Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
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Louis Garret
Narrador
Capo Camilleri
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Y ahi lo tiene, casi que puede escuchar hasta el crujido en lo que comienza a caer... Cierra los ojos y mantiene la sonrisa, abriéndolos al segundo y clavándolos en los de ella, leyendo esa preocupación no con facilidad pero tampoco con la misma dificultad que antes... Parece que ha dado en el clavo:
- Edward, Edward, Edward...- Repite el nombre del chico varias veces, sin dejar de taladrarla- ¿ Qué pensará tu padre al ver que su hijita predilecta pasa los días con la peor chusma del barrio más bajo de la ciudad...?- Bajo, sí, pero muy beneficioso... Aunque eso son negocios y no tiene por qué desvelárselos a ella. La mira sonriendo y deja que pasen los segundos:
- ¿ Sabes por qué lo grabo..?. Le mandaré una copia a tu padre para que sepa lo qué eres, una putita que se deja tocar por manos sucias... Por qué es lo que eres, ¿ no?- Pregunta, sonando dulce pese a que está buscando humillarla... Y sabe que al final lo conseguirá.
Se acerca poco a poco a ella, acluquillándose a su lado y ligeramente ladeado para salir en la cámara, no le va a mandar la copia a nadie y está solo... Además, le interesa salir. Poco a poco pasa sus largos y finos dedos por las piernas de ella:
- Me gusta el cine, ¿ sabes...?. Tanta violencia, sangre, sexo, tristeza, pena, dolor... Son películas, sí... Pero no hay mejuor película que aquella en la que esas sensaciones son totalmente reales...- Su mano pasa de los tobillos hasta el inicio de los muslos, en una caricia tan suave como escalofriante- También hay zorritas como tu en las películas... ¿ Cuánto te pago el tal Eddy?- Pregunta con morbosa curiosidad, rebajándola aún más y llegando a los shorts, que bordea por la cadera sin tocar nada más- Por eso te he vestido así... Los Titiriteros, y su líder nada menos... Debes estar orgullosa de que alguien así te haya comprado... Aunque la verdad es que lo tienes todo bien puesto- Comenta en tono crítico, soltando una desquiciante risa entre dientes en lo que asciende por su vientre y se detiene en sus senos, acariciando la piel que el corsé deja visible- Quién sabe, seguramente haré dos copias... Y así tu chulo sabrá que eres menos exclusiva de lo que se piensa...
Es demasiado astuto, y tantea hábilmente el terreno... Todo el mundo tenía puntos débiles, y entre el género femenino el contacto fisico, la humillación y la violencia eran los principales... Si los dos primeros fallaban, accedería al segundo
- Edward, Edward, Edward...- Repite el nombre del chico varias veces, sin dejar de taladrarla- ¿ Qué pensará tu padre al ver que su hijita predilecta pasa los días con la peor chusma del barrio más bajo de la ciudad...?- Bajo, sí, pero muy beneficioso... Aunque eso son negocios y no tiene por qué desvelárselos a ella. La mira sonriendo y deja que pasen los segundos:
- ¿ Sabes por qué lo grabo..?. Le mandaré una copia a tu padre para que sepa lo qué eres, una putita que se deja tocar por manos sucias... Por qué es lo que eres, ¿ no?- Pregunta, sonando dulce pese a que está buscando humillarla... Y sabe que al final lo conseguirá.
Se acerca poco a poco a ella, acluquillándose a su lado y ligeramente ladeado para salir en la cámara, no le va a mandar la copia a nadie y está solo... Además, le interesa salir. Poco a poco pasa sus largos y finos dedos por las piernas de ella:
- Me gusta el cine, ¿ sabes...?. Tanta violencia, sangre, sexo, tristeza, pena, dolor... Son películas, sí... Pero no hay mejuor película que aquella en la que esas sensaciones son totalmente reales...- Su mano pasa de los tobillos hasta el inicio de los muslos, en una caricia tan suave como escalofriante- También hay zorritas como tu en las películas... ¿ Cuánto te pago el tal Eddy?- Pregunta con morbosa curiosidad, rebajándola aún más y llegando a los shorts, que bordea por la cadera sin tocar nada más- Por eso te he vestido así... Los Titiriteros, y su líder nada menos... Debes estar orgullosa de que alguien así te haya comprado... Aunque la verdad es que lo tienes todo bien puesto- Comenta en tono crítico, soltando una desquiciante risa entre dientes en lo que asciende por su vientre y se detiene en sus senos, acariciando la piel que el corsé deja visible- Quién sabe, seguramente haré dos copias... Y así tu chulo sabrá que eres menos exclusiva de lo que se piensa...
Es demasiado astuto, y tantea hábilmente el terreno... Todo el mundo tenía puntos débiles, y entre el género femenino el contacto fisico, la humillación y la violencia eran los principales... Si los dos primeros fallaban, accedería al segundo
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Cada vez que repite el nombre de Edward es como si volviese a golpear en el mismo punto de la coraza protectora, haciendo cada vez un agujero mayor en esta y, por tanto, logrando que se vea cada vez más vulnerable y accesible, más machacable. Como una muñeca de porcelana que, una vez fuera de la caja que la protege, es tremendamente fácil romper en mil pedazos... Y eso se ve en sus ojos, en los que poco a poco las emociones como miedo, confusión, preocupación y súplica van siendo más y más visibles.
Sin embargo cuando menciona a su padre vuelve a fortaleerse: eso no le duele, le da igual... Incluso que la humille y enseñe la cinta, cosa que, cuando se acuclilla sabe que no hará, no le importa tanto como que él pueda salir herido por su culpa. No responde a su pregunta, se mantiene callada, en silencio, mirándole, intentando recuperar la carcasa, volver a meterse en una crisalida de la que no está lista para salir porque no tiene alas de mariposa con las que escapar, sigue siendo un vulnerable gusano que él podrá aplastar si no se oculta bien.
Se agita cuando siente que sus dedos rozan la piel de sus suaves piernas blancas como la nieve, ignorando el dolor que la recorre por culpa de los hilos y cerrándolas de golpe. Y cierra los ojos, como si así pudiese ignorarle, no escucharle, no pensar en nada... Aunque cada palabra penetre su mente y su discurso cineasta solo sirva para asustarla cada vez más, como se ve en el temblor que recorre su cuerpo y que, sin embargo, no se lee en su voz cuando le mira al sentir que toca demasiado:
-No me toque -Susurra intentando sonar firme pero fallando al bajar la mirada para que sus irises no la traicionen.
Sin embargo cuando menciona a su padre vuelve a fortaleerse: eso no le duele, le da igual... Incluso que la humille y enseñe la cinta, cosa que, cuando se acuclilla sabe que no hará, no le importa tanto como que él pueda salir herido por su culpa. No responde a su pregunta, se mantiene callada, en silencio, mirándole, intentando recuperar la carcasa, volver a meterse en una crisalida de la que no está lista para salir porque no tiene alas de mariposa con las que escapar, sigue siendo un vulnerable gusano que él podrá aplastar si no se oculta bien.
Se agita cuando siente que sus dedos rozan la piel de sus suaves piernas blancas como la nieve, ignorando el dolor que la recorre por culpa de los hilos y cerrándolas de golpe. Y cierra los ojos, como si así pudiese ignorarle, no escucharle, no pensar en nada... Aunque cada palabra penetre su mente y su discurso cineasta solo sirva para asustarla cada vez más, como se ve en el temblor que recorre su cuerpo y que, sin embargo, no se lee en su voz cuando le mira al sentir que toca demasiado:
-No me toque -Susurra intentando sonar firme pero fallando al bajar la mirada para que sus irises no la traicionen.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Por una parte tiene ganas de reir a carcajadas triunfales, y por otra de arrancarle todos los dientes uno a uno hasta que no pueda hablar y, por lo tanto, ordenar como lo hace... Pero gana lo primero, aunque más disimulado con otra risa desquiciante que se escapa entre sus dientes, cuando ella aparta la mirada y termina de descubrir su debilidad:
- ¿ Cómo has dicho?- Pregunta, tomando uno de sus senos y apretando y masajeando sin pudor alguno, para repetir el proceso con el otro- A las putas se las paga para dejarse tocar, Epiphany, siendo una deberías saberlo... ¡Anda, espera!- Exclama con fingida preocupación, rebuscando en el bolsillo de su pantalón y sacando un fajo de billetes que deposita encima de sus muslos- ¿ Así mejor?-. Pregunta de nuevo, sin dejar de toquetearla, ahora todo su torso y no solo los pechos, disfrutando como un niño pequeño ante un nuevo juguete...
Y es que la forma en que la toca es esa, sin buscar darle placer, solo explorarla y denigrarla aún más... Una persona destrozada es una persona muda, y eso él lo sabe.
- ¿ Cómo has dicho?- Pregunta, tomando uno de sus senos y apretando y masajeando sin pudor alguno, para repetir el proceso con el otro- A las putas se las paga para dejarse tocar, Epiphany, siendo una deberías saberlo... ¡Anda, espera!- Exclama con fingida preocupación, rebuscando en el bolsillo de su pantalón y sacando un fajo de billetes que deposita encima de sus muslos- ¿ Así mejor?-. Pregunta de nuevo, sin dejar de toquetearla, ahora todo su torso y no solo los pechos, disfrutando como un niño pequeño ante un nuevo juguete...
Y es que la forma en que la toca es esa, sin buscar darle placer, solo explorarla y denigrarla aún más... Una persona destrozada es una persona muda, y eso él lo sabe.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
La risa de él solo logra ponerla más nerviosa, sabe lo que sucede: el cazador ha descubierto el punto débil de su presa, y ahora esta no tiene escapatoria... Y la presa es ella, sin posibilidad de huír, de librarse de algo que comienza a intuir y que sabe que será peor de lo que jamás haya soñado en cualquiera de sus más terribles pesadillas, peor que todo lo que hasta entonces le preocupaba, peor que cualquier cosa...
Bueno, no, que cualquier cosa no... Peor sería que le hiciese daño a Edward por creer que la salvaguardaba, que la ocultaba de él o que le ha contado algo, por eso su prioridad ahora es evitar que él sufra por su culpa:
-Edward no sabe nada... No le conté lo que oí y... No tiene nada que ver -Musita suplicante- No le haga daño, por fav... -La frase se corta a medias cuando nota un dolor recorrerla ante el apretón poco delicado que siente en uno de sus senos.
Abre mucho los ojos cuando hace lo mismo con el contrario, escuchando lo que dice, palabras que cada vez la taladran más, como si sintiese trozos de coraza caer al suelo y hacerse añicos, dejándola desprotegida poco a poco. Se mueve violentamente para intentar zafarse, ignorando el dolor que causan las ataduras de manos y pies, y notando como algunos billetes se cuelan entre sus muslos y otros caen al suelo en lo que ella se cierra de piernas completamente.
Hasta que no puede más y sencillamente, pese a que sea una locura, estira uno de los brazos para después doblarlo e intentar golpear al hombre con un codazo en uno de sus hombros, para evitar que siga tocándola... Claro que eso hace que se escuche un ruído de sesgamiento: el hilo de nylon atraviesa la piel de la muñeca y ella nota la sangre mojarlo, reprimiendo las ganas de chillar de dolor.
Bueno, no, que cualquier cosa no... Peor sería que le hiciese daño a Edward por creer que la salvaguardaba, que la ocultaba de él o que le ha contado algo, por eso su prioridad ahora es evitar que él sufra por su culpa:
-Edward no sabe nada... No le conté lo que oí y... No tiene nada que ver -Musita suplicante- No le haga daño, por fav... -La frase se corta a medias cuando nota un dolor recorrerla ante el apretón poco delicado que siente en uno de sus senos.
Abre mucho los ojos cuando hace lo mismo con el contrario, escuchando lo que dice, palabras que cada vez la taladran más, como si sintiese trozos de coraza caer al suelo y hacerse añicos, dejándola desprotegida poco a poco. Se mueve violentamente para intentar zafarse, ignorando el dolor que causan las ataduras de manos y pies, y notando como algunos billetes se cuelan entre sus muslos y otros caen al suelo en lo que ella se cierra de piernas completamente.
Hasta que no puede más y sencillamente, pese a que sea una locura, estira uno de los brazos para después doblarlo e intentar golpear al hombre con un codazo en uno de sus hombros, para evitar que siga tocándola... Claro que eso hace que se escuche un ruído de sesgamiento: el hilo de nylon atraviesa la piel de la muñeca y ella nota la sangre mojarlo, reprimiendo las ganas de chillar de dolor.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Escucha sus súplicas,disfrutando más con el hecho en sí, con ver como se arrastra, que con haber pensado en hacerle algo a él... Y que se lo haga o no no depende precisamente de ella...
Otro dato que ella tampoco necesita ni merece conocer. La observa cerrarse literalmente, sonriendo de forma disimulada e interesada, es como ver a un conejillo que sabe que al moverse sufrirá una descarga, y aún así se retuerce...
Admirable... y estúpido. Pero la estupidez es otra de esas cosas que quedan remarcadas para la cámara... Ve venr el codazo de antemano y se aparta de un saltito hacia atrás. Sus ojos chispean y se ve tentado de hacer ciertas cosas que acabarían con la relación del abogado...
Demasiado esfuerzo buscar otro competente por una niña... Así que recobra la cmpostura y se levanta, demostrando su imponente altura en lo que se inclina hacia ella y recoge con uno de sus dedos un poco de sangre de la muñeca, chupando ésta con cierta lascivia:
- Tsk... Cuanto más te muevas peor... Y para qué veas que mejor estarse quietecita...- Sin cuidado alguno golpea con tres de sus dedos las cuerdas que sujetan las muñecas de ella varias veces, parando luego- Y ahora, comencemos, ¿ vale...?- De un solo movimiento desenfunda su Desert del pecho, colocándose al lado de ella e inclinándose hasta que se apoya en su hombro con el brazo libre, mirando a cámara:
- Saluda a Edward, Epiphany... Vamos, dile hla con la manita, que seguro que le hace ilusión, así, mira... ¡Hola, Eddy!- Saluda con la mano armada y cierto énfasis, plantándole el cañón a Epi en la frente- ¿ Está frío...?. Seguro que no habías visto ninguna antes... Ahora veamos si esa boca es tan grande tragando como hablando...- Muy lentamente desciende el cañón por su frente, su entrecejo y su nariz hasta que alcanza la boca, presionando hacia delante para que la abra- Vamos, Epiphany... Demuestra que sabes y que por eso te quiere...
Otro dato que ella tampoco necesita ni merece conocer. La observa cerrarse literalmente, sonriendo de forma disimulada e interesada, es como ver a un conejillo que sabe que al moverse sufrirá una descarga, y aún así se retuerce...
Admirable... y estúpido. Pero la estupidez es otra de esas cosas que quedan remarcadas para la cámara... Ve venr el codazo de antemano y se aparta de un saltito hacia atrás. Sus ojos chispean y se ve tentado de hacer ciertas cosas que acabarían con la relación del abogado...
Demasiado esfuerzo buscar otro competente por una niña... Así que recobra la cmpostura y se levanta, demostrando su imponente altura en lo que se inclina hacia ella y recoge con uno de sus dedos un poco de sangre de la muñeca, chupando ésta con cierta lascivia:
- Tsk... Cuanto más te muevas peor... Y para qué veas que mejor estarse quietecita...- Sin cuidado alguno golpea con tres de sus dedos las cuerdas que sujetan las muñecas de ella varias veces, parando luego- Y ahora, comencemos, ¿ vale...?- De un solo movimiento desenfunda su Desert del pecho, colocándose al lado de ella e inclinándose hasta que se apoya en su hombro con el brazo libre, mirando a cámara:
- Saluda a Edward, Epiphany... Vamos, dile hla con la manita, que seguro que le hace ilusión, así, mira... ¡Hola, Eddy!- Saluda con la mano armada y cierto énfasis, plantándole el cañón a Epi en la frente- ¿ Está frío...?. Seguro que no habías visto ninguna antes... Ahora veamos si esa boca es tan grande tragando como hablando...- Muy lentamente desciende el cañón por su frente, su entrecejo y su nariz hasta que alcanza la boca, presionando hacia delante para que la abra- Vamos, Epiphany... Demuestra que sabes y que por eso te quiere...
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
La sangre sigue manando de su muñeca y encima para nada, porque ha esquivado el golpe de un salto, algo obvio y lógico teniendo en cuenta que ella está atada y él es un hombre fuerte y con total libertad de movimientos. La chispa de sus ojos hace que se le forme un nudo en la garganta y, de no haber tenido la boca seca, habría tragado saliva.
Cierra los ojos y aprieta los dientes conteniéndose cuando nota el escozor producido por el dedo que toca su herida, arrugando la naricilla con asco cuando la lame con esa lascivia que no hace sino advertirla de lo peor...
Y lo peor se manifiesta cuando golpea las cuerdas varias veces, provocando que el corte se haga mas profundo y que se formen otros más pequeños, como arañazos, por ambas muñecas y no solo la ya herida. No puede evitar dejar escapar un quejido, aunque enseguida vuelve a apretar los dientes, cerrando de nuevo los ojos en cuanto ve la pistola, para no gritar del terror.
Le ignora, sin obedecer a su orden: no quiere meterle a él en esto, no, a él no... Aunque las palabras obscenas quedan grabadas en su cabeza y las recordará siempre. Y sí, está frío, pero eso no hace que obedezca...
...simplemente sigue con los ojos cerrados sin abrir la boca pensando que al no hacer lo que dice le pegará un tiro que pondrá fin a esa pesadilla: mejor el sueño eterno que este agónico despertar.
Cierra los ojos y aprieta los dientes conteniéndose cuando nota el escozor producido por el dedo que toca su herida, arrugando la naricilla con asco cuando la lame con esa lascivia que no hace sino advertirla de lo peor...
Y lo peor se manifiesta cuando golpea las cuerdas varias veces, provocando que el corte se haga mas profundo y que se formen otros más pequeños, como arañazos, por ambas muñecas y no solo la ya herida. No puede evitar dejar escapar un quejido, aunque enseguida vuelve a apretar los dientes, cerrando de nuevo los ojos en cuanto ve la pistola, para no gritar del terror.
Le ignora, sin obedecer a su orden: no quiere meterle a él en esto, no, a él no... Aunque las palabras obscenas quedan grabadas en su cabeza y las recordará siempre. Y sí, está frío, pero eso no hace que obedezca...
...simplemente sigue con los ojos cerrados sin abrir la boca pensando que al no hacer lo que dice le pegará un tiro que pondrá fin a esa pesadilla: mejor el sueño eterno que este agónico despertar.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Interesante, muy interesante... Porque no abre la boca ni obedece la orden, y eso que lo intenta al menos cuatro veces... Finalmente desiste y aparta el cañón solo unos centímetros, lo va a conseguir, le cueste lo que le cueste... Y lo mejor de todo es que sabe el cómo, cosa que le hace sonreír.
Con la mano libre, a su lado y prácticamente susurrándole aloído, busca e sus bolsillos hasta dar con un móvil, en e cual busca un número concreto que le enseña de pasada, aunque tal vez atisbe a leer el nombre de "Louis":
- ¿ Ves esto...? Una simple llamada, y en ocas horas tu querido Eddy será un cadáver flotando en el río... Todo por no querer hacer lo que sabes hacer... ¿ Quieres que lo llame, eh?- le da al botón de llamada y deja que suene sólo una vez, antes de colgar- Ahora repitamos... Y por favor, mira a la cámara mientras lo haces, es una pena no poder plasmar todo... Y saluda, ¿ eh?. Como lo he hecho yo, venga...- Murmura, aunque se lo está exigiendo y espera, por su bien, que acepte...
De nuevo coloca el cañón en sus labios y presiona hacia delante, buscando introducir el arma.
Con la mano libre, a su lado y prácticamente susurrándole aloído, busca e sus bolsillos hasta dar con un móvil, en e cual busca un número concreto que le enseña de pasada, aunque tal vez atisbe a leer el nombre de "Louis":
- ¿ Ves esto...? Una simple llamada, y en ocas horas tu querido Eddy será un cadáver flotando en el río... Todo por no querer hacer lo que sabes hacer... ¿ Quieres que lo llame, eh?- le da al botón de llamada y deja que suene sólo una vez, antes de colgar- Ahora repitamos... Y por favor, mira a la cámara mientras lo haces, es una pena no poder plasmar todo... Y saluda, ¿ eh?. Como lo he hecho yo, venga...- Murmura, aunque se lo está exigiendo y espera, por su bien, que acepte...
De nuevo coloca el cañón en sus labios y presiona hacia delante, buscando introducir el arma.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Pese a los intentos, ella sigue sin obedecer, aunque no se relaja en absoluto cuando aparta el arma unos centímetros, ya que no cree en absoluto que se haya dado por vencido en absoluto, tal y como le confirma la sonrisa y que siga a su lado, rebuscando algo en los bolsillos que no sabe que será, pero desde luego nada bueno, eso lo tiene muy claro.
Es entonces cuando abre los ojos y ve el teléfono móvil, leyendo de pasada el nombre pero sin poder atisbar los números ni mucho menos memorizar nada, para su desgracia, aunque de poco le habría servido, claro.
Pero, cuando escucha sus palabras empalidece, tensándose y entonces... CRACK. La coraza cae del todo y a sus ojos de cielo comienzan a llegar lágrimas que se esfuerza por no derramar, aunque le nublen la mirada por contenerlas dentro. Niega con la cabeza, horrorizada... Él no, Eddy no. Es una de las pocas personas que han llegado hasta ella, que le han demostrado que no toda la gente es igual, una de las pocas personas que le importan, y que ha hecho tanto por ella, tanto... Si por su culpa él... No, no lo resistiría.
-¡NO! -Chilla suplicante- Por favor, a Edward no... Se lo suplico -Gimotea, conteniendo aún el llanto- Haré lo que sea, lo que usted quiera pero... No le haga daño a él, él no tiene nada que ver, se lo juro... -Ruega con la voz cada vez más rota.
Y, pese a la humillación y el orgullo, cuando le pide de nuevo lo mismo obedece, por él, por Eddy. Lentamente, ignorando el punzante dolor que recorre su muñeca, mueve la mano en señal de saludo, sintiendo que dicho dolor crece al hacerlo y que el hilo le corta más, como se verá en la cámara por la sangre que comienza a formar líneas escarlata en su brazo:
-Ho... Ho.... Hola... Ed... Eddy -Balbucea, notando el cañón en sus labios otra vez.
Y esta vez, por el mismo motivo que ha obedecido la primera orden, obedece la segunda, abriendo los labios y dejando que la pistola penetre en su boquita, notando arcadas cuando esta roza su campanilla... Es entonces cuando finalmente no puede más y las lágrimas comienzana rodar por sus mejillas, como si fuesen pedacitos de su alma de cristal rompiéndose en mil pedazos y saliendo al exterior a través de los ojos.
No por nada estos se consideran los espejos del alma...
Es entonces cuando abre los ojos y ve el teléfono móvil, leyendo de pasada el nombre pero sin poder atisbar los números ni mucho menos memorizar nada, para su desgracia, aunque de poco le habría servido, claro.
Pero, cuando escucha sus palabras empalidece, tensándose y entonces... CRACK. La coraza cae del todo y a sus ojos de cielo comienzan a llegar lágrimas que se esfuerza por no derramar, aunque le nublen la mirada por contenerlas dentro. Niega con la cabeza, horrorizada... Él no, Eddy no. Es una de las pocas personas que han llegado hasta ella, que le han demostrado que no toda la gente es igual, una de las pocas personas que le importan, y que ha hecho tanto por ella, tanto... Si por su culpa él... No, no lo resistiría.
-¡NO! -Chilla suplicante- Por favor, a Edward no... Se lo suplico -Gimotea, conteniendo aún el llanto- Haré lo que sea, lo que usted quiera pero... No le haga daño a él, él no tiene nada que ver, se lo juro... -Ruega con la voz cada vez más rota.
Y, pese a la humillación y el orgullo, cuando le pide de nuevo lo mismo obedece, por él, por Eddy. Lentamente, ignorando el punzante dolor que recorre su muñeca, mueve la mano en señal de saludo, sintiendo que dicho dolor crece al hacerlo y que el hilo le corta más, como se verá en la cámara por la sangre que comienza a formar líneas escarlata en su brazo:
-Ho... Ho.... Hola... Ed... Eddy -Balbucea, notando el cañón en sus labios otra vez.
Y esta vez, por el mismo motivo que ha obedecido la primera orden, obedece la segunda, abriendo los labios y dejando que la pistola penetre en su boquita, notando arcadas cuando esta roza su campanilla... Es entonces cuando finalmente no puede más y las lágrimas comienzana rodar por sus mejillas, como si fuesen pedacitos de su alma de cristal rompiéndose en mil pedazos y saliendo al exterior a través de los ojos.
No por nada estos se consideran los espejos del alma...
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
- Spoiler:
- Ya la tiene, ya la tiene... la ha escuchado suplicar, la ha mirado a los ojos, ha disfrutado al ver como la coraza se resquebrajaba y sus ojos se humedecían... Y los suyos brillan de una insana satisfacción, la que obtiene con el sufrimiento ajeno y smetiendo su voluntad a la de los demás...
Es tan... Satisfactorio ver como llora a cada movimiento del arma, como esas lágrimas resbalan como manifestación física de lo que está haciendo... Ahora sí que tiene lo que siempre busca, realismo... Un realismo brutal y atronador que él mismo provoca...
Y con cada movimiento del arma se excita, el cúmulo de cosas es tal que su respiración se acelera y sus labios se entreabren, comenzando a apoderarse de él una sensación de deseo difícil de imaginar para una persona normal en una situación así... Su mano libre deja el móvil en el suelo antes de alcanzar sus shorts y desabrochárselos, obligándola a abrirse de piernas cuando cuela la mano dentro, provocándole más dolor aún por las cuerdas...
Y sus manos tantean por dentro ya también de la ropa interior sin pudor o delicadeza alguna, introduciendo dos en su interior... Y a los pocos movimientos se detiene, divertidamente incrédulo y mirándola fijamente:
- Eres... Eres...- No acaba la frase antes de estallar en carcajadas y apartar la pistola, casi llorando de la risa... El chico debía ser muy subnormal para haber estado con ella y no haber hecho nada... Pero es algo que aprovecha a su favor- ¿ Qué pasa, que no te pagaba lo suficiente...? Dicen que las vírgenes cobran más... No te preocupes- Susurra ahora con lascivia, de forma lenta y pausada- No... Te dolerá- Y de nuevo inicia el movimiento de sus dedos de forma rápida y continua, sonriendo con avidez.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
- Spoiler:
- El arma sigue en su boca provocándole más arcadas y aún más sequedad bucal, como si de repente su organismo se hubiese olvidado de como se producía la saliva de repente, cosa que hace que hasta le duela tener el frío cañón de metal dentro, pero no hace ademán de sacarlo de su boca, conteniendo las arcadas cuando practicamente casi roza su garganta, ya que sabe que de lo contrario... Edward.
Se obliga a pensar en él, a recordar las veces que la ha ayudado, los buenos momentos que le ha regalado, las diversas ocasiones en las cuales la ha salvado... Y sabe que ella ahora debe salvarle a él, de si misma, del hombre que tiene enfrente... No puede permitir que a él le hagan daño y por eso sabe que debe continuar, que no debe intentar librarse ni oponer resistencia alguna, que TIENE que aguantar y obedecer.
Por eso, mientras las lágrimas siguen surcando su rostro de niña, una niña a la que acaban de arrebatarle la poca esperanza infantil que le quedaba, ni se fija en la exictación de él y se esfuerza por no cerrar de forma auto refleja las piernas cuando él le obliga a abrirse y abre sus shorts, sin poder evitar soltar quejidos de dolor ahogados por el cañón metálico cuando sus tobillos también empiezan a formar hilillos escarlata producidos por el nylon que comienzana a gotear en el suelo.
Siente un asco casi imposible de contener y disimular cuando la mano se cuela por dentro de sus braguitas y horonda en el interior de su sexo hasta entonces explorado solo por una persona, la persona por la cual se está dejando explorar por segunda vez aunque sea totalmente diferente y en absoluto gratificante.
Las risas de él cuando descubre su virginidad la aterorizan, pensando en la posibilidad de que... No quiere pensarlo pese a que le parezca evidente, ya que sabe que se lo merece si es con tal de que no le hagan daño a él. Y permanece en silencio aunque todo lo que le está diciendo penetre más allá de su mente, en su alma, y ya no solo sienta asco hacia ese hombre, sino hacia si misma.
Y a ese asco se le une nuevamente el dolor porque su zona íntima está tan seca como su boca, por la que, al no haber pistola que la silencie, ya no quedan ahogados los chillidos agónicos que comienza a dejar escapar sin quererlo cuando él reinicia los movimientos, llorando cada vez con más fuerza pero permaneciendo completamente inmóvil salvo por los temblores que asedian su cuerpo convirtiéndola de nuevo en un ratón timorato, en el cervatillo asustado que ha sido capturado por un cazador sin piedad.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
- Spoiler:
- Sus dedos horadan aún más, rebuscan en su interior, buscando provocar más dolor, más humillación y más lágrimas que cualquier otra cosa... Cada chillido de ella supone una nueva embestida, más potente que la anterior, sin borrar la sonrisa cada vez más hambrienta de su rostro, ahora maquiavélico:
- ¿ Qué pasa, no te gusta...?. Quiero que gimas, ¿ me oyes...?. Porque si no me lo cargaré, y te regalaré algo suyo lleno de sangre para que recuerdes de quién fue la culpa... Disfruta como la puta que eres, Epiphany...- Susurra con maldad, sin dejar demover sus dedos, que entran y salen del todo a la par que pellizcan alrededor con fuerza...
Tras un par de minutos se levanta, sacando la mano de allí. Su excitación es más que visible, y necesita descargarse, humillarla más aún... Pero también sabe que desvirgarla atraería problemas... Y no es algo que le tiente, ya que puede seguir aprovechándolo a su favor:
- No voy a follarte... No me gusta rebajarme a platos que otros han rechazado antes... Debes de ser muy mala en lo que sea que hayas llegado a hacer... Pero esto tiene que solucionarse, ¿ sabes?- Saca de nuevo la navaja y corta las cuerdas de sus brazos, palpando con suavidad la pistola que ha vuelto a enfundar. - Si intentas algo te dejo inconsciente... Y a tu amiguit me lo cargo. Y ahora...
Sin pudor alguno se desabrocha los pantalones y se baja la ropa interior, colocándose de nuevo de lado para que la cámara observe toda la escena:
- A ver que tal lo haces...- De un movimiento brusco la tma del brazo y con bastante fuerza la tira al suelo, cogiéndola instantáneamente del pelo y acercando su rostro a la entrepierna, dejándole claro que es lo que quiere.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
- Spoiler:
- La brutalidad con la que embiste con sus dedos su zona más íntima aumenta a cada chillido, a cada sollozo, a cada lágrima, que ella produce... Y con ello aumenta el dolor, volviéndose cada vez más insoportable, y el asco, sin saber cual de los dos es mayor en estos momentos ni si en el segundo caso lo siente en mayor grado hacia él o hacia ella misma... Pero tiene que aguantar.
Sus palabras le causan otro dolor, el dolor del alma, que se rasga en cada vez más jirones... Y comienza a creerse que realmente es una puta, que eso se lo merece, mientras pega respingos de dolor que hacen que las heridas de sus tobillos se vuelvan más profundas. Y lo que le pide... No puede negarse, porque la determinación de su amenaza le parece totalmente tajante. Y por eso, entre sollozos, entre gritos, y de forma tan pateticamente fingida que no suena creíble y solo resalta su humillación, comienza a intentar aparentar que gime, aunque los sonidos parezcan más bien quejidos doloridos que gemidos placenteros.
Los minutos que eso dura, con los ojos ya resentidos por las lágrimas que siguen manando como gotas de lluvia que expresan la tormenta que se desata en su interior rasgando lo más profundo de su ser, se le hacen interminables, tortuosos, agónicos... Pero resiste, finge gemir de forma nada creíble y totalmente humillante, permanece quieta al máximo pese a los temblores, y no dice nada.
Hasta que él se levanta, y, aunque deje de gritar, las lágrimas siguen delineando sus mejillas, porque sabe que es imposible que haya terminado, que ahora vendrá algo peor... Ni si quiera siente alivio cuando escucha que no va a tomarla, solo se da más asco a si misma por lo que dice después, dejando caer los brazos como pesos muertos cuando corta las cuerdas, notando como la sangre caliente ahora fluye con más libertad y sintiéndolos débiles, inútiles.
No hace falta que le diga que no intente nada, no piensa hacerlo porque sabe que poco puede hacer, y que le recuerde lo que puede pasarle a Edward solo la obliga a alejar cualquier posibilidad de huír por remota que sea de su mente torturada en la que ahora se ve a si misma como la culpable, porque sabe que tiene que protegerle.
Cae al suelo dolorida, pero no grita ni se queja pese a que la posición facilite también que el líquido escarlata que cubre en línea sus tobillos ahora los rodee del todo. Tampoco grita cuando la coge del pelo y, con los pantalones y la ropa interior bajadas, acerca su boca a su entrepierna. Sabe lo que quiere, algo que solo hizo una vez en situación distinta y, efectivamente, con aquel por quien ahora va a volver a hacerlo.
Lentamente, como si le costase un esfuerzo sobrehumano, que así es, entreabre sus labios temblorosos y, cerrando los ojos y obligándose a pensar en Edward y en lo que le debe, va introduciéndose el sexo de aquel lunático dentro de su boca, notando arcadas mucho más fuertes que las anteriores porque estas son acompañadas por las nauseas, pero sin apartarse ni sacárselo, simplemente haciendo lo poco que sabe de forma torpe y asustada, con las lágrimas como única compañía.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
- Spoiler:
- Ahoga un jadeo cuando ella acaba de hacerlo, dejando que empiece y que se mueva, aunque a los pocos segundos alza ambas cejas y baja la mirada sin vergüenza alguna:
- ¿ Pero esto qué coño es, tampoco sabes hacerla en condiciones? ¿ Para qué te he pagado entonces, eh, puta?- Ya no la llama por su nombre, decide llamarla de esa forma- Lo voy a tener que hacer todo yo...
Y de un par de movimientos coloca ambas manos en las sienes de ella y es él el que mueve sus caderas hacia delante y hacia atrás, y no de forma precisamente suave, son embestidas ráidas y continúas. Ahora sí disfruta y eso se nota en los jadeos y la intensidad de sus movimientos...
Hasta que tras un par de minutos le mantiene la cabeza apretada a la par que su cintura se echa del todo hacia delante y termina dentro, sin molestarse siquiera en salir, humillándola aún más...
Pero mantiene el agarre:
- Ni rastro- Es lo único que dice, aunque sabe que lo entenderá perfectamente.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
- Spoiler:
- Sigue llorando en silencio, porque obviamente pocos sonidos pueden salir ahora de su boca, cuando escucha lo que dice, sin hacer nada, sin moverse, sintiendo que el solo hecho de apoyarse sobre sus muñecas es similar a estar cortándoselas con cuchillos debido a que la sangre hace que se peguen al suelo por las heridas, igual que sus pies, mientras las ganas de vomitar son cada vez más fuertes.
La humillación es tal, que la repugnancia que siente por el acto y por él es mayor por ella... "Puta... puta... puta" esa palabra es la que se repite, autollamándose ella mentalmente así, llegando a pensar que, en efecto, por algo la pagan... ¿No le dio Eddy ropa, comida y alojamiento además de transporte? ¿Y qué había hecho ella con él? Lo mismo que con ese desconocido. Y en efecto, sin saber hacerlo, que seguramente por eso había salido huyendo esa mañana y...
Aparta esos pensamientos de su cabeza, centrándose simplemente en que DEBE hacer eso para que Edward no sufra por su culpa, sea como sea, y entonces siente las duras manos en su sien y las embestidas, como si la tomase por la boca. Y eso aumenta las nauseas, el asco, que se incrementan con los jadeos de él y conforme la intensidad de sus movimientos va en aumento, pero se obliga a resistir, a permanecer quieta y dejar que haga lo que quiera con ella, tal y como ha prometido que haría por Eddy.
Nota como termina en su boca, cosa que no había sucedido con él, claro que con él no fue humillante y ahora lo está siendo. Va a hacer ademán de zafarse pero, al escuchar sus palabras y notar como el agarre sigue ahí, simplemente horrorizada, obedece, dejando que la semilla del capo baje por su garganta como si se introdujese así en lo más profundo de su ser mancillándola y corrompiendo su alma cual líquido corrosivo. Y después de eso acata la petición, torpemente, limpiando lo que hace unos momentos ha practicamente violado su boca y ensuciado su alma.
Sin embargo eso es superior a ella, a su organismo, y las arcadas cada vez mayores amenazan con vencerla en lo que se libra del agarre y, ladeando la cabeza hacia otro punto que no sea ese ser demoniáco, se lleva ambas manitas cerradas en puños al rostro, vomitando sobre sus heridos brazos en convulsiones y, como no, en compañía de su llanto.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Una vez ha acabado, y ya cerciorado de que ella ha hecho lo que le ha ordenado, se echa hacia atrás y deja que vomite, con una mueca entre satisfacción y repulsión mezclada en su rostro. Está tentado a decirle que lama lo que ha ensuciado, pero ya lo hizo con Tara y no resultaría original, así que una vez acaba se sube de nuevo los pantalones y se los abrocha, tomándola después del brazo y volviéndola a sentar.
Coloca ambas manos sobre el respaldo de la silla y se inclina hacia ella, taladrándola con esa mirada oscura y casi antinatural, demente:
- Muy bien... Ahora ya sabes por qué no tienes que abrir la boca, ¿ verdad...?.- No espera respuesta en lo que se echa a un lado, bordea la silla y se coloca a su espalda, pasando ambos brazos por su cuello y rodeándola con estos, sin dejar de mirar a la cámara:
- Y para terminar... Vas a decirle a tu querido amigo lo zorrita que eres, y que no le eres conveniente... Que no se merece rebajarse al nivel de una furcia como tú- Susurra peligrosamente contra su oído, sonriendo de forma más abierta. Que se la merezca o no le importa más bien poco, pero el momento se acercaba y esto había sido un golpe de suerte a su favor...
Y pensaba aprovecharlo.
Coloca ambas manos sobre el respaldo de la silla y se inclina hacia ella, taladrándola con esa mirada oscura y casi antinatural, demente:
- Muy bien... Ahora ya sabes por qué no tienes que abrir la boca, ¿ verdad...?.- No espera respuesta en lo que se echa a un lado, bordea la silla y se coloca a su espalda, pasando ambos brazos por su cuello y rodeándola con estos, sin dejar de mirar a la cámara:
- Y para terminar... Vas a decirle a tu querido amigo lo zorrita que eres, y que no le eres conveniente... Que no se merece rebajarse al nivel de una furcia como tú- Susurra peligrosamente contra su oído, sonriendo de forma más abierta. Que se la merezca o no le importa más bien poco, pero el momento se acercaba y esto había sido un golpe de suerte a su favor...
Y pensaba aprovecharlo.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Sigue convulsionándose entre nuevas oleadas de vómito y lágrimas, sintiendo como el primero se mezcla con la sangre de sus heridas provocándole más dolor si cabe, dolor que en una de sus muñecas aumenta cuando la toma del brazo para sentarla de nuevo en la silla en la que despertó del sueño para entrar en la real pesadilla de la que sin embargo no cree que despierte jamás.
Ella no había pensado decir nada desde un principio, esto no ha cambiado ese hecho salvo porque ya no solo ha decidido pasar de los asuntos de su padre o piensa que le conviene no abrir la boca, sino porque ahora se suma que debe proteger a Edward, tiene un motivo más para no hablar y mucho más grande que los otros, pero ya los tenía antes... Únicamente que ahora sabe que esta tortuosa experiencia debe guardársela para ella sola, beber ese dolor del vaso sin compañía y en secreto, sola, como ha estado toda su vida hasta hace poco; sola, como sabe que debe volver a estar; sola, como la puta que es se merece vivir... Sola.
Ni se gira ni se mueve cuando el la rodea y pasa ambos brazos sobre su cuello, que tiembla como toda ella de esa forma tan asustadiza que recuerda a un atemorizado animalillo, a una niña pequeña en una tormenta... Solo que esta vez los rayos no caen fuera, sino que la dañan desde dentro, terminando con todo rastro de autoestima.
Una vez más obedece, aunque en esta ocasión no es solo por evitar que haga daño a Eddy, que es la razón principal, sino porque se cree las palabras de ese loco, se cree que realmente no se lo merece y que es todo lo que el hombre dice que es:
-Ed... Edward... Yo... Soy una zorra y... No te convengo -Su voz suena inexpresiva a la par que rota, quebrada, cuando alza su rostro hacia la cámara, surcado por las lágrimas, con la mirada perdida de una muñeca rota- No... No mereces rebajarte al... al nivel de... de una furcia como yo... -Gimotea, sintiendo como el dolor se extiende por su cuerpo y alma como un veneno de serpiente.
Ella no había pensado decir nada desde un principio, esto no ha cambiado ese hecho salvo porque ya no solo ha decidido pasar de los asuntos de su padre o piensa que le conviene no abrir la boca, sino porque ahora se suma que debe proteger a Edward, tiene un motivo más para no hablar y mucho más grande que los otros, pero ya los tenía antes... Únicamente que ahora sabe que esta tortuosa experiencia debe guardársela para ella sola, beber ese dolor del vaso sin compañía y en secreto, sola, como ha estado toda su vida hasta hace poco; sola, como sabe que debe volver a estar; sola, como la puta que es se merece vivir... Sola.
Ni se gira ni se mueve cuando el la rodea y pasa ambos brazos sobre su cuello, que tiembla como toda ella de esa forma tan asustadiza que recuerda a un atemorizado animalillo, a una niña pequeña en una tormenta... Solo que esta vez los rayos no caen fuera, sino que la dañan desde dentro, terminando con todo rastro de autoestima.
Una vez más obedece, aunque en esta ocasión no es solo por evitar que haga daño a Eddy, que es la razón principal, sino porque se cree las palabras de ese loco, se cree que realmente no se lo merece y que es todo lo que el hombre dice que es:
-Ed... Edward... Yo... Soy una zorra y... No te convengo -Su voz suena inexpresiva a la par que rota, quebrada, cuando alza su rostro hacia la cámara, surcado por las lágrimas, con la mirada perdida de una muñeca rota- No... No mereces rebajarte al... al nivel de... de una furcia como yo... -Gimotea, sintiendo como el dolor se extiende por su cuerpo y alma como un veneno de serpiente.
Epiphany J. Murray- Becada del St.Mary
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Eso es... La experiencia que está viviendo es sumamente satisfactoria, ahora sí que está teniendo una película real, la vida misma... Nota el dolor, la tristeza, el alma rota, en cada una de las palabras de ella.... Y sabe que esas emociones son la cerradura perfecta para que no abra la boca, esas y las amenazas hacia Edward...
Edward. Una sonrisa se esboza en su rostro, ahora sí indescifrable y que ella no verá... Se sume tan profundamente en sus pensamientos que EPiphany pierde toda la importancia. Se acerca a la bolsa de la esquina y saca una pequeña capucha negra. Se acerca a ella y se la coloca en la cabeza, cegándola por completo antes de acercarse a la cámara, apagarla, y después emitir un suave silbido.
Los dos hombres que vigilaban la puerta vuelven a entrar, ligeramente pálidos al haberla escuchado chillar... Pero está tan ensimismado que no se percata de nada, e incluso se muestra calmado:
- Dejadla en su casa, ya ha tenido suficiente... Hasta nunca, Epiphany... Espero que nunca me olvides- Susurra contra su oído, soltando otra risa entre dientes antes de que los dos hombres la arrastren hacia fuera.
Edward. Una sonrisa se esboza en su rostro, ahora sí indescifrable y que ella no verá... Se sume tan profundamente en sus pensamientos que EPiphany pierde toda la importancia. Se acerca a la bolsa de la esquina y saca una pequeña capucha negra. Se acerca a ella y se la coloca en la cabeza, cegándola por completo antes de acercarse a la cámara, apagarla, y después emitir un suave silbido.
Los dos hombres que vigilaban la puerta vuelven a entrar, ligeramente pálidos al haberla escuchado chillar... Pero está tan ensimismado que no se percata de nada, e incluso se muestra calmado:
- Dejadla en su casa, ya ha tenido suficiente... Hasta nunca, Epiphany... Espero que nunca me olvides- Susurra contra su oído, soltando otra risa entre dientes antes de que los dos hombres la arrastren hacia fuera.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
La música invade cada sala, cada pasilloy cada recoveco de la ostentosa mansión como si el sonido se colase entre los orificios de las paredes y viajase...
Y en la segunda planta, justo en la última habitación de la izquierda, un hombre se encuentra en su despacho vestido con una camisa negra de manga corta que deja visibles unos brazos bien formados y moldeados, fruto de tantos años de trabajo, al fin y al cabo no era lo que era lamiendo culos, si no tirándolos al río... Y para eso hacía falta algo más que maña.
En conjunto con la camiseta negra lleva unos pantalones de tela del mismo color, resaltando por tanto sus ya de por sí habituales zapatos blancos... y sus manos se mueven en el aire con suma energía, como si realmente dispusiese de una batuta y fuese él el que marca el ritmo de la melodía...
Uno de sus muchos medios de eentretenimiento, en lo que hace tiempo, a corta estancia para arreglar ciertos asuntos... Y a larga estancia para comenzar otros muy provechosos.
Una carcajada escapa de sus labios al pensar de ese modo, dando una vuelta sobre sí mismo y ensimismándose aún más en su particular orquesta.
Y en la segunda planta, justo en la última habitación de la izquierda, un hombre se encuentra en su despacho vestido con una camisa negra de manga corta que deja visibles unos brazos bien formados y moldeados, fruto de tantos años de trabajo, al fin y al cabo no era lo que era lamiendo culos, si no tirándolos al río... Y para eso hacía falta algo más que maña.
En conjunto con la camiseta negra lleva unos pantalones de tela del mismo color, resaltando por tanto sus ya de por sí habituales zapatos blancos... y sus manos se mueven en el aire con suma energía, como si realmente dispusiese de una batuta y fuese él el que marca el ritmo de la melodía...
Uno de sus muchos medios de eentretenimiento, en lo que hace tiempo, a corta estancia para arreglar ciertos asuntos... Y a larga estancia para comenzar otros muy provechosos.
Una carcajada escapa de sus labios al pensar de ese modo, dando una vuelta sobre sí mismo y ensimismándose aún más en su particular orquesta.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Un taconeo anuncia su ascenso por las escaleras cuando sus impolutos tacones de aguja negros la ayudan en un ascenso tan rápido que sorprende que lleve esa velocidad con semejante calzado. Va ataviada con un traje de chaqueta femenino, consistente en pantalones y americana negros con finas rayas blancas y una camisa de este último color. Y mientras camina por el pasillo, acompañada por el movimiento de sus caderas, va limándose las rojas uñas con gesto despreocupado y silbando la melodía de la pieza que suena.
Justo antes de llegar al despacho se guarda la lima en uno de los bolsillos de la cazadora y se repeina su cabello ya de por sí peinado y engominado hacia atrás, sonriendo como quien está a punto de asistir a un acto sumamente divertido, y es que para ella es así. Se examina la perfecta manicura una vez más y llama con dos golpes suaves de nudillos a la puerta, abriéndola cuando le es dado paso.
-Me ha llamado... -No lo pregunta, lo anuncia como a modo de saludo, no es tan tonta como para preguntar algo obvio: si está ahí, es porque le han pedido que esté ahí, esa es una norma primordial.
Justo antes de llegar al despacho se guarda la lima en uno de los bolsillos de la cazadora y se repeina su cabello ya de por sí peinado y engominado hacia atrás, sonriendo como quien está a punto de asistir a un acto sumamente divertido, y es que para ella es así. Se examina la perfecta manicura una vez más y llama con dos golpes suaves de nudillos a la puerta, abriéndola cuando le es dado paso.
-Me ha llamado... -No lo pregunta, lo anuncia como a modo de saludo, no es tan tonta como para preguntar algo obvio: si está ahí, es porque le han pedido que esté ahí, esa es una norma primordial.
Svetlana 'Lana' Yakovleva- Residente del Golden Hills
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Tarda varios segundos en responder una vez sus oídos captan los golpes contra la puerta, siguiendo con el movimiento enérgicod e sus manos como si fuese lo más importante del mundo, hasta que finalmente no puede retener más el momento y gira sobre sus talones, sabiendo de antemano quién es:
- Pasa...- Murmura, dejándose oír por encima de la música con esa sonrisita a caballo entre oscura, desquiciada y ciertamente malvada, sin burlar una especie de diversión que sólo él comprende- ¡Correcto!- Exclama de forma jovial ante la suposición de ella, era obvio y le gustaba que no preguntasen gilipolleces.
Se muerde las uás sin demasiada prisa en lo que pasea por su despacho, pasando de Svetlana olímpicamente durante varios segundos... Hasta que finalmente ya lo tiene todo planeado y sus ojos, ahora más brillantes, se fijan en los de ella, siempre con el aire taciturno y peligroso por el cual se ha granjeado el temor de sus hombres y, por lo tanto, el respeto:
- Puntual, como siempre... Ven, sígueme, Lana... ¿ Qué tal el último trabajo?- Comenta como si fuesen dos conocidos del curro, que algo así son, saliendo de su despacho y encaminándose al pasillo, parándose en la puerta con teclado de seguridad. Introduce los dñigitos con rapidez y entra dentro, dejando la puerta abierta para que pase...
Un hombre todavía sin rastro de golpes se encuentra en la silla, atado de pies y manos. SU mirada es ceñuda y agresiva, la típica de un animal acorralado... Patético. Tras la entrada de Lana uno de los dos hombres que custodian la puerta la cierra, dejando alos cinco dentro:
- Buenas tardes, Mike... Hace una tarde maravillosa, ¿ verdad?- Su particular bolsa ya preparada está en una esquina. Ha matizado la idea en el despacho, pero la base ya la tenía... Y Mike no parece dispuesto a mostrarse respetuoso, iluso...
- ¡Que te jodan, Camilleri, no eres más que un pedazo de mierda inmunda!- Exclama el hombre, notando, sintiendo, como el miedo se apodera de su pecho, aunque mentalmente lo controla... Lo han apresado de repente y no sabía por qué, y el único motivo por el que sospechaba...
No ignora lo más mínimo la sarta de insultos que le dedica, de hecho se le graban a fuego en la mente... Simplemente tararea y mueve sus pies como si bailase con una pareja invisible, acercándose a la bolsa y sacando una batuta de madera, ahora sí, real. Y una vez la tiene en mano lo mira con aire divertido:
- Qué boca más sucia... Siempre has sido problemático, pero eficiente... Hasta que te casaste con esa vaca gorda y fofa... ¿Clarissa, se llamaba?- Mike nunca le ha hablado de su vida, pero es una clara indirecta de que sabe mucho más que el nombre de su mujer- Ah, sí, y tu hijita pequeña... Fue una lástima que su verdadera madre muriese y te casases con otra hace poco...- Murmura con ironía, obviamente le da igual. Poco a poco va desvelando en lo que el rostro de Mike empalidece- Ahora debe tener unos... ¿ 13,14...?. Quién sabe, igual le haga una visita...
Y su estado de humor cambia repentinamente cuando se acerca a él y le asesta un golpe de revés con la mano libre, con unos ojos chispeantes y llenos de irracional ira:
- ¡ Y LA PUTA GORDA DE TU MUJER TE HA CONVENCIDO PARA ABANDONAR EL NEGOCIO! ¿O pensabas que no me enteraría, pequeño Mike... Pensabas jugármela, eh, es eso...?. Siento decirte que la única manera de dejar esto es con los pies por delante... No te preocupes, yo cuidaré de ellas... Y ahora, toquemos...
Vuelve de nuevo a tararear, acercándose a él de forma peligrosa yoscilando la varita e el aire hasta que se planta delante de la silla... y como se de un movimiento casual se tratase, aprovechando la punta afilada de su batuta, baja la mano en un arco vertical y rápido y se la clava en todo el dorso de la mano de Mike, provocando un pequeño gruñido de dolor... Cosa que le hace estallar en carcajadas, contrasta mucho su aguante y la palidez de su rostro... Curiosamente divertido:
- Ya sabía que no eras de los chillones... Pero acabarás suplicando, todos lo hacen... Y hoy tengo una compañera de juegos.- Comenta con diversión, dejando claro a quién se refiere.
- Pasa...- Murmura, dejándose oír por encima de la música con esa sonrisita a caballo entre oscura, desquiciada y ciertamente malvada, sin burlar una especie de diversión que sólo él comprende- ¡Correcto!- Exclama de forma jovial ante la suposición de ella, era obvio y le gustaba que no preguntasen gilipolleces.
Se muerde las uás sin demasiada prisa en lo que pasea por su despacho, pasando de Svetlana olímpicamente durante varios segundos... Hasta que finalmente ya lo tiene todo planeado y sus ojos, ahora más brillantes, se fijan en los de ella, siempre con el aire taciturno y peligroso por el cual se ha granjeado el temor de sus hombres y, por lo tanto, el respeto:
- Puntual, como siempre... Ven, sígueme, Lana... ¿ Qué tal el último trabajo?- Comenta como si fuesen dos conocidos del curro, que algo así son, saliendo de su despacho y encaminándose al pasillo, parándose en la puerta con teclado de seguridad. Introduce los dñigitos con rapidez y entra dentro, dejando la puerta abierta para que pase...
Un hombre todavía sin rastro de golpes se encuentra en la silla, atado de pies y manos. SU mirada es ceñuda y agresiva, la típica de un animal acorralado... Patético. Tras la entrada de Lana uno de los dos hombres que custodian la puerta la cierra, dejando alos cinco dentro:
- Buenas tardes, Mike... Hace una tarde maravillosa, ¿ verdad?- Su particular bolsa ya preparada está en una esquina. Ha matizado la idea en el despacho, pero la base ya la tenía... Y Mike no parece dispuesto a mostrarse respetuoso, iluso...
- ¡Que te jodan, Camilleri, no eres más que un pedazo de mierda inmunda!- Exclama el hombre, notando, sintiendo, como el miedo se apodera de su pecho, aunque mentalmente lo controla... Lo han apresado de repente y no sabía por qué, y el único motivo por el que sospechaba...
No ignora lo más mínimo la sarta de insultos que le dedica, de hecho se le graban a fuego en la mente... Simplemente tararea y mueve sus pies como si bailase con una pareja invisible, acercándose a la bolsa y sacando una batuta de madera, ahora sí, real. Y una vez la tiene en mano lo mira con aire divertido:
- Qué boca más sucia... Siempre has sido problemático, pero eficiente... Hasta que te casaste con esa vaca gorda y fofa... ¿Clarissa, se llamaba?- Mike nunca le ha hablado de su vida, pero es una clara indirecta de que sabe mucho más que el nombre de su mujer- Ah, sí, y tu hijita pequeña... Fue una lástima que su verdadera madre muriese y te casases con otra hace poco...- Murmura con ironía, obviamente le da igual. Poco a poco va desvelando en lo que el rostro de Mike empalidece- Ahora debe tener unos... ¿ 13,14...?. Quién sabe, igual le haga una visita...
Y su estado de humor cambia repentinamente cuando se acerca a él y le asesta un golpe de revés con la mano libre, con unos ojos chispeantes y llenos de irracional ira:
- ¡ Y LA PUTA GORDA DE TU MUJER TE HA CONVENCIDO PARA ABANDONAR EL NEGOCIO! ¿O pensabas que no me enteraría, pequeño Mike... Pensabas jugármela, eh, es eso...?. Siento decirte que la única manera de dejar esto es con los pies por delante... No te preocupes, yo cuidaré de ellas... Y ahora, toquemos...
Vuelve de nuevo a tararear, acercándose a él de forma peligrosa yoscilando la varita e el aire hasta que se planta delante de la silla... y como se de un movimiento casual se tratase, aprovechando la punta afilada de su batuta, baja la mano en un arco vertical y rápido y se la clava en todo el dorso de la mano de Mike, provocando un pequeño gruñido de dolor... Cosa que le hace estallar en carcajadas, contrasta mucho su aguante y la palidez de su rostro... Curiosamente divertido:
- Ya sabía que no eras de los chillones... Pero acabarás suplicando, todos lo hacen... Y hoy tengo una compañera de juegos.- Comenta con diversión, dejando claro a quién se refiere.
Capo Camilleri- Admin
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
No le molestan en absoluto los segundos que tarda en dirigirse a ella, ocupada en pensar en cualquiera sabe que, taconeando de forma casi inaudible el suelo con un pie al ritmo de la música hasta que, finalmente, se dirige a ella:
-Excitante, como no -Responde brevemente, siguiéndole por todo el pasillo hasta la habitación, mirando con algo de asco a uno de los hombres cuando este le mira la delantera descaradamente, y controlándose para no limarle los parpados de los ojos para que aprenda a no fijarlos en donde no debe.
Al entrar reconoce al hombre, como no, otro gusano... Sí, fiel a su mujer decía, por eso le había tirado los trastos, como todos... Se queda parada detrás de su jefe, esperando algun tipo de instrucción y escuchando lo que dice... Así que el gusano ese quería dejar el negocio porque su mujercita se lo había pedido... Patético. Igual que el hecho de que se haga el valiente insultando cuando en realidad parezca apunto de hacerse pipi en los pantalones.
No pierde detalle de todo lo que hace su jefe con él, dibujando en su rostro una sonrisa de excitación, como si estuviese viendo un streptease protagonizado por un fornido y atractivo hombre y no a un tío comenzando a ser torturado por otro. Y espera, hasta que oye como la apoda como compañera de juegos y sabe que su turno ha llegado...
-¿Sabe lo que harría yo con alguien que quierre huírr? -Pregunta como si lo estuviera pensando, acercándose a donde se encuentra atado Mike e ignorando la herida de la mano, agachándose delante de él y examinándole- Hacerr que no se encuentrre en condiciones de correrr lo suficientemente rrápido, jefe... -Responde tras unos segundos, en los que descalza al hombre ignorando todas las veces en las que la llama "zorra soviética" "puta" y "furcia" como si no fuese con ella- Así...
Se saca la lima metálica del bolsillo y, con todo su ahinco, hunde la parte más afilada en el talón de él, empujando con fuerza hasta que sale por el otro lado, atravesándole. Pero, ignorando cualquier grito, la saca igual de rápido para repetir el proceso con el otro pie:
-Ahorra difícilmente podrrás irr a ninguna parrte... Una lástima, me habrría encantado rrecibirr una postal... -Su voz grave y fría tiene cierto matiz erótico, como si aquello le resultase atractivo.
-Excitante, como no -Responde brevemente, siguiéndole por todo el pasillo hasta la habitación, mirando con algo de asco a uno de los hombres cuando este le mira la delantera descaradamente, y controlándose para no limarle los parpados de los ojos para que aprenda a no fijarlos en donde no debe.
Al entrar reconoce al hombre, como no, otro gusano... Sí, fiel a su mujer decía, por eso le había tirado los trastos, como todos... Se queda parada detrás de su jefe, esperando algun tipo de instrucción y escuchando lo que dice... Así que el gusano ese quería dejar el negocio porque su mujercita se lo había pedido... Patético. Igual que el hecho de que se haga el valiente insultando cuando en realidad parezca apunto de hacerse pipi en los pantalones.
No pierde detalle de todo lo que hace su jefe con él, dibujando en su rostro una sonrisa de excitación, como si estuviese viendo un streptease protagonizado por un fornido y atractivo hombre y no a un tío comenzando a ser torturado por otro. Y espera, hasta que oye como la apoda como compañera de juegos y sabe que su turno ha llegado...
-¿Sabe lo que harría yo con alguien que quierre huírr? -Pregunta como si lo estuviera pensando, acercándose a donde se encuentra atado Mike e ignorando la herida de la mano, agachándose delante de él y examinándole- Hacerr que no se encuentrre en condiciones de correrr lo suficientemente rrápido, jefe... -Responde tras unos segundos, en los que descalza al hombre ignorando todas las veces en las que la llama "zorra soviética" "puta" y "furcia" como si no fuese con ella- Así...
Se saca la lima metálica del bolsillo y, con todo su ahinco, hunde la parte más afilada en el talón de él, empujando con fuerza hasta que sale por el otro lado, atravesándole. Pero, ignorando cualquier grito, la saca igual de rápido para repetir el proceso con el otro pie:
-Ahorra difícilmente podrrás irr a ninguna parrte... Una lástima, me habrría encantado rrecibirr una postal... -Su voz grave y fría tiene cierto matiz erótico, como si aquello le resultase atractivo.
Svetlana 'Lana' Yakovleva- Residente del Golden Hills
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Lana no es la única a la que la situación le resulta extraña en comparación con las personas normales, a él simplemente le resulta divertidisímo... Y al mismo tiempo eran lecciones bastante prácticas a sus hombres sobre lo que no debían hacer bajo ningún concepto...
No en vano en cada ocasión eran dos personas distintas las que custodiaban la puerta. Esboza una sonrisita, esquivando por centímetros el escupitajo dirigido a su camisa y arrancándole sin miramiento alguno la batuta, con violencia y desgarrando algo más. Una ligera gota de sudor cae por el rostro de Mike cuando Svetlana parece aventurarse, y él simplemente se apara un poco y mantiene la sonrilla capaz de desquiciar al más paciente, observándolo todo como si de un espectador que fuese al cine se tratase:
- ¿ Cómo?- Pregunta con un matiz venenosamente inocente y mordaz, asintiendo a su sugerencia y contemplando lo que hace... Ocurrente, sin duda, y tampoco le pasa desapercibido el tono de voz de ella... Curioso, muy curioso- Pobre Mike... ¿ Llamamos a tu mujer para que venga a curarte...? Aunque creo que a estas alturas ya estarán dos de tus amigos yendo a tu casa...
Es mentira, pero lo dice de una forma y con una mirada que es casi imposible desvelar la verdad... Y es que el dolor psicológico es un buen paso, combinar ambas formas terminaba por resultar más divertido aún... Cuantas más calidad de escena, mejor película...
Y esta vez el escupitajo sí que le acierta en toda la camisa. Se lo queda mirando estupefacto, y por un momento se olvida de todo, dejando caer la batuta y asestándole continuos puñetazos en la cara sin molestarse en quitarse los diferentes sellos que lleva. Sólo se detiene cuando casi lo deja inconsciente con la nariz rota y el labio totalmente partido, no sin antes escupirle en plena cara:
- Tsk... Podría escaparse, Lana... ¿ Qué más harias?- Pregunta en un tono de inocente alumno curioso, dándole más morbo a una situaicón que, intuye, para ella ya es bastante.
No en vano en cada ocasión eran dos personas distintas las que custodiaban la puerta. Esboza una sonrisita, esquivando por centímetros el escupitajo dirigido a su camisa y arrancándole sin miramiento alguno la batuta, con violencia y desgarrando algo más. Una ligera gota de sudor cae por el rostro de Mike cuando Svetlana parece aventurarse, y él simplemente se apara un poco y mantiene la sonrilla capaz de desquiciar al más paciente, observándolo todo como si de un espectador que fuese al cine se tratase:
- ¿ Cómo?- Pregunta con un matiz venenosamente inocente y mordaz, asintiendo a su sugerencia y contemplando lo que hace... Ocurrente, sin duda, y tampoco le pasa desapercibido el tono de voz de ella... Curioso, muy curioso- Pobre Mike... ¿ Llamamos a tu mujer para que venga a curarte...? Aunque creo que a estas alturas ya estarán dos de tus amigos yendo a tu casa...
Es mentira, pero lo dice de una forma y con una mirada que es casi imposible desvelar la verdad... Y es que el dolor psicológico es un buen paso, combinar ambas formas terminaba por resultar más divertido aún... Cuantas más calidad de escena, mejor película...
Y esta vez el escupitajo sí que le acierta en toda la camisa. Se lo queda mirando estupefacto, y por un momento se olvida de todo, dejando caer la batuta y asestándole continuos puñetazos en la cara sin molestarse en quitarse los diferentes sellos que lleva. Sólo se detiene cuando casi lo deja inconsciente con la nariz rota y el labio totalmente partido, no sin antes escupirle en plena cara:
- Tsk... Podría escaparse, Lana... ¿ Qué más harias?- Pregunta en un tono de inocente alumno curioso, dándole más morbo a una situaicón que, intuye, para ella ya es bastante.
Capo Camilleri- Admin
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Fecha de inscripción : 09/07/2009
Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
No puede evitar dejar escapar una risita ante la sugerencia que hace su jefe a Mike de que llamen a su mujer, para ella es un chiste divertidísimo, y no le importa en absoluto el daño que pueda estar haciéndole al desertor un comentario como ese, al contrario, disfruta viendo como el miedo crece en sus ojos, como lo disimula escupiendo y maldiciendo, de forma patética, como una gota de sudor baña su frente mientras ella le taladra con sus ojos invernales... Todo, para ella, es morboso y entretenido, y sabe que solo es el principio.
Sonríe haciéndose a un lado cuando, tras haber recibido el gapo en su camisa, Camilleri se lanza a pegarle puñetazos al hombre, sonriendo cada vez de forma más abierta, tan maravillada como lo estaría alguien que presencia un artístico espectáculo, mesándose el repeinado cabello más hacia atrás en lo que contempla la paliza que recibe Mike en toda la cara.
Se agacha, para sacar la lima del otro talón y llevarsela a los labios, limpiándola de sangre con la lengua en un gesto totalmente lascivo, antes de girarse hacia su jefe y atender. Excitada, se muerde el labio inferior sin que eso afecte al carmín rojo que tiñe sus labios en absoluto, antes de volver a fingir quedarse pensativa durante unos segundos para, acto seguido, de espaldas a Mike, guardarse la lima en el escote y guiñarle un ojo a Camilleri:
-Tendrré que darrle un motivo suculento para que se quede... -Responde, girándose hacia el hombre- Mike... Mike... Mike... -Murmura, acariciándole con una delicadeza obviamente fingida y, por tanto, peligrosa, el rostro, limpiando la sangre con los dedos- Es una pena que llegues a esto sin que te haya dejado verrme las tetas de una vez -Comenta con falsa pena- Sí, me he fijado siemprre en como intentabas verr lo poco que la ropa te perrmitía... -Se encoge de hombros, pasando una pierna por cada rodilla de Mike aunque sin llegar a sentarse sobre él- Quédate y... Le pondrremos solución a eso... -Dice, llevándose una mano a la chaqueta americana como si realmente fuese a desabrocharsela y enseñárselo todo- Perro quierro que las mirres sonrriendo... ¿Entiendes?
Antes de que el hombre pueda reaccionar se ha sacado del escote la lima y la ha dirigido hacia su rostro, metiéndosela en la boca para cortar desde la comisura del labio hacia la izquierda, rajándole así la mejilla a la altura de la oreja, y repitiendo con la comisura derecha el proceso, haciéndole la llamada sonrisa del payaso.
-Mucho mejorr -Añade, poniéndose en pie de un salto que la echa para atrás- ¿Sigues teniendo ganas de irrte, Mike? -Pregunta divertida- Yo dirría por tu sonrriente exprresión que no... -Sonríe cínicamente- Serría desagrradecido porr tu parrte que me abandonases después de que te haya hecho sonrreírr de orreja a orreja... -Se gira hacia Camilleri- ¿No crree usted que serría desagrradecido porr parrte de Mike, jefe?
Sonríe haciéndose a un lado cuando, tras haber recibido el gapo en su camisa, Camilleri se lanza a pegarle puñetazos al hombre, sonriendo cada vez de forma más abierta, tan maravillada como lo estaría alguien que presencia un artístico espectáculo, mesándose el repeinado cabello más hacia atrás en lo que contempla la paliza que recibe Mike en toda la cara.
Se agacha, para sacar la lima del otro talón y llevarsela a los labios, limpiándola de sangre con la lengua en un gesto totalmente lascivo, antes de girarse hacia su jefe y atender. Excitada, se muerde el labio inferior sin que eso afecte al carmín rojo que tiñe sus labios en absoluto, antes de volver a fingir quedarse pensativa durante unos segundos para, acto seguido, de espaldas a Mike, guardarse la lima en el escote y guiñarle un ojo a Camilleri:
-Tendrré que darrle un motivo suculento para que se quede... -Responde, girándose hacia el hombre- Mike... Mike... Mike... -Murmura, acariciándole con una delicadeza obviamente fingida y, por tanto, peligrosa, el rostro, limpiando la sangre con los dedos- Es una pena que llegues a esto sin que te haya dejado verrme las tetas de una vez -Comenta con falsa pena- Sí, me he fijado siemprre en como intentabas verr lo poco que la ropa te perrmitía... -Se encoge de hombros, pasando una pierna por cada rodilla de Mike aunque sin llegar a sentarse sobre él- Quédate y... Le pondrremos solución a eso... -Dice, llevándose una mano a la chaqueta americana como si realmente fuese a desabrocharsela y enseñárselo todo- Perro quierro que las mirres sonrriendo... ¿Entiendes?
Antes de que el hombre pueda reaccionar se ha sacado del escote la lima y la ha dirigido hacia su rostro, metiéndosela en la boca para cortar desde la comisura del labio hacia la izquierda, rajándole así la mejilla a la altura de la oreja, y repitiendo con la comisura derecha el proceso, haciéndole la llamada sonrisa del payaso.
-Mucho mejorr -Añade, poniéndose en pie de un salto que la echa para atrás- ¿Sigues teniendo ganas de irrte, Mike? -Pregunta divertida- Yo dirría por tu sonrriente exprresión que no... -Sonríe cínicamente- Serría desagrradecido porr tu parrte que me abandonases después de que te haya hecho sonrreírr de orreja a orreja... -Se gira hacia Camilleri- ¿No crree usted que serría desagrradecido porr parrte de Mike, jefe?
Svetlana 'Lana' Yakovleva- Residente del Golden Hills
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Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Su sonrisa se ensancha de forma gradual al ver lo que Lana va haciendo. Desde un inicio sabe que no se las va a enseñar, pero el muy estúpido llega hasta créerselo y mirar dónde las tiene... Tiene ganas de soltar una carcajada, pero se contiene y espera al final del espectáculo, el clímax particular de esa escena que él ve de una forma maravillosa y privilegiada...
Los chillidos de dolor de Mike mueren ahogados por la música en lo que ella le realiza esa peculiar sonrisa con la lima, pensando él mismo en como se le pueden dar tantos usos a un objeto en apariencia pequeño e inofensivo..
Curioso, tremendamente curioso, sí...:
- ¡Bravo, bravo!- Exclama de repente, aplaudiento unas pocas veces ante los rostros pálidos de sus hombres, que los miran como si estuviesen locos... Cuando en realidad es que simplemente no lo entienden, la necesidad de hacer sufrir, el sentirte superior, mandar sobre otras vidas, sobre otras personas...
Esa sensación es tan indescriptible y placentera a la vez... Pero capta las miradas y ladea el rostro de forma muy lenta, acariciando ahora la culata de la Desert Eagle que lleva en el pecho:
- ¿Pasa algo, chico...?- Susurra con voz melosa, ampliando repentinamente la sonrisa- ¡Ya sé, quereis vérselas también, es eso!- Aventura, a lo que los hombres, al ver lo que Lana acaba de hacer, niegan repetidas veces con la cabeza en lo que él la mira. Verdaderamente es una lástima que sea una simple subordinada, porque se le ocurrirían muchas cosas que hacer con ella...
La lástima es que sería darle tal vez demasiados privilegios, y profundizar algo implica conocer... Y conocer puede implicar traicionar. Sería una lástima tener que matarla dada sus habilidades... Se centra en lo que está haciendo, sin dejar de mirarla y de nuevo con el ápice de sonrisa dibujada en sus finos labios:
- No te preocupes, Lana... Yo cuidaré de ti. Vosotros, cogedle de la cabeza y mantenedle los ojos abiertos- Les indica a sus hombres ahora mirando a Mike un par de segundos, antes de recoger la batuta del suelo y acercarse de nuevo a la bolsa, aunque alza la mirada para mirar a Lana con diversión:
- ¿ Lima o batuta?- Pregunta sin decir nada más, guardando el misterio hasta el final como en una verdadera película de suspense.
Los chillidos de dolor de Mike mueren ahogados por la música en lo que ella le realiza esa peculiar sonrisa con la lima, pensando él mismo en como se le pueden dar tantos usos a un objeto en apariencia pequeño e inofensivo..
Curioso, tremendamente curioso, sí...:
- ¡Bravo, bravo!- Exclama de repente, aplaudiento unas pocas veces ante los rostros pálidos de sus hombres, que los miran como si estuviesen locos... Cuando en realidad es que simplemente no lo entienden, la necesidad de hacer sufrir, el sentirte superior, mandar sobre otras vidas, sobre otras personas...
Esa sensación es tan indescriptible y placentera a la vez... Pero capta las miradas y ladea el rostro de forma muy lenta, acariciando ahora la culata de la Desert Eagle que lleva en el pecho:
- ¿Pasa algo, chico...?- Susurra con voz melosa, ampliando repentinamente la sonrisa- ¡Ya sé, quereis vérselas también, es eso!- Aventura, a lo que los hombres, al ver lo que Lana acaba de hacer, niegan repetidas veces con la cabeza en lo que él la mira. Verdaderamente es una lástima que sea una simple subordinada, porque se le ocurrirían muchas cosas que hacer con ella...
La lástima es que sería darle tal vez demasiados privilegios, y profundizar algo implica conocer... Y conocer puede implicar traicionar. Sería una lástima tener que matarla dada sus habilidades... Se centra en lo que está haciendo, sin dejar de mirarla y de nuevo con el ápice de sonrisa dibujada en sus finos labios:
- No te preocupes, Lana... Yo cuidaré de ti. Vosotros, cogedle de la cabeza y mantenedle los ojos abiertos- Les indica a sus hombres ahora mirando a Mike un par de segundos, antes de recoger la batuta del suelo y acercarse de nuevo a la bolsa, aunque alza la mirada para mirar a Lana con diversión:
- ¿ Lima o batuta?- Pregunta sin decir nada más, guardando el misterio hasta el final como en una verdadera película de suspense.
Capo Camilleri- Admin
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Fecha de inscripción : 09/07/2009
Re: Riverdoe Avenue 33, Mansión Camilleri
Hace una dramatizada reverencia ante los aplausos, clavando después sus ojos en los acojonados hombres empalidecidos por el mido... Tsk, si una simple sonrisa del pasayo hecha con una lima les asustaba, ¿qué cara pondrían si le daba por arrancar muelas y uñas con unas pinzas de depilar? Sería gracioso verlo, pero no se ha traído las pinzas, por desgracia... Una verdadera lástima, ya que para silenciar a desertores dejarles sin molares suele ser una eficaz solución.
Ríe entre dientes cuando escucha lo que su jefe dice, ya que en realidad no se aleja de la verdad: dos de esos ya lo intentaron con ella una vez, lo que tiene ser la única mujer metida en ese berenjenal. Arquea una ceja para si misma cuando dice que cuidará de ella, asintiendo divertida:
-Muy amable porr su parrte, jefe -Responde, pasándose la lengua por los labios, aunque el carmín rojo que los tiñe permanece intacto.
Le devuelve la mirada con sus ojos de hielo, fríos y calculadores, haciendo como que medita unos segundos la respuesta:
-Yo no marrginarría a ninguno de los dos utensilios, porrque... -No llega a decir por qué, ya que de repente, cuando le sujetan a Mike la cabeza, este empieza a suplicar:
-Por favor... Yo no iba a decir nada... Solo quería empezar una nueva vida con mi familia lejos... -Apenas se le entiende porque, conforme habla, borbotones de sangre manan de sus dos comisuras abiertas provocando que gimotee y balbucee... Seguramente cada palabra suponga un inhumano dolor- Queríamos olvidar, nadie iba a hablar... Se lo juro...
Lana se queda unos segundos mirando al hombre, con una ceja enarcada, escuchándole... Y él la mira suplicante, como si creyese que el hecho de que le atienda quiera decir que va a apiadarse...
Nada más lejos de la realidad cuando, sin poderse contener, rompe a reirse a carcajada pura, como si le acabasen de contar el mejor chiste del mundo o estuviese asistiendo a la representación de una increíble comedia. Y ríe sin parar, llevándose una mano al pecho y secándose un par de lágrimas que se le saltan de tanta risa de los ojos.
-Ay... Lo siento... Lo siento jefe... -Se disculpa sin parar aun de reír- Es que... Es que... ¡Es tan grracioso! -Señala a Mike como si señalase a un mono de feria que acaba de hacer una ingeniosa cabriola- ¡Porr favorr... Yo no iba a decirr nada... Solo querría...! -Le imita dándole un tono patético a sus súplicas, entre carcajadas- ...empezarr una nueva vida con mi familia...! -Se ríe de nuevo solo de imitarle- Es una pena que el mundo se quede sin un humorrista tan sensacional... -Ironiza burlándose cruelmente de las súplicas del hombre, negando con la cabeza mientras ríe.
-Aunque en realidad es un humorrista poco orriginal -Añade mirando a Camilleri de nuevo una vez ha logrado dejar de reírse- Tooodos dicen lo mismo: No iba a hablarr, solo quería protegerr a mi familia, si me dejan vivir no dirré nada... Bla, bla bla -Pone los ojos en blanco- ¡Aburrís con lo mismo de siemprre! -Le grita a Mike, pisoteándole un pie justo cerca del talón sangrante, y hundiendo el tacón de aguja con todas sus fuerzas- Cobarrdes... -Escupe con desprecio, mirando de nuevo a su jefe- ¿Porr dónde ibamos? -Mira la batuta- Ah sí... Decía que es más eficaz usarr dos instrrumentos sin duda más alarrgados que la minúscula cosita que tenga Mike entrre las pierrnas en vez de uno... A mi parrecerr, clarro, usted decide...
Ríe entre dientes cuando escucha lo que su jefe dice, ya que en realidad no se aleja de la verdad: dos de esos ya lo intentaron con ella una vez, lo que tiene ser la única mujer metida en ese berenjenal. Arquea una ceja para si misma cuando dice que cuidará de ella, asintiendo divertida:
-Muy amable porr su parrte, jefe -Responde, pasándose la lengua por los labios, aunque el carmín rojo que los tiñe permanece intacto.
Le devuelve la mirada con sus ojos de hielo, fríos y calculadores, haciendo como que medita unos segundos la respuesta:
-Yo no marrginarría a ninguno de los dos utensilios, porrque... -No llega a decir por qué, ya que de repente, cuando le sujetan a Mike la cabeza, este empieza a suplicar:
-Por favor... Yo no iba a decir nada... Solo quería empezar una nueva vida con mi familia lejos... -Apenas se le entiende porque, conforme habla, borbotones de sangre manan de sus dos comisuras abiertas provocando que gimotee y balbucee... Seguramente cada palabra suponga un inhumano dolor- Queríamos olvidar, nadie iba a hablar... Se lo juro...
Lana se queda unos segundos mirando al hombre, con una ceja enarcada, escuchándole... Y él la mira suplicante, como si creyese que el hecho de que le atienda quiera decir que va a apiadarse...
Nada más lejos de la realidad cuando, sin poderse contener, rompe a reirse a carcajada pura, como si le acabasen de contar el mejor chiste del mundo o estuviese asistiendo a la representación de una increíble comedia. Y ríe sin parar, llevándose una mano al pecho y secándose un par de lágrimas que se le saltan de tanta risa de los ojos.
-Ay... Lo siento... Lo siento jefe... -Se disculpa sin parar aun de reír- Es que... Es que... ¡Es tan grracioso! -Señala a Mike como si señalase a un mono de feria que acaba de hacer una ingeniosa cabriola- ¡Porr favorr... Yo no iba a decirr nada... Solo querría...! -Le imita dándole un tono patético a sus súplicas, entre carcajadas- ...empezarr una nueva vida con mi familia...! -Se ríe de nuevo solo de imitarle- Es una pena que el mundo se quede sin un humorrista tan sensacional... -Ironiza burlándose cruelmente de las súplicas del hombre, negando con la cabeza mientras ríe.
-Aunque en realidad es un humorrista poco orriginal -Añade mirando a Camilleri de nuevo una vez ha logrado dejar de reírse- Tooodos dicen lo mismo: No iba a hablarr, solo quería protegerr a mi familia, si me dejan vivir no dirré nada... Bla, bla bla -Pone los ojos en blanco- ¡Aburrís con lo mismo de siemprre! -Le grita a Mike, pisoteándole un pie justo cerca del talón sangrante, y hundiendo el tacón de aguja con todas sus fuerzas- Cobarrdes... -Escupe con desprecio, mirando de nuevo a su jefe- ¿Porr dónde ibamos? -Mira la batuta- Ah sí... Decía que es más eficaz usarr dos instrrumentos sin duda más alarrgados que la minúscula cosita que tenga Mike entrre las pierrnas en vez de uno... A mi parrecerr, clarro, usted decide...
Svetlana 'Lana' Yakovleva- Residente del Golden Hills
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