Castillo del Conde Moldoveanu

Daba vueltas por las afueras de la ciudad y a lo lejos veo unas ruinas, bastante antiguas y por las pintas digo que son de la Edad Media. Por curiosidad entro en el edificio.
- Algunas veces me pregunto el por qué soy tan curioso. - Pienso.
Sigo caminando, contemplando las grandes salas llenas de telarañas que había, y de tantas vueltas que dí, me topo con unas escaleras que no sabía hacia donde se dirijen. Subo por ellas, las escaleras estan algo desgastadas, viejas.
- Un paso en falso Mugen y adiós. - Pienso.
Sigo subiendo y al final de las escaleras veo la salida, luz, llegando a ella, a lo alto de la almena, puedo ver el verdadero encanto de este lugar.
- Este lugar, aparte de tener chicas con mala ostia como la otra noche, también tiene unas vistas bastante guapas. -

De tantas vistas me cansaba y me bajo escaleras abajo, con la misma precaución que antes, pero mas rápido. Llego en el salón y ando todo recto, mientras camino voy pasando mis dedos en las telarañas que hay en los muebles, y mis ojos que siguen asombrados por ese salón tan majestuoso, se fija de repente en una mochilla, que nada pinta ahí.
- Una mochilla? De alguién debe ser, pero bueno, husmearé en ella, a ver. - Pienso.
Es algo natural en mi, es lo que tiene pasar mucho tiempo en las calles, pues en donde metí primero la mano fue para buscar la billetera o la cartera, y bingo! lo encuentro, ser tan torpemente idiota de, en vez de cojer el dinero, miro en las fotos que tenía en ella, y tal fue la sorpresa.
- Pero que cojo.. si es la chica del otro día!!!. - Grité por el asombro.

De lo impactado que estaba, no noté la presencia de alguién mas en el salón, tal fue el susto cuando escucho un grito que atravesaba las paredes de todo el edificio,
- Mierda, me ha pillado. - Susurro.
Me giré bruscamente.
- Debería preguntar lo mismo, que haces tú aquí!!!???. - Contesté gritando.
- Creía que la mochilla era de algún pringao de esta ciudad, pero no me imaginé que fuese tuya. - Suelto en forma de excusa.

- Creo que se podría decir que yo también soy de esta ciudad, jeje. - Suelto mientras me rio con desganas.
- Y que haces por aquí?. - Pregunto, mientras voy andando recto hacia ella.
- La mochilla supongo que es tuya, así que te lo doy, no soy un ladrón.. aunque tenga pintas de ello. -
Andando hacia ella noto que tiene algo de miedo, así que caminé mas rápido para dar su mochilla, haciendo que me tropezara con una silla de enmedio y me escoñe contra el suelo con una brutalidad estilo callejero.

La caída me atontó, pero ver a la chica mas cerca, pues me atontó aún mas.
- Eee.. si si, estoy bien, tranquíla. - Contesto mientras me siento en el suelo, intentando quitar todo el polvo que se pegó en mi ropa.
- Ladrón? No soy un ladrón, solamente cojo prestadas cosas de los demás. - Chiste malo para el momento, pero si, su sonrisa me dejaba cada vez mas atontado.
- Pero tranquíla de verdad, estoy bien, y no me has contestado sobre lo que hacías tu por aquí. - Insistí

Entorné mis ojos, a la vez que las suyas, mirandola de una manera extraña y rara.
- Hacías fotos estas ruinas? Vaya pamplinada, - Escondiendo mi verdadera opinión sobre el lugar.
- Mis maneras se pueden llamar de muchas maneras, llamalo robar, yo tengo otra forma de verlo, y sobre la última vez.. creo que si, fue algo raro y un poco gracioso la verdad, comenzamos con mal pie. - Mientras me quitaba lo que quedaba de polvo en mi ropa.
- Me presento, soy Mugen, hace poco que vivo por aquí así que no sé.. doy vueltas, como siempre vamos. - Dije entre risas.

Alcé la vista cuando me contestó.
-No es una pamplinada- exclamé- tienes que buscar algo bello en cada lugar, sino, el mundo sería una mierda...
Asentí a lo que decía, no es que le estuviera dadon la razón, sino que, simplemente me limitaba a escuchar mientras realmente me reía por como se quitaba todo el polvo que le quedaba... si él supiera lo auténticamente sucio que está el suelo, lo daría por perdido.
Asentí titubeante.
-Yo... soy Alissa- asentí- y espera, si esto es una pamplinada... ¿Qué se supone que estás haciendo tú aquí, Mugen?
Casi me reí al pronunciar su nombre, pero me corté lo suficiente como para tan solo sonreír, casi de forma burlona.

Alissa tiene una bonita sonrisa, fijandome en como se reía del nosequé cosa, yo me limito solamente a mirarla. En el momento justo, mi cabeza aún daba vueltas así que puede que sea los efectos del golpe lo que hace que yo vea que ella está sonriente, o por el caso contrario la hacía gracia que yo esté manchado a mas no poder del polvo del suelo, que de tantas capas que tiene, cuanto mas intentas quitarlo, mas se adhiere a la ropa.
- Bueno, este mundo no tiene solución, pero si, hay cosas bellas en ella. -
Mientras la miro fijamente en los ojos.
- Yo?? Yo esto.. estaba de paseo y me fijé en este lugar, miré que tenía. Y por lo visto son simples ruinas lleno de polvo y suciedad. - Intentando otra vez esconder mi opinión sobre el lugar.
- Y tu, Alissa?? que haces por aquí?, según algunos habitantes alrededor escuché que en este lugar desaparecen personas, no has pensado que este lugar podría ser peligroso para una chica??. - Pregunto.

Estabamos cuajando, y eso que de primeras creía que seríamos como el agua y el aceite, pero notaba como ibamos confiando del uno al otro. Pero en mi caso, como siempre, estar toda la vida en la calle te enseña a desconfíar mucho en una persona, pero no, con esta chica era diferente.
- Te sorprenderías las verdades que hay en este mundo sobre esas cosas, fantasmas, espíritus, cosas de ese tipo. -
Contesté con gracia.
- Y el por qué de puede que desaparezcas es fácil, siendo una chica tan guapa y con una apariencia delicada, sería un objetivo fácil para un pervertido, digo yo. -
Soltar tantos piropos en mi, no era nada normal, yo también me sorprendía por mis palabras, pero supongo que es por la caída de antes.
- Te consideras bicho malo?? Vaya, eso no lo sé, tendría que comprobarlo, si es así. - Suelto mientras apartaba la mirada hacia otro lado y soltando una sonrisa de tímido.