Blizzard Street 23
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Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Nota la reacción que se produce bajo su mano, quedándose paralizada unos segundos antes de renaudar la tarea y comenzar a acariciar cada vez con más confianza y, por tanto, con más intensidad, creando fricción por encima de la tela con sus caricias, tanteando toda la zona, sin abandonar en ningun momento pese a todo la delicadeza y ternura que adornan cada uno de sus movimientos.
Hasta que, finalmente, asciende e introduce la manita por dentro de la ropa interior, acariciando directamente sin la barrera de la tela de por medio, explorando lo que nunca ha explorado, aunque por el momento solo está acariciando, repasando por entero esa zona que recién está conociendo, muy despacio, como si temiese hacer un movimiento erróneo o equivocarse, pero sin vacilar, como atendiendo a su súplica.
Y mientras esto sucede nota como por primera vez un dedo se abre paso lentamente en su interior y un pequeño gritito escapa seguido de gemidos en tanto que las reacciones naturales de su cuerpo van en aumento.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Varios suspiros más escapan de su garganta, prlongados y gradualmente más repetidos, provocando que su respiración se acelere más no sólo por lo que causa si no también por lo que recibe. Cierra los ojos y deja que se familiarice con todo, incluido su propio cuerpo, sintiendo como va ganando en confianza y por lo tanto el placer que le da aumenta...
Y lo que en un inicio era un suave tanteo se convierte en un vaivén constante, suave y que gana en rapidez lentamente, concentrado en la tarea de darle el máximo placer posible sin aumentar su inseguridad, su miedo o simplemente sin provocarle malestar...
Al cabo de varios segundos un segundo dedo se une a la tarea de explorar aún más lo desconocido, y sus movimientos se vuelven más intensos.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Y la mano que simplemente exploraba por debajo de la tela en caricias ahora se afianza alrededor de su sexo para comenzar a realizar movimientos de arriba a abajo lentos pero con toda la firmeza que su inexistente experiencia en este campo puede proporcionarla. Ya no vacila pese a la inseguridad aunque, mientras continúa realizando un movimiento que va ganando paulatinamente en velocidad, la timidez sigue notándose en el ligero temblor de su mano.
Temblor que aumenta conforme lo hace la rapidez de lo que Eddy está haciendo en su zona más íntima, sin poder evitar que sus gemidos sean cada vez más fuertes y se prolonguen más, así como sus latidos, que van al compas de los jadeos de él al tiempo que la mente termina por nublarsele del todo, siendo incapaz de pensar en nada, únicamente haciendo y dejándose hacer sin preocuparse por nada de lo que antes le atormentaba.
Pero, cuando un segundo dedo se une, no puede evitar detener lo que estaba haciendo con su mano y sustituír los gemidos por un pequeño chillido de dolor que intenta disimular bajo su entrecortada respiración, como instándole a seguir pese a eso.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Se ve obligado a detenerse cuando las caricias de ella ya se vuelven más afianzadas y continuas, dándose cuenta de lo que está sucediendo entre ambos y soltando una risa ronca entre dientes, porque le gusta sobremanera... No es llegar a la última base, que lo desea pero sabe que no es el momento, pero se le acerca...
Ataca su cuello para ahogar los jadeos y detiene su mano al escuchar su chillido:
- Lo siento... Pero es normal, Epi... - Susurra, es comprensible que le haya dolido aunque eso no implica que vaya a parar... Ya que lo que sí sabe es que después del dolor va el placer. Muy lentamente comienza a mover sus dedos, alternando diversiso tipos de movimientos así como la raidez o la intensidad de los mismos, creando un vaivén hábil y estremecedor difícil de soportar, en el buen sentido claro está...
En su mente surge la tentadora perspectiva de ver cuanto puede aguantar la joven morena ante sus caricias.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Ante las palabras de él y, mientras siente como sus labios regresan a su cuello y los jadeos de él se ahogan ahí, sencillamente asiente, porque, pese a ese espasmo repentino de dolor, todas las demás sensaciones que él le provoca son demasiado agradables y nuevas como para querer que se detengan. Por eso aprieta los dientes, obligándose a aguantar mientras agradece internamente la lentitud inicial con la que él la trata.
Y finalmente el dolor desaparece conforme él comienza a alternar movimientos y velocidades, y ella renauda lo que estaba haciendo, volviendo a mover su mano de arriba a abajo aferrada en la zona más íntima de él, comenzando a aumentar ella también el ritmo y la rápidez, como intentando alcanzarle e ir al mismo compás que él durante un par de minutos largos que sin embargo se le hacen cortos.
Se estremece y tiembla, comenzando a gemir cada vez más fuerte, sintiendo que, en efecto, no puede soportarlo más porque el placer que siente en su pequeño cuerpo es demasiado fuerte y desconocido como para que, siendo la primera vez que experimenta ese tipo de caricias, pueda resistir más tiempo...
-Ed...ward... -Gimotea entonces, mientras nota contracciones sucederse una tras otra en su zona más íntima y toda ella, de pies a cabeza, se convulsiona con fuerza.
Y tras eso todo su cuerpo se relaja y se deja caer del todo sobre él, temblando entre espasmos que la recorren por entero, jadeando, con el corazón apunto de salirsle del pecho y abrazándole como si se fuese a desvanecer de golpe.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- No puede evitar morder una vez con demasiada fuerza cuando siente que él no es el único que aumenta la velocidad, dejando una pequeña marca que podrá disimular bastante bien, si es que lo desea, claro... Al mismo tiempo bebe de las sensaciones que provoca, como si fuesen pequeños suplementos energéticos que lo que hacen es inspirarle a continuar...
Y finalmente provoca que estalle y la deja disfrutar de algo nuevo y desconocido para ella, al mismo tiempo que él tampoco puede contenerlo más y hace lo propio, enterrando un profundo gemido en su clavícula e intentando normalizar una respiración y un ritmo cardíaco demasiado elevados. Aparta la mano en el momento en que se deja caer sobre él y esboza una media sonrisa, depositando un beso en la base de su cuello y apartándole el pelo de la cara en un único movimiento:
- Acabas de tener un orgasmo, cielo...- Susurra con diversión.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Blizzard Street 23
Ni se ha percatado de que le ha dejado marca alguna, dado las sensaciones que estaba experimentando y lo concentrada que estaba en conocerlas a la vez que proporcionaba otras, simplemente ha sido consciente de que él también ha estallado, aunque apenas se haya podido fijar ocupada en recuperar la respiración y el pulso normales, cosa que aún no ha logrado del todo puesto que estos siguen siendo bastante altos.
Alza la mirada para fijarla en él, esbozando una sonrisa dulce cuando le aparta el pelo de la cara y ruborizándose levemente cuando dice esas palabras, sin saber que contestar:
-Sí... -Asiente tontamente a lo que no era una pregunta, metiéndose un mechón de pelo detrás de la oreja y volviendo a abrazarle porque, sencillamente, no es que tenga idea de que conversaciones tienen que mantenerse en momentos como este.
Alza la mirada para fijarla en él, esbozando una sonrisa dulce cuando le aparta el pelo de la cara y ruborizándose levemente cuando dice esas palabras, sin saber que contestar:
-Sí... -Asiente tontamente a lo que no era una pregunta, metiéndose un mechón de pelo detrás de la oreja y volviendo a abrazarle porque, sencillamente, no es que tenga idea de que conversaciones tienen que mantenerse en momentos como este.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Blizzard Street 23
Él no se siente en absoluto incómodo con ese silencio que se acaba de crear entre ambos tras la exploración, por llamarla de alguna forma... Simplemente se queda mirando al techo en lo que la rodea con sus brazos y le devuelve el abrazo, sonriendo de forma más abierta y divertida, aunque con un deje de cansancio en su mirada eléctrica.
Tras varios segundos la eca a un lado suavemente y se levanta de un ágil salto, abrchándose los pantalones y encaminándose a su habitación sin abrir la boca..
Hasta que se para en el umbral del pasillo:
- Por cierto... Mi cuarto está enfrente del baño... Obviamente hay sitio para los dos, así que ahórrate lo de "no te preocupes, que duermo en el sofá", ¿ eh?- Murmura con diversión, ladeando la cabeza un ápice y mirándola de soslayo antes de perderse por el pasillo.
Se mete en su habitación, dónde destacan las sábanas negras de la cama y poco más, lanzándose de un salto y quedando en el lado izquierdo de la cama, repantingado. Es de matirmonio para estar más cómodo, así que por espacio no será...
Sin más, cierra los ojos, sin preocuparse demasiado en si vendrá con él o no, antes de caer dormido en apenas minutos.
Tras varios segundos la eca a un lado suavemente y se levanta de un ágil salto, abrchándose los pantalones y encaminándose a su habitación sin abrir la boca..
Hasta que se para en el umbral del pasillo:
- Por cierto... Mi cuarto está enfrente del baño... Obviamente hay sitio para los dos, así que ahórrate lo de "no te preocupes, que duermo en el sofá", ¿ eh?- Murmura con diversión, ladeando la cabeza un ápice y mirándola de soslayo antes de perderse por el pasillo.
Se mete en su habitación, dónde destacan las sábanas negras de la cama y poco más, lanzándose de un salto y quedando en el lado izquierdo de la cama, repantingado. Es de matirmonio para estar más cómodo, así que por espacio no será...
Sin más, cierra los ojos, sin preocuparse demasiado en si vendrá con él o no, antes de caer dormido en apenas minutos.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Blizzard Street 23
A ella tampoco le resulta incómodo el silencio, ni el tiempo que permanecen así, quietos con ella entre sus brazos, hasta que él la deposita con suavidad a su lado y se pone en pie, percatándose ella ante el deje cansado de la mirada de Eddy de la hora que es, aunque no imaginaba que fuese tan tarde, pero solo entonces se da cuenta de que ella también tiene sueño y es que sigue algo enferma y ha sido un día duro, muy duro, aunque haya terminado mil veces mejor que cuando empezó.
Le observa encaminarse hacia el pasillo y está apunto de tumbarse en el sofá que ha quedado para ella sola cuando escucha lo que dice. Teniendo en cuenta que ha dormido dos veces con él y que seguro que el sofá no es bueno para su pequeña espalda, no tarda en levantarse de un salto y, sin preocuparse por abrocharse o colocarle nada, ir a la habitación indicada y dejarse caer sobre él, observándole dormir unos segundos antes de, dándole un beso en la frente, cerrar los ojos y dejarse vencer ella también por el sueño.
Le observa encaminarse hacia el pasillo y está apunto de tumbarse en el sofá que ha quedado para ella sola cuando escucha lo que dice. Teniendo en cuenta que ha dormido dos veces con él y que seguro que el sofá no es bueno para su pequeña espalda, no tarda en levantarse de un salto y, sin preocuparse por abrocharse o colocarle nada, ir a la habitación indicada y dejarse caer sobre él, observándole dormir unos segundos antes de, dándole un beso en la frente, cerrar los ojos y dejarse vencer ella también por el sueño.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Blizzard Street 23
Una media hora más tarde vuelve a subir por las escaleras y a entrar en su casa tras abrir la puerta... Y su mirada, su expresion, nada tienen que ver con la que llevaba al salir...
¿ Por qué le ha preguntado eso?. Y encima había huido, algo que casi nunca hacía, joder... Le asesta un puñetazo a la pared, no muy fuerte, y cierra los ojos sin separar el puño de la pared... Menuda pregunta, que si tenían algo... Algo que no sabía responder ya que nunca se había parado a pensarlo, y ahora...
¿ Pero por qué ahora?. Si ayer ella y él, y estaban tan...
Flashback, el día anterior...
¿ Por qué le ha preguntado eso?. Y encima había huido, algo que casi nunca hacía, joder... Le asesta un puñetazo a la pared, no muy fuerte, y cierra los ojos sin separar el puño de la pared... Menuda pregunta, que si tenían algo... Algo que no sabía responder ya que nunca se había parado a pensarlo, y ahora...
¿ Pero por qué ahora?. Si ayer ella y él, y estaban tan...
Flashback, el día anterior...
- Spoiler:
- Lo que había empezado con una animada charla y diversos acercamientos había empezado a aumentar de temperatura, algo quepor supuesto no rechaza... Tras haberla besado con intensidad y haber jugueteado con su cuello a base de mordiscos y besos, sus manos le arrebatan la camiseta que lleva, suya por cierto, antes de atacar toda porción de piel visible como si le fuese la vida en ello, manteiendo el tinte pícaro e instintivo que de normal le caracteriza, adornado ahora con una extraña dulzura...
Pero esta vez no acaba ahi, decide avanzar en las lecciones y lo que bordea ahora con sus labios es la cintura y el vientre de ella, bordeando este con la punta de la lengua y arañando suavemente con los dientes... Sus manos desabrochan el pantalón con avide y se echa hacia atrás, quitandóselo sin contemplaciones en apenas un par de segundos. Se coloca de forma cómoda y se la queda mirando muy cerca de su sexo, sonriendo más abiertamente antes de, sin previo aviso, lanzar un lametón por encima de la tela...
Seguido de unos pocos más. Pronto la tela supone un impedimento y se deshace de ella con rapidez... Y ahora, con total accesibilidad, labios y lengua se dedican a hacerla enloquecer con cada movimiento... Porque se nota que esto es lo que mejor se le da, el precalentamiento en sí, y está dispuesto a demostrárselo.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Si tuviese que explicar como habían llegado a esto, no tendría ni idea de como hacerlo. Habían cenado, habían bromeado y conversado y... Ahora estaba... Bueno, no iba a negar algo que le gustaba si venía de él, en quien confiaba. Y por eso se deja hacer, como siembre, acariciándole la espalda cariñosamente cuando nota el recorrido por su cuello y en descenso, mordiéndose el labio inferior y cerrando los ojos.
Hasta que nota como baja más allá de su vientre y, sin pararse a pensar en nada, se abre de piernas facilitándole que le despoje de los pantalones, aunque lo que viene no es lo que ya sabe... Abre los ojos, sosteniéndole la mirada, curiosa, cuando se coloca entre sus piernas y se la queda mirando de esa forma tan... Tan él. Hasta que siente el primer lametón y un gemido escapa de su boca, sucedido por muchos más cuando él prosigue.
Cierra los ojos y se deja despojar de la ropa interior y, de forma instintiva, lleva ambas manos a la nuca de él, acariciándosela y enredando los dedos en su cabello, tironeando de este cuando nota que los movimientos son cada vez más enloquecedores, caóticos...
Aquello es tan nuevo para ella que dificilmente puede resistir mucho tiempo antes de notar como se contrae y, entre gemidos en los que pronuncia su nombre, convulsionarse y estallar, temblando y, como no, con el pulso y respiración totalmente acelerados.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- No sabe exactamente cuanto tiempo paso, pero no es mucho antes de notar como ella cede y se entrega a él, sonriendo con diversión y humedeciéndose los labios ahora algo resecos...
Acaricia un poco con los dedos, de forma superficial, antes de ascender de nuevo poco a poco,a base de besos, mordiscos y suaves lametones, hasta que finalmente alcanza su cara y se la queda mirando, frente a frente, con una mirada tan eléctrica como es él mismo, chispeante:
- Cada vez te queda menos por aprender... Tendremos que improvisar algún día de estos- Susurra tranquilamente y en tono picarescoo, pero no le da tiempo a responder antes de lanzarse a probar sus labios.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Va notando como su cuerpo se relaja y, poco a poco, su respiración y ritmo cardíaco van normalizándose, aunque aún le duran un poco los temblores, incrementados por el hecho de que él ascienda con sus labios despacio hasta alcanzar su rostro y mirarla con esos ojos eléctricos que para ella son dos imanes: magnéticos, atrayentes, hipnóticos...
Y se pierde en su mirada, con sus dos lunas celestes totalmente tranquilas, confiadas, sin secretos para él, hasta que le escucha, y sonríe, con las mejillas encendidas, una sonrisa de niña traviesa y divertida, antes de cerrar los ojos y dejarse besar, correspondiéndole con movimientos lentos en los que su lengua, tiernamente, busca la de él para danzar entrelazadas unos segundos en los que sus labios entreabiertos acarician los suyos con intensidad.
Finalmente, muy despacio, se separa, atrapando el labio inferior de Edward entre los suyos y tironeando suavemente antes de quedarse mirándole, volviendo a esbozar la misma sonrisa traviesa con un deje de inocencia pícara, acariciándole el rostro con una mano durante unos segundos...
...transcuridos los cuales lleva esa mano y la otra al pecho de él, empujándole con suavidad para apartarle de encima suyo y dejar que quede sentado en el sofá.
Ahora es ella la que se coloca frente a él y, depositando un rápido beso en sus labios, desciende por su cuello en mordisquitos suaves y lametones cariñosos, recorrido que continúa por su torso, abdomen y vientre hasta que se para al final de este último, desabrochando con dedos temblorosos el botón del pantalón que tira con ambas manitas hasta bajárselo y acariciando por encima de la tela de la ropa interior su zona más íntima. No tarda en liberarle también de esta última prenda, sin dejar de acariciar lentamente.
Se detiene, mirándole fijamente a los ojos unos segundos antes de acercar del todo su rostro a su sexo y llevar a este sus labios, comenzando a acariciarle con los mismos sin abandonar su ternura habitual, entreabriéndolos para hacer que, torpemente, su lengua se una a la tarea. Y mientras, toma con sus pequeñas manos las de él, apoyándolas a ambos lados de su rostro, como pidiéndole que la guíe, que la enseñe...
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Enarca una ceja ante la sonrisita de ella, se parece bastante a la de él, aunque sigue manteniendo ese deje de inocencia que él perdió ya hace mucho... Se deja separar sin impedimento alguno, curioso por ver que es lo que quiere hacer, echando la cabeza hacia atrás y estremeciéndose en cuanto nota los movimientos sobre su cuello y torso, conteniendo de vez en cuando algunas cosquillas en ciertas zonas...
Se deja despojar de toda la ropa que le queda, quedando totalmente desnudo y bajando la mirada, intuyendo... Está a punto de decirle que no tiene por qué hacerlo si no quiere, pero en cuanto sus labios rozan esa zona sensible ahoga un jadeo y cierra la boca.
Deja que haga lo que le plazza, apretando los puños y mordiéndose el labio ante cada movimiento... Pero cuando busca sus manos baja la mirada y las coloca a cada lado de su cara... Y poco a poco la hace subir y bajar, de forma lenta y tranquila, para que vaya haciéndose a la idea de como se hace...
Y cuando cree que es suficiente, vuelve a soltarla y deja que sea ella la que lo haga, crispando los dedos sobre el negro cuero del sofá.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Agradece silenciosamente que, de forma lenta y sin prisas, con tranquilidad, vaya moviendo su cabeza despacio, guiándola, en lo que ella se concentra para mantener el ritmo y no ahogarse ni quedarse sin aire, cosa difícil pero, por lo que ve, no imposible, porque lo va consiguiendo y va haciéndose a la idea de como funciona eso, cosa que él también debe haber notado cuando la suelta.
Abre los ojos, mirándole fijamente a los suyos sin vacilar, y, acariciando con una mano la zona que no alcanza con sus labios mientras que con la otra sujeta una de las que él crispa sobre el sofá, comienza a repetir ella sola los movimientos aprendidos, aumentando la velocidad y dejando a su lengua unirse, recorriendo en lametones inexpertos y tímidos toda la zona antes de volver a utilizar sus labios pero, esta vez, aumentando la velocidad...
...y aumenta todo lo que le es posible aumentar sin que su respiración peligre, acariciando por otra parte y usando su lengua de cuando en cuando.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Blizzard Street 23
- Spoiler:
- Su respiración y pulso se aceleran sobremanera al comprobar que, en efecto, ha aprendido bastante bien las lecciones. Crispa aún más los dedos y sus jadeos se vuelven más pronunciados, siendo incapaz de evitar esbozar una sonrisa de satisfacción ante cada uno de los movimientos de ella.
Pronto los jadeos se vuelven tan seguidos que le cuesta manetener la respiración y su pulso se acelera, pasando a morderse el labio fuertemente conforme su límite se acerca...
Y finalmente, la levanta de un solo movimiento y besa su boca casi con ansia a la par que, con ayuda de su propia mano, termina por estallar con un profundo gemido en el que menciona su nombre, para después expulsar todo el aire y dejar que su pecho suba y baje con violencia.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
Se guía por los jadeos de él como señal de que va bien en lo que hace, aumentando la velocidad e intensidad en busca del límite... Límite que llega cuando él la aparta y la levanta, quedando ella a su altura, para después besarla con esa ansia que la deja totalmente sin aliento, sin respiración, por sorpresa...
...Pero no por ello deja de corresponderle, besándole con la misma pasión y deseo mientras nota como el llega al punto álgido de la situación, y sonríe cuando escucha su nombre escapando de sus labios con el gemido que anuncia que él estalla como ella ha hecho minutos antes gracias a él. Es capaz de escuchar sus latidos cuando, con el pulso aún acelerado, el pecho de Eddy asciende y desciende bajo su cuerpecito, por lo que se queda quieta, esperando a que se relaje del todo...
Y, cuando cree que lo ha hecho, le mira sonriente, acariciando con una manita su mejilla y buscando con la otra una de las de él, entrelazando los dedos para tomársela y acercarla a sus labios, depositando un suave beso en el dorso, y repitiendo el gesto con la frente, nariz, mejillas y labios de él, todos cortos y tiernos, quedándose después mirándole sonriente un largo rato.
-Improvisar... Eso he hecho -Comenta divertida, sin apartar sus irises azul claro de los de él, tan hechizantes como siempre- Mi nombre queda muy bonito dicho por ti, ¿sabes ? -Añade, apoyando la cabeza en su hombro sin soltar su mano.
Al cabo de unos segundos se la suelta y vuelve a clavar sus dos lunas celestes en él:
-¿Me... abrazas? -Pregunta timidamente- Por favor...
...Pero no por ello deja de corresponderle, besándole con la misma pasión y deseo mientras nota como el llega al punto álgido de la situación, y sonríe cuando escucha su nombre escapando de sus labios con el gemido que anuncia que él estalla como ella ha hecho minutos antes gracias a él. Es capaz de escuchar sus latidos cuando, con el pulso aún acelerado, el pecho de Eddy asciende y desciende bajo su cuerpecito, por lo que se queda quieta, esperando a que se relaje del todo...
Y, cuando cree que lo ha hecho, le mira sonriente, acariciando con una manita su mejilla y buscando con la otra una de las de él, entrelazando los dedos para tomársela y acercarla a sus labios, depositando un suave beso en el dorso, y repitiendo el gesto con la frente, nariz, mejillas y labios de él, todos cortos y tiernos, quedándose después mirándole sonriente un largo rato.
-Improvisar... Eso he hecho -Comenta divertida, sin apartar sus irises azul claro de los de él, tan hechizantes como siempre- Mi nombre queda muy bonito dicho por ti, ¿sabes ? -Añade, apoyando la cabeza en su hombro sin soltar su mano.
Al cabo de unos segundos se la suelta y vuelve a clavar sus dos lunas celestes en él:
-¿Me... abrazas? -Pregunta timidamente- Por favor...
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Blizzard Street 23
Se deja besar en esas caricias que son sus labios, sin molestarle lo más mínimo que junte ambas manos, entiende la dulzura de ella, le gusta y la comparte... Se la queda mirando fijamente en su momento, soltando una carcajada cuando la escucha ciertamente divertida:
- Vaya... Te lo diré más a menudo entonces, ¿eh?- Le asegura con cierto rintintín- Se te da bien improvisar- Afirma con una picaresca rotundidad, guardando silencio después... Hasta que le pide lo que le pide y alza una ceja... Viendo esa cara resulta imposible decirle que no, y la verdad es que no le desagrada la posibilidad...
Así que la rodea con ambos brazos a la altura de la cintura y la estrecha contra él, sin borrar la sonrisa:
- Claro...- Acepta su petición pese a que ya lo ha hecho sin hablar, enterrando la nariz en su hombro...
Fin del flashback
Tras haber desterrado esos pensamientos de su cabeza, se decide a hacer diversas cosas por su casa, desde ordenarla hasta tratar temas de la banda en una pequeña libreta que tiene y en la que apunta varios sucesos o números... No en vano es el líder y tiene que mantener la organización, y eso no se hace solo con valor...
Se ducha después y espera viendo la tele hasta que es la hora, evantándose de un salto y saliendo de su casa para ir a recogerla.
- Vaya... Te lo diré más a menudo entonces, ¿eh?- Le asegura con cierto rintintín- Se te da bien improvisar- Afirma con una picaresca rotundidad, guardando silencio después... Hasta que le pide lo que le pide y alza una ceja... Viendo esa cara resulta imposible decirle que no, y la verdad es que no le desagrada la posibilidad...
Así que la rodea con ambos brazos a la altura de la cintura y la estrecha contra él, sin borrar la sonrisa:
- Claro...- Acepta su petición pese a que ya lo ha hecho sin hablar, enterrando la nariz en su hombro...
Fin del flashback
Tras haber desterrado esos pensamientos de su cabeza, se decide a hacer diversas cosas por su casa, desde ordenarla hasta tratar temas de la banda en una pequeña libreta que tiene y en la que apunta varios sucesos o números... No en vano es el líder y tiene que mantener la organización, y eso no se hace solo con valor...
Se ducha después y espera viendo la tele hasta que es la hora, evantándose de un salto y saliendo de su casa para ir a recogerla.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 17/07/2009
Re: Blizzard Street 23
No recuerda ya cuánto tiempo lleva ahí. Acuclillada frente al edificio, abrazándose las rodillas y elevando los ojos, indescifrables y nublados de una extraña tristeza casi etérea, en las alturas. En el ático. La lluvia cae con fuerza esa noche, empapando sus curiosas vestiduras de pantalón corto blanco, top victoriano encorsetado y medias de rayas rojas y blancas. Aparte de las botas militares y el collar de cuero con el cascabel, que tintinea suavemente cada vez que se mece con parsimonia hacia delante y atrás, no lleva más adornos; ni siquiera su cabello goza de los peinados habituales, sino que permanece suelto, empapado y adherido a su suave rostro y su piel por efecto de la lluvia, como un fuego azotado por la humedad.
Y, sin embargo, no le importa, aunque a ojos vistas parece una dríada abandonada por el bosque o un gato de sedoso y blanco pelaje que vuelve a casa y aguarda, sereno y decaído, a poder entrar. No había podido hacerlo desde hacia... horas, días, semanas, ¿cuánto tiempo? No, sencillamente Peter se había esfumado solo y sin guía, quizá en busca de su sombra, quién sabe.. y entonces había aparecido él.
Como en un cuento trágico de extraño final, el príncipe se le había aparecido con sus ojos de fascinador hielo para ofrecerle un hogar seguro. Para apartarla, a su vez, del caballero... ¿y qué era ella?, ¿la princesa tentada con un reino, o despojada de él...? Suspira largamente y baja la cabeza, enterrando los labios en el dorso de ambas manos; por sus ojos pardos danzan miles de cosas, algunas demasiado oscuras para ser capaz de albergarlas una criatura de aspecto tan irreal. No sabe qué hacer y al mismo tiempo sí lo sabe, y sabe que será... doloroso.
Pero ha de verle...
Por fin las puertas se abren con el chirrido del metal de la verja. Sin alterarse, sin mostrar en sus facciones nada más que una luz sombría, alza el rostro hacia la figura de uno de los Titiriteros, que se limita a mirarle con recelo y rabia muda y a decirle con un cabeceo que pase. Hubiera sonreído irónica de haber tenido fuerzas para ello; la tratan como si fuera la bella hechicera que ha envenenado al caballero con mentiras, abocándolo a su perdición... ¿sería así?
Con cierta dignidad y fluidez se incorpora, ladeando la cabeza y sacudiéndose graciosamente algunos mechones empapados. Después le sigue en silencio, sigilosa como un duende, hasta llegar al ático, y una vez allí la deja sola. Ella se descalza con los ademanes de una niña, se acerca a una mesa y toma impulso con ambas manos para sentarse encima, cruzando los tobillos y balanceándolos. Entonces, cabizbaja y pareciendo demasiado frágil, solo espera.
Como siempre...
Y, sin embargo, no le importa, aunque a ojos vistas parece una dríada abandonada por el bosque o un gato de sedoso y blanco pelaje que vuelve a casa y aguarda, sereno y decaído, a poder entrar. No había podido hacerlo desde hacia... horas, días, semanas, ¿cuánto tiempo? No, sencillamente Peter se había esfumado solo y sin guía, quizá en busca de su sombra, quién sabe.. y entonces había aparecido él.
Como en un cuento trágico de extraño final, el príncipe se le había aparecido con sus ojos de fascinador hielo para ofrecerle un hogar seguro. Para apartarla, a su vez, del caballero... ¿y qué era ella?, ¿la princesa tentada con un reino, o despojada de él...? Suspira largamente y baja la cabeza, enterrando los labios en el dorso de ambas manos; por sus ojos pardos danzan miles de cosas, algunas demasiado oscuras para ser capaz de albergarlas una criatura de aspecto tan irreal. No sabe qué hacer y al mismo tiempo sí lo sabe, y sabe que será... doloroso.
Pero ha de verle...
Por fin las puertas se abren con el chirrido del metal de la verja. Sin alterarse, sin mostrar en sus facciones nada más que una luz sombría, alza el rostro hacia la figura de uno de los Titiriteros, que se limita a mirarle con recelo y rabia muda y a decirle con un cabeceo que pase. Hubiera sonreído irónica de haber tenido fuerzas para ello; la tratan como si fuera la bella hechicera que ha envenenado al caballero con mentiras, abocándolo a su perdición... ¿sería así?
Con cierta dignidad y fluidez se incorpora, ladeando la cabeza y sacudiéndose graciosamente algunos mechones empapados. Después le sigue en silencio, sigilosa como un duende, hasta llegar al ático, y una vez allí la deja sola. Ella se descalza con los ademanes de una niña, se acerca a una mesa y toma impulso con ambas manos para sentarse encima, cruzando los tobillos y balanceándolos. Entonces, cabizbaja y pareciendo demasiado frágil, solo espera.
Como siempre...
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
Y pese a que desde que lleva encerrado en su casa ha pedido que nadie, ni siquiera sus más allegados, le molesten, no ha podido evitar tener su particular guardaespaldas. La situación era tensa, más aún cuando lo habían visto amoratado y con el brazo roto..
Pero ha callado como nunca antes había hecho y le ha quitado hierro al asunto. Ya han pasado un par de semanas en las que la soledad ha sido su única compañera, intentando organizarse y buscando razones que le quiten algo de culpabilidad o de ese asco que siente hacia sí mismo.
Sin éxito alguno. Pero el abrir de la puerta le hace rodar los ojos y bufar exasperado, lo había dejado más que claro. Abre de una patada la puerta de su habitación y se encamina hacia el comedor, sabedor de que el indeseado visitante estará ahi:
- Quién seas me da un poco igual, no quiero compa...- Y se para en el sitio, abriendo los ojos más de lo normal, al ver la figura encima de la mesa, una que hacía bastante tiempo que no veía- ñía.
Y guarda un rotundo silencio, uno extraño al no venir precedido de comentarios picarescos o simplemente burlones y afectuosos. Se alegra de verla, al fin y al cabo es una de las personas que pueden entenderle más allá de un mero compañerismo...
Y al mismo tiempo la idea de contarle lo sucedido no le resulta alentadora, al no saber que es lo que puede pensar de él o que puede contar sin poner en riesgo a nadie. Así que opta por lo más fácil:
- ¿ Qué te trae por aquí?- Pregunta, con una media sonrisa que deja entrever una sutil y amarga ironía que lleva arastrando con el paso de los días.
Pero ha callado como nunca antes había hecho y le ha quitado hierro al asunto. Ya han pasado un par de semanas en las que la soledad ha sido su única compañera, intentando organizarse y buscando razones que le quiten algo de culpabilidad o de ese asco que siente hacia sí mismo.
Sin éxito alguno. Pero el abrir de la puerta le hace rodar los ojos y bufar exasperado, lo había dejado más que claro. Abre de una patada la puerta de su habitación y se encamina hacia el comedor, sabedor de que el indeseado visitante estará ahi:
- Quién seas me da un poco igual, no quiero compa...- Y se para en el sitio, abriendo los ojos más de lo normal, al ver la figura encima de la mesa, una que hacía bastante tiempo que no veía- ñía.
Y guarda un rotundo silencio, uno extraño al no venir precedido de comentarios picarescos o simplemente burlones y afectuosos. Se alegra de verla, al fin y al cabo es una de las personas que pueden entenderle más allá de un mero compañerismo...
Y al mismo tiempo la idea de contarle lo sucedido no le resulta alentadora, al no saber que es lo que puede pensar de él o que puede contar sin poner en riesgo a nadie. Así que opta por lo más fácil:
- ¿ Qué te trae por aquí?- Pregunta, con una media sonrisa que deja entrever una sutil y amarga ironía que lleva arastrando con el paso de los días.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
Y sigue esperando con extraña paciencia, permitiendo que su mente germine a saber qué pensamientos, ilusiones y sueños ahora rotos. Cuando la puerta d la habitación se abre de una patada ella se tensa, sutilmente y solo durante un instante, cesando todo movimiento en sus pies para mantenerse pétrea como la figura melancólica y meditabunda de un hada de piedra. Y así sigue, ladeando suavemente la cabeza y entornando los ojos, como si el suelo resultase lo más interesante del mundo.
Hasta que, varios instantes después de oírle formular la pregunta, sus rojos labios dibujan una extraña sonrisa sesgada y sus hombros se encogen.
- ¿Que qué me trae...? No lo sé... vagas esperanzas, supongo. Aunque la respuesta menos ambigua es que en teoría este también es mi hogar - susurra con su voz habitual: suave, susurrante y melódica como el silbido de una flauta - Ése que tú me ofreciste...
Por fin alza los ojos, borrando todo rastro de sonrisa al contemplarle mejor con sus pupilas felinas, profundas y enigmáticas. Solo una tenue chispa de preocupación le otorga la humanidad que debería tener aquella criatura de cuento; eso y el lánguido y entrecortado suspiro que esboza a continuación. Su brazo roto y su desafortunado aspecto, que parece haber conocido tiempos aún peores, capta toda su atención; pero es la oscuridad de aquella mirada antes pícara y libre lo que realmente consigue hacerle sentir algo que no sentía desde hacía demasiado tiempo: un dolor, un pinchazo agudo y atroz, en el pecho. Y eso la asusta... mucho.
- El caballero vaga... por las tinieblas - su voz suena extrañamente titubeante, durante un instante insegura como la de una niña pequeña. Lo mira directamente a los ojos, leyendo heridas, acariciando cicatrices quizá ocultas para sus hombres, pero no para ella. Es su don y su maldición. Parece que no se atreve a acercarse a él aún, pero sus palabras parecen un bálsamo cálido - ¿Qué te ha ocurrido...?
Hasta que, varios instantes después de oírle formular la pregunta, sus rojos labios dibujan una extraña sonrisa sesgada y sus hombros se encogen.
- ¿Que qué me trae...? No lo sé... vagas esperanzas, supongo. Aunque la respuesta menos ambigua es que en teoría este también es mi hogar - susurra con su voz habitual: suave, susurrante y melódica como el silbido de una flauta - Ése que tú me ofreciste...
Por fin alza los ojos, borrando todo rastro de sonrisa al contemplarle mejor con sus pupilas felinas, profundas y enigmáticas. Solo una tenue chispa de preocupación le otorga la humanidad que debería tener aquella criatura de cuento; eso y el lánguido y entrecortado suspiro que esboza a continuación. Su brazo roto y su desafortunado aspecto, que parece haber conocido tiempos aún peores, capta toda su atención; pero es la oscuridad de aquella mirada antes pícara y libre lo que realmente consigue hacerle sentir algo que no sentía desde hacía demasiado tiempo: un dolor, un pinchazo agudo y atroz, en el pecho. Y eso la asusta... mucho.
- El caballero vaga... por las tinieblas - su voz suena extrañamente titubeante, durante un instante insegura como la de una niña pequeña. Lo mira directamente a los ojos, leyendo heridas, acariciando cicatrices quizá ocultas para sus hombres, pero no para ella. Es su don y su maldición. Parece que no se atreve a acercarse a él aún, pero sus palabras parecen un bálsamo cálido - ¿Qué te ha ocurrido...?
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
Escucha sus primeras palabras, con la mirada fija en el punto del suelo justo debajo de los pies de ella. Ha de reconocer que le ha pillado, pero últimamente no está para trabajarse respuestas complejas e intrincadas. No borra el matiz de sonrisa cuando la responde:
- Tampoco es que te pases mucho, Daf... Pero sí, es tu hogar.- Y esa sensación que le recorre al decirlo logra aliviar una mínima parte el torrente de sentimientos negativos que le carcomen por dentro. La mira fijamente, aguantando los cortos pero largos segundos de silencio entre ambos. Si fuese más analizador podría detectar algo extraño, pero no encuentra nada en esa mirada parda que no haya visto antes. Escucha sus palabras y su posterior pregunta, y en ese momento echa a andar, rompiendo el contacto visual y parándose enfrente de una de las ventanas, mirando la lluvia caer a unas calles que necesitan algo más que agua para limpiarse. Frunce el entrecejo ahora que no lo ve:
- He tenido... Problemas.- Comenta algo ausente, sin ganas de entrar en el tema, encogiéndose seguidamente de hombros- Pero voy mejorando... Hacía mucho que no aparecías- Comenta con aire casual, incidiendo de nuevo en el tema e ignorando el hecho de su propia ausencia ahora mismo, ladeando la cabeza hacia ella pero sin mirarla.
- Tampoco es que te pases mucho, Daf... Pero sí, es tu hogar.- Y esa sensación que le recorre al decirlo logra aliviar una mínima parte el torrente de sentimientos negativos que le carcomen por dentro. La mira fijamente, aguantando los cortos pero largos segundos de silencio entre ambos. Si fuese más analizador podría detectar algo extraño, pero no encuentra nada en esa mirada parda que no haya visto antes. Escucha sus palabras y su posterior pregunta, y en ese momento echa a andar, rompiendo el contacto visual y parándose enfrente de una de las ventanas, mirando la lluvia caer a unas calles que necesitan algo más que agua para limpiarse. Frunce el entrecejo ahora que no lo ve:
- He tenido... Problemas.- Comenta algo ausente, sin ganas de entrar en el tema, encogiéndose seguidamente de hombros- Pero voy mejorando... Hacía mucho que no aparecías- Comenta con aire casual, incidiendo de nuevo en el tema e ignorando el hecho de su propia ausencia ahora mismo, ladeando la cabeza hacia ella pero sin mirarla.
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
"Es tu hogar". Puede que esas palabras en labios de Edward hayan sonado casi casuales, teñidas o no de una amargura que no le resulta difícil detectar, pero hacen que durante un instante quede totalmente quieta sobre la mesa y le observe con fijeza; y en esa mirada quizá, solo por una vez, se hace legible algo oculto y velado por el misterio, el enigma, aquella chispa oscura y luminosa a la vez... algo fácil de quebrar. Algo ya roto, tal vez.
Por suerte o por desgracia él no puede llegar a verlo, pues rompe el contacto visual instantes antes de llegar a mostrarlo en un insólito descuido. Baja la cabeza y, con ademanes infantiles y algo débiles, suspira lánguida y recoge las piernas una tras otras, apoyando las palmas en las rodillas y apoyando en ellas una mejilla, para clavar los ojos en un punto lejano de la habitación, contraria a él mismo. Sus ojos aparecen más melancólicos de lo normal, apagados y casi aburridos, como si repentinamente hubiesen dejado de ver sueños extraños. Su hogar... el hogar que jamás aceptó del todo... ¿y por qué? Sabía que, tarde o temprano, el destino acabaría negándoselo, pero de nuevo la había abocado a soñar lo que sería volver a tener uno. Resopla suavemente por la nariz y dibuja otra medio sonrisa, encogiéndose de hombros; en esencia desprende su chispa traviesa y dulce habitual, pero oscurecida.
- Ya me conoces... vago de aquí para allá como un hada de Shakespeare escapando del cuento - susurra con calma, dándole un tinte irónico a sus palabras por muy poéticas que suenen - Y entonces pensé... - borra lentamente la sonrisa, mostrando por primera vez una clara tristeza que no permite que vea él - Pensé que tal vez Peter había perdido su sombra... otra vez... y quizá necesitara cobijo - se abraza las rodillas con calma y parsimonia; aparentemente parece serena, pero hay una ligera tensión en sus músculos, como si contuviera un temblor latente. En parte parece reprimir el impulso de acercarse a él y arroparle con sus brazos; un sentimiento naciente y aún indefinible que, realmente, no debería estar allí - Pero... yo no puedo dártelo - susurra de improviso, casi en un murmullo ininteligible - Ya no... - por fin vuelve a mirarle, aunque sin dejar de ovillarse; a través de sus mechones rojos y empapados se distingue un nuevo asomo de sonrisa, desganado e inevitablemente tierno - ¿Te sentarías conmigo...?
Puede que para darle calor, o puede que porque ahora necesite el suyo. El caso es que en su mente, hervidero siempre de pensamientos confusos, profundos y nacidos de un caos florido, todavía resuena la verdad de lo que tendría que hacer: marcharse, evitar con ello que a él pueda sucederle algo, huír ella de su propio destino... volver a ser el alma sombría de la poetisa que vaga sola por las tinieblas. Solo tiene claro que no desea que ese momento llegue. Y le gustaría desearlo...
Por suerte o por desgracia él no puede llegar a verlo, pues rompe el contacto visual instantes antes de llegar a mostrarlo en un insólito descuido. Baja la cabeza y, con ademanes infantiles y algo débiles, suspira lánguida y recoge las piernas una tras otras, apoyando las palmas en las rodillas y apoyando en ellas una mejilla, para clavar los ojos en un punto lejano de la habitación, contraria a él mismo. Sus ojos aparecen más melancólicos de lo normal, apagados y casi aburridos, como si repentinamente hubiesen dejado de ver sueños extraños. Su hogar... el hogar que jamás aceptó del todo... ¿y por qué? Sabía que, tarde o temprano, el destino acabaría negándoselo, pero de nuevo la había abocado a soñar lo que sería volver a tener uno. Resopla suavemente por la nariz y dibuja otra medio sonrisa, encogiéndose de hombros; en esencia desprende su chispa traviesa y dulce habitual, pero oscurecida.
- Ya me conoces... vago de aquí para allá como un hada de Shakespeare escapando del cuento - susurra con calma, dándole un tinte irónico a sus palabras por muy poéticas que suenen - Y entonces pensé... - borra lentamente la sonrisa, mostrando por primera vez una clara tristeza que no permite que vea él - Pensé que tal vez Peter había perdido su sombra... otra vez... y quizá necesitara cobijo - se abraza las rodillas con calma y parsimonia; aparentemente parece serena, pero hay una ligera tensión en sus músculos, como si contuviera un temblor latente. En parte parece reprimir el impulso de acercarse a él y arroparle con sus brazos; un sentimiento naciente y aún indefinible que, realmente, no debería estar allí - Pero... yo no puedo dártelo - susurra de improviso, casi en un murmullo ininteligible - Ya no... - por fin vuelve a mirarle, aunque sin dejar de ovillarse; a través de sus mechones rojos y empapados se distingue un nuevo asomo de sonrisa, desganado e inevitablemente tierno - ¿Te sentarías conmigo...?
Puede que para darle calor, o puede que porque ahora necesite el suyo. El caso es que en su mente, hervidero siempre de pensamientos confusos, profundos y nacidos de un caos florido, todavía resuena la verdad de lo que tendría que hacer: marcharse, evitar con ello que a él pueda sucederle algo, huír ella de su propio destino... volver a ser el alma sombría de la poetisa que vaga sola por las tinieblas. Solo tiene claro que no desea que ese momento llegue. Y le gustaría desearlo...
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
Pierde la vista y la atención en el constante caer de las gotas de lluvia, viendo a través de ellas una película que solo él conoce de primera mano y que no le recomienda a nadie. No se gira para mirarla o preocuparse, sabe que está ahi, y la capacidad de entenderla del todo se torna complicada ante el maremoto de pensamientos que sacude su mente.
Escucha sus palabras buscando precisamente eso, entenderlas, captando notas en la voz que le suenan extrañas y al mismo tiempo parecidas. Durante un instante arquea una ceja, preguntándose si realmente viene a su hogar o es que le ocurre algo. Lo único que le da fuerzas durante estos días es saber que no está solo, y es un momento ideal para cerciorarse.
Se gira hacia ella cuando escucha su última pregunta, aguardando la curiosidad con pericia pero sin maestría, sentándose a su lado sobre la mesa, con una rodilla flexionada y el brazo por encima de la misma, sin apartar la mirada de la ventana:
-El cobijo no le devuelve la sombra a Peter, ¿ no? Pero tal vez consigas hacer de sombra, quién sabe -Comenta con aire distraído, acompañado de un suave encogimiento de hombros. No es tonto, ese susurro ha sido algo más que extraño, y finalmente ladea la cabeza en su dirección, emitiendo un suspiro tras varios segundos:
- Por mucho que lo intentes me engañas solo a medias, Campanilla... ¿ Qué ocurre?
Escucha sus palabras buscando precisamente eso, entenderlas, captando notas en la voz que le suenan extrañas y al mismo tiempo parecidas. Durante un instante arquea una ceja, preguntándose si realmente viene a su hogar o es que le ocurre algo. Lo único que le da fuerzas durante estos días es saber que no está solo, y es un momento ideal para cerciorarse.
Se gira hacia ella cuando escucha su última pregunta, aguardando la curiosidad con pericia pero sin maestría, sentándose a su lado sobre la mesa, con una rodilla flexionada y el brazo por encima de la misma, sin apartar la mirada de la ventana:
-El cobijo no le devuelve la sombra a Peter, ¿ no? Pero tal vez consigas hacer de sombra, quién sabe -Comenta con aire distraído, acompañado de un suave encogimiento de hombros. No es tonto, ese susurro ha sido algo más que extraño, y finalmente ladea la cabeza en su dirección, emitiendo un suspiro tras varios segundos:
- Por mucho que lo intentes me engañas solo a medias, Campanilla... ¿ Qué ocurre?
Edward Carnby- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Blizzard Street 23
Espera a que se siente a su lado y vuelve a dibujar una sonrisa dulce. Su cercanía no le desagrada, pero al mismo tiempo da la impresión de que la turba, aunque sea ya demasiado una maestra del misterio como para delatar eso con facilidad. Entrelaza los dedos, juntos al seguir abrazándose las rodillas, y mira al techo como una niña que en realidad ve un cielo cuajado de estrellas, aunque su brillo no consigue iluminar sus ojos.
- Bueno... quizá hoy seas tú la mía, caballero - susurra con un matiz aflautado y soñador - Quiero decir... mi sombra.
Su sonrisa vuelve a difuminarse tras un instante de silencio, producto de la obvia pregunta indirecta que él ha lanzado. Se mece suavemente adelante y atrás y, cabizbaja de nuevo, toma un mechón rojo entre los dedos y comienza a juguetear con él, desprendiend aquel aspecto de antigua muñeca de porcelana abandonada en un desván, sin nadie que vaya a reclamarla jamás, entristecida por su soledad y al mismo tiempo ansiando un calor que necesita para sobrevivir. Muchas cosas podría responderle ahora; podría contarle lode Gerald, el lobo que va tras caperucita y que la devora a placer y a base de extorsiones, dejando demasiados estigmas rojos por su cuerpo por mucho que trate de disimularlos. También podría contarle que el príncipe oscuro ha venido a llevársela a su castillo para salvaguardar su seguridad y la del caballero, sea cual sea el crimen que haya podido cometer. Al final, simplemente, sonríe de nuevo aunque parezca hacerlo como una muñeca sin vida, y se encoge levemente de hombros.
- No ocurre nada... - murmura. Luego suspira largamente, cierra los ojos y ladea la cabeza para apoyarla en su hombro, perdiéndose así en la oscuridad mágica tras sus párpados, ésa que es capaz de crear para ella un hogar ideal en el cual jamás la encontrarían - Tan solo me gustaría estar así, un rato... - susurra. Es imposible leer, siquiera imaginar, la cantidad infinita de sentimientos reprimidos y emociones encadenadas que encierra su frágil alma - Solo hasta que... tenga que irme.
Y no dice más. Por el matiz extraño que le ha dado a esas palabras, el mensaje suena demasiado claro: "solo hasta que tenga que irme para siempre".
- Bueno... quizá hoy seas tú la mía, caballero - susurra con un matiz aflautado y soñador - Quiero decir... mi sombra.
Su sonrisa vuelve a difuminarse tras un instante de silencio, producto de la obvia pregunta indirecta que él ha lanzado. Se mece suavemente adelante y atrás y, cabizbaja de nuevo, toma un mechón rojo entre los dedos y comienza a juguetear con él, desprendiend aquel aspecto de antigua muñeca de porcelana abandonada en un desván, sin nadie que vaya a reclamarla jamás, entristecida por su soledad y al mismo tiempo ansiando un calor que necesita para sobrevivir. Muchas cosas podría responderle ahora; podría contarle lode Gerald, el lobo que va tras caperucita y que la devora a placer y a base de extorsiones, dejando demasiados estigmas rojos por su cuerpo por mucho que trate de disimularlos. También podría contarle que el príncipe oscuro ha venido a llevársela a su castillo para salvaguardar su seguridad y la del caballero, sea cual sea el crimen que haya podido cometer. Al final, simplemente, sonríe de nuevo aunque parezca hacerlo como una muñeca sin vida, y se encoge levemente de hombros.
- No ocurre nada... - murmura. Luego suspira largamente, cierra los ojos y ladea la cabeza para apoyarla en su hombro, perdiéndose así en la oscuridad mágica tras sus párpados, ésa que es capaz de crear para ella un hogar ideal en el cual jamás la encontrarían - Tan solo me gustaría estar así, un rato... - susurra. Es imposible leer, siquiera imaginar, la cantidad infinita de sentimientos reprimidos y emociones encadenadas que encierra su frágil alma - Solo hasta que... tenga que irme.
Y no dice más. Por el matiz extraño que le ha dado a esas palabras, el mensaje suena demasiado claro: "solo hasta que tenga que irme para siempre".
Dafnée Moreau- Estudiante del Siete Encinas
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