Re: El Bosque de la Luna Negra

**Axel Welles** Lun Ago 10, 2009 11:42 pm

Sigue a Jane corriendo hasta que casi nota que los pulmones se le salen por la boca y se para, tomando aire. Se da cuenta donde está y alza una ceja, no tenía ni idea de porqué Jane había venido hasta aquí. Ve como se interna entre los árboles y no lo duda, sale corriendo de nuevo tras ella internándose por el mismo lugar que se lo había visto hacer a Jane; dudaba muchísimo que supiese guiarse por el interior del bosque y eso er algo que le preocupaba, tampoco él era experto explorador, pero alguna que otra vez se había adentrado.

Intenta guiarse por su oído para seguir a la chica, pero de noche y en un lugar como este, es lo peor que puede hacer. Los animales le despistan con sus sonidsos y hacen que pierda el rastro de Jane, él sigue avanzando a través de la densa arboleda con cuidado de no pisar en algún sitio peligroso y con sumo cuidado. Suspira sentándose en una pequeña roca, convencido de que le había perdido cuando esccuha una dulce voz cantando no muy lejos de allí, sonríe y se levanta rápidamente, yendo hacia el lugar de donde procedía la melodía.

En poco más de un minuto encuentra un pequeño claro iluminado por la Luna y en el centro, apoyada en un árbol la figura de Jane cantando y con lágrimas resbalándole por la mejilla. Enarca una ceja sorprendido, para él Jane era la mujer de hielo y nunca la había visto de esa manera, pero bueno, todo el mundo tenía sus dias.

Se acerca lentamente sacando el móvil de la chica del bolsillo y carraspea, para avisarle de alguna manera que está ahí. Se acuclilla al lado de Jane y le tiende el móvil con una sonrisa.- Te habías dejado el móvil... han estado a punto de robartelo, pero yo fuí más rápido -Sonríe más ampliamente y le guiña un ojo.

**Jane C. Jaffe** Mar Ago 11, 2009 12:28 am

Sigue cantando, entonando aquella dulce y dolorosa melodía que con palabras expresaba con gran exactitud todo lo que sentía en esos momentos. Se sentía vacía, y a al vez llena. Quería arrancarse eso del pecho, pero sabía que si lo hacia no se acordaría y no la querría de la misma manera que al quería ahora. Todo era un cúmulo de contrarios que hacían que su cabeza diera vueltas. No se amreaba, sencillamente no se encontraba bien. Algo palpitaba dentro de su estomago, y sentía una agustia, ganas de vomitar. Quería sacar eso que sentía que tenía dentro y no podía. Las lágrimas que rodaban por sus mejillas no servían para limpiar lo que la comprimía. No se podía borrar de esa manera.

Escucha unos pasos, y después un caraspeo que creía saber de quien era. Termiand e cantar y se muerde la lengua para no mandar a la persona que estaba allí a hacer puñetas. Quería estar sola, a pesar de que necesitaba compañía. No quería que nadie la viera así aún sabeindo que necesitaba que alguien lo suficientemente astuto la ayudara a salir de ahí. Tanto de ese bosque que parecía un laberinto, como de ese pozo en el cual vivía continuamente agarrandose a las paredes para no caer a lo profundo de sus aguas llenas de recuerdos dolorosos. Era una lucha constante entre el mundo de arriba, y mundo de abajo. Nada le impedía subir hasta arriba, la escalada de ese pozo imaginario no era costosa... pero las aguas la llamaban con dulce voz, con voz cálida y maternal, para luego sumirla en un frío que la hacía perderse, caer. Buscaba en ese agua oscura lo que no podía encontrar, y pesar de eso, seguía buscando incansable. Era un ciclo continuo que ella, por sus propios medios no conseguía poner fin.

Lo nota cerca de ella, y es entonces cuando abre sus ojos esmeralda, brillando con uan tristeza profunda. Le mira unos segundos, solo milésimas en las cuales con una sola mirada, le trasmite todo. Una profunda mirada podía hablar sola, y la de Jane en esos momentos no se podía confundir. Ve su sonrisa, su gesto y baja la mirada hasta su móvil. No se acordaba de aquel cacharrito, ni del mensaje que estaba sin leer en su bandeja de entrada. Nota como de nuevo las lágrimas amenazana con salir de manera descomunal de sus ojos, y desvía la cabeza hacia el lado contrario, ocultando su rostro como si sintiera vergüenza de que él la viera así.

- Axel... -dice en un susurro apenas audible si no se ponía atención a su voz. Era increibe el cambio que había pegado en cuestión de horas. Nadie podía decir que era la misma chica de antes, con esa energía, que ahora solo utilizaba para desencadenar temblores inoportunos- ... No me encuentro bien, y no creo que se ale mejor momento para eso...

**Axel Welles** Mar Ago 11, 2009 8:42 pm

Le mira sonriendo ampliamente, intentando transmitirle el optimismo que portaba, pero se hunde en sus ojos. Sus ojos podían mostrar lo triste que estaba, un dolor muy muy profundo que hacía tiempo que estaba dentro y amenazba con salir, un dolor que salía muy poco, pero cuando salía le inundaba entera.

Frunce el ceño, rascándose la cabeza, no sabía qué hacer para poder animar a Jane. Se encoge de hombros, mirando al móvil por si algo de él le había hecho ponerse así. "Tiene 1 mensaje nuevo", eso era lo que leía en la pantalla, selecciona el mensaje y abre los ojos como platos cuando descubre lo que es.

-¿Su saldo es inferior a 3 euros? ¿Puede recargar su tarjeta prepago a partir de 5 euros en cualquier establecimiento?...-Levanta su vista de la pantalla clavando sus ojos en Jane, sonriendo y alzando una ceja.- Joder, es triste que se te acabe el saldo, pero siempre puedes recagar el móvil y lo volverás a tener...

Se sienta a su lado en el suelo, acariciándole lentamente el cabello, amistoso. Por lo menos esperaba que sus palabras hubiesen hecho efecto y ahora se le iluminara a Jane una sonrisa.

**Jane C. Jaffe** Mar Ago 11, 2009 10:20 pm

Escucha las teclas ser pulsadas por al mano de Axel, pero no se mueve del lugar ni la posición en la que está, se siente cómoda así. No quiere mover ni un solo musculod e su cuerpo porque eso significaríaa que está viva, y lo que ahora quería era estar como muerta, en una especie de sueño profundo, al igual que en un coma, pero del que no despertarse. Quien pudiera ser Aurora en un momento como ese y pincharse con es huso de una rueca para dormir cien años. Si a ella le ponían más, no le importaba.

Escucha la gracia de Axel sobre el mensaje del saldo. No era por eso, no era por el puto mensaje que la había sacado de su ensoñación por lo que estaba así. Era por la melodía del iPod, que le recordaba a su madre, y ese recuerdo le dolía tanto... la voz de su madre era lo único que la hacía vivir en paz en ese mundo, y se la habían arrebatado. No había podido disfrutar de ella lo suficiente.

Nota la mano del chico acariciar su cabeza, relajandola por momentos, sintiendo que la calmaba poco a poco... y no duda en volverse lentamente, con los ojos cerrados hacia él. Con movimientos lentos, la muchacha se situa sobre el pecho de él, escuchando un corazón humano que no era el suyo. Se parecía a una niña pequeña, y parecía tranquila, pero a la luz de la luna podían verse los surcos humedos que habían dejado sus lágrimas hacía escasos segundos.

**Axel Welles** Mar Ago 11, 2009 11:30 pm

Alza una ceja cuando ve los lentos movimientos de la chica y va abriendo poco a poco los ojos cada vez más. "No... no va a hacer eso..." piensa mientras ve como Jane se va acercando hacia su pecho y nota una pequeña ola de calor le sube desde los pies hasta las mejillas, tiñendo estas de un rubor intenso, cuando se apoya y acurruca encima de él.

Se queda unos momentos quieto, sin saber qué hacer y decide actuar como antes; lleva la mano lentamente hacia la cabeza de la chica y le acaricia lentamente, pasando sus finos dedos y enredándolos en su sedoso cabello.

-Esto...-Carraspea, mirando a todas direcciones para que si la chica se girase a él no viera el color que habían adoptado sus mejillas.- Jane, puedes decirme lo que te pasa... te quedarás más agusto si así lo haces... ¿No?.

**Jane C. Jaffe** Mar Ago 11, 2009 11:39 pm

No contesta al muchacho, Se conforma con escuchar los latidos de su corazón, que ahora van mucho más deprisa. ¿Por qué? ¿No sería...? No le mira, no le hace falta hacerlo. Solo posa una mano sobre el pecho del chico, agarrando la camiseta, mientras respira lentamente. Ella también se estaba poniendo algo más nerviosa, quizás porque por su mente volaban miles de ideas de lo que podía hacer ahora. La imagen que antes la había cosado como un fantasma imposible había desaprecido, dejandola tranquila por unos minutos. Estaba trepando por las paredes del pozo de nuevo, subiendo hacia la superficie de su vida.

El chico sigue acariciando su cabeza, a lo que ella responde con un escalofrío y un suspiro de placer por la cómodidad en la que se encontraba. Si le dieran a elejir, se quedaba así, acompañada, pudiendo sentir que había alguien vivo cerca de ella. Echaba de menos el calor humano, y hasta ahora no se había dado cuenta.

Sus ojos siguen cerrados, y una leve sonrisa, casi imperceptible asoma de sus labios sonrojados.

**Axel Welles** Miér Ago 12, 2009 3:20 am

Nota como Jane agarra su camiseta y poco a poco el rubor tiñe de un rojo más oscuro sus mejillas, nota como el corazón de ambos comienza a latir más deprisa cada vez, haciendo que la sangre se agolpe en sus sienes y note como si un puñado de personas tocasen el bombo con su cabeza.

Sigue acariciando su cabeza, enredando de nuevo sus dedos entre el cabello de la chica, pero se atreve a bajar un poco, acariciandole lenatmente los hombros y la espalda, y estrechándole un poco más contra él. Aspira el dulce aroma de la chica, el aroma que hacía que se perdiera y tuviese pensamientos que no quería con su amiga... su amiga.

-Jane... ¿puedes decirme qué te pasa por favor? -Dice, intentando retomar el tema de conversación y subiendo de nuevo la mano hacia su cabeza, a ver si de esta manera podían fugarse sus pensamientos a otro lugar.

**Jane C. Jaffe** Miér Ago 12, 2009 3:42 am

Siente como la acerca más a él, y agarra con más fuerza su camiseta. El corazón de él va más deprisa aún, y ella puede oirlo, al igual que el suyo propio. Le gusta, y además nota el calor del cuerpo de Axel, entremezclandose con el suyo, y le encanta esa sensación. Un escalofrío le recorre la espalda de la chica cuando el chico la acaricia, pero una cara de disgusto remplaza su anterior sonrisa al notar que aparta la mano. Es entonces cuando abre los ojos verdes, y clava la mirada en la del muchacho. Nada tiene que ver la mirada de antes con la de ahora, mucho más intensa, pero cargada de otros significados. Necesitaba compañía y no veía otra mejor que la de él.

- ¿Por qué paras? -pregunta en un susurro, sin dejar de mirarle con cierta pasión en los ojos y necesidad. Ambas cosas se mezclaban en su cabeza, deseandolas, y se mostraban a través de sus ojos.

Se muerde el labio inferior a la vez que araña levemente el pecho de Axel al agarrarle de la camiseta con más fuerza, como si fuera una orden silenciosa que le decía que no podía marcharse de su lado.

**Dmitri Vólkov** Lun Ago 24, 2009 12:20 pm

Había conseguido llegar, permaneciendo silencioso durante todo el camino como una sombra oscura y misteriosa, intentando mantener la imagen del frio e invatible asesino capaz de destruir el mundo de un solo disparo. Pero lo cierto es que le va nublando la vista y el camino de tierra se le va haciendo borroso.

Ante ellos entre los arboles se habría un peqqueño claro en la que había una pequeña casa de madera, uno de los miticos refugios de la mafía. Detuvo el coche y salió de él, no pudo dar ni dos pasos.

La perdida de sangre le hizo marearse y perder el conocimiento, cayendo como una piedra contra el suelo. Si ella quería escapar era el momento de hacerlo.

**Dita Alighieri** Lun Ago 24, 2009 1:14 pm

Todo el camino se había visto envuelto en silencio a excepción del rugido del motor y el viento. Dmitri había ignorado mi pregunta y yo no pensaba gastar más saliva de la necesaria. Más o menos bien llegamos al bosque a las afueras de la ciudad y nos adentramos por un camino de tierra algo irregular.

Para el coche al llegar a un claro dónde se encuentra una cabaña de madera. ¿Sería un refugio? Supongo que sí… Entonces sale del coche trastabillando y acabando en el coche. No puedo evitar un gemido ahogado al verle caer al suelo, mientras me suelto rápidamente el cinturón veo que el asiento del conductor está empapado en sangre. Rápidamente cierro la puerta y me acerco a él.

Pero antes de llegar a él me paro. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Iba a ayudarle? Debería aprovechar para escapar y dejarlo ahí. Era un asesino y la había tomado como rehén, aunque al final la salvara. Estaba verdaderamente loca si le ayudaba, pero antes de darme cuenta ya estaba arrodillada a su lado, intentando moverle lo menos posible para que las heridas no le dolieran más de lo que ya debían de hacer. -¡Eh, venga! Despierta. Yo sola contigo no puedo. – Decía mientras le daba suaves bofetadas en las mejillas intentando volverle en sí. - ¡Despierta! – Pero viendo que así no conseguía nada, me quito los zapatos de tacón y me dispongo a levantarlo como puedo.

**Dmitri Vólkov** Mar Ago 25, 2009 7:16 pm

Consigue espabilarse un poco y ayudar como puede a llevarle al interior y dejarse caer dolorido sobre la cama que había en el interior de la cabaña donde se dejo caer agotado sobre la cama. Era facil ceder al sueño que sentía e intentaba llevarle a manos de la consciencia, pero no podía permitirselo.

Haciendo un acopio de todas sus fuerzas se levanto de la cama y trstabillando llego al botiquin abriendolo y sacando lo necesario para curarse. Sin ningun tipo de reparo se quita los pantalones y comienza a urgar con los dedos en la herida, hasta que consigue sacar la bala, dejando escapar un gemido que suena rugido de leon.

Despues calienta un cuchillo en el hornillo de la cocina y cuando esta al rojo lo aplica sobre la herida dejando escapar otro rugido al cerrar la herida cuaterizandola.

De un armario con la misma brusquedad sacara una botella de vino que abre con rapidez para beberse media botella de un trago. Despues repara en la presencia de dita.

-Tienes dos opciones preciosa ¿o te largas y me dejas tirado que es lo que haria cualquier persona en su sano juicio o me ayudas y sacas la bala que tengo en la espalda?

Si no le ayudaba con la bala era muy complicado que se curase solo, y el hospital mas cercano estaba demasiado lejos como para que se curase el solo. Le dio otro trago a la botella intentando no sentir dolor.

**Dita Alighieri** Mar Ago 25, 2009 11:04 pm

Parece que es capaz de mantenerse más o menos consciente y somos capaces de llegar hasta la cabaña y tumbarse en la cama. Veo como lucha para mantenerse despierto hasta que se levanta de la cama, coge un botiquín. Se desnuda y empieza a sacarse la bala de la cadera.

Yo me quedo relegada a su lado, pero él actuaba como si no estuviera aunque tampoco es que yo a parte de acompañarlo hasta la cama hubiese hecho nada más. Mi cara debe de parecer una guía completa de expresión, desde la preocupación hasta el horror. No puedo evitar desviar un poco la mirada cuando presiona el cuchillo incandescente sobre la herida. Seguidamente se vuelve a levantar, coge una botella y se pone a beber. Realmente no sé como se puede mover con tal agilidad, con dos heridas de bala recientes.

Hasta que no me habla no me doy cuenta de que me he sumido en mis pensamientos. Antes de que consiga procesar sus palabras ya estoy a su lado.

- Indícame, nunca he curado una herida de bala. – Digo en tono duro. Debía de estar demente perdida si le ayudaba... Ya sé, síndrome de Estocolmo, no podía ser otra cosa. Pero no podía no hacer nada, aunque fuera un asesino a sangre fría. - ¿Porqué lo has hecho? – Pregunto mientras me recojo el pelo en un moño flojo para que no me estorbe. - ¿Porqué has matado al dependiente? ¿Y al pobre Maël? – Frunzo el ceño intentando entender el porqué de todo lo que había pasado hacía un momento.

**Dmitri Vólkov** Miér Ago 26, 2009 12:38 am

-Tendras que sacar la vala con los dedos y luego cauterizar la herida con el cuchillo.-le dijo a la chica, cuando le pregunto los porques agacho la mirada como un cachorro herido.-Fueron ordenes, y el chaval intento matarme, si se hubiera estado quietecito no le hubiera disparado.

Se sento en la cama a esperar a que ella le curara. Al quitarse la camisa rebelo un torso marcado por la mordedura del latigo, aunque por la distancia y forma no parecia provocado por otros si no por el mismo. Se autoflajelaba.

En esos momentos se sentía como la bestía de las historias que hacía mucho dejo de escribir, odioado por una princesa de piel de porcelana.

-Odiame.-le contesto.-Es lo que merezco.

**Dita Alighieri** Miér Ago 26, 2009 2:27 am

Escucho atenta a las instrucciones, reteniéndolas en la mente y deseando poder hacerlo lo mejor que pudiera.

- Pero, ¿no habría que desinfectar la herida o limpiarla antes de cauterizar? – Pero bueno, él era el que sabía sobre eso así que haría lo que le había dicho. Acompaño a Dmitri hasta la cama, cuando oigo su respuesta no puedo evitar quedarme parada. - ¿Ordenes? No parece gustarte esto… ¿Por qué estás metido en algo así? Y me temo que Maël solo quería ayudarme... No hacía falta que le dispararas, con apartarlo habría servido, le doblas en tamaño y en fuerza Dmitri… - Comento con voz apenada, alargando la mano con un poco de indecisión hasta su brazo, en el que finalmente dejo reposar mi mano, en lo que esperaba fuera una caricia, aunque fuera un poco, reconfortante.

Me aparto cuando se sienta en la cama y no puedo evitar llevarme una mano a la boca en un gesto de sorpresa y consternación cuando se quita la camisa y quedan a la vista un entramado de cicatrices. Paso la mano distraídamente por encima pero la aparto rápidamente, ya habría tiempo para preguntar, ahora lo importante era el balazo.

Prefiero no responder a sus palabras, pero la respuesta sale sola, inevitable. – Cuando sepa porqué mereces que te odie, lo haré, pero por ahora nada. – Digo mientras me lavo y seco las manos. Me acerco a él y le advierto. – Allá voy. – Con toda la firmeza y entereza de a que dispongo empiezo a hurgar en la herida, deseando hacerlo lo más cuidadosamente que pueda, que le duela lo menos posible. Me cuesta un poco pero finalmente logro obtener la bala, saco los manchados dedos, no sin antes acariciar un poco la espalda de él, y observo la bala mientras me dirijo a los fogones. Dejo la bala en la encimera y no pierdo el tiempo lavándome las manos. Enciendo el fogón al máximo y pongo la hoja a calentar. Cuando está al rojo vivo, voy rápidamente hacia Dmitri. –Voy a cauterizar, ¿vale? – Y sin pensármelo dos veces aplico la hoja incandescente sobre la herida. Cierro los ojos un momento, con un gesto de angustia. – Creo que ya está… - Digo retirando el cuchillo y levantándome para devolverlo a la encimera.

Tomo la botella y le doy un trago también. Busco un trapo pero no encuentro ninguno, y no veo gasas, así que sin importarme mucho me quito la camiseta y la mojo para luego volver donde el chico se encontraba y limpiar la sangre de la herida de la cadera. Dejo la camiseta en la cama y apoyo la frente sobre el hombro bueno. - ¿Cómo te encuentras?

**Dmitri Vólkov** Miér Ago 26, 2009 2:47 pm

Durante toda la cura estubo silencioso, salvo algun gemido de dolor, aprentando los puños, intentando que ella no se sintiera culpable por el daño que ella le estaba causando durante la cura. No le apetecía que ella se sintiera mal por su culpa.

Cuando termino le arrebato la botella y se bebio lo que quedaba con brusquedad, apurando hasta la ultima gota para limpiarse luego los restos con el canto de la mano.

-Soy un asesino Dita, un maldito sicario de lo mafia.-le digo con cierta brusquedad.-Y si quisiera ahora mismo podría pegarte un tiro...

Queria asustarla, quieria que le odiara, que le rechazara que le aborreciera para el resto de su vida. Por eso le agarro por la cintura con brusquedad y empujandola contra la cama y esposandola con unas esposas cercanas, inmovilizandole en el cabecero.

-O violarte hasta que supliques que te pegue ese tiro...-ronroneo en su oido.

Su voz era grave, aterciopelada y algo desgarrada.

**Dita Alighieri** Miér Ago 26, 2009 4:48 pm

Me separo de él cuando se pone a beber, observando distraídamente las sabanas pero su voz me saca de su ensoñación.

- ¿Y no había otra opción? ¿O de pequeño deseabas ser asesino a sueldo? Estoy segura de que tenías sueños o incluso ahora, en el fondo, los conservas. – Respondo con su mismo tono. Frunzo el ceño ante lo que sigue. – Pero no lo harás…

No puedo terminar porque lo siguiente que sé, es que me encuentro estampada contra la cama y esposada. Pero eso no me impide mirarle con firmeza y terminar. - … has tenido la oportunidad todo el rato y cuando me dispararon, no dejaste que me pasara nada. – Aunque de lo último que ha dicho no esté tan segura.

- Soy una chica fuerte, y aunque no acabe de encontrar lo que busco en mi vida, la aprecio demasiado como para dejarla atrás. – Digo a su vez en su oído. Manteniendo un semblante de firmeza y algo parecido a fiereza.

**Dmitri Vólkov** Jue Ago 27, 2009 9:14 pm

¿Por que coño no había podido secuestra a la barbie histerica y no la Cindy me das penita porque te has cargado a dos tíos? Es que no entendía que lo que menos le apetecía teniendo el cuerpo como un colador era que le dieran la charla, no había bastado con dejarse pegar los tiros por ella.

Ignoro toda su berborrea y todo el no me haras nada y se fue hasta la ducha, necesitaba sumergir su cuerpo en agua para despejarse un poco. Se metio en el baño y en la ducha y dejo que el agua fria golpeara contra su cuerpo aclarando su mente algo enturbiada por todo lo acontecido.

Tras unos minutos reconfortantes en compañia del liquido elemento salio de la ducha solo cubierto por una toalla mal puesta a la cintura, dejando bien a la vista su bien esculpido cuerpo y las cientos de cicatrices que lo cubrían.

Se fue directo a la nevera y saco dos badejas de Sushi, por suerte el limpiador las había dejado ahi para cuando el viniera. Luego se volvio hacia Dita.

-Te doy si prometes dejar el discursito moral para otro momento.-las dejo sobre la mesa.-Cuando han querido convertir tu cuerpo en un colador lo que menos te apetece escuchar es cualquier discurso relacionado con la moralidad, bueno en general cualquier discurso ^¿entendido?

**Dita Alighieri** Vie Ago 28, 2009 12:51 am

Pasa de mí y se va. Me deja esposada a la cama y medio vestida, suerte que hace buena temperatura y no molesta. Suelto un gruñido y pataleo la cama, sin importarme que esté reaccionando como una niña pequeña haciendo una pataleta. No había cosa que me diera más rabia que pasaran de mí cuando hacía algo con buena intención…

No tengo ni la más mínima idea de dónde se ha metido pero me da igual. La rabia dominaba mi mente en ese momento. Maldiciéndolo, eso le pasaba por tonta. Siempre igual, yendo por las buenas y luego, ¡zas!, puñalada. No sé ni porqué me preocupo…

Pasados unos minutos, vuelve con tan solo una toalla para tapar su desnudez y bastante precariamente colocada. Mis ojos se desvían inevitablemente por su cuerpo cuando está de espaldas a mí, perdida en ese mar de músculos y cicatrices. No hay nada más a parte de él en ese momento. Cuando se da la vuelta, desvío la mirada, enfadada conmigo misma por esa debilidad.

Escucho atenta a lo que me dice con el ceño fruncido. Supongo que podría concederle la razón, pero… soy así y me resulta inevitable. Pero intentaría contenerme todo lo que pudiera, lo que no significaba que lo consiguiera. No tenía lo que se decía mucha fuerza de voluntad. – Entendido… - Susurro aún con la mirada desviada y algo más tranquila. Por suerte las esposas no estaban muy ajustadas y durante la pataleta no me había hecho gran daño.

**Dmitri Vólkov** Vie Ago 28, 2009 3:46 pm

La suelta en silencio y le tiende la bandeja de Sushi. Despues se sienta en la cama y comienza a devorar la comida. Necesita alimentos para recuperar la sangre perdida durante el viaje y el tiroteo. Por ahora permanece silencioso.

-¿que hago contigo Dita?-le pregunta a la chica.-Si te suelto me delataras a la policia, pero tampoco me apetece cavar tu tumba detras de la cabaña ¿asi que solución propones?

Dijo mirandola mientras comía, con el mismo tono que se utilizara para hablar del tiempo cuando en realidad estaba hablando sobre el destino de Dita.

**Dita Alighieri** Dom Ago 30, 2009 12:10 am

Me froto un poco las muñecas cuando me suelta, estaba algo adolorida de estar atadas en la misma posición. La verdad es que apenas tengo hambre pero tomo la bandeja mientras me incorporo y me llevo uno a la boca, parsimoniosamente, con desgana.

Como con la mente en blanco, no queriendo pensar en nada. Las palabras de Dmitri hacen que vuelva a la realidad.

- Sabes, no todo es blanco o negro como tú lo pintas. – No levanto la vista de la bandeja hasta ahora. – Haz lo que te parezca, si decides librarte de mí, puedo asegurarte de que no te delataré, te lo debo. Si te decantas por la segunda opción… Tú mismo, pero ya te lo he dicho, el gris existe. Te lo digo por si no lo sabías… - La mirada fija en él, vuelve a la bandeja casi llena. Tomo otra pieza de Sushi pero la vuelvo a dejarla en la bandeja.

Lentamente, bajo de la cama y me acerco a la encimera dónde dejo la bandeja. Vuelvo a la cama y me siento subiendo las piernas, pegadas al pecho y con la cabeza reposando en las rodillas.

**Jack Norton** Sáb Sep 05, 2009 9:27 pm

Era noche cerrada cuando Jack llegó a la linde del bosque con su monopatín. Había estado fuera durante un tiempo, y ahora que había regresado no le apetecía sumergirse de lleno en la civilización. No todavía.
Sabía que los chicos estarían en el Urban, y prefería evitar a toda costa ese lugar. La herida estaba reciente, no podría evitar fijarse en que alrededor de la mesa del bar faltaría una silla.
Cogió el skate bajo el brazo y se adentró un poco en la espesura, hacia el lugar donde sabía que encontraría un claro que algunas veces había pisado. En efecto, cinco minutos escasos después de su llegada alcanzó una zona despejada sobre la que brillaba la luna.
Un pájaro graznó en alguna parte y Jack se sentó sobre el césped, sin importarle que pudiera mancharse los pantalones vaqueros que llevaba puestos. Eran sus pantalones más viejos y tenía dinero ahorrado para comprar ropa, pero simplemente era demasiado vago para eso.
Sacó un bocadillo de uno de sus bolsillos, retiró el papel de aluminio y le dio un mordisco.

**Zeth A. Drakos** Sáb Sep 05, 2009 9:56 pm

Tras una larga tarde pescando en soledad en el Lago Waterpeace Zeth acortó distancias por el bosque, con su bicicleta, camino a casa. La verdad es que había escuchado leyendas sobre el bosque, pero nunca les había hecho demasiado caso. No, unas simples historietas no iban a hacer que llegara más tarde a casa

Cogiendo velocidad, ni se dio cuenta adónde se acercaba. Oscuro como estaba todo, a pesar de la débil luz que emitía su bicicleta, no vió la especie de mini-ciénagada a la que se acercaba. Sólo fué consciente de dónde se estaba metiendo cuando el barro le llegaba por los tobillos

- ¡Joder! -exclamó, bajándose corriendo de la bicicleta, cogiendo ésta con una mano y saliendo con rapidez de allí- Mierda... ¡Mierda! -protestó, dejando caer la bicicleta a un lado. Se limpió las manos llenas de barro en el pantalón, abriendo después la mochilla que llevaba a la espalda, donde tenía todos los utensilios de la pesca, junto con una linterna. Cogió ésta y la encendió, teniéndole que dar un par de golpecitos ya que la pila parecía no estar en muy buenas condiciones.

**Jack Norton** Sáb Sep 05, 2009 10:07 pm

Sólo había dado un par de mordiscos a su bocadillo cuando escuchó los improperios provenientes de un lugar cercano. Alguien - un chico, pero poco más deducía de la voz - parecía estar en dificultades.
Jack se levantó, dejó el monopatín en el lugar donde había estado sentado y con gran pesar se separó momentáneamente de su cena.
Avanzó a zancadas hasta el lugar donde suponía que se encontraba el otro y solo distinguió una figura parada al lado de una bicicleta. Parecía haberse metido de lleno en el fangal, pero tenía una linterna.
- ¿Todo bien? - Preguntó Jack enarcando una ceja.
Esperaba que aquel tío fuera alguien normal que estaba paseando y no un psicópata o un asesino que trataba de esconder un cadáver. Tragó saliva.

**Zeth A. Drakos** Sáb Sep 05, 2009 10:15 pm

Se acuclilló al lado de la bicicleta, examinándola a la luz de la linterna. Bueno, estaba llena de barro, pero parecía que volvería a andar, por lo que podría regresar a casa sin problemas... Giró la cabeza al escuchar pasos cerca y alzó la vista, dando con un chaval que tendría mas o menos su misma edad. Chasqueó la lengua.

- ¿Tu qué crees? Acabo de llenarme hasta las rodillas de barro y encima la maldita cadena se ha salido de su sitio -expecificó, haciendo un ademán con la mano para quitarle importancia-. Con un poco de suerte la colocaré en su sitio sin muchos problemas... -comentó, comenzando a trastear los pedales de la bicicleta- Por cierto, me llamo Zeth... Te tendería la mano y esas cosas, pero... Está llena de barro

**Jack Norton** Sáb Sep 05, 2009 10:21 pm

Jack sonrió, pero su gesto probablemente pasó desapercibido con la oscuridad reinante. Izo ademán de acercarse pero vio que el tal Zeth se las apañaba perfectamente.
- Por eso voy en monopatín. - Comentó. - No hay cadenas que se salgan. Yo soy Jack.
Sí, desde luego parecía haberse dado un buen baño de barro, pero por suerte no era nada que no arreglara una buena ducha. Miró al chico con más atención y creyó distinguir en su rostro algún rasgo familiar.
- ¿No te conozco? - Inquirió, con curiosidad.
Igual era hermano de alguno de sus alumnos, familia de alguno de sus amigos o simplemente un chico que se parecía a alguien que conociera. Aquello último era lo más probable.

Contenido patrocinado