Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri

**Gabriel "Leir" Dawson** Lun Nov 23, 2009 7:55 pm

- Ho, ho, ho, ho... - el chico se rió de forma evidentemente burlona y cómica, al tiempo que apoyaba un puño en la cintura y con el otro hacía un aspamiento gestual exagerado - Dísculpeme usted, señor mafioso, si me veo en la necesidad de pedirle explicaciones sobre lo qué quiera que esté pasando aquí.

El hombre, sin contestarle, dio la orden. Uno de los gorilas le agarró por un brazo.
El talón de Leirbag se hincó en su entrepierna de forma dolorosa, hasta incluso oírse un crugido bastante desagradable.

- Ups... Ya os avisé que no había que tocar... - los otros cuatro se miraron, confusos.

Leirbag echó a andar al trote escaleras arriba siguiendo al capo, sin dejar se silbar una melodía que nada tenía que ver con la música clásica que resonaba en el palacio, metidas sus manos en los bolsillos, notando contra su espalda el wakizashi oculto bajo la chaqueta. Su siempre perfectamente disponible as en la manga.
O en la espalda en este caso.

Los cuatro gorilas tuvieron que correr para alcanzarle.

**Capo Camilleri** Lun Nov 23, 2009 8:03 pm

Le sorprende, de forma desgaradable pese a que mantenga la compostura, ver como Leirbagh aparece sin sus hombres, los cuales entran en escena un par de segundos después.

Se fija especialmente en el que más tarde llega, que se agarra la entrepierna con gesto de dolor y cara pálida, a lo que él esboza una sonrisa dulzona, casi fraternal, como si se tratase de un hermano:

- ¿ Qué ha pasado...?- Susurra despacio, ignorando completamente al chico, en lo que su hombre le responde. Desenvaina su Desert y apunta al cráneo de Leirbagh durante un par de segundos...

Hasta que cambia de dirección a la cabeza de su hombre y aprieta el gatillo sin miramiento alguno. La sangre empapa la pared del despacho en lo que el cuerpo cae, inerte, contra la moqueta, y los demás hombres se miran aterrorizados:

- Incompetentes... La incompetencia se paga con la muerte, no crees, ¿ muchacho?- Le preguntar a Leirbagh, rodeando la mesa y sentándose en su sillón de cuero. Sus hombres toman posiciones alrededor del chico, sabe que es peligroso, más que Edward, y lo tiene en cuenta:

- Registradlo.

**Gabriel "Leir" Dawson** Lun Nov 23, 2009 8:42 pm

Leirbag alzó las cejas con una sonrisa sardónica.

- Idiota, ¿no sabes lo difícil que es quitar la sangre de la pared? Cómo se nota que tú no limpias en casa, so guarro...

Los cinco hombres se lanzaron a por él y comenzaron a cachearle, quitándole la chaqueta de cuero.

- Oh, sí... Mmmh, síiiii.... ¡justo ahí, que me gusta, SÍIIIII!! - gritó de froma casi orgásmica mientras le cacheaban de arriba a bajo.

El de la chaqueta la miró de arriba a bajo y se desilusionó al ver que... dentro no había nada. Sólo una correa de cuero que recorría su cuerpo desnudo de cintura para arriba, sin nada más.

- Ops... magia... - le dijo al guarda sorprendido. - ¿Quieres ver donde está? Verás, verás que guay... - Leirbag se agachó con movimientos gestuales místicos, y, de improviso, se desabrochó la correa y le asestó un latigazo soberbio al gorila.

Éste dio un paso hacia atrás, llevándose la mano al ojo herido y trastabilló con el cuerpo muerto y sangrante. Los otros tres reaccionaron, pero se encontraron con el wakizashi de Leirbag, sacado de Dios sabía dónde. Uno se llevó un terrible tajo en la cara, otro perdió una mano, que comenzó a sangrar y le hizo caer entre gritos y gemidos al suelo, y el quinto, tras uan nueva patada en lso cataplines, perdió la cabeza de un tajo.

- Ishhh... tu chacha me va a odiar por esto... - comentó el chico, limpiándose la sangre del pecho y recogiendo su chaqueta, milagrosamente impoluta del suelo. - Bueno, ahora que están las cosas en su sitio, ¿quería usted hablarme de... - pasó la lengua de casi forma lascivba por el filo del arma, mirando con un brillo peligroso en sus ojos verdeazulados al capo - ... algo interesante?

**Capo Camilleri** Lun Nov 23, 2009 9:03 pm

Les advertiría que tuviesen cuidado,pero no son más que peones que obedecen, ya que las piezas importantes de su organización no se encuentran haciendo meros cacheos a adolescentes...

Y este adolescente le llama la atención, otro motivo por el que aguarda con impaciencia. Le resulta gracioso ver como parece excitarse ante el contacto, pero no dice nada...

Y un par de gotas de sangre salpican su frente en cuanto el espectáculo comienza. En una cto reflejo agarra su arma, precavido pero sin disposición de ayudar a sus hombres, más incomptentes que el último, ya que uno acaba mutilado, el otro un palmo más pequeño y uno de culo contra la moqueta. Esto último le hace reír, sin ser consciente del que lleva media cara cortada y chilla de dolor.

Dos tiros y adiós a sus patéticas vidas, dejando al que ha caido vivo porlo gracioso que ha resultado. Lo observa lamer el filo de la espada con suma tranquilidad.

Interesante, muy interesante...:

- Vaya... No está nada mal chico, nada mal... Y por esa prepotencia estás aquí, como bien sabes... Hiciste algo que no debiste hacer, y castigue a tu novia por ello... Que por cierto, ¿ que tal está?- Pregunta cn condescendencia, como si no la hubiese torturado hasta destrozarla por dentro. Rápidamente realiza una demán con la mano en l que lleva la pistola, jugueteando con ella sin perder un ápice de peligrosidad:

- Dime, ¿ te gusta el cine?- Pregunta finalmente con morbosa curiosidad.

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