Urban Culture's Club

Esas dos chicas son como dos lobas protegiendo su territorio, yo no quise decir nada que sea desagradable para ellas, pero creo que ellas buscan algo de ruido para ese ambiente, y armandola no hay quién me gane.
- Mmm.. veamos.. no me he metido con tu pelo azul, ya que el color azul es mi color favorito, y que sea radiante o electrico, que diferencia hay? es azul, no?, pues ya esta hombre!. -
- Esto es justo lo que no quería que pasase. - Pienso.
- Y dije algo que ofendiese?? Porque creo yo que no eh. -
Se acercó la otra chica de pelo castaño, dando un paso hacia mi como si estuviera espantando a un cuervo de un cadaver. Y yo dí otro paso, con vacile, demostrando que no era un chico que se achanta en esas situaciones.
- Vaya, la chica de pelo azul es mas tranquilita pero muerde, pero tu señorita.. tu devoras, eh? Tanto que te ríes, yo también me puedo reír, y si no paro, que me harías?. - Contesto.

Vi a mi hermana retroceder, instintivamente la coloque detrás de mi, puede que siempre pareciera la mas tranquila, pero era mejor no enfadarme y aquel chico lo estaba consiguiendo.

-Hace falta mucho mas que un poco de chulería para achantarnos, muchachito -dije mirándole a los ojos y acercándome mucho a el- ¿Crees acaso que por vacilar un poco, vamos a asustarnos? o mejor, ¿Vas a subir tu estatus de macho así? -Sonreí- que gracia me hacen los chicos como tu, niños malos, a los que para mi, es fácil dominar. Si te atreves, continua conmigo, no me duraras ni dos minutos. -Me había acercado hasta estar casi a un palmo, el era mas alto que yo, pero no importaba.

Yo nunca me metía en líos, nunca peleaba, nunca me rebelaba de esa manera. Hasta hoy.

Esa ciudad me estaba cambiando, y el cambio no me parecía tan malo.

No tenia miedo, no iba a tenerlo.

Los chicos malos, nunca me asustaron.

Ese momento es algo gracioso, una esta detrás y la otra delante, las dos encarandose hacia mi persona, dando un paso una, y después la otra, como un baile mal coordinado.
- Jajaja, sois graciosas enserio, me estoy divirtiendo con vuestra actitud de Super Nenas, y no me creo nada, solo me defiendo de vosotras. - Dirijiendome a la chica de pelo castaño.
- Muchachito? me haces sentir como alguien mas pequeño, siendo al revés la cosa. -
Contesto mirando a la chica de pelo azul.
- Además, sin sudar la gota gorda puedo con vosotras dos, que pum que pam, fácil. No soy ningúna oveja en este rebaño, yo soy el lobo que los ataca, lo entendeis?. - Fijandome en las dos.

Yo ya no sabía lo que decía, tenía la mente totalmente en blanco de tanta risa contenida, no quería reirme mas porque las dos parecían ser capaces de cojer una silla o taburete y estamparlo contra mi cara.
- Jajajaja anuncio de atún? por la gloria de la Virgen de Guadalupe, eso me ha matado, sinceramente. - Decía mientras me contenía la risa, casi largimeando.
- Yo no soy otro pringaillo de esta ciudad, "respeto a su superior", "quién manda aquí", frases de esas me hacen pensar en cosas como.. a ti te gusta el sadomasoquismo?. - Aguantandome mas la risa, saliendome choretones de lagrima por los ojos.
- Pues tu fuego de demonio lo apago con mi meada. - Mientras propino una sonrisa de oreja a oreja vacilona.
Cuando solté la última frase, doy un paso hacia delante, con mas vacile que antes, esto es mucho mas divertido que el principio. Y ví que la chica de pelo castaño también daba otro paso.
- Otra vez dando pasos como un baile de chotis de abuelos borrachos. - Solté de repente con la voz mezclandose con la risa.
- Pero si tu hermana de pelo azul es el demonio.. tu serás el angel, cierto?. - Solté.
Acerqué mi mirada hacia la chica, que medía en estatura menos que su hermana.
- Mmm.. eres mas pequeña que tu hermana, y de cerca estas mas mona, no me importaría que me devoraces tu. - Dirijiendome a ella con una sonrisa de vacilón a mas no poder.

- Dios mío. - Pensé mientras explotaba mi interior a carcajadas de tales parafelias.
- Espera espera, no mezcles las peras con las cebollas, por favor.- Soltaba a la chica de pelo azul a la vez que me doblaba poco a poco por el cosquilleo de la risa.
- No dije en ningún momento que fuese conmigo. -
Mientras propinaba otra sonrisa burlona.
- En un sentido fuera de lo puritano?? Me hablas a mi?? Vaya, hablas de una manera muy poco habitual en una ciudad como esta, sois de fuera también, no?. - Preguntaba interesado.
- Bueno, tonterías aparte, me hablais de pelear?? Estais de coña o estais simplemente locas?, que teneis toda la pinta de ser niñas de papá y me hablais de pelear? Cuando os hayais partido brazos y piernas en la calle, y os hayan dado palizas me llamais para hablar de pelear, va?. - Soltandolo de una manera algo mas seria.
- Y respecto de si tu hermana me devoraría o no.. creo que eso debería decidirlo ella, no tu. - Mirandolas serio con una miraba penetrante, como si intentara llegar a lo que ellas piensan. E intentando cambiar de tema sobre el baile..

Yo creo que aún no captan lo que quiero decir, parece que no me entienden o no me quieren entender.
- Y lo repito, no me creo ni me las doy de nada. - Solté en voz baja.
- Bueno, ahora que tu me preguntas que leches sé yo de vosotroas, te pregunto.. que leches sabes tu de mi?. - Poniendo voz firme y mas serio todavía.
La miraba fijamente en los ojos, me ardía la frente, no sé porque era, será por las risotadas que solté antes, veía que ella no llegaba a comprender en que situación estaba yo directamente.
- No sabes nada, no sabeis como son estas calles, no durariais ni un día en ellas si no sabeis donde pisais. -
Giré la cabeza hacia un lado casi cabizbajo, ya sin saber que decir ni que contestar, se veía que con todo lo que me había dicho me había hundido completamente, y lo único que pude hacer es girarme otra vez hacia la barra mirando la lata de cerveza.

Y otra vez, con comparaciones "que si te crees blablabla", "que si te las das de blablabla", todo el rato con esas memeces.
- Solo diré que, lo que vosotras habeis vivido y tenido, y lo que vosotras vivís y teneis, no lo tendré nunca. -
- No digas que estamos en igual de condiciones porque no es cierto, yo me mantengo en pie aunque me llueva ácido del cielo, no sabeis como he vivido, ni como es vivir como he vivido, no sabeis nada de eso. -
- Vagabundeo de calle en calle, en toda la ciudad buscando algo que no sé ni yo mismo que es, pero de esta forma sé lo que es esta vida, una vida muy alejada de lo que vosotras teneis. - Solté con voz baja.
No aparté mi mirada en aquella lata de cerveza sobre la barra, sentía un gran presión en el pecho, como si en pocos segundos explotara deseando liberar una ira que nunca salió. Pero me contuve, serreno y firme.
- Creo que deberiais iros ya, nos veremos en otro momento cuando nos volvamos a ver, cuidaros. - Diciendolo de una manera directa y sin pausa.