Re: Red Sun Park

**Dominique Devereaux** Dom Sep 27, 2009 4:17 am

Dom concibe el "consejo" de Axel cargado de una aguda dosis de ambigüedad,muy a medio camino entre la hostilidad y la indiferencia.Rara vez una frase carecia de significado y menos una tan elaborada y certera.
Dom baja la cabeza y le mira entornando los ojos ligeramente,como si pretendiese encontrar algun rastro de amenaza tras la expresion de ensoñacion artificial que arrastra.Le cuesta creer que haya sido capaz de exponer su dificil situacion asi por las buenas.
Sabe de sobra que no está en su ciudad,que esas no son sus calles,y aunque nunca tuvo gran afecto por la hedionded y frialdad de Nueva Orleans,era mejor terreno conocido.
Al menos en su territorio sabia de quien defenderse y cuando atacar.
Hace tiempo que no tolera advertencias de ningun tipo,ningun amable consejo como el de Axel que trate de doblegarlo bajo los pies de nadie.De eso habia tenido bastante y como buen perro,citando al musico callejero,habia aprendido a devolver las dentelladas.

Dom se gira un poco dandole la espalda a Jane,dejandola al margen para poder apreciar mejor el panorama que se le presenta.
De los dos tios que tiene delante saca diferentes vibraciones.
Si de Axel le llega algo difuso de entender,del otro,el tal Harlan,le llegan impresiones muy diferentes y bien definidas.No le ha caido bien y no se molesta en absoluto en ocultarlo.En ese aspecto se parece a él,y eso le agrada.No será alguien del que espere sorpresas.
Imitando el tono desenfado que ha usado Axel,Dom cruza los brazos sobre su pecho estirando las costuras de la cazadora sobre sus hombros,apretando la mandibula,sonrie minimamente,encerrando su verdadero estado detras de una dudosa calma.
-Bueno,es una de las primeras canciones que te enseñan a tocar para los turistas,y lo hago bastante bien la verdad,es muy importante si lo que se persigue es robarles la cartera.-Explica con cierto aire divertido,como si hablase mas bien de un pasatiempo que de un acto delictivo.
En ese momento le hubiese gustado ver la expresion de Jane,para ver si le causaba impresion o por el contrario estaba tan acostumbrada a nadar en mierda que le importaria lo mismo que a él,nada.
Sigue empleando el mismo tono carente de emocion para hablar,mientras mira con aire aburrido a las nubes plomizas que los cubre.

-Joder que putada,y yo que me he pasado toda la noche ensayando mi pose de chico malo.Si hasta me he puesto la cazadora de cuero negro que me distingue como tal!.-Dice descruzando los brazos y levantandolos para mostrarse.-Y vengo aqui y que me encuentro? el puto club de té de Marta Stuart.-Baja los brazos dejando a un lado su sonrisita,apretando las manos hasta convertirlas en un puño que medio esconde en las mangas de la cazadora,al tiempo que enfria aun mas su mirada azul.-Acabamos de conocernos y no sabes si es mejor verme asi que de otro modo.-Afirma retomando su aptitud anterior.-Asi que hagamos una cosa vale? yo seguiré siendo el chico misterioso y guapo que husmea donde no le llaman y tú el tio que araña una guitarra y que juega a no entender que es lo que busco aqui.-Dice moviendose en un pequeño circulo hasta volver a dejar a Jane dentro de un campo de vision.

Conscientemente Dom no relaja su mirada al mirarla,no tiene intencion de hacerle daño,pero la costumbre le empuja a protegerse él primero,y ese “caballero” ha causado una pequeña alteración distinta y agradable en su interior a la que no está acostumbrado,por lo tanto,lo que no se conoce causa temor,hay que apartarlo y alejarse.
-Las apariencias no suelen engañar,al menos de donde yo vengo bailarina.Si tiene dientes y es verde,suele ser un caiman.-Pero es evidente que ella ha bajado al barrio desde un escalón mas alto,uno que puede subir sin problemas cuando desee volver a su mundo.
Una vez dicho eso,su atencion se reparte entre Jane y Harlan.
Rapidamente y sin poder evitarlo,se fabrica una historia en su cabeza para ellos dos,sacada de las miradas y los gestos que ve de ambos.
El chico rubio la observa como si su sola presencia ofendiese a la suya,y aunque intente negarlo,eso le cabrea.Puede comprender que haya tratado de intimidarlo con su indiferente comentario sobre su comportamiento con Jane.Era tan patéticamente evidente que le molestaba que ella hubiese respondido con amabilidad hacia él,que casi sonrie conmovido por esa pincelada de genuinos celos.
-Oye Harlan,no? Axel y tu sois novios? Porque hablais igual.-Se rie para vender la falsa ingenuidad de su broma.-Tranquilo,si quiero compañía ya me la busco yo.Asi evitamos el riesgo de ir a por la misma chica-Mete en las manos en los bolsillos mientras rodea el perimetro del parque de una rapida mirada.
Ya ha perdido demasiado tiempo alli y cree que va siendo hora de largarse.

**Jane C. Jaffe** Dom Sep 27, 2009 6:13 am

Esos comentarios, esas insinuaciones... Jane se estaba oliendo una pelea en la cual no quería estar involucrada, principalmente porque su cuerpo no estaba en esos momentos para aquellos trotes, y porque no tenía nada en contra de aquel muchacho que acababa de llegar, salvo que la trataba quizás con más frialdad de la que ella en realidad esperaba de su amabilidad, pero no se podía predecir sobre las personas.

Lo que si no pasa por alto es la ironía de Harlan, la cual esta un poco fuera de lugar, y por lo tanto no tenía porque decir nada sobre ella y lo que fuera hacer. En verdad pasa de contestarle... suficiente tiene ya con lo que tiene, y encima tener que pensar que decirle para que sus palabras sean escuchadas durante unos minutos y luego sean arrastradas a un lugar mejor que aquel, en el cual se transformarán en simples susurros inaudibles para las almas de los hombres. En fin, todo aquello le parecía absurdo, pero que se le iba a hacer. Solo se limita a eso, un par de miradas llenas de significado "eso no es asunto tuyo y yo hago con mi vida lo que quiero" y ya está. Tenía el aprecio suficiente a Harlan para no liarla ella allí mismo y empezar a darse de hostias, a pesar de que ella tenía todas las de perder.

- No creo que haga falta música Axel, sino es para amansar a las fieras de este parque -dice eso para todos, incluido el propio Axel.

Ríe sin remedio levemente al escuchar los comentarios del chico lanzados como agujas afiladas a los dos sujetos sentados en el banco. Sí, definitivamente se estaba buscando una buena bronca, y ella misma se veía como doncella salvadora que pondría fin a la pelea recibiendo ella misma algún golpe en el intento, que irónico. Debía ser el príncipe quien salve a la princesa, y no la princesa al príncipe, pero este príncipe tenía pinta de saber salvar su piel el solo.

Es ahora cuando observa como Dominique les mira, y luego la mira a ella, con una mirada fría que hace que Jane se sienta cohibida, pero no lo suficiente para dejar de mirarle a los ojos. Quizás estaba en un error y él era el caimán del que hablaba, y ella la pobre gacela que acabaría entre sus fauces, pero prefería dejar que la curiosidad la llenara por entera y la manejara, siempre y cuando tuviera ella cierto control sobre la situación y no se hiciera daño a si misma.

- Quizás el caballero deba abrirse a más opciones que el mundo que tiene delante y dejarse llevar en ocasiones por esos instintos que nos parecen absurdos e inservibles... Muchas veces son capaces de hacernos ver muchas cosas de las cuales no teníamos ni idea de que existían -se estaba jugando mucho al mostrarse en desacuerdo con la opinión de Axel, pero no podía hacer mucho más en verdad, dado que ella no veía a aquel extraño en el barrio como una amenaza, sino al contrario, más bien como alguien interesante que parecía tener mucho misterio a pesar de lo que Harlan hubiera comentado. Tampoco pasa por alto las palabras que le dedica el chico a Harlan, por lo cual Jane mira a los dos chicos algo confusa. ¿De verdad Axel era...? Las dudas le asaltan como si fueran diablillos que vienen a molestarla sin poder quitárselos de encima porque solo están en su imaginación.

Dominique parecía dispuesto a irse, y Jane se muerde el labio inferior, lanzándole una mirada suplicante casi de manera inconsciente para que no lo haga. Tenía tanta curiosidad...

**Dafnée Moreau** Lun Sep 28, 2009 4:34 pm

No dice nada ante lo que dice al principio; sencillamente, se dedica a seguir desperezándose en el suelo y a enclavar sus ojos soñadores en el cachorrillo que ronronea feliz en los brazos de él. A juzgar por su sonrisa, da la sensación de que le da mucho menos crédito a esas manos que lo acarician con ternura que a todas las palabras que pueda decir para asemejarse a un demonio atroz. Quizá lo sepa o quizá no, pero con alguien como ella no funcionará. Tardíamente responde, extendiendo la mano para rascarle las orejas al animal y rozando sin pretenderlo la suya; y con su voz va acompañada una suave risa:

- Sin embargo, este pequeñín ha decidido compartirlo contigo... - susurra con dulzura, agudizando su voz hasta convertirla casi en la de una niña - Por algo será... no hay que subestimar su sexto sentido. Es un poder que ni tú ni yo poseemos.

En ningún momento habla intentando convencerle de lo contrario; sencillamente, manifiesta sus pensamientos, lo que ve en él a través de sus ojos. Cualquiera juraría, al contemplar sus ojos de bosques de jade titilantes con una luz profunda, que ella misma posee el mismo poder de ese gato. Le ve alejarse para observar aquel intercambio mundano y destructivo. Su expresión no cambia mientras le observa actuar, situándose perezosa y fluídamente otra vez de espaldas, con los brazos cruzados bajo el pecho y la espalda arqueada... sin embargo no sonríe, y la melancolía que parece acompañarla siempre crece. Sin embargo no juzga, ni con sus ojos ni con su voz. Un ángel sin alas ha de sobrevivir descendiendo a las tinieblas más terribles, y ella... lo sabe demasiado bien.

Solo extiende la mano cuando vuelve a sentarse junto a ella, pareciendo que va a acariciar de nuevo al cachorro. En vez de eso, acaricia suavemente la mano que sostiene las gafas hasta estrecharla, con la suya demasiado pequeña y frágil en comparación, evitando así que vuelva a taparse la mirada. Sonríe con dulzura, casi ingenuidad.

- No cubras tus ojos... me gustan - dice con absoluta sencillez. Realmente parece una infante tanteando a un animal hermoso y fascinante, observándole con algo cercano a la maravilla - Es como observar nacar pulido bajo el azul del cielo, aunque agrietado por el dolor - pasea las yemas de los dedos por sus nudillos y, como si quisiera aliviar su dolor invisible, se inclina para depositar en ellos un suave beso. Luego vuelve a apartarse, sosteniendo su mirada con aquella ternura implícita - Tú también has sido bendecido, príncipe... has renacido fuerte en la tempestad.

**Edward Carnby** Mar Sep 29, 2009 2:29 am

Tras unos cinco minutos a buen paso finalmente alcanzan la entrada del parque. Prácticamente a oscuras y con figuras de yonkis dándose su chute habitual y vagabundos buscando donde dormir no inspira mucha confianza, pero le conoce todo el mundo y sabe que mejor dejarlo estar.

Divisa el tobogán y rápidamente se acerca, depositando a Dita sobre él, tumbada boca arriba y girándose para mirar a Norah y después ala morena, optando por coger la botella:

- Le ha dado un chungo... Si le da algo de aire se le pasa... No creo que hayas bebido mucho... ¿ Quieres?- Le tiende la botella con una media sonrisa- Invita la casa.- Una vez se la tiende se gira de nuevo a Dita y se inclina sobre ella, dándole un par de palmadas en la cara- ¿ Y si la despertamos como a BlancaNieves?

**Norah E. McFadden** Mar Sep 29, 2009 3:56 pm

Sigue a Eddy hasta un parque raramente poblado a las horas que eran, aunque no precisamente de chavales, hasta que llegan a un tobogán donde el chico deja a Dita cuidadosamente sobre el mismo. Se aproxima a ella y echa su abrigo sobre su cuerpo, dado que el disfraz que llevaba no permitía que entrara en calor precisamente. Pasa una de sus manos por su frente para echarle el pelo hacia atrás y acariciar su mejilla. Tenía buena temperatura.

Se percata de la botella que Eddy le tiende y, sentándose a uno de los lados del tobogán, la coge agradecida.

- No sabes qué bien me va a venir esto -y sin decir nada más le da un trago a la bebida-. Me parece bien. Prueba, Príncipe Azul -y con un leve gesto con la mano, le insta a que se acerce a Dita.

**Edward Carnby** Mar Sep 29, 2009 4:21 pm

Sigue mirando a Dita como si de un experimento de ciencias se tratase, mucho más atractivo que uno de esos pero con la misma mirada curiosa. Está claro que ha bebido demasiado, aunque él nunca había caído redondo de esa forma. Escucha el comentario de Norah y ladea la cabeza hacia ella en lo que sonríe de medio lado:

- Por eso la he sacado... - Comenta con un tono casi misterioso, enarcando una ceja cuando le invta a probar... Lo haríaa encantado, pero el labio no se lo permite, la verdad...

Así que se aparta de la morena y se queda mirando a su amiga, cediéndole el turno amablemente y señalándose el labio con una mirada que intenta pasar por inocente.

**Dita Alighieri** Mar Sep 29, 2009 5:04 pm

Sigue incosciente todo el camino hasta el parque, aunque el aire que le toca de camino le hace bien. Una vez está posada en el tobogán empieza a volver en sí, pero físicamente no se aprecia. Simplemente empieza a escuchar murmullos que, poco a poco, se van haciendo más nítidos. Retazos de las frases le llegan a la mente. Poco a poco, se va despertando, apretando los ojos para luego irlos abriendo lentamente.

- No seré yo la que te detenga, Peter, pero no se si te servirá de algo ya... - Dice con un tono de voz suave mientras se lleva una mano a la cabeza e intenta incorporarse, cosa que no le hace ningún bien, porque la cabeza le vuelve a dar vueltas, por lo que se deja caer hacia atrás quedando estirada otra vez.

**Norah E. McFadden** Mar Sep 29, 2009 7:29 pm

Vuelve a tomar otro trago de la botella en lo que Eddy aprovecha para salirse por la tangente y, con la excusa de la herida del labio, pasarle la pelota a ella para que decidiera cómo debía continuar el juego que él mismo había comenzado. ¿Era su invitación un reto? Bien sabían todos los que conocían mínimamente a Norah que no se deja intimidar ante tal clase de desafíos.

Se levanta decidida en dirección a Eddy y con un suave empujón, le da la botella para que la sujete.

- Parece que el Príncipe Azul se acobarda fácilmente ante sus propios jueguecitos... -dice en alto, mirando a Dita y acercándose-, pero alguien tendrá que hacer que se despierte Blancanieves.

En ese momento, Dita se incorpora en el tobogán, aunque vuelve a recostarse debido al aturdimiento. Norah aprovecha y se inclina sobre ella mirando a los inquietantes ojos de Eddy pero, en un impulso, con una sonrisa pícara, se coloca de espaldas a él, entre las piernas de la chica, para ir subiendo por su cuerpo, apoyándose en el tobogán, cada mano al lado del cuerpo de Dita. Si el chico quiere ver algo, deberá cambiar su posición a otro ángulo con mejor visibilidad.

- ¿Puedo? -pregunta Norah, pero antes de que la italiana pueda contestar, acerca sus labios ejerciendo una suave presión sobre los de Dita. Se separa de ella para ver su reacción, y sonríe, dándole otro beso en la mejilla e incorporándose.

**Edward Carnby** Mar Sep 29, 2009 7:37 pm

Ante el empujón que recibe se aparta un poco a la derecha, pese a que ha escuchado a Dita despertarse, auqnue no borra la sonrisa divertida cuando toma la botella y bebe un poco de lado para evitar que le roce demasiado la herida y vea estrellitas:

- Ey, ey...- Se queda mirando a Norah, cruzando ambas miradas durante unos segundos en los que se percata de que arrojo tiene, una característica que siempre le gusta ver en una persona. Observa lo que hace con Dita, y decide dar un rode disimulado para ver mejor la escena, tanto el deslizamiento como el beso en sí. Se ve tentado a aplaudir pero se contiene, manteniendo la mirada electrizante y brillante por el alcohol fija en ambas chicas:

- El príncipe azul tiene poco de príncipe, y de azul solo los ojos, señorita...- Inquiere con suavidad- Y tampoco es un cobarde, sólo que ver a ambas damas en actitudes tan cariñosas siempre resulta encantador.- Comenta con sinceridad- Aunque como BlancaNieves no estaba durmiendo, no cuenta como válido el método- termina por concluir, mirando a Dita- ¿ Cómo andas...? Un poco más y te abres la cabeza contra el suelo, guapa.

**Norah E. McFadden** Mar Sep 29, 2009 7:57 pm

Escucha la sinceridad aplastante del Príncipe, que no se deja sorprender fácilmente por lo que dice, y Norah no puede evitar poner cara de enfurruñada y se pica:

- Sí, sí, vale. Lo que tú digas -replica, cruzando los brazos y mirando hacia otro lado en una actitud que le queda ridícula para la edad que tiene.

Se acerca al columpio más cercano mientras Eddy cambia de tema y pregunta por el estado de salud de Dita, y comienza a balancearse levemente, esperando la respuesta de su compañera.

**Dita Alighieri** Mar Sep 29, 2009 10:00 pm

Con los ojos entrecerrados y una disimulada sonrisa observa el pique entre Norah y Eddy. La chica no le da tiempo a responder que ya siente una ligera presión que inmediatamente responde y sonríe ante el beso en la mejilla.

Una carcajada se le escapa ante la respuesta de Eddy. – Y bien bonitos que son, Eddy. Y ya sabemos que te gusta mirar. – Comenta jocosa mientras se incorpora muy lentamente, no sea que se vuelva a marear. Pero parece ser que ya está mejor, que no bien. – Pueees… Parece que soy capaz de mantenerme más o menos recta, sentada como mínimo. Gracias por ayudarme, chicos. – Suelta con un suspiro. No le gustaba depender de los demás y que los otros tuvieran que molestarse en ayudarla, pero siempre era algo de agradecer.

**Edward Carnby** Mar Sep 29, 2009 10:42 pm

Observa como Norah parece enfurruñarse y esboza otra media sonrisa divertida, tampoco había dicho nada del otro mundo...

En ese momento salta Dita con ese piropo hacia él y se revuelve el pelo al instante, sin hacerle demasiado caso ya que él los ve normalitos:

- Si tú lo dices... No te enfades, Norah, lo digo todo de broma- Se disculpa, aunque trampoco piensa que esté realmente enfadada, obserando como Dita parece recuperarse un poco- Si es que... No se te puede sacar por ahi, desde luego.- Rueda los ojos de forma teatral antes de avanzar paso a paso y ocupar el columpio libre, comenzando a balancearse con pericia.

**Norah E. McFadden** Mar Sep 29, 2009 11:27 pm

Tiene la vista fija en sus zapatos, preguntándose cómo va a hacer para coger algo más de velocidad con esos tacones, hasta que Dita habla. Sonríe como respuesta al agradecimiento de la joven, y se levanta para despejar con la puntera de sus zapatos un poco la zona de jeringuillas y algún par de preservativos usados.

Cuando Eddy se sienta en el columpio, a su lado, le mira de reojo con una sonrisilla:

- Ya lo sé, no creas que me enfado tan fácilmente -acto seguido se descalza, dejando los tacones a un lado, y se impulsa algo más alto, sin llegar a competir con el chico que, aunque seguro ha bebido más que ella, parece que aún su equilibrio está intacto. No puede decir lo mismo, así que se vale de los vaivenes sobre el columpio para que su mente se vaya despejando mientras el aire le da en la cara. Se notaba que había perdido la costumbre de beber...

- Aaahh... se está bien aquí -comenta en voz alta, aunque más para sí misma que para la pareja-. Bueno, contadme cosas del barrio. ¿Algo que deba saber? ¿Alguien a quien no deba encontrarme en algún callejón oscuro? Sorprendedme con cotilleos -dicho esto, cierra los ojos para concentrarse en el aire que le da de frente y en no caerse del columpio, mientras espera alguna respuesta que despierte aún más su curiosidad.

**Joe Schmeichel** Mar Oct 13, 2009 12:13 am

Aparece por el parque, acompañado por el único sonido de una lata de coca-cola vacía, a la que patea. A estas horas de la noche no tiene otra cosa que hacer, además, ir a casa... como cada día le resulta horrible. Llega a uno de los bancos de piedra y trás un ágil salto se sube en él, para luego poco a poco agacharse hasta sentarse con las piernas cruzadas, a lo indio. Lia un poco de tabaco y comienza a fumar, aburrido, escrutando lo profundo y oscuro del parque.

**Joe Schmeichel** Miér Oct 21, 2009 7:58 pm

Y allí se despierta, tras una larga y fria noche que otra vez ha vuelto a pasar a la intemperie. Odia estar en casa, todo lo que allí le rodearía lo vuelve agrio y lo llena de amargura, así que prefiere dormir entre cuatro cartones que en ese puto lugar. Se alborota algo los pelos, mas de lo que ya están por el simple hecho de haber pasado horas y horas tumbado en el banco del parque y se pregunta en qué podría matar hoy la noche. Gruñe un poco, desperezandose y echando una ojeada al parque, descubriendo quién podría haber por allí.

**Norah E. McFadden** Miér Oct 21, 2009 9:39 pm

Sigue balanceándose en su columpio aguardando la respuesta de sus acompañantes que logre saciar algo de su curiosidad por aquel barrio en el que había pasado más tiempo que en el suyo propio. A pesar de ser un barrio que cualquiera clasificaría de marginal, se sentía agusto entre sus calles, pasaba desapercibida, y eso la hacía sentirse libre.

La inercia del columpio fue disminuyendo hasta que se paró por completo. El ambiente era muy tranquilo en contraste con la fiesta a la que había asistido momentos antes, aunque comenzaba a refrescar. Se acordó de su abrigo, pero aún lo llevaba Dita en lo alto, que parecía haberse quedado dormida en el lomo del tobogán, por lo que no le pareció oportuno quitárselo y permitir que ella fuera la que se helara.

La botella de whisky estaba a su lado, entre Eddy y ella, pero en ese momento no le apetecía beber más. Además, el whisky caliente nunca le había gustado. Entonces volvió a centrar su atención en el banco en el que se había fijado un rato antes distraídamente. Recordaba que el ocupante del banco, recién levantado por lo que había podido observar, llevaba cigarrillos, y quizás fuera lo suficientemente amable como para cederle alguno.

Sin pensarlo más, se calzó los tacones y echó a andar:

- ¡Hola!, ¿disculpa? -dijo, para llamar la atención del chico-. ¿Te sobra algún cigarrillo? -sabía que cigarrillos tenía, pero no que estuviera dispuesto a compartir uno con una desconocida.

**Joe Schmeichel** Miér Oct 21, 2009 10:53 pm

Alza la cabeza para ubicar la chirriante y extrañamente en esta zona, feliz, voz que habla. Arruga un tanto la frente, al no reconocer a la muchacha como el prototipo de chica que generalmente ronda por esta zona.
- Me sobran... - confirma, tras unos instantes de intensa espera-. Pero si crees que en este barrio las cosas se consiguen gratis... - resopla un momento, medio sonriendo-. vas lista, ¿eh? - Pone morritos, con cara de bueno y todo.

**Norah E. McFadden** Jue Oct 22, 2009 9:58 pm

Por un momento piensa que en breves segundos tendrá un cigarro entre sus dedos pero al instante cambia la expresión y frunce los labios ante la contestación final del desconocido.

- Así que vas de malote, ¿no es eso? Previsible. Abundáis muchos por la zona -le contesta, con una media sonrisa. Entonces, se inclina hacia él y le mira a los ojos, para acto seguido señalarle en pose cómica con su dedo índice y la otra mano a la cadera-. Pero no te pega.

Se separa un poco del banco actitud pensativa, aún con la mano en la cadera y con el índice de la otra sobre sus labios, intentando ofrecerle algo que él no pueda rechazar y que a ella no le ponga en un compromiso. Finalmente, se rinde.

- Vale, lo único que tengo para ofrecerte es una botella medio llena de whisky caliente, cosa que yo rechazaría sin pensármelo, o mi agradable y maravillosa compañía el tiempo que tarde en consumirse el tabaco -dice, sonriendo forzadamente-, cosa que, supongo, tú rechazarás. Tú eliges -y, dicho esto, se sentó justo en la fuente que había frente a ellos, con los brazos cruzados, esperando.

**Joe Schmeichel** Jue Oct 22, 2009 10:55 pm

La escucha hablar, ligeramente aburrido. Frunce un momento los labios, ante su segunda propuesta.
- ¿Tu agradable y maravillosa compañía? Vaya, con que eres de esas que piensan que dos tetas tiran mas que dos carretas, ¿eh? Menuda machista… - exclama, sorprendido, con la boca ligeramente abierta-. ¿Pero sabes? No te pega - la imita, poniendo una vocecilla mas aguda y cursi.

Saca un par de cigarros del bolsillo que tiene su chaqueta a la altura del pecho y le lanza uno. Enciende el suyo, para luego darle una larga calada, en silencio. Echa una ojeada a la amiga de la muchacha, que parece al colapso de abandonar la vida, medio derrumbada en un columpio. La situación le resulta de lo mas familiar, así que vuelve a centrarse en ver como el fuego consume el cigarro que sostiene con los dedos.

**Norah E. McFadden** Vie Oct 23, 2009 7:31 pm

No puede reprimir una amplia sonrisa, e incluso reírse, al escuchar la imitación que hace de ella. No recordaba tener un tono de voz chillón, pero no le molestaba realmente que intentara picarla. De hecho, debía agradecerle que la mantuviera entretenida hasta que comenzara a amanecer y volver a casa, que, a juzgar por los colores del cielo, quedaba bastante poco.

- Realmente no iba por ese camino la propuesta, mente sucia -en ese momento, el desconocido le lanza un cigarrillo, que choca contra su cuerpo y cae al suelo. Lo recoge y, sacudiéndolo un poco, se lo lleva a la nariz para olerlo-..., pero veo que tampoco has desechado la idea, así que... ¿Qué, es cómodo el banco?

**Joe Schmeichel** Vie Oct 23, 2009 11:31 pm

¿Mente sucia? Por unos segundos, su interior se cuestiona la pregunta de si esta tia es gilipollas-. Es jodidamente cómodo... - contesta, mientras su expresión comienza a ser un tanto mas dura de lo que era antes-. Y no pienso compartirlo, asi que ¡Largo! - la gruñe, estirandose por completo sobre la madera.

**Norah E. McFadden** Dom Oct 25, 2009 2:05 am

*¿Se puede ser más jodidamente desagradable?*, piensa Norah, realmente sorprendida ante la actitud del macarrilla de tres al cuarto. Decide dejar de perder el tiempo intentando, porque él no la dejaba, ser amable y, levantándose lentamente de la fuente, se estira el vestido y emprende el camino de vuelta hacia el lugar de donde había venido. Antes de alejarse de la fuente, rompe el cigarrillo a la mitad y lo tira en las sucias aguas. Ni siquiera fumaba. Se lo hubiera devuelto, pero no se atrevía a acercarse, ni tenía ganas.

Se aproxima al tobogán y retira cuidadosamente su abrigo del cuerpo de Dita.

- Lo siento, es un regalo -le susurra y le da un beso en la frente confiando en que esté aún dormida. Mira hacia Eddy-. Cuida de que llegue bien, ¿vale? -y se aleja del parque camino a casa.

**Joe Schmeichel** Dom Oct 25, 2009 3:32 am

- Uuhh... qué dura-. Comenta, cuando la ve romper el cigarro que la ha dado, en ese intento de actitud intimidante. Resopla, contento de que la chica su largara, sin embargo no se priva de mirarle las braga-tanga cuando echa a andar hacia los columpios de los que había venido. Ese vestido corto que llevaba no dejaba a la imaginación. Él, contento.
- Vamos, no te enfades nena. Que tienes un culo precioso... - grita, asegurandose así que por mas intento de ignorarle que haga, le habrá oido. Sonrie para si, mientras vuelve a recostarse en el banco. Empezaba a refrescar por las noches, pronto no podría dormir en otro lugar que no fuera... casa.

**Alice Crow** Mar Oct 27, 2009 7:04 pm

Bajo del autobús con mi mochila al hombro, las únicas pertenencias que había decidido mantener conmigo iban en ella. Echo un ligero vistazo alrededor y diviso lo que antaño debió ser un parque en la acera de enfrente. Camino hasta allí.
-Ya es oficial, he abandonado Tree Hill para siempre. Murmullo mientras me dejo caer en el primer banco que veo. Estaba contenta pero aun así era mucho lo que había dejado atrás y necesitaba un momento para terminar de convencerme de que todo iba a ser diferente a partir de ahora.

No se cuánto tiempo transcurrió, no acostumbraba a usar reloj, cuanto decidí movilizarme de nuevo. Debía ser temprano pero quería curiosear por todo el barrio cuanto antes. Al menos para tener más o menos situadas las cosas imprescindibles.

**Joe Schmeichel** Lun Nov 09, 2009 12:00 am

Se encuentra rezongoneando en uno de sus bancos favoritos del parque, el cual tiene garabatos y firmas suyas desde que tenía por lo menos trece años. Aquella epoca fue cuando empezó a frecuentar este sitio, y desde luego que salta a la vista que no le ha ido demasiado bien desde entonces, pero en comparación con su "anterior" forma de vida, tampoco es un cambio demasiado a peor. Se revuelve en el banco hasta que termina despertarse, con una clara alteración de los horarios de sueño. Se incorpora y comienza a desayunar un cigarro.

Contenido patrocinado