Black Posion
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Re: Black Posion
-Es una forma de hablar, no te me flipes -replica de nuevo, dejando la copa sobre la mesa. En ese momento sonaba otra en el local. Mira de reojo a Dakota, que está ahí callada sin decir nada-. Eeeen fiiin, qué aburrimiento... Voy a bailar o algo, me muero de asco... -y dicho esto, se levanta, tambaleándose un poco y yendo hacia la pista de baile. Entonces empieza a 'bailar', bastante torpemente, pero bueno.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Estaba dispuesta a replicar algo así como :"Pues si estás muerto de asco vete a tu casa". Pero Dean fué más rápido. Lo siguió con la mirada, viendo cómo entraba en la pista de baile y comenzaba a bailar. Meneó la cabeza, se levantó, se alisó el vestido y lo siguió. Había visto que los tíos de antes seguían por allí y no le gustaría ver a Dean metido en una pelea provocada por el orgullo herido de un morscardón
- ¿Siempre eres tan "animado" y te pones a bailar tu solo? -preguntó, esbozando entonces una sonrisa divertida.
La verdad es que ahora no le apetecía mucho bailar pero era un poco estúpido quedarse en una pista de baile quieta, por lo que para no desentonar se puso a bailar también, aún completamente perfecta en estado de coordinación.
- ¿Siempre eres tan "animado" y te pones a bailar tu solo? -preguntó, esbozando entonces una sonrisa divertida.
La verdad es que ahora no le apetecía mucho bailar pero era un poco estúpido quedarse en una pista de baile quieta, por lo que para no desentonar se puso a bailar también, aún completamente perfecta en estado de coordinación.
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Black Posion
Y sigue bailando, descoordinado, pero eso es parte de su encanto y alguna que otra chica suelta risitas mientras le comenta algo a su amiga mientras lo mira de reojo. Se gira al escuchar a Dakota tras él.
-Sí, es que conmigo me basta y me sobra... -le dedica una sonrisa y entonces, sin previo aviso, la coge de la mano y hace que ella de una vuelta sobre sí misma, aunque ese movimiento no fuera muy adecuado para ese tipo de música-. Pero si quieres bailo contigo -añade, intentando hacerse oír por encima de la música.
-Sí, es que conmigo me basta y me sobra... -le dedica una sonrisa y entonces, sin previo aviso, la coge de la mano y hace que ella de una vuelta sobre sí misma, aunque ese movimiento no fuera muy adecuado para ese tipo de música-. Pero si quieres bailo contigo -añade, intentando hacerse oír por encima de la música.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Sin poder evitarlo fulmina con la mirada a las chicas que cuchichean algo cuando Dean pasa, para después, sonreirles inocentemente. De repente se encontró dando una vuelta sobre sí misma, de la mano de Dean, haciendo que su pelo y el bajo del vestido ondeasen a su gusto. Alzó una ceja al escucharlo y soltó una carcajada.
Y de repente... ¡Bom! Las tres copas se le subieron de golpe, haciéndole ver la pista de baile mucho más pequeña, angosta y estrecha. Sin querer queriendo dió un paso adelante, acercándose a Dean.
- Veamos como te llevas con el ritmo... -comentó, mostrando una sonrisa divertida, sabedora de que Dean no tardaría en picarse, a la vez que bailaba de una forma suave.
Y de repente... ¡Bom! Las tres copas se le subieron de golpe, haciéndole ver la pista de baile mucho más pequeña, angosta y estrecha. Sin querer queriendo dió un paso adelante, acercándose a Dean.
- Veamos como te llevas con el ritmo... -comentó, mostrando una sonrisa divertida, sabedora de que Dean no tardaría en picarse, a la vez que bailaba de una forma suave.
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Black Posion
Sonríe, estaba contento. No sabía si era el alcohol, la música, o estar con Dakota... 'No, fijo que eso último no', se obliga a pensar. Aun sujeto de la mano de Dakota, arquea una ceja cuando la escucha, dando también un paso hacia ella.
-No sabes lo que dices, Dakotty -le sonríe y entonces ella empieza a bailar. Lanza un silbido, inconscientemente, la chica lo hacía bastante bien. Así que intentó hacer lo propio, consiguiendo un pésimo resultado-. Bah, lo que pasa es que los pasos de baile para chicos son una mierda... No podemos contonearnos como vosotras... -se excusa, intentando seguirle el ritmo. En ese momento advierte que otro tío está mirándole el culo, por lo que intercambia puestos con Dakota, no sin antes dirigirle una mirada de odio al salidorro-. Mejor me pongo yo aquí... que... eh... Marea menos -es todo lo que se le ocurre decirle como excusa.
-No sabes lo que dices, Dakotty -le sonríe y entonces ella empieza a bailar. Lanza un silbido, inconscientemente, la chica lo hacía bastante bien. Así que intentó hacer lo propio, consiguiendo un pésimo resultado-. Bah, lo que pasa es que los pasos de baile para chicos son una mierda... No podemos contonearnos como vosotras... -se excusa, intentando seguirle el ritmo. En ese momento advierte que otro tío está mirándole el culo, por lo que intercambia puestos con Dakota, no sin antes dirigirle una mirada de odio al salidorro-. Mejor me pongo yo aquí... que... eh... Marea menos -es todo lo que se le ocurre decirle como excusa.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
No pudo evitar sonreir interiormente al ver los labios de Dean silbar, por que estaba claro que con el ruido y como se encontraba ahora, lo que se dice oirlo, no lo oyó Se acercó un poco más, inclinándose al ver que estaba hablando. Por suerte, ésta vez sí que lo escuchó, para después soltar una carcajada.
- ¿Cómo? ¿Así? -preguntó con picardía, colocando después los brazos alrededor del cuello del chico y moviendo las caderas de un lado a otro, más sensualmente de lo que a ella le gustaría. De echo, de estar sobria nunca habría bailado así con Dean ò.ó
No pudo evitar marearse un poco ante el cambio de puestos, sin entender el por qué. Igualmente, siguió bailando. Entonces, la música cambió, dando paso a un juego de luces.
- ¿Cómo? ¿Así? -preguntó con picardía, colocando después los brazos alrededor del cuello del chico y moviendo las caderas de un lado a otro, más sensualmente de lo que a ella le gustaría. De echo, de estar sobria nunca habría bailado así con Dean ò.ó
No pudo evitar marearse un poco ante el cambio de puestos, sin entender el por qué. Igualmente, siguió bailando. Entonces, la música cambió, dando paso a un juego de luces.
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Black Posion
Y de pronto Dakota coloca los brazos alrededor de su cuello y empieza a bailar, moviendo las caderas. No puede evitar sentirse un tanto atraído. Desvía la mirada unos segundos hacia un lado, no quería que se le notara.
-Pues eh... sí sí, a algo así me refería, jé -coloca las manos, en un acto inconsciente, en la cintura de ella. Cuando se da cuenta, otro tío la está mirando. Resopla, enfadado, y vuelve a cambiarse de sitio con Dakota-. Si no dejas de contonearte así van a caer ante ti como moscas... -le dice al oído para que lo escuchara bien, aunque seguro que a ella le encantaría que pasara eso, con lo creída que era. Tsk.
-Pues eh... sí sí, a algo así me refería, jé -coloca las manos, en un acto inconsciente, en la cintura de ella. Cuando se da cuenta, otro tío la está mirando. Resopla, enfadado, y vuelve a cambiarse de sitio con Dakota-. Si no dejas de contonearte así van a caer ante ti como moscas... -le dice al oído para que lo escuchara bien, aunque seguro que a ella le encantaría que pasara eso, con lo creída que era. Tsk.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Y entonces, vuelven a cambiar de posiciones. Al principio no lo entendía, pero tras el comentario de Dean, que no hizo otra cosa que erizarle el bello de la nuca, quedaba todo claro.
- Aaaah ¿Y por eso te dedicas a darme vueltas como una peonza? ¡Me estás mareando! -se quejó, para después soltar una carcajada y dejar de bailar así, algo molesta. Arrugó la nariz y siguió bailando, esta vez de una forma más discreta.
- Aaaah ¿Y por eso te dedicas a darme vueltas como una peonza? ¡Me estás mareando! -se quejó, para después soltar una carcajada y dejar de bailar así, algo molesta. Arrugó la nariz y siguió bailando, esta vez de una forma más discreta.
Última edición por Dakota L. Burdock el Miér Jul 29, 2009 10:23 pm, editado 1 vez
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Re: Black Posion
-¿Y qué quieres, que deje que te coman con la mirada así tan tranquilo? -le replica, aunque después se arrepiente de haberle dicho que no bailara así. Joder, era gilipollas.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Black Posion
Se encogió de hombros. Para ella aquello no resultaba ningún problema. Se acercó un poco más, claro ésta para que la oyese.
- ¿Y a tí qué mas te da? Además, no soy la única a la que comen con los ojos Esas de allí -señaló a un grupo de chicas con un dedo-, no te quitan ojo de encima, y no precisamente por cómo bailas... -comentó, algo molesta. Sí, eran las mismas chicas a las que antes había fulminado con la mirada, solo que ahora la miraban a ella también, con una envidia muy mal disimulada.
- ¿Y a tí qué mas te da? Además, no soy la única a la que comen con los ojos Esas de allí -señaló a un grupo de chicas con un dedo-, no te quitan ojo de encima, y no precisamente por cómo bailas... -comentó, algo molesta. Sí, eran las mismas chicas a las que antes había fulminado con la mirada, solo que ahora la miraban a ella también, con una envidia muy mal disimulada.
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Re: Black Posion
En ese momento comienza a sonar otra música, más movidita. Dean comienza a moverse, haciendo como si tocara una guitarra y moviendo la cabeza arriba y abajo. Después se fija en las chicas que le señala Dakota. Pues era verdad, sí.
-Uy, pues no me había fijado... ¿Voy a saludarlas? -pregunta a Dakota, sin intención alguna de hacerlo, claro. Sólo quería ver qué decía-. La rubia no está mal, ¿eh? -sonríe a las chicas y las saluda con la mano, por lo que se ríen tontamente.
-Uy, pues no me había fijado... ¿Voy a saludarlas? -pregunta a Dakota, sin intención alguna de hacerlo, claro. Sólo quería ver qué decía-. La rubia no está mal, ¿eh? -sonríe a las chicas y las saluda con la mano, por lo que se ríen tontamente.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Y, de nuevo, no pudo evitar soltar una carcajada al ver a Dean bailar así. Había escuchado esa canción varias veces pero nunca se había puesto a bailarla, pero igualmente lo hizo, con bastante soltura. Le dirigió entonces una mirada a las chicas, al escuchar a Dean. Alzó una ceja al escuchar el comentario sobre la rubia.
- ¿La rubia? Pues es la más fea, vaya gusto que tienes... Además, tienes mejores rubias delante -comentó como si nada. Al ver cómo las saludaba le dió un pellizo en el brazo, sonriendo encantadoramente después- ¿No sabes que es de mala educación mirar o hablar de otras chicas cuando estás con una? -preguntó, a sabiendas de que aquello se lo acababa de inventar
- ¿La rubia? Pues es la más fea, vaya gusto que tienes... Además, tienes mejores rubias delante -comentó como si nada. Al ver cómo las saludaba le dió un pellizo en el brazo, sonriendo encantadoramente después- ¿No sabes que es de mala educación mirar o hablar de otras chicas cuando estás con una? -preguntó, a sabiendas de que aquello se lo acababa de inventar
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Fecha de inscripción : 13/07/2009
Re: Black Posion
-¿Sí? ¿Y dónde? -pregunta, bromeando-. Es broooma Dakota, es broma -aclara antes de que la chica se enfade, que ella era muy fácil de enfadar. Pero de pronto le da un pellizco-. Aaay -se lleva la mano al brazo, lanzándole una mirada de reproche-. Pues no, no lo sabía... Y la verdad es que me da igual Tú ya piensas que soy un maleducado, así que...
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Dmitri Vólkov escribió:
- Spoiler:
Si la bella queria encontrar a la bestía lo habia hecho, en esos momentos era lo que se mostraba tras la mascarra del noble caballero. La ayuda a desvestirse cuando desabrocha el vestido, al principio con delicadeza, pero cuando se ha librado con de este ataca a la ropa interior con fiereza, practicamente arrancando el sosten y arrancando las braguitas que quedan rotas en su mano.
Sus dedos se aventuran en la zona prohibida de la chica, estimulando su cuerpo ccon una habilidad fruto de la practica y de la experiencia, manejando los hilos del placer como lo haria el mejor tejedor. Sus labios tampoco se quedan quietos y van ascendiendo para con ayuda de la mano libre ir torturando la cima de sus senos con suaves mordiscos y pellizcos.
Continua estimulandola, enviandole con habiles movimientos descargas de placer a su cerebro. Lo hace hasta que siente que esta a punto de alcanzar el climax, al llegar a las puertas del infierno retira los dedos de su interior y se lleva uno a los labios. Lamiendolo para disfrutar su sabor y luego llevando el otro a los labios de ella, ofreciendole que se pruebe.
-Delicioso...¿Verdad.?-ronronea cerca de su oido- ¿Por que no me demuestras lo que sabes hacer gatita? Tal vez si eres buena te deje conocer el infierno...
Y con un angel movimiento se libra de su cinturon, colocando alrededor del cuello de la joveen a modo de collar, un arranque dominante y un poco bestial. Tira de la improvisada correa hacía abajo incitandola a descender por su cuerpo.
Para él había un secreto placer en vez a todas aquellas zorras que prometían amor eterno, fidelidad y formalidad convertidas en verdaderas zorras ante la prmiera caricia, como ella. Estaba sieno un juguete entretenido sobre todo con tanta piel que marcar.
- Spoiler:
- Estaba en mi tarea de prácticamente devorar el cuello de Dmitri cuando este empieza a desabrocharme los cordones y los pequeños botones del vestido, por lo que separo un poco mi torso del suyo para darle mejor acceso pero sin dejar mi tarea hasta que delicadamente me quita el vestido. La cosa cambia respecto a la ropa interior. Me la quita con ferocidad, de un modo casi brutal. El broche del sostén queda maltrecho y no digamos de las braguitas. Han sido arrancadas en un brutal ataque de pasión quedando completamente rotas en su mano. Es más que probable que mañana esté completamente marcada, por los brutos roces de la ropa en mi piel. Se deshace de ambas piezas tirándolas al suelo.
Sus manos acarician mi desnudo cuerpo, una de ellas bajando por el plano vientre hasta llegar al monte de Venus y sus dedos se adentran en aquella zona que desde que había empezado el juego clamaba por atención. El juego de sus dedos me provocan tal placer que lo único que puedo hacer es jadear sonoramente, olvidando que no estábamos solos, sino en un lugar público pero es irresistible, su otra mano y su boca centradas en darme más placer pellizcando, mordiendo y lamiendo mis senos.
Entre jadeos y gemidos que Dmitri seguía provocándome con sus caricias. Mis manos no paraban quietas, recorriendo y arañando sus hombros, subiendo por su cuello y desordenando su pelo. Unos leves espasmos me recorren en señal de que estoy a las puertas del clímax, mis uñas se clavan en los hombros de Dmitri a la espera de un clímax que no llega. Un gruñido de frustración se escapa de mi garganta. Abro los ojos y dirijo una mirada obnibulada a Dmitri que ha retirado los dedos y se lleva uno de ellos a la boca degustando mi sabor con una mueca de deseo pintada en la cara. Cuando termina me ofrece mi propio jugo de placer. No era la primera vez que lo probaba y no me disgustaba así que le cojo la mano y me llevo uno de los húmedos dedos a la boca, lamiendo y chupando el dedo como si de otra parte se tratara mientras le miro directamente a los ojos. Cuando termino le dedico una sonrisa maliciosa, mientras él me susurra en el oído, suave como un ronroneo.
Noto como algo rígido me envuelve el cuello y se ajusta, entonces un tirón me tira para abajo. En un inicio me asusto un poco hasta que segundos después relaciono el susurro con la acción. Vuelvo a sonreír de lado. Mis manos acarician su pecho por encima de la camisa bajando hasta abajo, cojo los faldones y abro de un tirón la camisa haciendo que alguno de los últimos botones saltara. Le empujo para que quede prácticamente estirado. – Yo también puedo romper ropa ¿sabes? – Le digo con un deje altivo. Recorro el torso entero con las uñas, en una placentera caricia. Bajando hacia los pantalones. Lentamente, muy lentamente le acaricio por encima del pantalón, a modo de pequeña tortura. Me tomaría el tiempo que quisiera. Bajo y subo lentamente, rozando con las uñas. Hasta que desabrocho el botón y bajo poco a poco la cremallera. Repito la acción por encima del boxer negro que marca completamente su rigidez. Le bajo lo suficiente los pantalones y la ropa interior y le empiezo acariciar lentamente, arriba y abajo, con movimiento rítmico. Entonces le doy más velocidad, siguiendo el mismo movimiento, mientras que con la otra sigo acariciando con las uñas su torso. Sigo alternando lentitud con velocidad.
Por el modo en que ha actuado, le gusta tratar a la mujer como una zorra y que esta actue como tal. Así que le doy lo que quiere. – Te gustan las zorras ¿eh? – Le pregunto en tono lascivo y una mirada que refleja el tono de voz utilizado. Paro la mano y sustituyo las caricias por una larga lamida. Todo el rato con la mirada fija en la suya.
Dita Alighieri- Estudiante de La Blanca Colina
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Re: Black Posion
Arrugó la frente, pensando si de verdad Dean se estaba preguntando aquello. Estuvo a punto de darle un empujón y separarse, pero desecha esa idea al escuchar aquella especie de "disculpa". Vaya, al parecer estaba sólo bromeando.
Sonrió ampliamente al ver cómo se quejaba por el pellizco.
- Te lo habías ganado -se separó un poco, bajando las manos del cuello del chico-. Estúpido Las opiniones pueden cambiar, ¿sabes?
Sonrió ampliamente al ver cómo se quejaba por el pellizco.
- Te lo habías ganado -se separó un poco, bajando las manos del cuello del chico-. Estúpido Las opiniones pueden cambiar, ¿sabes?
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Re: Black Posion
-Sí, pero no creo que pienses que soy la mejor persona del mundo, precisamente... -en ese momento vio que el mismo tío de hacía unas horas, al que le dio el empujón para que dejara en paz a Dakota, estaba observándoles. Bueno, más bien observándola-. Vaya, mira dónde está tu amiguito...
'Como no deje de mirarla le voy a soltar una ostia de una vez'
'Como no deje de mirarla le voy a soltar una ostia de una vez'
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Re: Black Posion
Recorrió con la mirada la pista de baile, buscando a su "amiguito", hasta que lo vió.
- Joder... -con una mano se revolvió el pelo, agobiada de repente. No quería que aquello acabase mal y precisamente tenía toda la pinta, por lo que cogió a Dean de la mano- Ven... -comenzó a andar hacia una parte algo más apartada, fuera de la vista del moscardón. Una vez que se aseguró de que no les podía ver, siguió bailando, aunque no podía evitar echar alguna que otra mirada a la pista de baile, por si aparecía de nuevo.
- Joder... -con una mano se revolvió el pelo, agobiada de repente. No quería que aquello acabase mal y precisamente tenía toda la pinta, por lo que cogió a Dean de la mano- Ven... -comenzó a andar hacia una parte algo más apartada, fuera de la vista del moscardón. Una vez que se aseguró de que no les podía ver, siguió bailando, aunque no podía evitar echar alguna que otra mirada a la pista de baile, por si aparecía de nuevo.
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Re: Black Posion
Se deja arrastrar por ella, sorprendiéndose cada vez más porque hubieran acabado bailando juntos y todas esas cosas. Apoya la espalda en una columna y mete las manos en los bolsillos del pantalón mientras ella baila, pero es que el tío ese lo había puesto de mala ostia. Sacude la cabeza y se centra en mirar a Dakota bailar, que era mucho más... Reconfortante
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Se encontró bailando sola y paró en seco, cruzándose de brazos después. Si no bailaban los dos aquello no tenía gracia ninguna. Se acercó a la columna donde él estaba apoyado.
- ¿Ya te cansaste? -preguntó, apoyando una mano en la columna para despues, con la otra, apartarse el pelo de la cara. La verdad es que ella sí que se encontraba cansada, le dolían los pies bastante, aunque llevando aquellos taconazos no se extrañaba- Tranquilo, lo entiendo -dijo, dándole un par de palmadas en el hombro, divertida-. Es dificil seguirme el ritmo
- ¿Ya te cansaste? -preguntó, apoyando una mano en la columna para despues, con la otra, apartarse el pelo de la cara. La verdad es que ella sí que se encontraba cansada, le dolían los pies bastante, aunque llevando aquellos taconazos no se extrañaba- Tranquilo, lo entiendo -dijo, dándole un par de palmadas en el hombro, divertida-. Es dificil seguirme el ritmo
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Re: Black Posion
Alza ambas cejas, si pretendía picarlo lo había conseguido.
-Pero si lo único que haces es mover la cadera, eso es muy fácil -comienza a moverse en plan sexy, colocando las manos tras la nuca-. ¿Ves, ves qué bien lo hago? Ni tú sabes hacerlo así, tsk.
-Pero si lo único que haces es mover la cadera, eso es muy fácil -comienza a moverse en plan sexy, colocando las manos tras la nuca-. ¿Ves, ves qué bien lo hago? Ni tú sabes hacerlo así, tsk.
Dean McKey- Estudiante del Siete Encinas
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Fecha de inscripción : 20/07/2009
Re: Black Posion
Alzó una ceja y lo miró de arriba abajo, mientras bailaba aquella cosa extraña
- No, está claro que yo no sé hacerlo así -comentó, mordiéndose el labio inferior y después, negando con la cabeza. Le dió un pequeño empujón para que dejara de bailar así. Se apoyó entonces en la columna, sin saber qué decir. Aquella parte de la pista era un poco más tranquila.
Alzó la cabeza para mirar a la parte donde estaban antes. El tío seguía allí. Resopló y se llevó las manos a la cara, para después apartarlas y esconderlas tras la espalda. ¿Y ahora qué? Si por ella fuera pediría otro San Franciso, que eso siempre ayudaba, pero prefería llegar a casa medianamente bien.
Miró entonces su reloj. Se hacía tarde.
- Dean, creo que me iré a casa, y como eres tan servicial y caballeroso me vas a acompañar para que en el camino no me pase nada ¿vale? -y dicho esto lo cogió de la mano y tras atravesar la pista de baile salieron del bar.
- No, está claro que yo no sé hacerlo así -comentó, mordiéndose el labio inferior y después, negando con la cabeza. Le dió un pequeño empujón para que dejara de bailar así. Se apoyó entonces en la columna, sin saber qué decir. Aquella parte de la pista era un poco más tranquila.
Alzó la cabeza para mirar a la parte donde estaban antes. El tío seguía allí. Resopló y se llevó las manos a la cara, para después apartarlas y esconderlas tras la espalda. ¿Y ahora qué? Si por ella fuera pediría otro San Franciso, que eso siempre ayudaba, pero prefería llegar a casa medianamente bien.
Miró entonces su reloj. Se hacía tarde.
- Dean, creo que me iré a casa, y como eres tan servicial y caballeroso me vas a acompañar para que en el camino no me pase nada ¿vale? -y dicho esto lo cogió de la mano y tras atravesar la pista de baile salieron del bar.
Dakota L. Burdock- Estudiante del St. Mary
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Re: Black Posion
Dita Alighieri escribió:
- Spoiler:
Estaba en mi tarea de prácticamente devorar el cuello de Dmitri cuando este empieza a desabrocharme los cordones y los pequeños botones del vestido, por lo que separo un poco mi torso del suyo para darle mejor acceso pero sin dejar mi tarea hasta que delicadamente me quita el vestido. La cosa cambia respecto a la ropa interior. Me la quita con ferocidad, de un modo casi brutal. El broche del sostén queda maltrecho y no digamos de las braguitas. Han sido arrancadas en un brutal ataque de pasión quedando completamente rotas en su mano. Es más que probable que mañana esté completamente marcada, por los brutos roces de la ropa en mi piel. Se deshace de ambas piezas tirándolas al suelo.
Sus manos acarician mi desnudo cuerpo, una de ellas bajando por el plano vientre hasta llegar al monte de Venus y sus dedos se adentran en aquella zona que desde que había empezado el juego clamaba por atención. El juego de sus dedos me provocan tal placer que lo único que puedo hacer es jadear sonoramente, olvidando que no estábamos solos, sino en un lugar público pero es irresistible, su otra mano y su boca centradas en darme más placer pellizcando, mordiendo y lamiendo mis senos.
Entre jadeos y gemidos que Dmitri seguía provocándome con sus caricias. Mis manos no paraban quietas, recorriendo y arañando sus hombros, subiendo por su cuello y desordenando su pelo. Unos leves espasmos me recorren en señal de que estoy a las puertas del clímax, mis uñas se clavan en los hombros de Dmitri a la espera de un clímax que no llega. Un gruñido de frustración se escapa de mi garganta. Abro los ojos y dirijo una mirada obnibulada a Dmitri que ha retirado los dedos y se lleva uno de ellos a la boca degustando mi sabor con una mueca de deseo pintada en la cara. Cuando termina me ofrece mi propio jugo de placer. No era la primera vez que lo probaba y no me disgustaba así que le cojo la mano y me llevo uno de los húmedos dedos a la boca, lamiendo y chupando el dedo como si de otra parte se tratara mientras le miro directamente a los ojos. Cuando termino le dedico una sonrisa maliciosa, mientras él me susurra en el oído, suave como un ronroneo.
Noto como algo rígido me envuelve el cuello y se ajusta, entonces un tirón me tira para abajo. En un inicio me asusto un poco hasta que segundos después relaciono el susurro con la acción. Vuelvo a sonreír de lado. Mis manos acarician su pecho por encima de la camisa bajando hasta abajo, cojo los faldones y abro de un tirón la camisa haciendo que alguno de los últimos botones saltara. Le empujo para que quede prácticamente estirado. – Yo también puedo romper ropa ¿sabes? – Le digo con un deje altivo. Recorro el torso entero con las uñas, en una placentera caricia. Bajando hacia los pantalones. Lentamente, muy lentamente le acaricio por encima del pantalón, a modo de pequeña tortura. Me tomaría el tiempo que quisiera. Bajo y subo lentamente, rozando con las uñas. Hasta que desabrocho el botón y bajo poco a poco la cremallera. Repito la acción por encima del boxer negro que marca completamente su rigidez. Le bajo lo suficiente los pantalones y la ropa interior y le empiezo acariciar lentamente, arriba y abajo, con movimiento rítmico. Entonces le doy más velocidad, siguiendo el mismo movimiento, mientras que con la otra sigo acariciando con las uñas su torso. Sigo alternando lentitud con velocidad.
Por el modo en que ha actuado, le gusta tratar a la mujer como una zorra y que esta actue como tal. Así que le doy lo que quiere. – Te gustan las zorras ¿eh? – Le pregunto en tono lascivo y una mirada que refleja el tono de voz utilizado. Paro la mano y sustituyo las caricias por una larga lamida. Todo el rato con la mirada fija en la suya.
- Spoiler:
- Cierra los ojos y gruñe como un felino ante sus caricias, y sus manos se crispan sobre la cama y sobre la correa de cuero de la cual tira generando la sensación de una leve axfisia. Para él en ese momenta es una siple herramienta para sentir placer, en su mente la deshumaniza porque no puede permitirse el lujo de establecer vinculo.
La deja hacer sonriendo de forma algo lobuna, dejando escamar gemidos cuando son sus labios los que atiende el centro de su placer. La agarra del pelo con algo de brusquedad para guiar sus movimientos, pero el gesto lejos de resultar desagradable queda pasional, posesivo, resultado de la excitación.
Cuando se siente proximo la aparta sin demasiada delicadeza, aunque sin llegar a hacerla daño, mas bien sus gestos son salvajes, animales, instintivos. La toma por la cintura y la coloca a gatas, para situarse tras de ella. Rodea con su brazo la cintura su pecho a su espalda, quedando con el rostro sobre su nuca, derramando su aliento calido sobre esta. Es cruel, se queda a su entrada, haciendo que el cuerpo de ella suplique por sentir su excitación en su interior.
-No es que me gusten las zorras.-ronronea.-Es que todas escondeis una...
Y en ese momento entra en ella, con fuerza, arqueando el la espalda y tirando con fuerza de la correa. Comienza un vaiven rapido, profundo en el que marca un ritmo intenso, para inctrementar la sensación de placer de la joven hace que su mano descienda por su vientre hasta descender mas allá y atacar con habilidad la perla de su placer, acariciandola con suavidad en comparación con sus embestidas.
Continua el ritmo, incrementandolo hasta escucharla gritar, quiere sentir como estalla.
Cuando la ha llevado al climax varias veces acelera su ritmo con intención de llegar él y cuando lo hace ahoga un grito al morder el suave cuello de la chica.
Dmitri Vólkov- Residente del Withestone Valley
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Re: Black Posion
- Spoiler:
- Prosigo con mis húmedas caricias en su centro de placer con la mirada posada en él, el cual gruñe y el placer le recorre el rostro. En un momento siento una cierta opresión en el cuello, el cinturón aprieta mi garganta levemente, asfixiándome un poco, pero no ceso en darle placer. Lejos de disgustarme, me calienta aún más.
En un apasionado arrebato dirige su mano a mi cabeza y se encarga él mismo de marcar un ritmo, dejando entrever una actitud posesiva, de placer egoísta. Pero no me quejo para nada, me gusta tanto o más que a él. El oír sus gemidos, el saber que ese placer que siente es provocado por mí, no solo con la boca, con las manos también, hace que mi temperatura se dispare.
De un brusco tirón me separa de él y un fuerte jadeo se escapa de mi garganta. Es como una fiera salvaje, de felinos movimientos. Tomándome de la cintura me da la vuelta poniéndome a gatas, la cascada de pelo azabache cae a un lado de mi cara, reposando sobre el hombro, rozando su pétreo pecho contra mi espalda. Su aliento, cálido y excitante, choca contra la piel desnuda de mi nuca. Deseosa de tenerle todo, me pego más a él, ronroneando como una gata en celo e invitándole a que avance con un balanceo de caderas.
Susurra en mi oído y cuando voy a contestar, la respuesta queda sofocada por un agudo gemido, de una estocada está dentro mío. Arqueo la espalda por el placer, pero también debido a la correa. Tira de ella de un modo decidido, fuertemente. Haciéndome la tarea de respirar más difícil de lo que ya es. Se mueve rápido y profundo, mis caderas acompañan el vaivén para que aún sea más placentero. Entonces una mano se mueve a través de mi vientre dirigiéndose hasta el botón que hará que el placer se multiplique, se mueve hábilmente pero suave, en contraposición de las fieras embestidas que me proporciona, no puedo hacer más que gemir, jadear y mover las caderas a su mismo ritmo. A medida que incrementa la velocidad de las embestidas, yo me siento más cerca del éxtasis total, y mis gritos y gemidos aumentan tanto en volumen como en cantidad, dejándome la garganta claramente afectada, exterior como interiormente, por los gritos y la correa. Finalmente, estallo. Pero él no ha llegado aún por lo que sigue embistiendo, llevándome a sucesivas explosiones de placer.
Con calambres en los brazos y prácticamente exhausta, me dejo caer hacia delante, sobre los codos. Él incrementa aún más el ritmo, ya cercano a explotar, un suave e increíblemente sexy mordisco en el cuello me indica que él también ha llegado y un fuerte escalofrío me recorre entera. Estando como estoy, sin fuerza alguna y débil, no me muevo ni un ápice. Marcas rojas empiezan a ser visibles sobre mi pálida piel.
Dita Alighieri- Estudiante de La Blanca Colina
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Re: Black Posion
Si esperaba alguna muestra de ternura despues iba a llevarse una gran decepción con él, en cuanto termina sale de ella y se sube la ropa con total frialdad, mirandola echada con cierto desprecio. Le quita con brusquedad el cinturon y se lo pone a si mismo, por su rostro parece como si hace unos segundos su cuerpo no se hubiera sometido al esfuerzo.
Acaricia con un dedo la entrepierna de ella y se lleva el dedo a los labios, lamiendole con un deje de lascavia. Coje a la agotada chica del pelo y le roba un ultimo y frio beso, sin aflojar la tirantez sobre su pelo.
-No me equivocaba...-susurra en su oido.-Tu tambien escondes a una zorra...
Y la suelta para con la habilidad de un ladron tomar prestadas sus braguitas y su sujetador. Olisquea las braguitas con un aire felino antes de guardarselas en el bolsillo. Se gira y sale de los doseles sin ni siquiera decir adios.
En sus labios se dibuja una sonrisa de satisfacción ante el resultado de su jugada, habia tenido un buen polvo y tenía aquel objeto como trofeo, los trofeos siempre eran utiles, nunca podías saber de lo que serían capaces cualquiera de esas zorritas por que su ropa interior ropa no llegase a manos de su papi, y nunca estaba de mas tener a quien chantajear.
Se encendio un cigarrillo y bajo las escaleras, quería ver el espectaculo de ver a la joven con aquel vestido y sin ropa interior, tenía claro que para el ojo experto el detalle no pasaría desapercibido.
Busco un sitio entre las sombras.
Acaricia con un dedo la entrepierna de ella y se lleva el dedo a los labios, lamiendole con un deje de lascavia. Coje a la agotada chica del pelo y le roba un ultimo y frio beso, sin aflojar la tirantez sobre su pelo.
-No me equivocaba...-susurra en su oido.-Tu tambien escondes a una zorra...
Y la suelta para con la habilidad de un ladron tomar prestadas sus braguitas y su sujetador. Olisquea las braguitas con un aire felino antes de guardarselas en el bolsillo. Se gira y sale de los doseles sin ni siquiera decir adios.
En sus labios se dibuja una sonrisa de satisfacción ante el resultado de su jugada, habia tenido un buen polvo y tenía aquel objeto como trofeo, los trofeos siempre eran utiles, nunca podías saber de lo que serían capaces cualquiera de esas zorritas por que su ropa interior ropa no llegase a manos de su papi, y nunca estaba de mas tener a quien chantajear.
Se encendio un cigarrillo y bajo las escaleras, quería ver el espectaculo de ver a la joven con aquel vestido y sin ropa interior, tenía claro que para el ojo experto el detalle no pasaría desapercibido.
Busco un sitio entre las sombras.
Dmitri Vólkov- Residente del Withestone Valley
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Fecha de inscripción : 26/07/2009
Re: Black Posion
Una vez ha salido de mí me dejo caer estirada completamente, sin ningún tipo de pudor por la pose ni por el hecho de estar desnuda, sería una tontería después de lo sucedido. Él actúa con frialdad, es más, si hubiera sido de otro modo casi me hubiera asustado. Le observo con la cabeza recostada sobre los brazos cruzados, observo como se viste, como actúa de forma natural, como si nada hubiera pasado, mientras espero que mi respiración se normalice.
Esbozo una media sonrisa que rápidamente se ve cambiada por una suave expresión de sorpresa al notar una caricia en la entrepierna que, aún sensible, hace que un escalofrío me recorra. Antes de que me dé tiempo a moverme, me coge con fuerza del pelo y me levanta. No puedo evitar una mueca de dolor, éste me roba un beso y susurra en mi oído para luego soltarme.
- Nunca he dicho que no fuera así, y tú mismo lo dijiste. Todas escondemos a una. – Respondo cayendo sobre mis manos para no darme contra la cama. Poco a poco me voy incorporando, quedando sentada de lado. Intento arreglarme el pelo como puedo, peinándolo con los dedos. Ignorando que es lo que está haciendo Dmitri hasta que una pequeña corriente mueve la mosquitera. Me giro y me encuentro sola en la estancia. Me encojo de hombros y me bajo de la cama para vestirme.
Recojo el vestido del suelo y me calzo los zapatos de tacón imposible que tanto adoro para no ir descalza. Desnuda todavía dejo el vestido encima de la cama y rebusco mi ropa interior la cual no está por ningún lado. Dejo de buscarla, total, no es que fuera el único conjunto que tuviese aunque sí uno de los que más me gustaban. Por lo que cojo el vestido y me lo pongo, abrochando los botones y la cinta trasera con habilidad. Aunque se nota que no llevo sujetador debido a lo ajustado que era de pecho, no me preocupo, no era la primera ni sería la última vez que fuera sin ropa interior. Es más, era comodísimo. Cojo el bolso y saco un pequeño espejo y el pintalabios con el que me retoco un poco el maquillaje. Compruebo el resto y todo está en su sitio. Me atuso un poco el pelo para acabar de arreglarlo, cierro el espejo, lo guardo y saco un fino y largo pañuelo que me pongo en el cuello para disimular la marca que el cinturón me ha dejado.
Antes de coger el bolso e irme, saco un cigarrillo de vainilla y lo enciendo. Aparto la mosquitera y me dirijo a las escaleras, descendiéndolas para salir del local con una media sonrisa pintada en la boca. Había sido una noche la mar de interesante.
Esbozo una media sonrisa que rápidamente se ve cambiada por una suave expresión de sorpresa al notar una caricia en la entrepierna que, aún sensible, hace que un escalofrío me recorra. Antes de que me dé tiempo a moverme, me coge con fuerza del pelo y me levanta. No puedo evitar una mueca de dolor, éste me roba un beso y susurra en mi oído para luego soltarme.
- Nunca he dicho que no fuera así, y tú mismo lo dijiste. Todas escondemos a una. – Respondo cayendo sobre mis manos para no darme contra la cama. Poco a poco me voy incorporando, quedando sentada de lado. Intento arreglarme el pelo como puedo, peinándolo con los dedos. Ignorando que es lo que está haciendo Dmitri hasta que una pequeña corriente mueve la mosquitera. Me giro y me encuentro sola en la estancia. Me encojo de hombros y me bajo de la cama para vestirme.
Recojo el vestido del suelo y me calzo los zapatos de tacón imposible que tanto adoro para no ir descalza. Desnuda todavía dejo el vestido encima de la cama y rebusco mi ropa interior la cual no está por ningún lado. Dejo de buscarla, total, no es que fuera el único conjunto que tuviese aunque sí uno de los que más me gustaban. Por lo que cojo el vestido y me lo pongo, abrochando los botones y la cinta trasera con habilidad. Aunque se nota que no llevo sujetador debido a lo ajustado que era de pecho, no me preocupo, no era la primera ni sería la última vez que fuera sin ropa interior. Es más, era comodísimo. Cojo el bolso y saco un pequeño espejo y el pintalabios con el que me retoco un poco el maquillaje. Compruebo el resto y todo está en su sitio. Me atuso un poco el pelo para acabar de arreglarlo, cierro el espejo, lo guardo y saco un fino y largo pañuelo que me pongo en el cuello para disimular la marca que el cinturón me ha dejado.
Antes de coger el bolso e irme, saco un cigarrillo de vainilla y lo enciendo. Aparto la mosquitera y me dirijo a las escaleras, descendiéndolas para salir del local con una media sonrisa pintada en la boca. Había sido una noche la mar de interesante.
Dita Alighieri- Estudiante de La Blanca Colina
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