo cuanto pasa a su alrededor. No se ha percatado de que Hat le ha escondido las zapatillas, y tampoco es que le importe mucho, pues se siente más fría y pura que el viento. No cree necesitar ni siquiera la camiseta, por lo que de un lento y acompasado tirón, se la quita, dejando su sujetador al aire y aquel cuerpazo que varios hombres habían catado ya.

Se abraza a sí misma y sigue dando vueltas alrededor de la habitación, pensando que tal vez a Leader y a Syl les molestaría que estuviese semidesnuda, pero no se come la cabeza ya que cuando mira hacia ellas, las ve riéndose de ellas misma. Sonríe ella también y se agarra el botón de los vaqueros, relajándolo completamente antes de desabrocharlo sin ninguna prisa. Se ríe alto y suelta sus pantalones por un momento, alzando de nuevo los brazos hacia el techo, como si fuese a venir un Dios que la llevase a los rincones más ocultos de la locura humana.

Cuando mira al suelo, se siente más mareada aún, pero no parece importarle demasiado ya que se ha fijado en otra cosas. Sus zapatos habían desaparecido por arte de magia... ¿habrían sido las hadas? Seguro. Las hadas siempre la habían tenido envidia, y no le caían bien. Siempre estaban escondiéndole cosas, las llaves de la moto, el carnet falso, las orquillas para el pelo... y ahora, las zapatillas.

Lo más curioso es que se encoge levemente de hombros y no siente nada. Nada. Nada excepto aquel clímax que hacía que se le erizase el pelo de la nuca y sintiese un cosquilleo en el estómago que la siytuaba muy lejos de allí, volando en cualquier lado que no fuese el mundo. Vuelve a reírse, esta vez a carcajada limpia, y acaricia su tripa con sus finos dedos, bajando de nuevo hacia los pantalones a medio quitar.

De un tirón se los baja, y Angel queda tan solo cubierta por unos calcetines y la ropa interior, sin contar con el calor que sentía de pronto estando casi desnuda. Mira la puerta con una sonrisa en el rostro y comienza a andar hacia ella. Era hora de que el mundo conociese su nombre.

**Sylvia D. O'Donnell** Dom Nov 08, 2009 8:50 pm

Para cuando quiere darse cuenta, sus pantalones ya han bajado más de lo necesario y se ha dejado a la vista todo lo que antes había intentado ocultar pegando tirones. En fin, no es que sienta pudor ni vergüenza, pero tampoco es que le agrade ir exhibiendo cacha por allá donde pasa. Se arrodilla, pegando un tirón a sus pantalones y volviéndoselos a colocar igual que antes. Instantes después, éstos ya se han vuelto a posicionar debajo de su trasero y exhiben su siempre visible ropa interior.

-Ni puta idea -simple y llanamente. ¿Acaso ha dicho nunca que ella no dice palabrotas? Está claro que no, y eso es lo que demuestra cuando espeta eso.- Pero dejemosla, a ver como termina hoy -siempre que toman un tipo de droga u otro Angel hace una cosa extraña. Y, como no podía ser de otro modo, esta vez igual.

Sin cambiar la expresión de su rostro, completamente impersonal, mira sigue todos y cada uno de los movimientos de su amiga mientras se coma las últimas setas que quedan en la bolsa. Le manga la petaca nuevamente a Hat y da un trago, volviéndosela a lanzar una vez ha terminado. Con la manga de la camiseta se limpia el labio, enarcando levemente una ceja cuando se quita los pantalones. ¿Qué hace en su salón vistiendo únicamente ropa interior?

Dirige una cómplice mirada a La Jefa, interrogándola con la mirada. Está segura que ella tampoco tiene ni idea de lo que hace, pero bueno. Angel es Angel, y por mucho tiempo que pase seguirá igual. Siempre tan rara, con esos hábitos que tiene... Ella no es que pueda hablar, o mejor dicho pensar, mucho sobre eso. De una loca a una asocial hay un paso.

Poco a poco, parece ser que las setas también empiezan a surgir efecto en ella. Parece que, finalmente, la cosa empieza a cambiar y se siente... Distinta. Adiós a la asocialidad, bienvenido sea el don de gentes que se oculta en su interior. Ahora únicamente nos falta saber como terminará hoy. ¿En casa o en el campo? ¿Vestida o con la mitad de su vestuario perdido? El tiempo lo dirá.

**Harriet 'Leader' Riot** Lun Nov 09, 2009 12:27 am

Suelta una estruendosa y descarada carcajada al ver lo que hace Angel, aplaudiéndola incluso en un par de ocasiones como si fuese un cliente del club de streaptease. Se lleva los dedos a los labios formando un círculo con ellos, y soltando un silbido de esos halagadores a la vez que pervertidos. Rompe en carcajadas de nuevo y se tira hacia atrás para serenarse y ponerse en pie.

Mira con complicidad a Sylvia que pese a todo también empieza a notar los efectos de las setas. De un bote se pone en pie sobre el sofá, apoyando los brazos a medio enderezarse en el respaldo mirando como Angel parece decidir enseñarle al mundo sus vergüenzas con toda la tranquilidad.

- Amonoooooos -espeta divertida-. Anda tía pilla la cámara que esto va a ser divertido... -se baja del sofá y se dispone a seguir a Angel sin hacer ademán de pararla. Por supuesto no dejará que ningún ímbecil salido se le acerque, pero puesto que el barrio es enteramente suyo, duda que pase nada, ni que a Angel le importe mucho tampoco lo que pueda pasar, ni en ese estado ni nunca.

Al pasar se hace con la bolsa de setas como si comiese palomitas y sin olvidar la petaca sale silbando tras la pelirroja, tan ancha, como si fuese a ver otro combate de boxeo a los que era últimamente tan asidua.

**Fávole "Angel" O'Mara** Miér Nov 11, 2009 8:39 pm

Agarra el picaporte de la puerta y lo gira despacio, tal vez por miedo a que se rompa, cosa que era completamente imposible, pero en ese estado cualquier cosa le parecía tan bonita y vulnerable... sonríe cuándo la puerta cede ante sus manos y no mira atrás cuando pone un pie fuera de la casa de Sylvia. No parece vacilar, tan solo se ríe del mundo que tiene delante, tan penoso, frívolo y oscuro cuando ella se siente tan viva.

Se acaricia el pelo con las manos, como si tratara de ahuecarlo y cierra los ojos disfrutando del tacto y sintiéndolo más que nunca. Echa a andar entre las calles donde está situada la casa de su amiga, consciente de que no sabe a donde va ni a quién busca, simplemente quiere salir a la aventura. Y eso hace mientras se pierde por la oscuridad del callejón, sintiéndose seguida por Hat.

**Sylvia D. O'Donnell** Jue Nov 19, 2009 9:42 pm

Menea la cabeza una y otra vez, dejando escapar un leve bufido. Qué remedio, a hacer rondo por las calles para ver qué espectáculo proporcionará hoy Angel al mundo. De un tirón, una vez las otras dos están fuera de la casa, coge la cámara de fotos de encima del mueble de la entrada. No es un modelo muy nuevo, tan siquiera posee pantalla, pero para sacar fotos ya sirve. Tampoco es que haga falta una último modelo para eso.

Gira la llave una vez ha cerrado la puerta, y con dos zancadas se sitúa detrás de la líder lista para observar el espectáculo. Les setas han hecho su efecto, Sylvia ya no se muestra tan asocial y cerrada como debería. Aunque aún le falte un poco más para soltarse, esa faceta suya tan cerrada ya no está presente. La impersonalidad de su rostro ha desaparecido: ahora sonríe y sigue con atención lo que hacen sus amigas.

Bailar, danzar, exhibirse. Eso y mucho más es lo que proporciona Angel a las calles de su barrio. Un barrio que, pese a estar situado donde está, a veces puede mostrarse más acogedor de lo que en un principio parecería. Únicamente uno debe mostrarse como uno del barrio y ya está, el respeto de la gente ha sido ganado.

-¿Has visto que cara ha puesto el viejo ese de ahí? -señala sin ningún tipo de temor por mostrarse tan poco educada.- ¡Un poco más y se pilla a Angel en un rincón!

**Harriet 'Leader' Riot** Vie Nov 20, 2009 12:20 am

Sale con lo puesto detrás de ambas -abriéndole la puerta a Ángel de una patada aunque ella crea tal acto como propio- dejando la chupa de cuero en casa de Syl. Aunque por suerte las llaves de la moto, están dentro de su bota junto a su móvil, por si la emergencia lo requiere y tiene que rajar un par de caras. Aunque eso lo haga con cualquier cosa que tenga a mano sin importarle mucho, la verdad.

Le hace señas a su segundo en el mando para que haga fotos y tal, y así después echarse unas risas. Pero al pasar por al lado de su moto, ve a dos chavales curioseándola. El que está de espaldas es lo suficientemente listo como para notar el peligro y alejarse entre vanos intentos de avisar al otro que en el otro lado de la moto se agacha para comprobar si es la famosa ''Mariposa Escarlata''. Este alza los ojos y se medioincorpora al ver una sombra que le tapa la luz, pero en menos que ha parpadeado, Hat ya le ha clavado tal patada en la cara que lo hace saltar hacia atrás en una curiosa curvatura, estampándolo contra la pared de enfrente. Luego más contenta, vuelve a la carretera desierta con sus amigas.

Sigue a la pelirroja dejándola hacer, mientras el pasa un brazo por los hombros a Sylvia, acompasando así sus zancadas y alzando su petaca se pone a cantar a voz en grito.

- Fui a naceeeeeeer donde nooo hayyyy nadaaaa -canturrea, con ese tono desafinado que pocos se le atreven a criticar. Le da un golpe de cadera a la rubia para que la acompañe y no para hasta conseguir que la coree.

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