Re: La fábrica abandonada

**Zara Kaletsky** Mar Sep 08, 2009 11:13 pm

Al chocar con el chico el vodka salpica su camiseta haciendo un manchurrón oloroso en todo el centro. Frunce el ceño y mira un poco mal al chaval, a sabiendas de que la culpa no había sido suya. Busca por ahí algo con lo que limpiarse un poco pero no encuentra nada como pañuelos o algo así en una fiesta de ese tipo. Se arrepiente un poco de haber ido a tal antro sin conocer a nadie de los presentes.

- Vaya mierda - protesta con el vodka en la mano izquierda mientras que con la derecha se hace un nudo algo raro acortando la camiseta por encima del ombligo. Se pasa un mechón detras de la oreja y suspira. - Hey - saluda a los chicos que ni siquiera conoce a la vez que apaga el cigarro que llevaba en la boca tirandolo al suelo y pisándolo con la bota. Se termina el vodka de un trago como si fuese agua y muerde el limón que el camarero había puesto en el borde a modo de adorno, desocupando una de sus manos y apretando el apaño de la camiseta ahora top.

**Lily Conelly** Mar Sep 08, 2009 11:14 pm

Despues de un par de dias sin muchas ganas de moverme de mi habitacion, decido pasarme la ultima noche por la Rave uqe habia oido habia por aqui.
Con unos pantalones negros de pitillo algo desgastados, mis desacostumbradas bambas hanchas y una camiseta anudada a la cintura, dejando ver algo mas arriba del ombligo, y que tambien deja al descubierto los hombros, entro con una media sonrisa.
Como hechaba de menos estas cosas. Sin mirar a nadie en concreto, me acerco a la barra, mirando al chico que sirve durante un momento, hasta que se acerca a mi, y con una sonrisa le pido un ron con cola.

Mientras espero que me sirva me giro hacia la multitud, apoyando los codos en la barra y pasando la mirada por toda la gente. Creo reconocer un par de caras conocidas, pero entre las luces, y el movimiento, no constanto si de verdad lo he visto bien.
Encogiendome de hombros, me giro para coger mi bebida, para devolver la mirada a la pista, donde espero encontrar a alguien conocido, y si no, a hacer amistad.

**Sylvia D. O'Donnell** Mar Sep 08, 2009 11:48 pm

Un día después el DJ finaliza su turno después de varias horas de intenso trabajo amenizando la Rave Party. Choca los cinco con el relevo, un joven que aparenta tener unos años menos que él. Va vestido con ropa del mismo estilo que la suya, solamente que es un poco menos ancha y posee más diversidad de color. El cabello lo lleva escondido bajo una gorra, y los cascos los lleva ya colocados sobre la cabeza.

Se hace con la mesa de DJ y, esperando que finalice la canción que ha dejado puesta el anterior, empieza a buscar lo que él tiene previsto poner. Se coloca el micro frente a la boca y pone el disco en el lugar correspondiente, bajando el volumen de éste al mínimo.

-¿CÓMO ESTÁIS HOY HABITANTES DE RED&BLACK? ¡ESPERO QUE SÍ PORQUE VENGO A PONER MARCHA A VUESTRA FIESTA CON LA MEJOR MÚSICA DE LA CIUDAD! - y nada más finalizar la frase desconecta el micro y pone en marcha la música.

**Zeth A. Drakos** Mar Sep 08, 2009 11:51 pm

Alzó una mano a modo de saludo para la chica que se había chocado antes con ellos y para otra más que acababa de llegar.

- Hey -contestó, echándole un ojo a Dean, que parecía aburrirse. Y eso que acababa de llegar - Claro, el señorito no se trajo a la moza del pueblo y por eso se aburre... Dean, tienes que estar más espabilado, chaval -dijo, dándole un pequeño empujón en el hombro, amistoso. Volvió a apoderarse de su vaso, riendo después ante el comentario de Jacki- Claro, con adorables champiñones por encima y todo -sin poder hacer nada para que no se le escapase otra nueva carcajada.

Con unos dos cubatas y dos cervezas encima todo parece más gracioso

**Alexander Tessier** Mar Sep 08, 2009 11:53 pm

La música seguía sonando y el trago se acababa poco a poco lo mismo que el cigarrillo que fumaba en esos momentos, dándole una ultima calada, lo apague en mis botas y pedí otro vodka en las rocas, mientras observaba a los asistentes bailar y pedir mas trago en la barra, me que en un lugar de la barra en donde podía disfrutar de la música y quedarme cerca de ella, no quería quedarme seco de manera que había que quedarse en la proximidad de la misma para seguir disfrutando de aquel maravilloso trago y las melodías que sonaban en ese momento

Encendí otro cigarrillo y ladeaba mi cabeza y movía mi bota derecha al ritmo de la música

**Jack Norton** Miér Sep 09, 2009 12:03 am

La chica que se había tirado por encima su propio cubata le estaba mirando fatal, y eso sumado al agobio y al hecho de que todo le daba vueltas hizo que Jack decidiera súbitamente marcharse de allí.
- Eh... creo que yo me voy, chicos.
Pero en cuanto se separó de la barra se dio cuenta de que su idea era imposible de realizar. Mantener el equilibrio le era de por sí bastante complicado, y además aquello estaba atestado de gente.
Se arrimó a Zeth algo cohibido y bajó el tono de voz para que solo le oyera él.
- ¿Te importa acompañarme hasta la puerta?
Sí, pedirle aquello le humillaba profundamente, pero más le humillaría caerse de morros en la pista de baile. Lanzó una mirada a su alrededor, pero como se temía no pudo ver a Mark, ni Uriah, ni ninguno de los chicos de su grupo. Seguramente a aquellas alturas todos habrían encontrado una compañía femenina que les distrajera.

**Cyrus Ross** Miér Sep 09, 2009 2:55 am

Sigue contemplándola en la lejanía, como si su mente y su cuerpo estuviesen siendo elevados a un segundo plano, dónde la pista de baile resta vacía, la música ha cesado y solo se aprecian los últimos resquicios de la fiesta, quedando separados solo por el espacio, uno frente al otro conectados por el cruce de miradas, dónde se desprende una chispa que revolotea como en una línea ígnea recorriendo el camino que ninguno de los dos se dispone a cruzar por el momento.

La voz de Dita distorsionada se va volviéndo cada vez más clara hasta que logra devolverlo a la realidad, dónde sin dar muestras de haberse quedado prendado mirando a nadie, sonríe con esa falsa naturalidad que lo caracteriza.- Dita... -murmura acortando la distancia unos centímetros sin que ella siquiera se de cuenta.- En galés significa regalo costoso, estoy seguro de que muchos pensarán que te hace justícia...-le explica inclinando el rostro con exhasperante lentitud, dejando que su respiración recorra el cuello de la chica hasta su oído.- Cyrus. -susurra con parsimonia para después retirarse como si tal cosa.- Entonces, ¿me concedes un baile D...? -empieza a preguntar con antiguas maneras bromeando. Sin embargo se ve interrumpido cuando parece que la muchacha de cabello azabache intenso que lo acompaña reconoce a su etérea inspiración.

- Dafnée -vocaliza su nombre como si lo saborease. ''Asi que es ese su nombre'' piensa esbozando una sesgada sonrisa que por un breve segundo puede parecer haber despertado al verdadero y escondido Cyrus. La acompaña hasta llegar frente a la chica, dedicándole una mirada aún así, dónde se dicen más que un simple saludo y que rápidamente pasa a ser la misma galante de siempre, tratándola como una más, aunque en eso esté errando sobremanera.

Su simple voz hace que su segura actitud se vea mellada por un solo instante, reprochándose a si mismo, como una mujer a la cual desconoce ha podido ejercer un poder de encantamiento tals obre él, de tenerlo casi rozando la locura, una locura parecida a...

- Es un placer. -entrecierra los ojos levemente para besar su mano, siendo tal vez demasiado osado o anticuado pero sintiéndose extremadamente extraño en su presencia, acrecentada la sensación, al rozar levemente su palma con sus labios. Después se retira como dándose cuenta de su extravagante comportamiento pero irguiéndose como si fuese un gesto de lo más típico para alguien de su clase y estilo. Tras eso se retira suavemente hacia atrás, para concederles intimidad a ambas si así lo desean.

**Dita Alighieri** Miér Sep 09, 2009 4:10 am

Al volver la vista, me encuentro con el rostro del hombre, no sabría si decir más cercano o no, al escuchar su explicación.
- La verdad es que no sabía el significado de Dita... Interesante, si más no. - Corroboro con una sonrisa ladeada. Sigo con la mirada como se acerca, inclinando por acto reflejo la cabeza, dándole un mejor acceso a su cuello. - Así que Cyrus...- Pronuncio en un susurro su nombre.- No es muy corriente, ¿verdad? - Como él mismo, pienso, parece sacado de una película antigua, es todo un caballero.

No alcanzo a oír su pregunta pues ya estaba al lado de Dafnée. - Hola hadita... Aunque se una vez. - Repito en un tono suave tomando la botella de Vodka que me entrega. Me llevo el Vodka a los labios y le doy un lento y largo trago al fuerte líquido. Observo de reojo la pequeña escena entre Cyrus y Dafnée, una pareja ciertamente curiosa que, al parecer, se conocen. Retiro la botella, mientras el vodka baja por mi garganta, quemándola. Un escalofrío me recorre entera, por lo que me sacudo un poco.

Cuando él se aparta un poco, me acerco a Dafnée. - Dafnée, ¿qué haces sola? No te habrá abandonado el chico de antes, ¿no? - ¿Qué clase de pregunta estupida era esa? Parece ser que los primeros efectos de las dos copas que había bebido ya empezaban a aparecer. No es que tuviera mucha resistencia al alcohol...

**Axel Welles** Miér Sep 09, 2009 6:55 am

No se inmuta cuando Jane golpea con fuerza la mesa, haciendo que esta vibre con violencia y por consecuencia que su cubalitro caiga y se desparrame por el suelo de la fábrica. Coge el vaso, ignorando también las miradas que estaban recibiendo de los que al menos íban los suficientemente serenos como para enterarse de lo que estaba pasando, y da un fuerte silbido llevando sus dedos a los labios para así llamar al atención a una de las camareras que había ido anteriormente a buscar sus servicios. Agita el vaso en un gesto que se traducía como "Traeme otro", y deja el vaso de plástico vacío en la mesa.

Escucha a Jane, aunque no lo parezca, ya que en esos momentos no le mira y ni siquiera parece que esté atenta a sus palabras, apartandola suavemente cuando ella intenta girarle. Abre el maletín y coge todo lo que le habían pedido, dándoselo a los clientes que iban avanzando en la cola y poniendo el dinero en una pequeña caja metálica que había dentro y que en estos momentos estaba bastante llena de billetes y monedas: negocio perfecto.

-Si dices eso no es lo que acabas de demostrar ahora mismo...-Le dice por fin dirigiéndole la palabra, aunque de nuevo sin mirarle, ya que la camarera le acababa de traer su bebida. Se sienta y da un trago, esta vez sí mirándole a los ojos como ella quería.- ¿Así que te gusta que los hombres te traten con dulzura?...-Asiente, encogiéndose de hombros y saca un cigarrillo del paquete arrugado de tabaco que tenía en su bolsillo, lo enciende dando una gran calda y guarda ambas cosas de nuevo en sus vaqueros.- Pues que sepas que él no quería nada más de ti que llevarte a su nidito de amor... y no, no es para nada malo, todo lo contrario, pero te costará mucho encontrar alguien por aquí que lo haga realmente sin buscar nada a cambio...-Tira el humo hacia un lado y deja el cigarrilo sobre sus labios, dando de nuevo una calada.- Y por favor Jane, no vuelvas a gritarme de nuevo de esa manera ni vuelvas a intentar llamar mi atención de manera violenta... ¿De acuerdo? -Pronuncia cada unas de las palabras clavando su mirada en los ojos de Jane, con calma, pero sin ocultar ni disimular el tono amenazador que había arrastrado en cada una de las sílabas que habían salido de su boca.

Sonríe ampliamente, en contraste con el anterior gesto y tira el humo retenido en sus pulmones hacia rriba, intentando formar anillos con este. Coge el vaso con su bebida y da un gran trago.

**Jane C. Jaffe** Miér Sep 09, 2009 1:16 pm

Trás darle el puñetazo a la mesa, se da la vuelta, dandole la espalda a Axel, mientras con cara de: "mecagolamadrequemepariócomoduele" sopla intentando en vano calmar el dolor y a la vez sacude la mano. Dolía, y mucho. No recordaba lo que era pegarle a un tablón, pero si a una farola y a una cristalera. En un leve lapsus de tiempo, sonríe un poco, pero en seguida su cabreo vuelve verse florecer en sus ojos cuando un calamabre de dolor acude veloz a su mano. Mira su mano dolorida, igual que miraba los cardenales que solía hacerse con frecuencia debido a su "continuo nerviosismo". Era lógico que actuara con cierta furia contenida, y por no darle un puñetazo al chico, lo había pagado con la mesa. No sabía que era mejor, dado que si hubiera acabado en el cuerpo de Axel habría sido un lugar más blando para aterrizar que aquel tablón.

Vuelve a rodar los ojos ante el despliegue de caballerosidad que demuestra Axel con el silbido, y no puede evitar comparar al anterior hombre con el chico. Era posible que el hombre no fuera joven, y quizás era cierto que solo la quería para esa noche... pero al menos no lo dejaba advinar, siendo un precioso misterio digno de esperar y destapar.

Respira fuerte, sin preocuparse por relajarse lo más mínimo, y la ignorancia que obtiene de Axel hace que su rabia aumente por momentos. Suficientemente ignorada se sentía en su casa para que también a lo que considerara sus amigos lo hicieran. Se cruza de brazos ante la tediosa, espera, con gesto de dolor incluido al realizar ese gesto. Esperaba que no hubiera sido visto, al igual que que lo posterior al golpe, pero suponía que era así, dado que estaba demasiado sumido en sus negocios "ilegales" como para atenderla en esos momentos. Suerte la suya, sino si que se habría llevado un soberano golpe.

Ignora el primer comentario sale de la boca del chico, como si nunca hubiera sido pronunciado y se hubiera perdido en el viento que no existía en aquella estancia. No evita la mirada de furia que se deja ver en sus ojos verdes, y sigue mirando al chico a los ojos, sin bajar la mirada ni un instante, como si de una competición se tratase, a pesar de no ser así.

- ¿Encontrarlo aquí? -una sonrisa socarrona aparece en su rostro y suelta un bella risa falsa. Sacude su pelo hacia atrás y vuelve a retomar la cara de cabreo y seriedad que tenía antes- No me jodas Axel, ambos sabemos que en una rave es complicado encontrar eso, y menos por nada a cambio... asique no me vengas con cuentos infantiles que ya soy mayorcita para esas cosas -vuelve a apoyarse en la mesa que hace escasos minutos había gopeado y la acaricia levemente con la punta de los dedos mientras la mira y desvela una sonrisita estupida en el rostro. Sacude de nuevo la cabeza para borrarla y le mira- No se llama llamar tu atención Axel, se llama descargar rabia contenida... son cosas completamente distintas. -ahora sus ojos no eran definibles de ninguna manera, pero si había resquicios de su enfurecimiento de antes.

Mira el tabaco que fuma el chico y pasa su lengua por sus labios. Estaba empezando a necesitar un cigarro para cambiar esos dichosos nervios que la perdían.

**Zeth A. Drakos** Miér Sep 09, 2009 4:32 pm

Se terminó de un largo trago su cubata, dejando después el vaso vacío en la barra, con un golpecito seco.

- ¿Te vas? ¿Ya? -preguntó, arrugando un poco la nariz y la frente como suelen hacer los niños chicos cuando se les niega algo, al ver cómo Jack se separaba de la barra para, efectivamente, marcharse. Algo decaído ante la idea de quedarse allí con el sobrio de Dean se sorprendió ante la petición de Jack. Negó rapidamente con la cabeza, desechando rápidamente la idea de quedarse allí con Dean, que parecía rebozado en sal - Sin problemas -dijo, acercándose después a la barra para pagar lo suyo, lo de Dean y lo de Jack, que esa noche se le había pillado generoso - Tío, voy a salir afuera un momento, a tomar un poco el aire -le avisó a Dean, volviendo después junto a Jack.

Disimuladamente se pegó a él hombro con hombro, ya que el tampoco iba como para ponerse a hacer piruetas en medio de la pista de baile. Y hecho esto comenzó a andar, con bastante lentitud y pasos algo precavidos ya que no quería clavar los dientes en el suelo, menos delante de tante gente

**Dafnée Moreau** Miér Sep 09, 2009 4:42 pm

Cuando Cyrus se inclina para besarle la mano no se inmuta, sino que sus labios componen una sonrisa con su particular y misteriosa dulzura. En cierto modo no le molesta y tampoco parece que le sorprenda una acción tan arcaica... o, quizá, es que su espíritu embaucado por el romanticismo y la magia necesita creerse la realidad de la escena: que aquella vieja fábrica es el salón de un viejo castillo, ella un hada maldecida errar sin alas y él alguna clase de hechicero disfrazado. Al menos, el brillo titilante que de cuando en cuando se entrevé en sus ojos da fe de aquella necesidad, aunque pronto quede envuelto por nebulosas de misterio.

Con gracilidad gira la cabeza para volver a mirar a Dita, esperando pacientemente hasta que prueba el vodka. Entonces extiende la mano para recuperarla y, sin apartar los ojos de ella, vuelve a darle un trago... esta vez mucho más largo. Un hilillo resbala por la comisura de sus labios y lo recoge con el índice para lamerlo sutilmente. Sus gestos tienen una mezcla de candor, inocencia infantil, coquetería y cierto velo tormentoso y oscuro... ese último no es visible, aunque el alcohol comienza a quebrar ciertas puertas sólidas de sí misma. Ante la pregunta del abandono, durante un instante, difumina la sonrisa y pierde la mirada en algo desconocido; algo que solo ella ve, mellado por una melancolía más devastadora de lo que se aprecia a simple vista. Recuerdos, tal vez...

Pero finalmente sonríe y ladea la cabeza.

- Solo ha marchado en busca de su destino, pero volverá... el caballero es demasiado intrépido - susurra, con un deje cariñoso en su arruyante voz. Deja la botella al lado, por si alguno de los dos quiere probarla, y vuelve a depositar sus ojos de etéreo gato en Cyrus mientras recoge las piernas y se abraza las rodillas. En esencia, ahora, parece demasiado frágil, demasiado niña en comparación con aquel elegante mago enmascarado. En cierto modo parece que le cueste quebrar el vínculo visual con sus ojos... pero, cuando vuelve a hablar, se dirige a ambos. Y su voz comienza a mostrarse ligeramente temblorosa: - ¿Por qué no os sentáis...? La soledad no es una compañía agradable.

**Lily Conelly** Miér Sep 09, 2009 4:46 pm

Veo que un chico me saluda, y algo extrañada, le devuelvo en saludo con una media sonrisa y un golpe de cabeza. Entonces, al ver el baso en su mano, supongo ue lleva ya bastante alcohol en sangre, aha, ahora lo entiendo todo.
Recordando mi baso de ron con cola, le doy un largo trago, sintieno como el alcohol calienta mi garganta. Dejando el baso de nuevo en la barra, me enchego un cigarro, dandole una larga calada.

Al volver a coger el baso, me fijo en que el chico que va con el que me ha saludado se tambalea intentando avanzar, cosa que no consigue. Al parecer le ha pedido al otro ue lo acompañe, porque este se pega a el, y como queriendo aguantarse el uno al otro, se dirigen a lauerta. No puedo evitar una sonrisa, pero entonces me doy cuenta de que un chico que parece algo mas pequeño se me acerca, con claras intenciones.
Con una simple mirada lo echo de mi lado, dando un nuevo trago al alcohol y observando como este se dirige hacia la mesa donde se supone que estan sus amigos.

Me encojo de hombros y me vuelvo a fijar en los dos chicos de antes, que van ya por medio camino. Una nueva carcajda pugna por salir de mi garganta, pero la retengo, no es plan de que me tomen por loca, menos sin haber bebido apenas.

**Dean McKey** Miér Sep 09, 2009 4:51 pm

Aburrido a más no poder, se vuelve a llevar la copa a los labios y esta vez se la bebe de un tirón, sin contemplaciones. La deja sobre la barra y hace señas de nuevo al camarero.

-Otra de lo mismo, anda -le pide, mientras tamborilea los dedos sobre la barra. Hace un gesto con la mano hacia Zeth, quitándole importancia-. Sí, vete, da igual... Yo me quedaré aquí con... -se fija en su copa vacía-. La copa, mi gran amiga -sentencia, viéndolo alejarse después con Jack-. Ya, claro, a tomar el aire... -murmura para sí mismo. Pues sí que se habían llevado bien Zeth y ese.

Por fin el camarero le trae una nueva copa, copa que coge al momento y vuelve a llevarse a la boca. Cuando se da la vuelta, apoyando la espalda en la barra, se fija en que hay una chica solitaria por allí [Lily], esa a la que Zeth había saludado para después irse.

-Ey, hola... -la saluda con un vago gesto de la mano-. ¿Tú tampoco conoces a nadie? -pregunta, dejando entrever una media sonrisa-. Soy Dean -se presenta-. ¿Y tú eres...?

En ese momento desvía la mirada hacia la otra chica, la que se había chocado con Zeth y Jack al querer pasar entre ellos, que ahora se había anudado la camiseta, transformándola en algo parecido a un top. Arquea una ceja, pensando si presentarse también a ella, pero deshecha la idea, parecía más entretenida con el trozo de limón que llevaba en la boca.

**Jack Norton** Miér Sep 09, 2009 5:10 pm

Con la ayuda de Zeth, que al parecer tampoco iba demasiado fino, fue pasando entre la algarabía de gente poco a poco hasta alcanzar la puerta de la fábrica abandonada. Se volvió un instante para observar por última vez el montón de gente que bailaba, bebía y hacía mil cosas bajo la música machacona del DJ.
No lo había pasado mal, tenía que prometerse a sí mismo que en lo sucesivo saldría más de casa para sumarse a barullos adolescentes de ese tipo. Con ese pensamiento en la cabeza, y Zeth de bastón, salió de allí.

**Lily Conelly** Miér Sep 09, 2009 10:01 pm

Finalmente, los dos chicos llegan a la puerta, y desaparecen tras esta. Tras darle un trago a la bebida, me percato de que un chico se ha acercado un poco, y me esta hablando. Mira, bueno, al menos en el caso de que quiera ligar empieza bien.
Me giro hacia el con una media sonrisa, dandole una calada al cigarro y tirando el humo hacia un lado.
Antes de contestarle, le miro de arriba abajo, sin ninguna especia de tapujo, para lueg oacentuar la media sonrisa y subir la vista hasta sus ojos.

- Buenas noches - respondo al fin, negando ante su preguna. - Parece ser que no, aunque entre tanta gente, no se yo. - Suelto una risita, para luego inclinar la cabeza a modo de salutacion. - Encantada Dean, soy Lily - quizas mis modeales desentonen un poco, pero ma la trae al fresco, asi que le vuelvo a sonreir, antes de apurar el baso y girarme hacia el camarero, que no tarda en atenderme.
- Otra de lo mismo - le digo guiñandole un ojo. Quien sabe, un descuento nunca va mal. Me giro de nuevo hacia el chico y recuerdo que estaba con los dos que acaban de irse.

- ¿Te han abandonado esos dos? - pregunto, señalando con un golpe de cabeza la puerta del sitio.
Entonces me giro para recoger la bebida que el chico ha dejado sobre la barra, y le pago con algo menos de lo que vale realmente la bebida. Quizas sea por pena, por que esta acostumbrado, o por que me he relamido los labios lentamente mirandolo, pero no parece importarle, asi que le doy una ultima calada al cigarro, apurandolo, y lo tiro, cogiendo la bebida para volver a grarme hacia Dean.

**Cyrus Ross** Miér Sep 09, 2009 11:09 pm

Se mantiene en un segundo plano, sabiendo esperar, paciente. Condediéndo una intimidad a su conversación pero enterándose del hilo argumental disimuladamente, y sin que se den cuenta, escondido tras esa máscara de protocolo que le está permitiendo obtener ciertos detalles de su musa a la que por fin a puesto nombre y que pese a eso le sigue resultando tan enigmática e interesante como al principio.

Se percata de la mención de un chico, acompañante o tal vez algo más de la pelirroja de fantasía, pero más allá de despertar sus celos o su sentido de la profanación de su 8º maravilla personal, siente un especial interés por saber si bajo ese aspecto aniñado, inocente y delicado se esconde una verdadera mujer, en todos los aspectos.

Siente un escalofrío de extraño placer al ver apagarse levemente la vela de la esperanza en Dafneé como si más allá de poder vislumbrar su dolor, viese la oportunidad para ese pequeña hada atrapada en un mundo que no le corresponde por sus alas atadas, de liberarse y ascender hacia el lugar que le pertenece por naturaleza. Cada gesto, cada mirada, le resulta digno de inmortalizar, pero a la vez ve como poco a poco ese ambiente que la rodea hace mella en ella amenazando con consumir todo aquello que es.

Sumido en sus pensamientos no deja por ello de dedicarle amables y halagadoras miradas a Dita a la vez que se esfuerza por no demostrar todo lo que le despierta la segunda mujer que los acompaña. No se le escapa su mirada, que amenaza con captarlo y llevárlo de nuevo a ese estado diferente dónde tan solo ellos existen, pero haciéndose cargo de la situación acepta la oferta y apoya una mano en el costado de Dita para ofrecerle la caja que tiene frente a él, galantemente.

**Dita Alighieri** Jue Sep 10, 2009 12:41 am

Observa atenta, con la mirada en los ojos oscuros de Daf como ésta bebe y se límpia el fino hilo de vodka que le resbala hasta su mentón. ¿Como algo tan sencillo y ordinario puede estar tan cargado de sensualidad? Se relame los labios observando la escena, para luego llevarse a los labios la copa que tenía olvidada en la mano y terminársela de un trago. Intercambía la copa vacía por la botella. Necesitaba más alcohol para poder desterrar de su mente el recuerdo que había acudido a ella al escuchar la respuesta de la hada pelirroja.

- Es muy amable, Cyrus, pero siéntese usted. - Agradece con lo que sería una sonrisa dulce pero con un deje triste para ir a sentarse al lado de Dafnée. Con la mirada puesta en la botella, rememora lo sucedido en el bosque... Se sienta cruzando una pierna encima de la otra y con la cabeza algo ladeada. - Quizá no vuelva... Quizá el príncipe, por muy intrépido que sea, no vuelve. - En su mente, cierto rubio adopta el papel de príncipe. - ¿Sabes hadita? Quizá sí haya encontrado a mi lobo de invierno... O quizá no. - El alcohol le suelta la lengua y sus pensamientos y recuerdos se transforman en palabras. - Un día como cualquier otro, conocí a un lobo algo solitario... No lo volví a ver hasta al cabo de un tiempo, y no es que fuera en una situación, digamos, ordinaria. - Deja ir una seca carcajada y se lleva la botella a los labios para dar otro trago largo. - Me usó, me usó de escudo contra sus enemigos y me raptó. Me raptó como haría un malvado con una princesa, pero él no es malvado, realmente no creo que lo sea... Me raptó, me hizo creer que podía ser de ayuda... Me utilizó... Para luego echarme a patadas de su lado... - Lo cuenta todo con un tono de voz impersonal, como si solo se tratara de un cuento y no de su realidad. - Quiero volvera ver ese lobo... Él es intrépido lo sé, pero eso no me garantiza que vuelva... - Una finísima lágrima se escapa de sus ojos. Difícil de ver pues mantiene la mirada en la botella y la cabeza algo gacha.

**Dafnée Moreau** Jue Sep 10, 2009 4:28 am

Cuando Dita se sienta a su lado ella no hace más que seguir abrazándose las rodillas, apoyando la mejilla en ellas y dejando a la luz solo sus vidriosos y algo nublados ojos... siguen siendo indescifrables, nubes que ocultan secretos, pero cada vez más resquebrajadas; aquello que mantienen al resguardo de la luz se filtra apenas por las gritas generando una sensación de inquietud. ¿Es oscuridad?, ¿es tormento?, ¿es algo indefinible?

Solo entorna ligeramente los ojos cuando Dita empieza a hablar, haciendo aquella insinuación. "¿Y si no vuelve?" Ella no lo ha podido ver, pero durante un efímero instante su cuerpo ha temblado; ella no, pero quién sabe si alguien más ha podido... a ojos ajenos lo suficientemente sensibles, realmente parece una rosa sobreviviendo en una ciudad devastada por un Apocalipsis, algo rodeado de demasiada muerte y frivolidad.

No la interrumpe hasta el final, ni tampoco da muestras de haber reconocido al lobo solitario del que habla. Aunque, ya se llame percepción sobrehumana o sensibilidad fina y vibrante como las cuerdas de un arpa, en su mente se dibujan unos ojos de hielo quebradizo difíciles de olvidar. Extiende el silencio cuando acaba y, entonces, sesga la sonrisa con desgana.

- ¿Sabes...? Hay criaturas en este mundo que han nacido para ser duales - susurra, alzando grácilmente la cabeza para, cabizbaja, juguetear con los dedos - Tienen que... mostrarle al mundo dos facetas. O quizá más... y deben alimentarse de luz y sombras. Tal vez tu lobo sombrío sea uno de ellos... - difumina la sonrisa, componiendo un aburrimiento demasiado melancólico, mientras agarra la botella de vodka. Se queda ahí, estática, sujetándola y mirándola sin hacer nada, hasta que de repente se la lleva a los labios y, flexionando la cabeza hacia atrás. vuelve a darle otro trago. O más bien, esta vez acaba con casi la totalidad de la botella, dejándole el último trago a ella. El alcohol ahora genera en ella efectos más devastadores: con las mejillas completamente rojas y los ojos nublados y titilantes, se remueve inquieta y se pasa el dorso de la mano por los labios. Tirita como si tuviera frío y, esta vez, la máscara de enigma cae lo suficiente para revelar la tristeza profunda que la embarga - Pero quizá sea cierto... - murmura, enronqueciendo su voz. Su timbre ahora tiembla más - Los príncipes y los caballeros... se marchan... para no regresar. Como Él... - esas dos últimas palabras las pronuncia sin pensar, y no deja claro en absoluto a quién se refiere con ese "Él" - Y la armadura oxidada que queda tras su marcha se llena de sombras y vacío. Por eso... la soledad es el mejor amante que podríamos tener...

Sin que queda claro por qué, alza la cabeza con fragilidad para mirar al mago silencioso, cuya presencia tiene muy presente pese a su voluntario voto de silencio. Y aun revelando la tristeza tormentosa casi del todo, no muestra qué sentimientos le inspira él... solo le mira, dejando vagar sus pensamientos en un caos, quizá adivinando que él sabe lo mucho que le asfixia, a alguien como ella, permanecer en ese lugar. Tan pronto parece un gamo asustado sin familia ni protección como una cierva adulta hermosa y sensual. Ella misma parece pertenecer a ese grupo de criaturas duales.

Pero pronto desvía también su atención a Dita. En cierto modo con ella parece haber establecido un vínculo especial: la Dama de las Nieves y el Hada de Hielo, encerradas en el frío por necesidad. Se tensa con una leve convulsión al ver su lágrima, como si a ella le doliese lo mismo, y sin pedir permiso extiende la mano para apartarle suavemente un mechón azabache, acariciando en el proceso su pálida mejilla con los nudillos y limpiándole la lágrima solitaria. Repite el proceso varias veces hasta que, acercándose a ella y proporcionándole calor con su cuerpo de temperatura templada, lleva la otra mano hasta la de ella y la estrecha con suave ternura.

- Quizá tu lobo invernal tarde en regresar... quizá no sea quien piensas que debe ser... y tal vez yo no haya nacido para príncipes y caballeros - murmura, ahora ladeando la cabeza mientras, con un movimiento sumamente lento, asciende la mano desde la de ella hasta su rostro, depositando las yemas de los dedos en su mejilla para hacerla girar el rostro y clavar los ojos en los suyos. De repente ambas parecen envueltas y protegidas por una burbuja de paz, calidez y cierta ansia oculta, quizá una necesidad compartida. Su pulgar acaricia entonces su rojo y mullido labio inferior, mientras ella acentúa dulcemente la sonrisa - Tal vez, para que la espera no nos torture, solo podamos consolarnos mutuamente...

Y, sin más, entorna los ojos, entreabre los labios de ella y los suyos propios y se acerca para juntarlos en una suave y cálida unión. Al principio es superficial, se limita a tantearlos a la espera de que ella la siga por aquel sendero secreto; pero al notar que lo hace profundiza la caricia en todos los sentidos, volviendo el beso una danza sinuosa y lenta que enciende un fuego cada vez más gradual, mientras las manos de la joven hada reptan por su mejilla y su cuello. Tras un largo rato, difícil de decir cuánto al haberse perdido la noción del tiempo, se separa apenas con los ojos aún cerrados. Y con los labios aún pegados a los suyos, los entreabre apenas y susurra:

- Ha sido un regalo... - acentúa suavemente la sonrisa - El que yo te he hecho a ti y el que tú me has hecho a mí...

Como último acto, lleva sus manos a su propio cabello y se quita la traba plateada en forma de mariposa con filigranas, dejando que su cabello antes recogido en tocado victoriano ahora caiga como una cascada de incandescente y ondulado fuego. Y, después, se separa, cerrando la puerta de aquel sendero que, de momento, no puede continuar explorándose. Quiebra la burbuja y lo primero que hace es incorporarsel, pasándose los dedos por los mechones que tapan su sudoroso rostro y tambaleándose, como si fuese a caer en cualquier momento. Avanzando como una criatura de los bosques extraviada, moribunda y atormentada, no se da cuenta de que llega hasta Cyrus y casi choca con él. Da un leve respingo y se apoya en su pecho alzando los ojos y parpadeando, como si le costase reconocerle. Cuando lo hace, jadeante y temblorosa por culpa del alcohol, dibuja una sonrisa balbuceante e insondable.

- Tú... debes de ser un mago enmascarado... estás acostumbrado a encantar almas inocentes...

Aquella certera observación sobre Cyrus la pronuncia susurrante y dulcemente, como si fuese una niña señalando con ingenua inocencia algo obvio. Y en cierto modo así es; como si, también, el malestar la hiciera delirar y creer de veras que Cyrus es una criatura mágica disfrazada. Acto seguido, se convulsiona, emite un gemido entrecortado y las piernas le fallan, cayendo y resbalando sin conocimiento por su pecho. Si él no la sostiene caerá al suelo.

FDR: Aunque la fiesta se chape, que Cyrus y Dita posteen una vez más y así cerramos. Wink

**Dean McKey** Jue Sep 10, 2009 1:24 pm

Se fija en que la chica a la que había saludado le hace una especie de examen visual, con todo el descaro del mundo. Sin embargo, ese detalle no le molesta. Es más, le agrada, por lo que una media sonrisa aparece en sus labios.

-Igualmente, Lily -acierta a responder, llevándose una mano al bolsillo trasero del pantalón, del que saca una caja de cigarrillos. Mientras ella tontea con el camarero para conseguir que le rebaje el precio de la bebida, él se dedica a sacar un cigarrillo de la caja. Cuando lo consigue, se lo lleva a la boca y con la otra mano, vuelve a guardar la caja en el mismo bolsillo-. Sí, me han abandonado, se ve que se han llevado bien... -contesta, rodando los ojos para después volver a fijarlos en ella-. Pero bueno, ya tengo compañía -cuando termina de decir esto último, vuelve a sonreír, y se acerca más a ella para poder hablar mejor-. ¿Tienes un mechero? -seguramente tendría uno, la había visto fumando.

Mientras espera su respuesta, baja la vista hacia los pies de ella, sin disimulo, y va ascendiendo hasta pasar por sus piernas, su pecho y por último su cara, repitiendo así el examen visual que le había hecho ella. Tenía la cabeza un poco embotada debido a la bebida, pero aun así una fugaz imagen de Dakota llega a su mente. Frunce el ceño, Dakota no iba a estar allí esa noche.

**Lily Conelly** Jue Sep 10, 2009 2:33 pm

Me percato de us media sonrisa, a la cual respondo sin darme cuenta con mi ya acostumbrada sonrisa juguetona. A pesar de ello, la escondo detras del baso, dandole un largo trago a la beida, dejando el baso por la mitad. Habia venido aqui a emborracharme y eso pensaba hacer.

Lo veo pelearse con el paquete de tabaco para sacar un cigarro, y no puedo evitar una sonrisa.
- Ui.. - suelto una corta carcajada - entonces no creo que vuelva nen un buen rato, si tan bien se han llevado - sonrio ante su afirmacion, y no me importa en absoluto que se acerque mas a mi. Entonces meto la mano en el bolsillo del pantalon, sacando el mechero que me ha pedido.
Se lo tiendo, y mientras el se enchega el cigarro, saco otro de mi paquete, encendiendomelo cuando me devuelve el mechero. Le doy una larga calada, sin notar el sabor del humo a causa del alcohol.

No me pasa desapercivido el examen que me hace, pero sonrio ante esto, malacostumbrada a este tipo de cosas. Pero frunce el ceño, lo uqe me hace pensar que quizas le he recordado a alguien, o que quizas se sienta culpable, por alguna novia, o algo. Quizas una chica que le guste y no quiere admitilo. Lo dejo pasar, encojiendome imperceptiblemente de hombros, para luego volver la mirada a sus ojos.
- ¿Has estado todos los dias aqui? - pregunto, interesada. El chico no parece muy sereno, aunque bueno, eso es facil de conseguir bebiendo durante una hora medianamente seguido.
Le doy un trago al a bebida y despues una calada al cigarro mientras espero su respuesta.
En ese momento, el DJ anuncia el final de la fiesta, por l oque me acabo la bebida de un trago me giro hacia Dena.
- Pues nada, yo me voy yendo, espero verte por ahi - le guiño un ojo y me despido con una deman de la mano. Me dirijo hacia la puerta, done la gente ya se esta agrupando para salir. Poco despues, salgo a la calle, perdiendome por los callejones de Red&Black.

**Cyrus Ross** Vie Sep 11, 2009 12:04 am

No se sienta pues en ese momento alguien le toca la espalda y lo obliga a girarse, frente a él se encuentran tres viejas conocidas que atren su atención entre danzas sensuales y palabras con significados mucho menos inocentes que sus aparentes gestos de frágles mujeres en busca de un hombre que las haga sentir especiales. Sonríe a su manera, sin negarle nunca nada a una fémina que requiere de él dichos servicios, correspondiendo a esa danza de apareamiento que más sutilmente, que a veces también se da entre humanos.

Y pese a todo, esa noche no quiere jugar. Prefiere dejar su ficha anclada en su casa del tablero y limitarse a intentar prever los movimientos del resto de jugadores a través de sus actos, sus ojos y sus palabras... A pesar de estar envuelto en esa neblina de hormonas que lo ha rodeado, no puede evitar seguir atento a la conversación que se da a sus espaldas, como si se filtrara por un colador entre esos gritos y métodos de seducción. Las corresponde durante un buen rato, charlando animadamente con ellas, piropeándolas e incluso viéndose metido en varios sobeteos de los que él con fina naturalidad, con la que está acostumbrado desenvolverse, consigue librarse de ellas para volverse en el momento justo del beso.

Al contrario que muchos hombres, sufre una espécie de excitación diferente, como si sus pupilas se dilatasen más de lo normal, su memoría fotografiase ese momento y su mente divagara a fabulas que lejanas de la perversión habla del posible consuelo entre mortales y dioses, de la recóndita oportunidad de dejar de consumirse en la soledad, de lograr alcanzar una mano en la que ayudarte para conitnuar caminando hacia delante. Y es que casa movimiento inspira en él, los más dignos versos de poesía pero no solo eso, no ve en aquello muestra alguna de mórbido deseo, o puede que si pero su mente trate de ocultarlo, sino consuelo, cariño o incluso algo más...

No las interrumpe sino que se limita a beber de la copa a la que las han invitado las chicas de antes, tratando de fingir no haber escuchado que su musa parece haber encontrado ya a alguien a quien querer acompañar en su camino para centrarse en que está en una fiesta para disfrutar y como siempre se repite, no puede permitirse el lujo de caer ante nadie y mucho menos una víctima de las que piensa aprovecharse.

Observa con cautelosa atención como la pelirroja se pone en pie y a duras penas empieza a andar hacia él, movido por algo que aún no sabe identificas, un sentido de protección que parece haberle salido instintivo, da un paso hacia ella dejando caer la copa al suelo y sujetándola cuando chocan ambos cuerpos. La sujeta pro debajo de los brazos manteniéndola en pie, aún consciente, mirando a Dita fugazmente para retornar sus ojos a ella.

Sus palabras parecen tocarle obligándole a bajar la guardia y entreabrir los labios para formular un ansiado ''¿Como...?'' pero antes de que logre obtener una respuesta, ella se le desmaya entre las manos. Mínimamente nervioso, aunque para nada exteriorizado tras esa inmersión a su persona, respira hondo y la alza en brazos, haciéndo que apoye su cabeza contra su hombro, dejando resbalar el cabello escarlata por su chaqueta negra.

- Creo que la llevaré a casa... -susurra como algún coleccionista que observa la más exquisita de sus obras. La acuna levemente, para sugetarla mejor y se dirige a su otra acompañante.- ¿Quieres que te acompañe también a ti? -pregunta, accediendo a hacerlo de buen grado, pues la hada no pesa en exceso y será un placer por su parte seguir manteniendo su faceta, aunque la mujer que yace entre sus brazos amenace con derruirlo.

Tras la respuesta de la morena, se dirige a paso firme, abriéndose paso entre la multitud sin mucho esfuerzo, hacia la salida, abandonando el lugar.

**Dita Alighieri** Vie Sep 11, 2009 2:15 am

Todavía con la cabeza gacha, escucha atentamente la respuesta de Dafnée. El alcohol ya ha hecho bastante mella en ella y la tristeza de su relato y recuerdo ha embotado más aún su cabeza, lo que le complica entender completamente la palabras de la pelirroja. Calla y escucha, no queriéndola interrumpir, olvidando todo a su alrededor, incluso a Cyrus. Ahora son solo la trovadora errante y ella. Únicamente desvía la mirada, cuando se hace un momento de silencio y Dafnée toma de entre sus manos la botella, la cual deja casi vacía, pero que le ofrece el último trago.

Alargando la mano, toma la botella, llevándosela, aun en su estado, a los labios con un elegante movimiento. Echando la cabeza para atrás, traga hasta la última gota del líquido cristalino. Deja la botella en el suelo, con la mirada brillante y algo nublada, y vuelve a poner atención a su dulce voz, algo desmejorada por las condiciones y con la mirada perdida posada en el suelo, sin mirar un punto fijo.

Realmente no es consciente de la lágrima que cae rodando por su mejilla, hasta que Dafnée no la retira con una suave caricia que se repite más de una vez pero que nada hace para rechazar , pues su toque es reconfortante. Dirige la mirada a su mano, que como ha pasado con la mejilla, recibe el cálido toque de la mano del hada, en una tierna caricia.

No es hasta que la voz susurrante de Dafnée habla y en un suave toque hace que eleve su mirada, que la posa en la suya. Escucha embelesada, con la mirada perdida en las oscuras profundidades que tantos secretos y misterios parecen guardar. Lo que le dice es triste, desesperanzador, pero en sus ojos ve un brillo cálido y tierno. Con esa mirada se ha establecido una conexión única, como si ambas compartieran una misma desdicha y un mismo destino. El ambiente que las rodea está cargado de paz y tranquilidad, calidez y mucho más que solamente ellas dos son capaces de sentir. Cerrando los ojos ante la caricia de Dafnée asiente a lo que ella susurra, pues consuelo es lo que realmente necesita. Es entonces cuando siente sus labios recorrer los suyos, en un ligero toque. La está besando, invitándola a que la siga y así es, se acerca más a ella y sigue con el beso, profundizándolo, como una singular danza. Eleva su mano, para acariciar la mejilla de Dafnée, ardiente al toque. No sabe cuanto tiempo llevan así, compartiendo un consuelo y una unión profunda en todo el sentido de la palabra. Sus labios se separan pero no ellas.

- Gracias... - Agradece en un susurro, con su frente casi pegada a la de ella y los ojos cerrados. No es hasta que ella se separa completamente, levantándose y alejándose, que ese ambiente privado y único se rompe, como una frágil pompa de jabón que explota. Deja su mente vagar, llevándose una mano a los labios, rememorando el momento vivido, ha sido completamente diferente a lo que alguna vez ha vivido.

Llevándose un mechón detrás de la oreja, oye la voz profunda de un hombre mascullar una exclamación, cuando levanta la mirada, se encuentra con Cyrus sujetando a una casi inconsciente Dafnée.

- ¿Pero qué...? - Se levanta de la caja y se acerca a un paso algo torpe hacia la pareja. Con una mirada preocupada observa. - ¿Qué le pasa? - Un tono de ansiedad marca el timbre de su voz. Ve como la carga, como un príncipe haría con su princesa y escucha las palabras de Cyrus. - Sería lo mejor... - Con la mirada fija en ella. Solo la desvía cuando escucha su pregunta. - No es necesario gracias, hay que encargarse de ella por favor. Os acompaño un trozo. - Responde con un tono de voz más tranquilo y firme. Es en ese momento que se dirigen hacia la salida, para irse del lugar.

**Alexander Tessier** Vie Sep 11, 2009 2:48 am

La fiesta terminaba y la música se apagaba, fue divertido tan solo disfrutar de la música solamente y disfrutar de aquellos tragos observando a la gente, bebí el último sorbo de la bebida , la deje en la barra y salí del lugar entre el humo y el olor a alcohol que predominaba en el lugar

Alexander llego a su auto y arranco la marcha para dirigirse a casa

Contenido patrocinado