Lust and Glamour
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Frank Brown, nº40

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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 1:30 am

Se deja cubrir por ambas toallas sin parar de sollozar en ningun momento mientras la seca y es que, conforme los segundos pasan, las imágenes de lo acontecido vienen a su cabeza como flashbacks sueltos que va uniendo hasta que, finalmente, lo recuerda todo... Y entonces la histeria aumenta al saber lo que le podría haber pasado y, sobretodo, como se ha comportado después con él.

Él la reconforta ligeramente, pero eso no basta para que deje de llorar, separándose de él y zafándose de las toallas para dar vueltas por el baño, recordándolo todo una y otra vez hasta que queda claro y nítido, una película que se le antoja de terror pese a que tenga trazas de comedia a ojos de otros, ya que para ella... No es solo lo sucedido con aquel desconocido y las barbaridades que le ha dicho a él, es el motivo por el cual fue a emborracharse esa noche. Todo se repite, se proyecta dentro de sí, y no le gusta verlo.

Finalmente deja de dar vueltas y, pateando las toallas para hacerlas a un lado en el suelo, vuelve a abalanzarse sobre él, asintiendo a su pregunta y abrazándole de nuevo:

-Lo siento... Lo siento... -Susurra entre espasmos- Qué habras pensado... Con como me he comportado y... Lo siento... -Y lo repite incesantemente, una y otra vez.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 1:36 am

La deja separarse, dedicándole un vistazo rápido y percatándose de que, excepto la ropa, elr esto está más o menos seco.

Pero lo que ahora mismo más le interesa y le preocupa es lo que pasa por la mente de ella, algo que él desconoce por completo y que le gustaría saber. Aguarda pacientemente, ocultando en su interior las ganas de hacer algo para ver si deja de llora,r nunca le ha visto ver llorar a nadie, le recuerda a él mismo hace muchos años y es algo bastante difícil de soportar...

Pero no imposible. Va a adecir algo cuando se le vuelve a lanzar de tal manera que lo hace trastabillar, pero aguanta y la estrecha ligerament,e escuhándola con atención y negando con la cabeza sin borrar la sonrisa... Siempre había pensado que sonreir ante laa dversidad ayudaba, no solo a uno mismo si no a los demás:

- Naada nada, ibas colocada, eso es todo... No hace falta que te disculpes, me gusta ser el protector del pueblo, ya sabes...- Intenta bromear ante la situaicón para quitarle tensión, aunque resulta difícil... Pero en su mente ronda otra pregunta- Epi, sé que le das a algunas cosas, pero... Ni yo he llegado a ponerme como tú...- No pregunta nada, aunque va ímplicito en su mirada... Simplemente mantiene la vista fija en la bañera y el pequeño cuerpo de ella entre sus brazos.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 1:49 am

Pese a que él intente quitarle importancia al asunto de como se ha comportado y todo lo que ha dicho yendo como iba, ella no lo hace, el estado en que lo ha dicho todo no cambia que lo haya dicho, que estuviese colocada no cambia como se ha portado. No cambia nada y eso le enerva, porque odia las cosas que no tienen ya remedio y esta no la tiene, y se avergüenza, inevitablemente, de su comportamiento.

Pero ante todo sabe que debe agredecérselo, la ha salvado, y la ha salvado de una gorda:

-Gracias... -Dice una vez consigue calmarse un poco, mirándole con el rostro surcado por las lágrimas- Si no fuese por ti, yo ahora... ahora... -No quiere ni pensarlo- Te debo la vida, Edward, estoy en deuda contigo mientras viva, y te prometo que si alguna vez necesitas algo muy grande... Solo tendrás que pedirmelo. Lo juro -Y en su tono no da opción a que se lo niegue, es tajante, es cabezota, y su afirmación de que saldará su deuda alguna vez si hace falta es del todo rotunda e irrevocable.

Ante su pregunta se muerde el labio inferior y le mira, pareciendo más que nunca un pequeño ratón asustado, una niña desamparada, una criaturita con miedo, y, sencillamente, comienza a hablar:

-Mi padre... Discutimos por lo de siempre, lo que quiero hacer con mi vida, que no me junto con quien debo, que soy un deshecho que no sabe escalar socialmente y... Fue tajante con cual será mi destino si no cambio de actituds y... Volvió a culparme por lo de mi madre, a compararme con ella... -Baja la mirada- La cosa se le fue de las manos, o mejor dicho, se le fueron las manos conmigo y, tras las bofetadas... -Traga saliva- Me... Me rompió la guitarra y todas las partituras de mis canciones compuestas por mí -Aunque de algunas tiene copias y otras se las sabe de memoria- Y después se fue de viaje de nuevo y yo... Estaba desesperada y... -Se encoge de hombros- Te aseguro que no fueron más que copas y canutos, de verdad... Y un par de rayas... Nada que no haya hecho pero... Cuando aquel tipo se acerco y me invitó a una copa, estaba tan hundida que no puede decir que no y... Tras volver del baño...-Suspira- Ya sabes el resto...
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 2:32 am

Una vez le mira aprovecha para apartarle las lágrimas de la cara, sin borrar el amago de sonrisa al ver que al menos ha conseguido su objetivo, que vuelva al mundo real. En su opinión exagera bastante, no le debe nada porque lo ha simplemente porque ha querido, no porobligación...Pero como tampoco le apetece discutir asiente despacio:

- Ya pensaré en algo- Afirma en un susurro, soltando una risilla entre dientes... Y vuelve a callar cuando desvela el por qué de ese colocón. Su mirada se mantiene fija en ella en lo que va hablando, aunque no puede evitar que sus puños se tnesen cuando menciona lo que le ha hecho su padre...

la verdad es que para tener algo así, que ni siquiera respeta los deseos o aficiones de su hija, mejor no tener nada, y algo así es lo que le dice una vez acaba de hablar:

- Tu padre es gilipollas, lo sabes, ¿no?- Comenta con algo de desprecio que logra modular como buenamente puede- Siento lo de la guitarra...- Una idea surca su mente, pero se la guarda para él mismo en estos momentos- Bueno, visto así, entiendo por qué la has cogido de tal forma... Anque deberías cambiarte de ropa, ya sabes... O cogerás un catarro- Comenta con un cierto aire casual para no pensar en que está en ropa interior y cosas así.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 2:47 am

Se estremece ligeramente cuando él aparta las lágrimas de su rostro, pero corresponde a su sonrisa esbozando, sin embargo, una mucho más amarga, como la de una pequeña muñequita de trapo cuya sonrisa se ha descosido y ha perdido la alegría característica de ese gesto. Aunque al menos hay sonrisa, y ya es algo...

Asiente, porque sí, sabe que es gilipollas, ella siempre lo dice. Y entierra la cabeza en el pecho de él, pensativa:

-Lo es... Y no soporto más esta situación -Suspira de nuevo, exhalando todo el aire en su torso- Esto es una cárcel... -Susurra, alzando de nuevo el rostro para mirarle- La mariposa se encuentra encerrada en una jaula de plata -porque a oro obviamente no llega- y sus alas están arrancadas para que no escape entre los barrotes... -Y realmente parece ahora eso, una frágil criatura encerrada en una celda invisible cuyos barrotes no son palpables pero existen- Y así nunca podré romper mi crisalida...

Tras esas palabras, el silencio, y en ese silencio le mira, sintiendo de nuevo esa punzada de sana envidia, porque él es libre, libre del todo, no hay cárceles... Y perdida en esas cavilaciones no le escucha, o si lo hace no le obedece, cuando le sugiere que se cambie, ahora cosas como la ropa para ella no tienen ninguna importancia. Sus ojos, cuyo azul celeste ha adoptado un matiz grisaceo, apagado, pero que siguen siendo hipnóticos y profundos, llenos de secretos, se fijan en los eléctricos de él. Sin dejar de mirarle, sin romper el abrazo, se coloca de puntillas, acercando su rostro al de él para intensificar ese contacto visual.

Ella, con su casa de muñecas invadida por un alma libre, quiere conocer la libertad. Y con ese deseo en mente alza más su cabeza para juntar del todo ambos rostros y atrapar el labio inferior de él entre los suyos. Y, sin liberarle de ese contacto pero sin llevarlo más allá, se queda en esa posición quieta, muy quieta.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 3:12 am

Le fastidia no poder consolarla, ya que es algo que piensa que se merec,e como conocerle a él a fondo a dejarle ver esa parte de él mismo que esconde y que solo enseña a quienes realmente la buscan...

Con otra persona no se molestaría en intnetarlo, pero con ella en cuestión se ve en la necesidad de no rendirse una vez ha empezado. La escucha atentamente sin moverse del sitio, frunciendo el ceño ante esa metáfora tan sumamente certera y bajando la mirada justo en el momento en que ella la alza:

- La crisálida va antes que la mariposa, ¿ no...?. No puede tener las alas arrancadas porque aún no las tiene... Y el día que menos se lo espera podrá volar y ser libre... A veces no queda más que aguantar a los giros que el destino- Frunce el ceño ante esa palabra, negando con la cabeza- No, el destino no, nosotros, demos esos giros... Tú aún no has girado, Epi, pero girarás... Y cuando gires serás feliz- Le responde con una media sonrisa algo enigmática, no está tampoco muy acostumbrado a hablar de esa forma tan franca, pero es otra cosa que enseña a los que se lo merecen.

No dice nada más, le aguanta la mirada, detectando esa amargura palpable en todo su ser, sin verse capaz de desviarla o de decir algo, simplemente observandoe se mar azul que tiene delante e intentando descifrar su profundidad. Ahora se parecen a los de él, son más claros, pero siguen siendo distintos en matices...

Lo que sí que no se espera del todo es que acorte aún más las distancias y atrape su labio de esa forma. Se queda unos pocos segundos inmóvil, sin saber que hacer, sin pensar...

Y precisamente en el acto de no pensar radica su respuesta. Se echa hacia atrás un par de pasos hasta que nota el contacto del lavabo contra su zona lumbar, y en ese momento sus labios se mueven por voluntad propia y atrapan los de ella en un beso cálido y lento, acariciante...

Finalmente no ha podido más.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 3:43 am

-Esta mariposa es defectuosa desde su forja en la crisálida, nacerá sin alas, y nunca volará... -Sentencia con tristeza, una tristeza que arrastra el peso de una vida aparentemente perfecta llena de crueles fisuras que supuran un veneno doloroso que nadie puede comprender- El destino conmigo es un amo cruel y me hace girar siempre en la misma dirección, en un círculo vicioso sin escapatoria... -Cuando el niega es demasiado tarde- Yo no puedo girar, las cadenas me lo impiden, solo puedo dar vueltas rodeando mi jaula una y otra vez, sin encontrar una llave para la inexistente cerradura... -Esta vez es ella quien niega con la cabeza- La felicidad... La felicidad es un privilegio otorgado a unos pocos afortunados, y en esa lista no figura mi nombre... -Le tiemblan ligeramente las manos- Eso es solo para los que pueden cumplir sus sueños y yo en cambio... No puedo soñar un giro feliz porque ni si quiera he despertado de esa pesadilla que llaman realidad.

Todo eso lo responde con su voz aniñada ligeramente quebrada, como si fuesen las notas de un violín con las cuerdas arrancadas, el canto de un ruiseñor al que le han quitado sus alas y que entona la melodía final antes de morir al verse sin su libertad. Toda ella parece eso, un pequeño pajarillo que ha sido sacado del nido y depositado en una jaula sin haber podido aprender a volar, justo al haber salido del cascarón. Ahora más que nunca es un raton timorato, un animal asustado, y, sobretodo, una joven despechada que es niña y mujer a la vez, la marioneta principal de una casa de muñecas. Así, todo en ella hace que sienta un desangelado frío, el frío de la evidencia que la rodea como un manto helador.

Por eso cuando él responde a su gesto llevándoles hacia el lavabo y besándola de esa forma tan cálida, capaz de paliar ese frío, ella responde con la misma lentitud, trémula, de forma inexperta, pero totalmente sentida. Y deja que por primera vez de sus labios no emane la diversión del juego, sino toda la ternura que lleva dentro y jamás le ha expresado a nadie. Sus labios ya no juegan, ahora acarician, ofrecen y reciben, y así permanece, temblando y besándole durante largo rato, como si el tiempo se hubiese detenido y hubiesen caído las agujas del reloj.

Se separa con suavidad, sin soltarle, mirándole unos segundos, y sus ojos ahora vuelven a ser la pantalla donde se visualizan un cúmulo de expresiones y sentimientos teñidos del celeste del cielo, ahora sin nubes grises que las empañen o las cubran:

-Abrázame... -Gimotea en tono suplicante, volviendo a reafianzar ese aspecto de animalillo desamparado- Por favor... Abrázame.

Y, antes de saber si va a concederle ese ruego, cierra los ojos y vuelve a sellar sus labios con un beso, esta vez corto, no más que un pico, pero detrás de ese viene otro, y otro, y otro, y algunos se desvían a su barbilla, a sus comisuras y a sus mejillas, para luego regresar a su boca una y otra vez, en forma de caricias breves antes de, finalmente, sin que el temblor que la recorre se haya detenido desde que se inició, volver a entreabrir ambos labios y profundizar de nuevo... Y, como siempre, permaneciendo por lo demás quieta, siempre muy quieta.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 3:57 am

No sabe cuánto dura el beso, y realmente tampoco le importa el tiempo en estos momentos, lo único que sabe es que cuando ella se separa le ha sabido a poco. Vuelve a abrir los ojos y los clava en los de ella, un mar oceánico que ahora se muestra mucho más abierto, aunque de nuevo sigue sin poder calificar todo lo que le transmite, tal vez por la situación o por la intensidad.

La ha escuchado, y le da pena que piense así... Pero sólo tiene una respuesta para todas esas palabras, una que espera que le valga:

- Las jaulas se rompen, ¿ sabes...?. Y si no se rompen desde dentro, se rompen desde fuera- Augura en voz baja, escuchando su súplica y notando como se le reblandece prácticamente el corazón al verla así. Acepta gustoso y la abraza, recibiendo todos esos cortos besos pero sin cesar el agarre sobre ella, sonriendo al mismo tiempo que piensa que esto no debería estar sucediendo, o tal vez sí...

Ni él mismo lo sabe ya, lo único que sabe es que cuando ella vuelve a besarle él le responde sin pensar lo más mínimo, profundizando y familiarizándose con la boca de ella de forma lenta y tranquila.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 4:13 am

Y ella se familiariza con la boca de él, y lo que es más, con lo que se siente cuando se besa desde las ganas y no desde la diversión. Y le gusta, le gusta demasiado, por lo que, cuando él satisface su súplica y la estrecha entre sus brazos, ella rodea su cuello con ambas manos y reaccionando de forma autorefleja se pega aún más a él, como si temiese que fuese a desvanecerse de no tenerle bien agarrado, o como si pensase que ella se puede desplomar si no está bien sujeta.

Realmente parece eso, parece que ese beso es el pilar que ahora la mantiene de una pieza y entera, parece que ese abrazo es el que impide que se rompa en mil pequeños pedacitos como una figurita de cristal a la que se deje caer. Y sus labios experimentan, tantean, prueban, de forma algo torpe en ocasiones, pero tierna al fin y al cabo. Seguidamente su lengua se abre paso, buscando a la suya con timidez.

Vuelve a separarse unos centímetros, mirándole de nuevo:

-No te vayas, por favor... -Ruega con su voz aún rota- Quédate esta noche conmigo, te lo súplico... -Y le mira con ojos vidriosos y brillantes a la vez- No soporto más la soledad, estas cuatro paredes me van a volver loca... -Entierra la cabeza en su hombro, presionando con los labios en su clavícula dando un corto beso. Y de este modo, apenas rozando con los labios de forma tímida, asciende por su cuello hasta el límite entre este y su barbilla, antes de volver a buscar sus labios.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 4:23 am

Se deja explorar tanto como él explora, un intercambio justo, aunque ahora sabe que ella lo necesita más, sabe lo que le está proporiconando en estos momentos, algo más allá de un beso, y por ello mismo lo disfruta el doble, porque ya no sólo él se siente bien si no que logra que otra persona también se sienta.

Es capaz de percibir el pecho de ella, su cuerpo terriblemente cerca, y en conjunto con el beso, que gana en profundidad y ya mezclan ambas lenguas, comienza a pasarle factura el haberse aguantado tanto y su mente entra en un dilema entre el intentarlo o dejarlo estar.

tan difícil es que le resulta imposible optar por una opción, pero por suerte ella se separa y le da unoss agrados minutos de margen en los que aparte de tomar aire organiza sus ideas. No puede evitar dedicarle un vistazo más general, aunque las palabras de ella logran que la vuelva a mirar y atienda...

¿ Qué le va a decir, que no, que prefiere irse para no acabar cometiendo una estupidez...?. Ni él mismo se cree capaz de plantear esa pregunta:

- Me quedo...- Susurra tras unos pocos segundos,estremeciéndose ante el contacto de sus labios contra la piel del cuello para atraparlos después en otor beso, pero en este, al cabo de pocos seugndos, la rapidez aumenta prácticamente sin querer, y es que eld eseo que se está acrecentando en él tiene que salir por algún sitio.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 4:34 am

Si fuese una persona más experimentada y con más conocimiento del campo en el que se encuentra ahora, se habría percatado de que está poniendo al pobre chico en un dilema, de que con lo que hace logra que su instinto reaccione acrecentando su deseo, y de que le está colocando en una encrucijada mental. Claro que si fuese una persona experimentada probablemente no habría encrucijada ni dilema alguno que pudiese formarse y solo habría un camino a tomar.

Pero, como no lo es, es incapaz de darse cuenta ya que algo de inocencia en su madurez le queda, y, por tanto, sigue sin facilicar las cosas cuando arquea la espalda practicamente desnuda que el rodea con sus brazos y pega más su pecho al de él, por lo que sus latidos probablemente pueda notarlos, y son acelerados, tanto como el temblor que sigue asediando su cuerpo no sabe si por el frío de llevar la ropa interior mojada o por otra cosa.

Ni si quiera se da cuenta del repaso que le hace con la mirada antes de responderle afirmativamente a su petición, sencillamente emocionada y agradecida porque haya sido, y, lejos de asustarse cuando el ritmo de ese nuevo beso aumenta, lo sigue, como una alumna obediente que va al son que marca su maestro, incrementando ella la rapidez para alcanzarle aunque, paradojicamente, una de sus manos asciende hasta su mejilla, que acaricia con la yema de los dedos de una forma tan tierna que contrasta enormemente con la pasión con la que se mueven sus labios.

Y una vez más se separa, aunque sin dejar de mantener los rostros pegados por ambas frentes de forma que sus respiraciones chocan, para volver a mirarle con esos ojos grandes y hechizantes como dos lunas azules:

-Gracias... -Susurra, volviendo a besar primero la mejilla contraria a la que sigue acariciando con su mano, luego la comisura y, finalmente, otra vez los labios.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 4:56 am

SE sorprende cuando ella responde a ese cambio de velocidad, en el que ya esas sensaciones que se extienden por su cuerpo como seprientes flamígeras comienzan a brotar por sus labios en forma de movimientos más rápidos e intensos...

¿ Qué no sabe que llegado a un punto le cuesta contenerse, que ese punto lo ha pasado hace un rato y que lo único que le detiene es una pequeña parte de su conciencia?. Porque al parecer no se da cuenta... Pero finalmente se separan, y de nuevo ese sentimiento dual entre el fastidio y el alivio en lo que toma aire y la mira fijamente, frente contra frente:

- No hay por qué darlas...- Susurra a su vez, recibiendo sus labios cuando estos llegan y volviendo a ese ritmo algo más rápido.. Solo que ahora se despega del lavabo y salen del cuarto, trastabillando lentamente hasta que llegan a la cama, donde se deja caer él primero al ir de espaldas, pero ni aún así se separa, se la lleva consigo.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 5:06 am

No, no se da cuenta, no conoce ni si quiera cuales son los puntos, la distancia entre ellos y en que momento se alcanzan, no conoce nada, y eso hace que siga igual en todo lo que hace. Sigue yendo a su ritmo en el beso, acelerando cuando él lo hace, dejándose llevar simplemente, porque sencillamente esto para ella es nuevo y le resulta demasiado agradable y reconfortante como para pensar en las consecuencias.

Sus labios, por tanto, no se separan de los de él, y se mueven con esa intensidad y rapidez que él pone y reclama, aunque su mano siga acariciando lenta y tiernamente su mejilla mientras con la otra se aferra a su espalda abrazándole. Y le sigue cuando se despega del lavabo, caminando al ritmo tambaleante de sus pies para abandonar el cuarto de baño y entrar en la habitación, y se deja llevar por él, cayendo encima suyo sobre la cama.

Pero ha mantenido los ojos cerrados todo el tiempo como si confiase a ciegas en que pudiese guiarla sin peligro a caer, y no se ha separado de sus labios por lo que apenas es consciente del nuevo escenario en el que se encuentran, simplemente prosigue con el beso, ralentizando el ritmo paulatinamente para poder tomar aire de cuando en cuando y poder proseguir, de nuevo despacio, al ritmo de las caricias que su pequeña mano regala al rostro de él.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 5:18 am

Se acomoda debajo de ella en la cama, subiendo poco a poco hasta alcanzar la almohada y sin seprarse de sus labios, echando la cabeza hacia delante ligeramente...

Y pronto ya no son solo sus labios los que cobran vida propia, sus manos también actuan y comienzan a tantear su nuca, descendiendo poco a poco por su espalda hasta llegar a su cintura...

Y descienden un poco más, tanteando esas formas que ahora se le antojan pese a que sabe que no debería ser así.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 5:29 am

El vello de la nuca se le eriza por completo cuando el la acaricia, haciendo que se detenga una fracción de segundo en el beso para tomar aire y proseguir con el mismo, volviendo a acelerar el ritmo paulatinamente, y creando una frenética danza entre ambas lenguas al son de que marcan ambos labios acariciándose con esa intensidad tan pasional.

Arquea su espalda conforme el desciende con sus manos, volviendo a detenerse para dejar escapar un leve gemido y prosigue, y de nuevo vuelve a empezar despacio y con timidez, haciendo que ambos labios jugueteen con dulzura. Y en todo este tiempo no ha dejado de acariciar su mejilla, ascendiendo hasta su pelo y enredándolo entre sus dedos para acariciarle igualmente.

Hasta que sus manos descienden hasta su cintura y, en ese momento, como un resorte, la alarma en su cuerpo se activa, haciendo que pare de golpe, sus labios y su mano se quedan paralizados y contiene la respiracón unos segundos antes de que su cuerpo mande una segunda reacción mucho más fuerte cuando las manos de él ya no están en la cintura sino tanteando más allá.

Se separa de él como si la moviese un mecanismo de emergencia, cayendo automáticamente al otro lado de la cama y, sentándose, comienza a moverse hacia el borde, donde se queda nuevamente paralizada, mirándole confundida y, claramente, bloqueada.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 5:55 am

Y como si las puntas de sus dedos transmitiesen chispas eléctricas de pura advertencia, ella se separa de esa forma tan instántanea. Contiene la respiración con la mirada aún fija en el techo, dejando que ella se aleje de él todo lo que quiera, acabando con algo que en un inicio no debería haber empezado. Se da cuenta de que tiene la respiraicón agitada y el pulso ligeramente acelerado...

Y por fin, tras varios segundos, se decide a afrontar la realidad y voltear su cuerpo hasta quedar sentado y mirarla a esos ojos azules que ahora parecen los de un cervatillo asustado que no sabe donde está... Se siente culpable al no haber sido capaz de controlar sus emociones y dejarse llevar por las más básicas cuando tendría que haberse controlado.

La verdad es que en un inicio no sabe que soltarle, o que decir, pero en sus ojos se denota que lo siente, y que prácticamente lo ha hecho sin darse cuenta...Deja de mirarla y se queda boca arriba, respirando pesadamente y cerrando los ojos en lo que se lleva una mano a la frente:

- Perdona... Se me fue la mano- Termina por disculparse con palabras, lanzándole una mirada de soslayo con un solo ojo abierto.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 3:31 pm

Los segundos pasan y a ella se le hacen eternos, como si cada golpe de la aguja más fina del reloj que yace en la mesilla de noche cerca de la que se haya sentada fuese el golpe de un gran peso sobre ella. Todo da vueltas en su mente, y ahora se pregunta que ha hecho para pasar de lo que inició ella al límite entre eso y algo más que, obviamente, no era lo que quería iniciar. Y se queda así, como el cervatillo atemorizado que acaba de saltar al otro lado del bosque y ahora observa al que podría haberle dado caza sin entender que ha provocado la cacería.

Cuando él la mira, sin embargo, ese estado cambia radicalmente y pasa de sentirse asustada y confundida a sentirse... Avergonzada. Pega sus rodillas a su cuerpo a modo de escudo, rodeándolas con los brazos, y entierra en estas la cabeza, buscando que decir para romper el silencio que se ha formado entre ambos, notando que la distancia de un lado a otro de la cama es ahora similar a la de un oceáno.

Pero, cuando él pronuncia esas palabras no puede evitar desenterrar la cabecita y apoyar el mentón en sus rodillas, mirándole fijamente y ahora el sentimiento cambia: se siente ridícula. Niega levemente, suspirando, y tarda otro par de segundos en ordenar las ideas en su cabeza para poder, finalmente, contestarle:


-No eres tú quien tiene que disculparse -Contesta finalmente con un hilo de voz- Soy yo quien tiene que pedir perdón.... -Afirma, mirándole fijamente a los ojos (o al ojo, porque él solo tiene abierto uno) con la culpabilidad fundiéndose en su azul cielo- Soy ridícula, eso es todo. -Concluye muy segura de eso último, con el pesar dando entonación a su voz aniñada en estas palabras.

Y, sin ser capaz de sostenerle por más rato la mirada vuelve a enterrar el rostro en sus rodillas, cubriéndolo con los brazos con los que rodea a estas, como una avestruz que entierra su cabeza pensando que, si ella no ve, tampoco será observada. Como si eso pudiese aliviar la vergüenza, culpabilidad y, todavía aún, confusión, que se han adueñado de ella tras la marcha del susto inicial.
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Frank Brown, nº40 - Página 3 Empty Re: Frank Brown, nº40

Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 3:44 pm

La observa atentamente, siendo consciente ahora al ver su mirada que la culpa no había sido sólo de él por dejarse llevar, aunque ella sí tenía menos al no saber muy bien lo que estaba haciendo... Pese a todo no le gusta verla así, asustada y confundida. Es capaz de percibir como parece que ambos se distancian en lo que le mira, y desea que le diga algo que al menos logre aliviarlo mínimamente, porque si no acabará por irse y es algo que no quiere...

Y como si le hubiese leído la mente, ella habla y él escucha atentamente. Pero no atrda ni uns egundo en negar con la cabeza enérgicamente, sin perder detalle de como parece querer esconderse del mundo y, lo que es peor, de él en estos momentos:

- ¿Ridícula, por qué, porque me has besado?- Pregunta en un susurro, abriendo ahora ambos ojos y esbozando una sonrisa de medio lado- Te he respondido encnatdo, sólo que... Tendría que haberme estado quietecito o no haberlo hecho- Se explica, estirando uno de sus pies y dándole una patadita en la espinilla para llamar su atención- Así que no te sientas ridícula... No sé si soy capaz de verte como una amiga- Suelta de repente, lo ha dico sin pensa,r tal y como ha surgido esa idea en la cabeza como una especie de rayo.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 4:02 pm

Escucha lo primero que dice y vuelve a alzar la cabeza para negar con esta:
-No, ridícula por reaccionar así cuando la cosa apunta a ir a pasar a mayores -Vuelve a negar cuando él dice que no debería haberla respondido- A mí me gustan tus besos -Suelta casi sin pensar- Pero... No soy consciente de cuando un beso puede desembocar en otra cosa... -Vuelve a enterrar la cabeza, avergonzada.

Está dispuesta a permanecer así, escondida en sus propias rodillas, abrazándoselas con cada vez más fuerza, sin pensar, sin hablar, sin hacer nada... Pero entonces recibe la patada en la espinilla y vuelve a desenterrarla, mirándole fijamente. Al escuchasr lo que dice en sus ojos vuelve a leerse confusión, mezclada con sorpresa, sin saber si realmente ha escuchado lo que cree haber escuchado o ha sido producto de un delirio.

-¿Qué...? -Pregunta aunque quizá se lo pregunte más a si misma- Oh, no, claro que puedes verme como una amiga, ¡soy tu amiga! -O eso estaba empezando a ser, ¿no?- ¿Cómo vas a...? -Titubea sin saber ni lo que dice- ¡Pero si yo no soy tu tipo! -Exclama finalmente- Eso es, ¡yo no soy tu tipo! -Repite como si así le diese más vericidad a esas palabras- Tú tendras tus chicas, a tu medida, en tu mundo y... -Y vuelve a titubear- Y yo... ¡Yo soy demasiado ridícula, infantil, poca cosa y marciana para ti! -Traga saliva- ¡Yo no soy tu tipo! -Bien, sí, vuelve a decirlo que no ha quedado claro.

Eso sí, en ningun momento dice que a ella no le este sucediendo lo mismo, no le replica argumentando que ella sí que le ve solo como a un amigo, y se nota en sus ojos de cielo que, si no lo ha dicho, es porque le está pasando lo mismo. Y por esa razón baja la mirada, incapaz de enfrentarse con la de él porque sabe que entonces le quedará muy claro.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 4:09 pm

- Es normal que actúes así, no te has dado cuenta y noe stás acostumbrada... Por eso mismo tenía que haber sido yo el que te parase los pies, ¿ sabes?- El problema es que no quería parárselos, pero bueno.... Eso no hace falta que lo diga.

Observa la confusión de ella ante sus palabras, pero ha sido totalmente sincero, le cuesta verla como una amiga y más después de esto. En cambio ella parece dispuesta a reafirmar que no debe ser así y que ella sí lo ve como eso, pese a que indaga en esos dos oceános azules y se da cuenta de que ni ella misma se lo cree, cosa que le hace sonreir:

- No existen chicas hecha a medida ni tipos, Epi, sólo existen chicas sin más... Es elección de cada uno el clasificarlas como toque- Se explica con cierta diversión, destrozando todos los argumentos de ella con cierto gusto- Y no seas mentirosa, ¿ quieres?- Lo deja caer, dándole a entender que ha captado el significado de su mirada- Una amiga no te besa como me has besado tú... AUnque si prefieres pensarlo, oye, no pondré ningún impedimento... No creo que te gustase alguien como yo- Comenta de forma casual, encogiéndose de hombros.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 4:37 pm

Nuevamente sus palabras son una estocada tras otra que rompen del todo sus defensas, parten en dos su muralla, y hacen que cualquier argumento se venga abajo de golpe y porrazo debido a lo contundente que suena él. Y, sin embargo, a ella es algo que le cuesta aceptar... ¿Ella gustándole a alguien? Y más aún, ¿a ese alguien? Y encima va y le viene con que sabe que a ella le pasa igual y luego usa la psicología inversa...

En ese momento hace algo que pocas veces hace pero que él ya provocó que hiciera una vez: pierde los nervios. Se baja de un salto de la cama y comienza a ir de un lado a otro de la habitación, y, mientras, empieza a discutir consigo misma... en francés:

-Au secours! -Pide a alguna entidad superior- Je ne comprends pas! -Continúa diciendo una y mil cosas en un contradictorio diálogo consigo misma en otro idioma hasta que, finalmente se detiene, mirándole fijamente.

Y se queda así, con sus ojos azules clavados en los de él, del mismo color, en silencio, hasta que niega de nuevo con la cabeza:

-¡No puede ser! -Exclama confundida- ¡No debe ser así! -Añade como si tuviese derecho a ello- ¡Sabes que me gustas, lo sabes, no me vengas con esas! -Deja escapar probablemente sin querer- O eso creo, porque nunca he tenido amigos y tampoco me ha gustado nadie y ahora no sé cual es la frontera entre una cosa y otra... Aunque creo que estoy empezando a saberla porque sí, si te he besado como lo he hecho, no es porque te vea como a un amigo y nada más -Diáloga más con si misma que con él, volviendo a mirarle- ¡Pero no deberías poder corresponderme, no, deberías verme solo como una amiga! ¡Todo sería más fácil! -Asiente varias veces para si misma- ¡Sí, todo sería más fácil! -Lo repite como si así pudiese darle vericidad- Yo... ¡Yo me deprimiría! Y entonces me encerraría aquí, sola, a comer helado de chocolate directamente de la tarrina con una gran cuchara, gastando cajas de Kleenex y explicándole lo que me sucede a mi gato... -Explica desesperada- ¿Ves que fácil sería? -Inquiere casi seria- ¡Pero no, vas tú, y me dices esto! ¡Y... y... y...! -De nuevo suena titubeante- ¡Pero si tú seguro que ya tienes a más de una, más de una historia...! ¿Por qué yo también? ¿Por qué? ¿Por qué? -Inquiere insistentemente.

Pero antes de darle tiempo a responderle se acerca al otro lado de la cama a zancadas, coge algo de debajo de la almohada y se dirige al baño también a zancadas, cerrando la puerta. Sale a los dos segundos enfundada en su ancho y viejo pijama de vaquitas, mirándole fijamente y señalándose de arriba a abajo:

-¿Lo ves? -Dice andando hacia él y quedándose parada- ¡Alguien que lleva un pijama de vaquitas no puede ser alguien a quien veas como algo más que una amiga! ¡Es una regla universal! -Muy bien, Epiphany, ahora sí que ha sonado convincente, pero convincente del todo, ¿eh? Seguro que no hay modo de rebatir ese grandísimo argumento final Very Happy
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 6:24 pm

La observa levantarse de improviso y parpadea un par de veces, resulta espectacular ver ese cambio de actittud en ella, es como si ahora viese una chica totalmente distinta a la que acostumbra aver, ahi paseándose y hablando en un idioma que no entiende, aunque cree que es francés.

Encima el hecho de que vaya en ropa interior le añade más gracia e interés al hecho, convirtiendo algo gracioso en algo atractivo... Y ella empieza a hablar en lo que él, sin borrar la sonrisa, la escucha atentamente... No pierde detalle de ese "me gustas", hasta ella se ha dado cuenta y eso que no tiene experencia alguna... Así como tampoco pierde detalle de la perspectiva de vida que tendría si él pasase de ella, cosa que le hace aplaudir con ironía:

- Oh, sí, a eso sí que se le llama vida... Comiendo helado y llorando desconsoladamente día sí y día también- Le responde con evidente ironía, aunque sin resultar ofensiva- En vez de aceptarlo buscas excusas que encima no encuentras y por lo tanto decides inventarte sobre la marcha- Esto último lo comenta más con un tinte divertido, a la par que su mirada reluce mientras la mira- Tengo tantas que hasta pierdo la cuenta, llevo una agenda...- De nuevo ironía tiñendo sus palabras, tampoco tiene tantas, chicas hay, pero que le gusten... Ahora mismo sólo una, bueno, dos Very Happy- Y, sncerament,e no me pregunto el por qué, simplemente pasa y lo acepto- AUnque se queda hablando con la pared porque ella desaparece por la puerta del cuarto de baño, volviendo con ese pijama tan... Tan, no tiene adjetivo para calificarlo...

Pero no puede evitar soltar una carcajada cuando usa al pijama de pretexto. Abre la boca para responderle, pero opta por algo mucho más útil. Se levanta de un salto, aproximándose hasta ella y, sin pedir permiso o esperar, inclina su rostro y prueba sus labios en un único beso que apenas dura un segundo:

- Como si el pijama importase...- Susurra a su vez, separándose de nuevo y volviendo a la cama
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 6:50 pm

Arquea una ceja en lo que le ve aplaudir, sin dejar de mirarle en ningun momento, mientras intenta ordenar sus ideas y ser consecuente con lo que sucede. Es, sencillamente, surrealista para ella que esto le esté pasando, y su aspecto de criaturita asustada y perdida se incrementa cuando vuelve a hacer su gesto característico de llevarse ambas manitas cerradas en puños al rostro, cubriéndolo para dejar solo visibles los ojos:

-¡Ey! -Le detiene, bajando los puños y dejando de nuevo su carita confusa al descubierto- ¡No se te ocurra meterte con el helado de chocolate, eso es una blasfemia! -Y le sigue escuchando- Pues sí... Es una perspectiva más fácil que comerme la cabeza por ti -Susurra de forma nada convincente- Yo no me invento nada, solamente... -Se muerde el labio inferior- Solamente tengo miedo... -Como siempre- ¿En serio? -Pregunta a lo de la agenda, sin haber pillado su ironía- Entonces no te hago falta hombre, que te voy a complicar más la memoria... -Dice totalmente segura, vamos, que lo de la agenda se lo ha creído- Pero todo tiene un porqué... -Añade para si misma a lo último que dice él.

Vuelve a enarcar la ceja cuando se ríe de su pijama y abre la boca para reprocharlo, porque su pijama, al igual que el helado de chocolate, también es sagrado, y sin embargo no le da tiempo porque en lo que va a hablar se le planta delante, logrando dejarla paralizada cuando la besa de nuevo y después se va a la cama tan pancho:

-Debería importar... -Contesta también en un susurro- Muchas cosas deberían importar...

Y se dirige hacia la cama, sentándose a su lado y taladrándole con su mirada azul, interrogante:
-No lo entiendo -Dice tras un largo silencio- ¿Por qué me has besado si antes has dicho que deberías haberme parado o no haberme respondido cuando lo hice yo? -Inquiere tontamente- Aunque realmente lo de que pueda gustarte... Tampoco lo entiendo -Ella en sus trece.
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Mensaje  Edward Carnby Sáb Sep 26, 2009 7:00 pm

Le aguanta la mirada sin amedrentarse o echarse hacia atrás lo más mínimo en lo que acaba de hacer, nunca lo ha hecho y nunca lo hará, escuchándola atentamente y rodando los oos ante tanta cabezonería concentrada en algo tan pequeño...

Se le plantea qué es lo que debe importar, como dice ella, le pica la curiosidad, pero se toma su tiempo en responder en lo que se echa ambos brazos detrás de la nuca, para estar más cómodo, y balancea los pies de un lado a otro:

- Lo de la agenda era broma, por cierto... No tengo tantas como crees- Le asegura ahora sin bromear, respondiendo a su pregunta- La repsuesta es simple... Antes no ibas bien, seguías medio grogui... Tendría que haber parado, no porque no quisiese, si no porque no era justo para contigo... Ahora estás lúcida y sé que no pasará a nada más allá... Además, me sigue apeteciendo, lo que pasa es que me contengo- Se explica con una media sonrisa, pero sin haberla dejado de mirar fijamente y bebiendo de sus reacciones:

- ¿ Qué hay que entender?. Eres una chica interesante, por mucho que tú no te veas así, no tienes pelos en la lengua y encima estás mejor que bien... - Enumera a grandes rasgos sus cualidades, o las que ve él en ella- ¿ Y qué cosas deberían importar?- Pregunta ahora çel en voz baja, como si fuese un secreto de estado conocerlos.
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Mensaje  Epiphany J. Murray Sáb Sep 26, 2009 7:22 pm

Se recuesta a su lado, de costado, apoyando la cabeza en una mano y la otra en el colchón, con los ojos fijos en él, practicamente embobada, y expresando ahora todo lo que siente, desde la confusión hasta la sorpresa pasando por la adoración, la atracción, el cariño, y, como no, el miedo, siempre el miedo... Un miedo que le hace sentirse pequeña no solo en tamaño, y perdida en un oceáno inmenso y tormentoso. Y ahora parece que una tabla llega flotando hacia ella para que se agarre, pero teme hundirse bajo su peso si lo hace.

-Pero tienes algunas -Apunta, ruborizándose por haberse tragado lo de la agenda y sintiéndose aún más tonta- No creo que necesites una más, ¿no? -Que abusón el chico, teniendo ahí pretendientas de todo tipo y empeñado en ganarse al cervatillo asustado, oyes- Pero es que por eso mismo no lo entiendo: si me besas te entran ganas de algo más, pero aún así dices que no va a haber nada más y sin embargo me besas y tienes ganas de volver a hacerlo... -Y vuelve a sentirse confundida, siempre confundida- ¿Y por qué te contienes? Sabes que si me besas no me voy a apartar... -Antes de que responda es ella la que, inclinando su rostro sobre el de él, acaricia sus labios levemente, separándose y mirándole de nuevo a los ojos.

-Me idealizas... -Susurra, nuevamente sonrojándose cuando menciona todas esas supuestas cualidades- Debería importar que... -Vuelve a rozar sus labios fugazmente- ...tú eres el chico malo y yo la niña buena, se supone que no deberíamos tener nada en común ni ser compatibles... Somos polos opuestos -Otro beso corto- ...tú eres un tipo con agallas y te merecerías a una valiente leona, y yo no soy más que un ratón timorato... -Y vuelve a darle otro pico- ...tú gente no lo vería con buenos ojos teniendo en cuenta donde estudio y lo que se supone que yo debería ser... -Acaricia su rostro con una mano- Y, sobretodo, que sabes que yo hay cosas que bueno... -se muerde el labio inferior- hoy por hoy... no podría darte... -No hace falta que diga que cosas porque el hecho de que baje la mirada y se ruborice la delata.
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