Black Coffe Shop

**Padre Anthony** Vie Jul 10, 2009 4:50 pm

Local holandés del cual, sus dueños de dicha nacionalidad, tras años de trámites con el gobierno de la ciudad, han conseguido la legalización de su establecimiento para que sea una pequeña representación de los muchos que en Amsterdam pueblan el barrio rojo de dicha ciudad.

En apariencia no es más que una pequeña cafetería bastante económica dado el distrito en el que se encuentra, con pequeñas mesas y sillas de madera que no destacan demasiado, un billar viejo en una esquina, y no mucho espacio, en la que se puede tomar todo tipo de bébidas frías y calientes no-alcoholicas: chocolate, tés e infusiones de todo tipo, batidos y zumos, y, por supuesto, una amplia carta de cafés variados al gusto de todos.

Pero, al igual que los Coffe Shop de Amsterdam, también se encuentra una carta aparte muy especial: la carta de diferentes tipos de marihuana que pedir por gramos, preparada y liada en papel, a un precio que no está al alcance de todos los que viven en este barrio, pero si de algunos afortunados, y de gente que viviendo en otras zonas viene aquí expresamente para esta actividad.

Sobra decir que aquí no se sirve alcohol de ningún tipo y que los menores de edad tienen, supuestamente, prohibida la entrada.

**Remy E. LeBeau** Lun Jul 20, 2009 10:38 pm

Un joven de cabello largo y castaño claro, con unas facciones poco marcadas y no mucha musculatura, abre la puerta del local, haciendo sonar la pequeña campanita que cuelga por encima de la puerta. Cierra la puerta tras él y avanza con paso cansino. Lo único que se oye en el local son los zapatos de LeBeau al chocar contra la tarima y un sonidito de cartas, procedente de uno de los bolsillos de la túnica en el cuál el joven tiene metida la mano.

Con su característica sonrisa pícara, se sienta sobre una de las sillas de las últimas mesas, al fondo del local, y saca un pequeño fajo de cartas cochambrosas. Alza la mano para atraer la atención del camarero y poder pedir algo de beber.
- Un chocolate caliente, si no es molestia -Pide con un tono simulado de amabilidad, a la par que comienza a ordenar las cartas, para entretenerse un poco mientras le sirven.

**Zeth A. Drakos** Lun Jul 20, 2009 10:50 pm

Tras una tranquila tarde en casa ayudando a su madre con la pintura de la fachada había decido salir a tomar un respiro, ataviado con unos simples vaqueros, un pullover gris y sus desgastadas zapatillas negras.

Empleando la fuerza justa y necesaria abrió la puerta aquel establecimiento que ya había vistado un par de veces. Inspiró hondo, llenando sus pulmones de un delicioso aroma a café. La primera parada de la noche.
Sin perder mucho tiempo se dirigió a la barra, tomando asiento en un desgastado taburete. Alzó la mano para llamar la atención del camamero que no tardó en atenderle.

- Un café solo -pidió, girándose después sobre su asiento, de cara a las demás personas que estaban por allí. Después, volvió a la posición anterior tomando entre sus manos una carta distinta a la de cafés, infusiones y otro tipo de bebidas.

**Edward Carnby** Vie Jul 24, 2009 7:31 pm

En una de las mesas del fonod se puede vislumbrar su figura por encima del humo, con una camiseta llena de rotos en conjunto con unos vaqueros desgastados que lleva caídos, dejando vislumbrar el borde de sus boxers negros, y con el pelo hacia arriba, dejando los laterales cortos y sin modificar,dándole ese aspecto extravagnte que le hace reconocible, en conjunto con los mitones negros que deja visibles los tatuajes de sus dedos y que lo identifican como lo que es.

Está solo, ya que a la mayoría ya losha dividido en grupos y mandado trabajos, unos más legales que otros pero necesarios, con un lato sobre el que descansan tres porros ya liados, ya que uno ya se lo ha fumado y el otro lo tiene entre sus labios, dándole caladas lentas y profundas. Aún así, sus ojos azules no dejan de analizar nada de lo que sucede a su alrededor, precavido pese a todo

**Adrien D. Hews** Vie Jul 24, 2009 7:54 pm

El sonido de la puerta al abrirse resuena en el local, dando paso a la figura de Adrien, tan vulgar a simple vista como de costumbre. Entra colocándose su habitual chaqueta desgastada, con un cigarrillo entre sus labios a medio consumir. Los vaqueros caídos de siempre, el gesto de siempre, el humo tras de sí de siempre...Está en su barrio ¿No? Camina lentamente hacia una mesa, saboreando el aroma que el garito desprende, mietras da prolongadas caladas al cigarro que espera ansioso a ser colocado en un cenicero. Le apetecía tomar algo, y no había mejor sitio tranquilo por allí que el Black Coffe Shop.

Se sienta con parsimonia sobre una silla en una mesa en el punto medio del local, y se apoya en el respaldo de la ésta con total tranquiliad. No se molesta en darle un repaso al local...¿Qué habría allí aparte de gente y bebida? Su único movimiento se basa en dejar el cigarro casi finalizado sobre la mesa y observar su punta colmarse de ceniza con atención, como si se tratase de un entretenimiento. Con una de las manos que descansan sobre la mesa, enciende y apaga, distraído, un zippo plateado completamente oxidado.

**Edward Carnby** Vie Jul 24, 2009 7:59 pm

La puerta se abree instintivamente alza su mirada para ver quién es el que entra, esperando algún pijillo o pijilla que se ha perdido, o a algún compañero suyo escaqueándose, o algo así..

Con el porro entre los labios a medio consumir se encuentra con una figura que observa detenidamente, y no por gusto, más bien por qué encaja bastante con lo que le habían contado no hace mucho. Se lo queda mirando sin pudor alguno durante varios segundos, y después de que tome asiento se levanta, tomando el plato en una mano y acercándose con esos andares vagos y acechantes, como si nada fuese con él, sentándose justo en la silla de enfrente, más bien dejandose caer.

No dice nada, deja el plato en la mesa y lo estira hacia él, invitándole en silencio.

**Adrien D. Hews** Vie Jul 24, 2009 8:14 pm

Cuando el cigarrillo ya no es más que polvo, Adrien observa como la ceniza rueda sobre la mesa a causa del aire que se cuela del exterior. Ésta cae al suelo y desaparece de su vista, libre por fin. Alza la cabeza lentamente cuando alguien se sienta frente a él. Curioso alguien sin lugar a dudas. Un chico de aspecto particular le tiende un plato que aplasta la parte inferior de su anterior cigarrillo, con tres porros en su superficie perfectamente liados. Anda, pero si es Edward. El jefe de la banda en la que ingresan imbéciles a los que se les ocurre atracar a gente como él. Aún se acuerda de esa escena, cuando no tuvo más remedio que zurrar a esos idiotas por idiotas. Y parece que viene por conversación...Ya que va a tener el cortés gesto de hablar con él, coge uno de los porros y se lo coloca entre los dientes con precisión, dispuesto a prender la punta.

- ¿Qué quieres? - Pregunta, sin rodeos, soltando el humo de su recién adquisición por parte del individuo que suelta un olor reconfortante y bastante agradable. Un porro de toda la vida, como era debido. Se queda mirando a Edward, esperando una respuesta clara como el cristal, mientras frunce el ceño profundizando sus rasgos.

**Norah Donovan** Dom Jul 26, 2009 9:12 pm

Paseaba, como de costumbre, pero esta vez sí que quería llegar a un sitio fijo, ¿el problema? Que nuevamente me volví a perder y acabé en una especie de café. Si mis tíos se enteraran por donde me daba ahora por frecuentar, creo que dejarían de dejarme salir, aunque para el caso que me hacen seguramente dirían que intento llamar la atención. Adultos. Entro en el local, no muy segura de lo que realmente és, supuestamente un café, pero la gente parecía muy feliz por allí. Bueno, será que todos son felices allí con sus degracias y desventuras. Me acerco a la barra con poca confianza, mirándome las manos que las tenía cubiertas por mis guantes negros de vagabunda. Me bajo el ala del sombrero y me siento en uno de los taburetes.
- ¿Podrías ponerme un... umhg - el hombre no me hace ni pajolero caso y eso que soy bastante llamativa, bueno quizás ese día no tanto. Carraspeo y doy un golpe en la barra - Disculpe, ¿sería tan amable de ponerme... cualquier cosa que no contenga alcohol? - no me gusta nada esa mirada que me echa, pero igualmente no parece que no sea de confianza. Le doy las gracias cuando me trae lo que parece batido de chocolate y saco una pajita de mi bolso para no beber a morro, que luego cojo infecciones en la boca y comienzo a beber tranquilamente, revisando el resto del establecimiento minuciosamente.

**Daniel A. Whitman** Dom Jul 26, 2009 9:24 pm

El muchacho estaba paseando tranquilamente por las calles, con mente centrada en sus asuntos, cuando ve pasar de refilón una cara conocida. Se para en seco, observando a la muchacha y frunciendo levemente el ceño. Finalmente recuerda quién es. Norah, la pequeña chiflada con complejo de Mary Poppins.
- ¡Norah!- dice en voz alta, para llamar su atención, pero nada, la chica se adentra dentro de un local, sin haber escuchado el saludo de Dan. Contempla desde donde está el pequeño local, cuyo aspecto exterior parece una simple cafetería y encamina sus pasos hacia allí, siguiéndola. Entra en la cafetería, cerrando los ojos al recibir en la cara la espesa humareda y se aproxima a la barra, colocándose al lado de Norah.- Hola.- saluda escuetamente, mirando el batido de chocolate que tiene frente a sí la muchacha. Con soltura, lo coge y le da un pequeño trago, sin molestarse en pedir permiso.- ¿Qué haces aquí?

**Norah Donovan** Dom Jul 26, 2009 9:33 pm

Continuo bebiendo hasta dejar reposado el batido sobre la barra. En este lugar olía realmente extraño y ese batido no sabía del todo a chocolate o me lo parecía a mí. La verdad es que me estaba mareando un poco, pero supongo que sería del calor que hacía en aquel sitio maloliento. Me quito la chaqueta que dejo colgando de algún sitio, no sé donde la verdad porque ¿he dicho que me siento mareada? y también me quito el pañuelo que guardo en mi bolso, pero no sé donde dejo éste; supondré que lo dejo con la chaqueta. Una voz se acerca a mí, oh dios, parece un monstruo me habla como si fuera retrasada, a cámara lenta y tal yeti. Frunzco el ceño y achino los ojos para agudizar la vista, pero es que el chico o chica o cocodrilo de las cloacas, no para de moverse. Éstate quieto, ser del mundo, del planeta Tierra, tercer planeta de la vía láctea.
- ¡Hola! - saludo cuando oigo su saludo y poso mis manos sobre sus hombros para ver si se queda quieto de una vez, que me tiene frita. Cuando consigo enfocarle veo que se trata de Daniel, anda pues está perfectamente no se lo ha comido nadie, pero sí que se ha perdido, como yo; qué desastre - ¡Dan! ¡Cómo me alegro de verte! - ¿me ha robado batido? Bueno da igual, me lanzo a sus brazos y le doy un abrazo, como si fuera lo más normal del mundo. ¿Desde cuándo doy abrazos? Eso podría causarme una enfermedad en la piel, bueno... seguro que habrá cura. Le planto un beso en cada mejilla inesperadamente como quien no quiere la cosa, lo cierto es que tenía ganas de hacerlo. Uy, ¿pero qué digo? Me río suavemente de mis propios pensamientos - ¡Qué guapo estás! - le digo tan anchamente antes de volver a beber un sorbo de "batido".

**Edward Carnby** Dom Jul 26, 2009 9:52 pm

Adrien D. Hews escribió:Cuando el cigarrillo ya no es más que polvo, Adrien observa como la ceniza rueda sobre la mesa a causa del aire que se cuela del exterior. Ésta cae al suelo y desaparece de su vista, libre por fin. Alza la cabeza lentamente cuando alguien se sienta frente a él. Curioso alguien sin lugar a dudas. Un chico de aspecto particular le tiende un plato que aplasta la parte inferior de su anterior cigarrillo, con tres porros en su superficie perfectamente liados. Anda, pero si es Edward. El jefe de la banda en la que ingresan imbéciles a los que se les ocurre atracar a gente como él. Aún se acuerda de esa escena, cuando no tuvo más remedio que zurrar a esos idiotas por idiotas. Y parece que viene por conversación...Ya que va a tener el cortés gesto de hablar con él, coge uno de los porros y se lo coloca entre los dientes con precisión, dispuesto a prender la punta.

- ¿Qué quieres? - Pregunta, sin rodeos, soltando el humo de su recién adquisición por parte del individuo que suelta un olor reconfortante y bastante agradable. Un porro de toda la vida, como era debido. Se queda mirando a Edward, esperando una respuesta clara como el cristal, mientras frunce el ceño profundizando sus rasgos.

Seguramente si hubiesen sido otras víctimas más antigüas en su banda y en los que confía completamente ahora no estaría solo ni tampoco charlando, pero la cuestión es que los apalizados eran nuevo,s y llamándolo intuición de líder, no le despertaban demasiada confianza pese a que habían resultado aptos.

Y por eso, sólo por eso, le está dando una oportunidad al chico que tiene enfrente. Aspira profundamente, llenándose los pulmones para luego exhalar el humo despacio, sin apartar la mirada de la de él:

-Adrien, Adrien, Adrien... Seguro que sabes por lo que estoy aquí,¿ no?. Por lo tanto no me andaré con rodeos de ningún tipo. Tú y tus queridísimos puños habeis dejado un tanto reventados a dos "compañeros"- Realiza unas teatrales comillas, esbozando una sonrisa divertida que no abandona un cierto tinte peligroso, no es como ellos y eso se nota- Según ellos les atizaste sin motivo alguno... Pero si te soy sincero, ya te he visto antes, no me pareces de esos... ¿ Tienes algo que objetar?- Pregunta, con el interés reluciendo en su mirada mientras se sirve otra calada.

**Alex O. Marshall** Lun Jul 27, 2009 8:21 am

Un sonoro ruido es producido por la puerta al abrirse y dejar ver una alta figura, de porte desgarbado, quizás demasiado delgada para lo que se hubiera esperado con su más de un metro setenta de altura. Su cabello, opacado a causa de los pocos cuidados que le otorga, cae en una irregular cascada sobre su espalda, perdiéndose en el inexistente contraste que hace con la sudadera negra y desgastada que lleva.

Con un estrépito, la puerta vuelve a cerrarse tras de sí, mientras que avanza hacia el mostrador del local y se sienta sin miramientos en una de las butacas altas.
- Café solo, fuerte - su voz imperiosamente ronca establece una orden más que un pedido. Se puede ver el evidente temor en el rostro del camarero. No era desconocida por allí, sin embargo, era una especie de sombra caída en el olvido, a la cual de vez en cuando se le daba por salir de la muerte.

Mientras aguarda a que el lento del muchacho le sirva lo pedido, vagabundea con la mirada por el lugar, deteniéndose en dos figuras, las cuáles le resultan conocidas. No era frustración lo que sentía, tampoco lástima. Ella estaba incapacitada para experimentar prácticamente cualquier sensación que no fuera odio. Sin embargo la presencia de aquel niñato el cual creía que se llamaba Eddy y el otro joven, cuyo nombre sí que no recordaba, le provoca una especie de amargura en su garganta. Siempre tuvo la impresión de que las pandillas que sucedieron a la suya eran motas de polvo en el viento, todas peleándose por el poder, sin llegar a alcanzarlo ninguna.

Su bebida llega y emite un sonoro gruñido. La ausencia de un 'gracias' no incomoda al joven, al contrario, le alivia que la muchacha no se queje de nada. Mientras echa miradas de hastío hacia donde se encuentran los dos jóvenes, se dispone a beber el café sin ponerle azúcar. Le gustaba tomarlo amargo, exactamente igual a como era su vida.

**Zeth A. Drakos** Mar Jul 28, 2009 12:36 pm

Y tras terminarse su café, pago lo que éste costaba y salió del establecimiento

**Axel Welles** Sáb Ago 08, 2009 8:03 pm

Una figura distraida entra en el local, con unos folios en las manos y sujetando un boli que mordisqueaba distraido mientras observaba fijamente las hojas que tenía en sus manos. Iba ataviado con unos vaqueros negros algo desgastados que le caían hasta la mitad de su trasero, haciendo que se viera gran parte de su ropa interior negra; una camiseta de manga corta violeta con algunos rotos; y un sombrero completamente negro.

Saluda con una sonrisa a uno de los dueños del local, no venía demasiado por aquí, pero no sabía porqué tenía la capacida de que la gente se quedase con él, algunas veces para bien y otras para mal; esta había sido para bien. Hace un gesto, señalando que se iba a sentar en una de las mesas del fondo y se dirige hacia allí, sentándose sobre uno de los cojines tirados en el suelo y acomodándose en ellos, con una pierna estirada y recogida.

Echa un rápido vistazo a la carta, necesitaba algo especial para lo que había venido a hacer... ¿Jack Heler? Asiente él mismo, señalando el tipo de marihuana que deseaba en la carta y deja sus folios encima de la mesa; eran unas hojas llenas de pentagramas con lo que parecían una infinidad de notas escritas encima.

El dependiente le trae un par de tubitos, con el canuto liado en el interior. Abre uno dejando el porro entre sus labios y lo enciende con su zippo, dándole una gran calada y dejando que el bolígrafo se deslice rápidamente plasmando en el papel lo que en su cabeza le sucedia a una rapidez vertiginosa.

**Cyril Reed** Sáb Ago 08, 2009 8:13 pm

Aparca la moto fuera y tras sacarse el casco y bajarse,pone las cadenas antirrobo a la moto.Espera a que Charlotte se baje también y entra en el local.Saluda al dueño y se dirige al fondo del local,a su sitio favorito.Se encuentra con una cara conocida,a la que hacía un par de semanas que no veía,debido a demasiado trabajo y a que ya casi ni se pasaba por el instituto salvo para hacer los exámenes y pasar el rato a veces.

-Hey...Ax...cuánto tiempo...

Comenta,sentándose en una mesa cercana y hojeando la carta,esperando a que Charlotte se siente y decida que tomarse.

**Charlotte Blackwell** Sáb Ago 08, 2009 8:22 pm

Entro en el local detrás de Cyril, observando el local como anonanada mientras la sigo con un andar algo más tranquilo. Aún no acabo de acostumbrarme a estos pitillos ajustados, y no sé qué grupo es el que llevo en la camiseta, pero una cosa con la otra me ayudan a pasar desapercivida. Sonrío al dueño cuando este me mira un segundo después de saludar a mi compañera, y vuelvo a tomar rumbo enseguida hacia la mesa que está Cyril; por lo visto a encontrado a un comocido.
-Hola ^^ -saludo añadiendo un gesto a mis palabras.
Cojo lo que parece ser la carta, pero no acabo de entenderla del todo así que vuelvo a apartarla, y de nuevo centro mi mirada en ella.
-Lo mismo que tu... -supongo. No sé qué sirven aquí, y pedir consejo puede acabar siendo la pista que me delate como "extranjera"

**Alex O. Marshall** Sáb Ago 08, 2009 8:24 pm

Se detiene en la entrada del Black Coffee, rebuscando en los bolsillos de su raído pantalón con expresión huraña. No podía creer que no le quedaran más que un par de billetes de poca monta. Genial, había caminado hasta allí para nada, pues no le alcanzaba ni para pagar la mitad de lo que quería. Suelta un bufido por lo bajo, alzando la vista ante el rugido de una moto. Observa como dos jóvenes ingresan al local, soltando una mirada de odio. Su humor, siempre pésimo, estaba empeorando.

Al menos se tomaría un café. Luego ya saldría a captar a algún desprevenido por el Golden, sí. Con suerte se haría con algunos mangos, sí. Abre la puerta del local con tanta fuerza que poco le queda para hacerla giratoria. Sin molestarse en cerrarla luego de ingresar al lugar, se dirige con su andar desgarbado hacia la barra. Sin embargo, ese día le apetece instalarse en una mesa, por lo que avanza hasta llegar al fondo del local. No le agrada la concurrencia, pues generalmente ese rincón está bastante desocupado.

Despilfarra sus partes en una silla, colocando los pies por encima de la mesa. El camarero que le trae la carta ya la conoce, quizás demasiado a causa de cierto golpe que se había llevado hacía meses atrás, por lo que no le dice nada. Alex ni siquiera se molesta en mirar la carta y bajo una especie de gruñido que indica "café solo", efectúa su pedido. Observa al dependiente llevar aquello tan deseado por ella justamente hacia otra mesa, no la suya, lo que hace que fulmine con la mirada al suertudo que posee el dinero para pagarla.

**Jane C. Jaffe** Sáb Ago 08, 2009 8:42 pm

Camina con la misma ropa de ayer, los pantalones de cuero cortados por debajo del trasero, las botas militares que chocaban contra el suelo haciendo un precioso ruido que alertaba a la gente al pasr por su lado. La quizás, única cosa que no va acorde con su aspecto de ayer, es la camiseta que lleva hoy, muy escotada, quizás demasiado, pero no es preocupa ahora por eso, sino por encontrar un lugar en el cual sentarse y tomar algo.

Camina por la calle, poniendo un pie delante de otro al caminar, como si fuera un juego divertido, hasta que por fin, encuentra lo que andaba buscando. Un local donde servían café... Genial, más hiperactividad para hoy. Suspira, dejando caer los hombros, y entra después de una chica que parece algo malhumorada, y abre la puerta con malaleche. Entra con tranquilidad, pensando que con la fuerza que ha sido propulsada la puerta le dará tiempo a pasar, pero con lo que ella no cae, es que, la puerta golpe la pared, por lo que se cierra más rápidamente, dandole a la morena en el hombro. Mira a la chica y empuja ella ahora la puerta con fuerza.

Entra en el establecimiento relatando por lo bajo, fijando solo y exclusivamente sus ojos verdes en la chica esa que parece un marimacho más que otra cosa, y no se corta un pelo cuando pasa por su lado.

- Procura controlar tu furia, a ver si un día sea a ti a quien se le estampe la puerta en las narices. -dice, y se sienta en una mesa apartada del local, esperando al camarero

**Axel Welles** Sáb Ago 08, 2009 9:06 pm

Sigue en su mundo, fumando del canuto y dejando que esta droga haga efecto. Cuando fumaba su mente se abría de tal manera que las composiciones le salían mucho más fácil y pensaba que eran perfectas, no había punto de comparación en lo que componía yendo drogado a lo que componía en estado de abstinencia total. Alza la cabeza y ve una melena rojo intenso, sonríe ampliamente reconociendo a quien le ha saludado.

-Buenas Cyril, hace tiempo que no te veía... ¿dónde te has metido? Las clases ahn estado un poco sosas sin ti...-Reconoce riendo un poco y se fija en la chica que le acompaña. Alza una ceja viendo lo incómoda que parecía en ese lugar y con esas ropas y se ríe, no tenía pinta de ser de aquí.- Te recomiendo el batido de fresa, lo que hacen aquí con eso es acojonante...-Se relame pensando en la deliciosa bebida, pero no podría pagarse uno, se había gastado toda la pasta en los dos canutos que había pillado.

Suspira y se encoge de hombros, bajando la vista y volviendo a hacer que su boli vuele por encima de las hojas, marcándolas con una cantidad asombrosa de notas. Le da una calada de nuevo al porro y mantiene el humo dentro de su pecho, tirándolo luego poco a poco. Alza de nuevo la cabeza bastante molesto cuando escucha el alboroto que se acaba de formar en la tienda al entrar lo que parecía una tia... ¿Alex? Enarca una ceja, esa tia era famosa entre los pandilleros de la zona y la tenían en algo así como un ejemplo a seguir. Se echa hacia atrás y le mira fijamente, mirándole algo furioso.

-Por favor Alex, haz el favor de no hacer tanto ruido. No es necesario hacer saber que has entrado aquí... sino puedes tener lo que quieres sientate conmigo, pero por favor, deja de hacer ruido...-Dice pronunciando la spalbras lentamente, intentando que su voz parezca lo más calmada posible aunque así no fuera; le cabreaba muchísimo que alguien comenzara a hacer escándalo cuando estaba inmerso en sus partituras. Distingue a Jane ahí y sonríe debilmente a modo de saludo, intentando disimular su enfado lo mejor posible.

**Cyril Reed** Sáb Ago 08, 2009 9:15 pm

-Ax,ya sabes que todo es bastante aburrido sin mi...He estado atendiendo otros asuntos...

Dice,evadiendo la respuesta sobre lo que realmente hacía,eso no le traería más que problemas y casi nadie sabía a lo que realmente se dedicaba.Hace caso a la sugerencia de Axel y pide para Charlotte un batido de fresa,un té de mora para ella y otro batido de fresa para Axel.

-Esta es Charlotte...una amiga...Charlotte,Axel,Axel,Charlotte...

Los presenta,y al oír el portazo supuso que Charlotte se pondría nerviosa.Era Alex... y parecía de bastante mal humor,para variar.Suspira,y la saluda con un gesto,su fama la precedía y era muy conocida en el R&B.Detrás de ella entra otra chica,a la que no conoce salvo de vista.

**Charlotte Blackwell** Sáb Ago 08, 2009 9:24 pm

Observo al chico con el mismo aire curioso, por lo qu eempiezo a alegrarme de no ser un gato. Escucho su comentario, y al ver después como Cyril lo sigue pidiéndome ese batido, doy por hecho que no se me da bien disfrazarme. Debería haber seguido con la tradición por mucho que siempre acabara llena de huevo crudo. Sonrío a ambos, asintiendo ligeramente y dedicando mi última mirada al tal Axel.

-Encantada... -no llega a ser un susurro, pero está claro que mi vos no suena eactamente igual que los que sulen freqüentar este sitio. Hace falcha chillar para que te escuchen. Escucho un portazo que me hace girar la cabeza, y veo aparecer a dos chicas. No vienen juntas, sin embargo las veo hablar, como si se conocieran, pero sin llegar a entender lo que dicen. Miro una vez más al chico, parece que él la conoce. Y la chica que entra después... -.- Parece que todo el R&B quiso reunirse para darme la Bienvenida.

**Alex O. Marshall** Sáb Ago 08, 2009 9:36 pm

Una voz la hace voltearse abruptamente, deteniendo su andar. Ante sus ojos se descubre una muchacha con el intento de ser rebelde. Bah. Ya tenía suficiente de esas como para querer iniciar una pelea. Al final era todo apariencias y resultaban ser siempre unas blanditas. Sin embargo, su mal humor no era poco, y una simple provocación podía desencadenar terribles consecuencias.

- Y tu procura comprarte un par de lentes que no es demasiado difícil ver una puerta como para no golpearte contra ella - vaya, Alex, que milagro. Has dicho más de veinte palabras seguidas sin intercambiar ningún golpe. Se limita a proseguir su camino, sin siquiera lanzarle una mirada de odio. Su ánimo ese día no estaba para chorradas ni palabreríos.

Una vez el café le llega a la mesa, comienza a beberlo amargo como de costumbre. Sin preocuparse en lo más mínimo por resaltar su esbelta figura femenina, descuidada a más no poder, continúa tendida entre la silla y la mesa, con el pelo enmarañado cayendo en una desprolija cascada a su alrededor. Nuevamente, una voz la saca de sus cavilaciones y protestas internas, haciendo que se gire para descubrir al idiota de Axel. Sí, lo conocía y lo recordaba, aunque no podía estar completamente segura de si era a él a quien le había partido la mandíbula en una pelea callejera o no.

- ¿Y a ti que carajo te importa lo que yo haga con mi vida? Si te molesta el ruido vete a otro lado - le espeta, dando una patada a la mesa sobre la cual tenía los pies, la cual suelta un crujido amenazador. De las dos muchachas que lo acompañan, no reconoce a ninguna. Qué raro verlo al tipejo este rodeado de mujeres. Idiota. Sin embargo, una en particular no le suena para nada de un barrio como el Red&Black, por lo que la escruta con la mirada, mientras analiza la propuesta del muchacho. Es atractiva la oferta, sí, pero realmente no le apetecía estar acompañada de dos estúpidas desconocidas. Y la presencia de Welles tampoco era las que más le gustaban. Pero la perspectiva de poder echarle un par de caladas al porro...

**Jane C. Jaffe** Sáb Ago 08, 2009 10:40 pm

Saluda a Axel con la mano. Niega con la cabeza y se gira un poco para poder mirarla mejor. La chica parecía ser borde por naturaleza, y ella tampoco tenía ganas de mucha bronca por el momento. Quizás después de un tiempo allí, si lo que pidiera tardaba mucho, o sencillamente el ambiente se tensaba demasiado, acudidría a aquel marimacho que, o no le habían dado la pastilla relajante ese día, o sencillamente se le había olvidado el bozal en casa.

El camarero acude a su mesa, un chico joven y guapo que no tenía desperdicio. Había tenido suerte en aquel lugar, y quien sabe, si se lo montaba bien las cosas le podían salir encantadoramente gratis. No duda en poner una de sus mejores sonrisas al chico y apoyar sus codos en la mesa, dejando reposar un brazo sobre ésta. Su mano alzada acaricia levemente sus labios en un gesto pensativo, a al vez que algo sensual. Alza la vista para mirar al chico con sus ojos verdes, intimidandole un poco, y haciendo que se ponga ligeramente rojo.

- ¿Me podrías traer un batido de chocolate? -pregunta con voz suave. El chico asiente varias veces y con gestos rápidos. Espera paciente que le traigan su bebida, mientras saca de su inseparable mochila un cuaderno y un bolígrafo. Los posa sobre la mesa, abriendo el primero, y quitando la capa al segundo. Comienza a escribir.

**Axel Welles** Dom Ago 09, 2009 7:05 pm

Sonríe con un gesto que se puede traducir como "Encantado". Se le iluminan los ojos cuando escucha como Cyril le pide un batido y de un salto se ablanza hacia ella, abrazándola fuertemente y plantándole un beso en cada mejilla. Da una calada al porro, haciendo que la parte en la que esté él se llene aún más del denso y aromático humo.

-Muchísimas gracias Cyril... si quieres fumar me lo dices y te lo pasaré encantadísimo- Dice refiriéndose obviamente al canuto que sujetaba entre sus labios, dando de nuevo otra calada y expulsando el humo por la nariz. Sacude la cabeza y sonríe, volviendo a su mesa y acercándola un poco más a la de Cyril y Charlotte.

Coge el batido de fresa cuando se lo trae el camarero como si de una reliquia se tratase y lo deja a su lado, bebiendo lentamente por la pajita y sujetando el porro entre sus dedos, mientras seguía concentrado en los folias que estaban dlante suya y deslizando nuevamente el bolígrafo rápidamente por ellos. Alza unos segundos la mirada y ve a Jane coqueteando con el camarero, esperaba que se sentara con él pero parece ser que no le apetecía y no le dice nada; si no e había sentado con él es porque no le apetecía y no le iba a obligar.

Mira de soslayo a Alex, que seguía soltando burradas y demostrando en sus acciones la alta cantidad de testosterona que le recorría el cuerpo. Da una pequeña calada y tira el humo en su dirección, tentándole más aún a que se sentara con él y se callara de una vez.

**Cyril Reed** Dom Ago 09, 2009 7:19 pm

Sonríe al ver la cara de Axel,emocionado por el batido,y cuando es abrazada no puede evitar sentirse bastante culpable,notando como el fajo de billetes de su bolsillo le pesa demasiado.Pero nadie podría reprocharla por sobrevivir,aunque fuese vendiendo su cuerpo a ricos bastardos.

-Si quieres otra cosa,sólo pídela...¿vale?

Se ofrece,sonriéndole.Ve como acerca su mesa,con ese aire de tranquilidad y calma que lo caracterizaba tanto y se sienta,empezando a garabatear en unos papeles.Hacía mucho que ella no se sentaba a dibujar o simplemente a no hacer nada...Tendría que tomarse unas vacaciones.

-Ya sabes que no fumo,pero gracias por el ofrecimiento...

No fumaba por los dichosos análisis de drogas a los que algunos de sus clientes la sometían para comprobar que seguía "limpia" y que no se gastaba el dinero en porros y coca.De todas formas.las drogas nunca le habían llamado demasiado la atención,menos viendo como las adicciones de la gente terminaban muchas veces en suicidios.Mira a la chica que intenta camelarse al camarero para no pagar,era bastante mona,aunque demasiado vulgar,dudaba que llegase a conseguir algo,pero al parecer el camarero era lo suficientemente idiota para dejarse engatusar por una cualquiera.

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