Castillo del Conde Moldoveanu

Su sonrisa y su forma de reirse aún no sé a que es debido, será porque es así ella, o simplemente era conmigo con quién hablaba, de todas maneras, me molaba sus formas.
- Ya, las apariencias engañan, debería decirlo yo, que seguramente aún piensas que soy un ladrón de pocamonta y nada mas. - Constesto con razón.
- Y otra cosa, quién dijo que sea yo un pervertido? Vaya, yo ya tengo una colección de títulos por mi apariencia: ladrón, pervertido.. cual será lo siguiente? jaja, conmigo no te preocupes, tampoco quiero hacerte nada malo. - Afirmando que no soy un delicuente ni nada por el estilo.
- Mmm.. si, trabajo por las tardes, pero depende de que días, me tienen que llamar, y hoy no me llamaron, así que estos dias estaré libre. -

La conversación se tornaba otra vez hacia un lado mas serio, así que intenté que sea mas llevadero que la última vez que hablamos: Llevarlo mejor con esta chica, ya que mi objetivo era conocer a gente de la ciudad, y viendo las cosas, mejor ella que ya la voy conociendo que otro que me lo podría jugar en otra ocasión.
- Un buen ladrón? Jaja vaya, por qué te hace pensar eso de mí?. - Preguntandolo de una manera sonriente.
- Debiste pasarlo mal para que no confíes en nadie.. Para ser sincero, yo tampoco me suelo fiar de nadie, solamente de mí mismo y de nadie mas. - Dije como una excusa, apartando mi tema y centrando mas en la suya, conocerla.
- Bueno, puedo llegar a ser un pervertido con algunas personas, para ser mas exacto en chicas como tu. - Entre risas que lo dije, para que no pensara nada malo.
- Que es broma!!! No soy ningún pervertido, odio la gente que son así. -
- Y sobre mi trabajo.. Yo trabajo en un taller en las calles barrio bajeras de la otra ciudad, la mas pobre que hay por lo visto, lo conocerás y todo.. Vamos, pa no conocerlo. -
Parece que la afectó demasiado con que la llamase niña de papá en su momento, así que intenté arreglarlo de la mejor manera que pude.
- Ah si? Cuentame a ver, quiero saber mas de tí, si no te importa claro. - Mientras la sonreía.

Una desconfiada total, eso era la chica, mas desconfiada que yo, y acerté en que fue por algo que la ocurrió en un tiempo.
- Nada de eso que los chicos buscan?? Jaja, no sé a que te refieres pero bueno, será cosas tuyas que tienes en la cabeza. - Contesté directo.
- Si no te suena, entonces yo te invito a visitarlo, visitame un día en el taller. Y sobre mí, ya te contaré mas adelante.. -
Por ser una desconfiada, jugarsela bien en este momento sería mi oportunidad, haciendosela pagar la última noche que discutimos. Así que acerque poco a poco mi cara con la suya, sin que note mi verdadera intención sobre ello.
- No desconfíes tanto de mí, vale?. - Diciendolo cara a cara, con una carita de niño bueno sonriente, y con mucha rapidez sin darla tiempo a que reaccionara, la robé un beso.
Me levanté rapidamente para que no me diera con algún puñetazo suelto o una patada de repente.
- Eso por la de la otra noche, niña de papá. - Mientras lo digo riendome.

Segunda vez que besaba el suelo, no era mi día de suerte que digamos, pero por el hecho de que esté en el suelo parece que a ella le hace gracia, y verla sonreír me hacía sentirme mas raro aún.
- No pensaba en nada sinceramente.. A que fue buena la jugada?. - Preguntandosela con torpeza.
- Me vas a pegar o qué? Porque si es así, es tu mejor momento. - Mientras levantaba mi espalda del suelo con los codos y riendome de mi lenta reacción ante la caída.
Al hacerlo acaricié mi magullado culo, y mi rodilla, que al sentir la patada creía que se iba a partir por la mitad.
- Muy buena la patada. - Mientras me cojía de la rodilla, palpandolo si estaba bien.
Me seguía riendo de mí mismo, y ella por lo visto también, le hacía gracia el momento, y por mi parte, me encantaba ver que se reía. Ganabamos los dos con ese momento.

Una sorpresa, esta chica lleva mas sorpresas que los huevos Kinder, de mi jugada anterior me lo devolvió con creces y duplicado, dejandome en blanco totalmente.
- Es un Touch-down en toda regla, señorita. Veo que con lo que dije la otra noche de que tu sí que "devoras" no me equivocaba. - Contestaba con una sonrisa de vacilón cargante.
- Y ese beso que te dí hubiera quedado mejor si te hubiera cojido y tumbado al suelo e inmovilizarte. -
- Y yo creo que debería haberlo hecho, así no estarías encima mía, no crees?. -

Es increible, tan blanco esta mi mente como un folio recién sacado de una papelería.
- Cuanto mas te inclines, mas me lo pones fácil para hacer mis malvadas intenciones, señorita. -
No sabía como llegué a aquel situación, ni quería acabar debajo de ella ni nada, pero no me quejo por ello, ya que sentía su calor en mi pecho, y me recomfortaba por momentos.
- No llego a imaginar la situación en la que estaríamos si lo hubiera hecho.. Piensa en lo que podría haber ocurrido. - Diciendolo de una manera en que ella misma conteste su propia pregunta.
- Raros cambios de personalidad?? Vaya, no me doy cuenta de esas cosas, será por eso que me echaran de las 25 o 30 familias de acojida donde estuve. - Contesto sin pensar.
- Yo soy Mugen, y punto, y no supongas nada. - Solté mientras movía mi cabeza con mas rapidez que antes para robarla el segundo beso.

Mi segunda jugada ha fallado, me ha visto desde lejos y puso codos por seguridad, aparte de que me haga sentirme raro, también es lista, y avispada.
- Si bueno, malvadas intenciones entre comillas. -
Hacerme el loco en ese mismo instante era lo mejor, guardar el dolor producido, me había clavado enterro el codo en el buen lugar, en el mejor momento, para pararme.
- Crees? Pues puede que sí eh, no lo descartes. - Guiñandola mientras lo decía sonriendo.
- Y que acabara mal no sé, ya que si fuese así, tu no estarías encima mía, no?. -
- Yo me comporto de una manera que me es mas fácil. Mi comportamiento se debe por muchas cosas, no solo por eso. - Solté con mas ganas, sin ser brusco para no romper el momento.
- Yo soy yo, y nada mas, y si quieres saber de donde vengo, yo tampoco lo sé, es mi repsuesta. Y de primeras no quiero nada de ti, podría decir por dinero, pero no, puedo ganarmela fácil, a mi manera pero fácil. - Contesté mientras quitaba su codo de su sitio, acercando mi cara a la suya cada vez mas.
- Y en este preciso instante, que tu hermana se lleve todo no es lo mas importante para pensar. - Susurré.

- No tengo mucha prisa en conocerlo. - Contesté.
- No ando preocupado si lo conozco ahora, o si lo conoceré mañana o pasado. Pude vivir solo, y me he acostumbrado a ello, conocerlo solo me daría una carga pesada que sostener. - Seguí diciendo.
El tema si que ha ido a serio, al final, pero bueno, fue ella quién pidió explicaciones, y es lo que hice en el momento, me incliné del todo mirandola a los ojos.
Mientras explicaba algo de mi vida, yo me inclinaba hacia ella de una manera instintiva. Ni sabía lo que hacía ni lo que decía.
- No quiero estropear este momento que tengo contigo, y supongo que tu tampoco, no? Así que mejor no pensar en nada, mantenerte apartada de todo. -

- Si acosador se le llama a esto, entonces no me importa que me llames así. - Mientras esbozaba una sonrisa tierna a la vez que me inclinaba hacia ella aún mas, como hizo ella conmigo minutos antes.

Si vagar por las calles sin rumbo alguno, intentar vivir cojiendo prestado cosas de los demás, y defenderme por mis puños y mi cabeza, se le llama vivir solo.. Pues sí, viví, vivo y viviré solo, es lo que me ha tocado por vivir.
- Si, me acostumbré a ello, soledad.. Pero bueno! te acostumbras a ello y aprendes mucho mas de lo que te enseñan en un colegio o algo de eso. - Exclamaba para no tensar el tema que tocabamos.
- En cierto modo estoy libre de todo, cargas inecesarias. Sinceramente sí, me gusta vivir solo, deberías probarlo y vagar por las calles, verás muchas cosas que tu no sabes que ni existen. -

Ella estaba pensativa, lo notaba, ella pensaba en nosequé cosa, mientras yo seguí inclinandome hacia ella. No estaba en mí mismo, mi cabeza flotaba por encima de nosotros en aquel momento, justo cuando noté que unos labios carnosos y suaves rozaban lentamente las mías.
De golpe ella se apartó, yo seguía en mi estado de "atontado" con los labios erguidos hacia delante, ella lo hizo sin estar segura.
- Vaya.. solamente quería mirar tus ojos de cerca y de golpe esto, me sorprendes. No será una venganza entre comillas, por el beso que te robé antes, no?. - Contesté, como excusa, aunque mis palabras no tuvieran ningún sentido, pero bueno.

Ella quería mantener sus ojos cerrados, supongo que por verguenza o algo de eso. Ella me explicó como eran sus ojos, pero yo las quería ver, de cerca, pero parece que no, ella no quería.
- Bueno, pero igualmente, deberías probarlo, te hará sentir mas libre, ya lo verás. - Insistí.

- Ya, me explicas de que color son y demás, pero yo quería verlos de cerca, no te va a pasar nada con que yo las veo un poco, no?. Y si eso es una venganza, entonces intentaría otros mil veces mas robarte otros mil besos.- Pregunté y contesté.
Ella apartaba su mirada hacia mí, no sé, cosas de la chica supongo.

Y justo, escucho el mismo pitido de móvil, era la suya. Por mi cabeza pasaron muchas cosas, y al mismo tiempo que pasaban los hacía, instintivamente, por supuesto. No quería perder el contacto con esa chica, y como soy así, pues así hice yo.
Ella no quería ni mirarme, se mantenía su mirada fija en el suelo, con la mente abrumada por momentos, mientras yo me movía como una serpiente hacia su mochilla. Llegué a ella, lo abrí y era para cojer su movil, no me pregunté por qué, pero cojí su móvil.

La ví que se intentaba quitar el polvo del cuerpo, yo me levanté mientras guardaba su móvil en mi bolsillo derecho, para ayudarla a quitar el resto del polvo de su espalda, en plan galán y tal.

Encantadora que era la chica, aparte de guapa y atractiva, con unos labios que "ai omá que rica". Me dije a mí mismo de encontrarme con ella otra vez, o si no era por el destino, iba a ser provocado, por mí, claro está.
- Aquí queda todo? Pero si ha molado!! Bueno, para mí sí, no sé si para ti también. - Contestaba vacilando.

Mientras veía como se alejaba, metí mi mano en el bolsiilo rozando lo que acbaaba de cojer de su mochilla, su móvil.
- Te aseguro que nos volveremos a ver, muy pronto, ya lo verás!!. - Grité mientras la sonreía de oreja a oreja.

La jugada que acababa de inventarme, podría llevarme a la carcel, por robo o alguna parrafada de eso, pero era un riesgo que tenía que correr. Quería verla otra vez.