Lexintong, ático nº24

Llegamos a al portal, y yo seguí sin abrir la boca, pero eso si, ya tenia un monton de preguntas sin respuestas y eran muy serias. Me ponia nervioso entrar en un edificio que ni conozco o que ni he mirado quien esta. Al entrar estaba el portero, se saludan y ya, manda cojones. Ella lo hacía de una manera que parece divertida para ella, y para mi, que tenía un montón de preguntas en la cabeza, estaba atonito, todo eso la divertía.
Ascensor que va a llave, todo limpio, todas esas cosas, me ponía aún mas nervioso.

- Uy, si, aquí si que no hace frío, vaya. - Sonreí forzadamente, sin saber lo que me esperaba.

Al entrar en la puerta de su apartamento, me llevó corriendo todo recto, al pasar rápido presentí que había alguién, y puede que hubiera alguién en el momento, pero yoquesé cosa, todo se me juntaba. Se paró delante de una puerta, lo abrió y entramos los dos a toda prisa, y yo seguía con mi mente por ai, que se perdió por el camino de lo rápido que fue todo.

Ella seguía riendose, mientras se sentaba en una silla, y yo, ahí, como un pasmarote.

- Si si.. aquí hace menos frío aún. - Soltaba con nerviosismo.

- Pero puedo saber para que hemos venido a tu casa? Estando tan bien en el cesped, con la brisa y todo eso.. -

Si que estaba tenso, imaginé muchas cosas, algunas eran algo explicitas.. Pero lo que mas me daba por pensar era que, si hubiera alguién en casa, algo que si estaba en lo cierto, y si esa persona llamara a la puerta e intentara entrar, yo, que haría? No tenía ningún agujero por donde salir, y eso me ponía nervioso. Pero la veía contenta, sonriente, y eso me relajaba aunque estuviera con la tensión constante.

Había un gato una vez que estabamos dentro de la habitación y por las pintas que traía en su ambiente, parecía que no la caía nada bien.

- Entonces, si no podías salir.. Por qué saliste?. - Pregunté tartamudeando.

- Y si, se esta muy bien aquí, mejor que en el apartamento que tengo ahora. - Contesté.

- Pero estoy tranquílo, solamente que me he sorprendido por esto, en un abrir y cerrar de ojos me llevas aquí, sin que yo sepa nada. - Seguí diciendo.

El gato se acercó a ella, ronroneando. Yo me dirijí hacia la cama y el gato se subió en ella, intentaba sentarme y tumbarme, pero parecía que la cama era parte de su territorio.

- Si, se nota que tu gato tiene la misma caracter fiera que tu. - Mientras la sonreía, alejando todo mi tensión.

La miré en los ojos, ella estaba cansada, y yo igual. Podría pillar esa cama con mucha pinta de estar suave y que huele a rosas, y tumbarme sobre ella. No me importaba quedarme a dormir allí unas cuantas horas seguidas, y si ella se acostaba al lado mío, pues mejor que mejor.

Quitó al gato de enmedio, yo contento, una cama bien grande para mi!! Nunca me había tumbado en una de esas camas, grandes y blandas, que solamente los ricachones pueden permitirse. Y yo si, en ese momento aunque sea, podía tumbarme, me emocioné tanto que se me ponía la piel de gallina, alucinante. Me dirijí otra vez hacia la cama, sin el gato estorbando y me senté en ella, comodísima, como mis cojones sobre un cojín, vaya.

- Es bastante blando tu cama, me mola, puede que te robe el edredón antes de que me vaya. - Bromée.

- Y sobre eso, tranquíla, si igualmente te iba a seguir si pensabas irte de Green Park antes, para ver donde vivías y eso. - Mientras me tumbaba de un saltó hacia atrás impulsandome con los brazos.

- Tu padre si me ve, va a preguntar quién soy, entonces, que contestarás?. - Pregunté curioso a la vez que ajustaba el cojín a mi cabeza.

Me reía, mientras la miraba fijamente en los ojos.

- Entonces tu también tienes que atarte, eh?. - Sonreí.

Ella estaba graciosa, sonriente por el momento, de que yo estuviera tumbado en su cama, de que yo estuviera ahí en su habitación, en su casa, sin que nadie lo sepa, bueno, por el momento.

- Con la de pelo azul, no? Si, con esa tengo que tener cuidado, pero que me golpée con una almohada es un poco triste.. Aún así, me espero de todo y ella es capaz de sacar una espada de algún lado y matarme. - Pa mear y no echar gota, vamos.

- Y quién soy realmente? Pues soy Mugen, a secas, sin trampa ni tonterías de por medio. Si pregunta tu hermana o tu padre quién soy pues.. diles que soy una ilusión óptica, y de paso hago ruiditos de "ooooh oooooh" mientras voy hacia la puerta, que te parece el plan de huida?. - Y yo lo pensé, penoso con tres pares.

- Es mejor no imaginarme lo que ella podría sacar, pero si ella saca algo, yo me voy corriendo, muy claro vamos, pero eso si, cojo otra vez tu móvil y me voy. - Sonreía mientras mordía mi labio inferior.

- Claro, claro que estoy cómodo, joder, me acostumbré a las camas de esponja como colchón y literas que se cae a cachos. No soy un caprichoso como el gato, que seguramente le das de comer comida de calidad, pero esta guapo el gato que tienes, me mola, es como yo. - Bromée con ganas.

Era de noche, muy de noche y yo, en la cama de una chica, que olía a flores y jazmines, que me iba a quedar dormido ahí mismo, si no estuviera yo entablando una charla con ella.

- Pues si que es caprichoso el gato, vaya. Pero bueno, yo soy aún mas que el gato. - Exclamé riendome.

Ella me miraba, miraba como mordía mi labio, y a la vez yo tenía la tentación de mirar a las suyas, unos labios rosados encantadores.

- Si, un poco, pero da igual, estoy acostumbrado. Ven mira, tumbate aquí, no te quedes sentada, que estas cansada, si quieres me voy de la cama y me siento en la silla. - Afirmaba mientras me levantaba de la cama.

Se tumbó al lado de mi, empujandome para atrás y en dirección contraria a donde ella se iba a tumbar. Al tumbarse noté que su cuerpo ya no estaba con frío, su habitación nos comfortaba a los dos, y mas a mi que nunca estuve en una habitación de esa clase. Para mi esa habitación es como el Buckingham Palace, vaya.

- Lo de que yo te haga algo malo, lo afirmas o lo preguntas?. - Mientras me giraba hacia el otro lado poniendome casi al borde de la cama.

- Ya, bueno, pero es tu cama, tengo que mostrar un mínimo de respeto, no?. - Sonreía sin que ella me viera.