Re: Golden Gardens

**Dafnée Moreau** Vie Ago 21, 2009 7:19 pm

Esquivar la marabunta de ricachones no es precisamente fácil, pero merece la pena el riesgo con tal de llegar a ese paraíso de vida encerrado en mares de plástico y frivolidad. Y además, no se puede negar que el sigilo es una de sus virtudes y la noche el mejor terreno para deslizarse como una sombra. Por suerte, a esa hora apenas se cruza con nadie, que sin duda la hubiese detenido al percatarse de su peculiar atuendo de muñeca circense.

Y una curiosa mezcla de colores, sin duda; el corsé que lleva, en esencia beige, parece haber sido tapizado y confeccionado con retales. Bajo ella, una camisa negra de corte victoriano y amplias mangas con encajes contrastan con su perlado tono de piel. Pantalones cortos también negros, medias de rejilla y botas militares completan su atuendo, además de una negra gargantilla cuyo cascabel tintinea de cuando en cuando como advirtiendo de la presencia de un gato callejero.

A medida que se pierde en la frondosidad del bosque va recuperando su enigmática sonrisa, inclinándose para atravesar ramas y caminos angostos, los más peligrosos y poco frecuentados, tal vez, con la mata de asalvajado pelo rojo cayendo por la espalda y hombros. Últimamente lo llevaba siempre suelto; al menos, hasta que las marcas rojas grabadas sin elección en su cuello se desvanezcan del todo. Se detiene cuando localiza una figura femenina recostada contra un árbol, y tras un instante de silencio sonríe de forma amigable. Sin decir nada aún, se acerca a una roca cercana, se deja caer en el suelo y se descalza las botas, para arquear sinuosa la espalda y cruzar los brazos sobre la roca. Con la barbilla apoyado en ellos, parece sumamente distraída observando algo: una mariposa nocturna, que agita suavemente las alas antes de batirlas y desaparecer en la oscuridad. Ella sonríe divertida, casi pícara.

- Oh, vaya - susurra dirigiéndose a Tara, aunque sus ojos siguen pendidos en la distante mariposa - Una elección curiosa...

**Tara Mayfair** Vie Ago 21, 2009 7:35 pm

Se despereza y se libra de los cascos del Mp3, ella es quien en esos momentos parece una mariposa. Ya no viste como una muñeca rota si no como una eterea criatura de cuento, lleva una blusa blanca y suelta, con encaje en el pecho. LLeva vaqueros y unas desgastadas botas de aspecto militar.

No puede evitar juguetear nerviosa con la pulsera de su muñeca teniendo siempre pendiente los vinculos que la unen a ellos. Dibuja una sonrisa para saludar a la gata callejera que relajo su alma en la teteria.

-Incluso aqui, donde la corrupción toma la forma de jaulas de oro se puede encontrar un rincon donde charlar con los duendes y las hadas del bosque.-le dice a la joven.-¿que tal estas?

Se incorpora y acaba sentandose con las piernas cruzadas a lo indio, observandola con expresión curiosa.

**Dafnée Moreau** Vie Ago 21, 2009 7:48 pm

Aun cuando la mariposa ha desaparecido del todo entre los árboles, su mirada vaga perdida por las copas que se mecen al compás de un suave viento. A juzgar por su mirada profunda casi parece escuchar cosas, susurros, cánticos que solo su mente es capaz de descifrar, o se esfuerza en intentarlo. Su mera presencia se torna silenciosa como nunca, arqueando la espalda para enderezarse un poco sobre la roca sin descruzar los brazos de la misma.

- Ah... - por fin parece procesar las palabras de Tara y, cabizbaja, dibuja una suave sonrisa acrecentando el halo melancólico. La observa después a ella durante largo rato, meditando una respuesta al parecer. Siempre da la sensación de que esas pupilas ven lo hermoso donde nadie puede verlo y lo oculto donde supuestamente no hay nada más - Hum... jaulas de oro y grilletes de hojalata... esto ya es una jaula en sí misma - susurra con tono arruyante, señalando al cielo y a los árboles con el índice y sesgando la sonrisa con un leve tinte de ironía - Tanta belleza nos esclaviza... - ante su sencilla pregunta su rostro se ensombrece, de forma tan sutil que puede pasar por producto de la oscuridad nocturna, pero su inamovible sonrisa insondable sigue ahí - Podría ofrecer muchas respuestas distintas, pero... supongo que me conformaré con decir que estoy bien - suaviza la expresión con su dulzura innata. A su aguda visión no se le ha escapado la forma en la que juguetea con la pulsera - Y por lo que veo, tú también.

**Aidan Livermoore** Vie Ago 21, 2009 8:10 pm

*No es fácil acostumbrarse a situaciones nuevas, distintas, que no se asemejan en nada a lo vivido anteriormente. Y es aun mas difícil cuando existe un elemento disuasorio que pretende que tu existencia siga siendo la misma de siempre, sin cambios. Puede que la novedad sea emocionante, pero después, cuando las primeras ilusiones se sedimentan, empiezan los remordimientos.

Yo no me arrepiento del trato hecho con Tara y con Gabriel, no, no creo que pudiera considerar eso nunca como un error. Pero me preocupan las palabras de Leirbag, amenazantes con su dulce mirada esquizofrénica sonriéndome y anunciándome que cualquier amenaza proferida era siempre, por norma, cumplida. Pero yo no quiero que ni busque ni encuentre al que es mi….”amo” publico, no quiero que ni se acerque. No es solo una cuestión de temor irracional, hay mucha reflexión en ese aspecto….muchas veces me he planteado yo el escapar. Pero después, he podido darme cuenta de que tal cosa no es posible. Demasiados contactos, demasiados amigos importantes….

Al menos, en la oscuridad del parque nada puede atacarme. Las sombras siempre han sido sinónimo de peligro, pero para mi, lo son las luces de neón, los locales iluminados y llenos de gente de miradas vacías o malévolas. Para mi la oscuridad solo se trata de la simple ausencia de luz, pacifica, tranquila, y sin nada ni nadie que pueda estorbar esa calma.

No es noche de luna, pero gracias a las pequeñas luces del camino y alguna que otra iluminación lejana, distinto la figura de mujer en una roca, en una postura que si no podría considerarse habitual, si parece cómoda, relajada. Y por el leve murmullo de sus labios, parece que este hablando. Bueno, por lo general, una escena cotidiana como esta no debería llamar mi atención, salvo porque….esa figura femenina es fácilmente reconocible. No hay muchas violinistas como ella.

Estoy tentado de acercarme a ella, y sin embargo solo me quedo quieto en el camino. Nunca he tenido precisamente extroversión, e iniciar una conversación con un saludo no es tampoco mi fuerte. Y sin embargo, la falta de valor desaparece levemente cuando me parece distinguir otra figura en la oscuridad.

Sin decir nada, pero pensando que poder decir a modo de saludo, me acerco a las dos figuras, esperando que la oscuridad no me haya jugado una mala pasada y no las haya confundido*

**Tara Mayfair** Vie Ago 21, 2009 8:40 pm

-A ves para ser libres debemos ser esclavos.-le dice a la joven.-Parece una contradición pero a veces algunas cadenas son las que liberan al alma del hastio de la cotideanidad y de la rutina.

Ella es muy consciente de las cadenas que comparte ahora, que la atan y a la vez la protegen y por eso se siente feliz, con ellos se siente protegida y querida, algo preciado y digno de se cuidado. Si ella pudiese sentir lo que llaman amor tal vez fuera parecido a lo que siente al pensar en ellos.

Cada rojez de su espalda, cada caricia delicada despues nublan su mente no pudiendo apartar de su mente los momentos que pasa con ellos. Casi le parece sentir la presencia de Aidan cerca... Y al alzar la vista sus ojos ojos se encuentran con una figura demasiado conocida y a la que ya estaba empezando a extrañar.

En esos momentos no piensa, solo siente. Y la alegria la lleva a cometer el error del impulso. Se levanta de un salto y antes de que él pueda reaccionar ella ya se ha levantado y ha corrido para de un salto colgarse de su cuello y atrapar sus labios en una intensa caricia, tierna como siempre que esta a solas con él.

Termina el beso con un suave mordisco en sus labios y se deja caer al suelo. Es entonces cuando vuelve a recordar que no estan solos y se queda blanca por tomar consciencia del error.

-Yo...-Se le quedan las palabras atascadas en la garganta, no cree que decir lo siento arregle nada.

**Dafnée Moreau** Vie Ago 21, 2009 8:59 pm

Son raras las veces en las que en vez de hacer pensar, la hacen pensar. Aunque en qué, no queda en absoluto claro. Lo único que hace es entornar los ambiguos ojos pardos y recostar lánguida la cabeza sobre los brazos, como si viese algo invisible, algo anclado en el pasado, algo solo suyo.

- Y otras cadenas, en cambio, pueden destrozarte - acompaña ese último susurro extendiendo un brazo, y haciendo ademán de arrancar algo. Y curiosamente, parece tiritar levemente al hacerlo. Acerca los dedos a los labios, frotándolos, como si saborease eso que acaba de arrancar, y pronto dibuja una sonrisa casi infantil y cierra los ojos, como adormecida - Será así, sin embargo... es el precio a pagar de ser humano. No puedes huír de ellas y a veces no lo deseas...

Permanece en silencio disfrutando de los sonidos nocturnos de la naturaleza, hasta que, tardía, escucha nuevos pasos y entreabre los ojos para mirar de soslayo la figura recién llegada. Se endereza y le observa largamente, en una mirada intensa de reconocimiento, y solo lo que su rostro refleja susurra sin voz un saludo. No se mueve ni hace nada cuando Tara se lanza a los brazos de Aidan, aunque sucede algo extraño cuando los ve unirse en aquel apasionado abrazo: se queda como una niña fascinada por la escena, en parte temerosa e insegura, con una chispa que prende un instante sus pupilas al rememorar algo desconocido. No tarda en recuperar el gesto contemplativo, sin embargo, acariciándose distraída los rojos mechones que caen sobre uno de sus hombros. En realidad, lo que tantea son las marcas que se esfuerza en ocultar.

- Vaya... - susurra con una sonrisa dulce, mirando primero a Aidan - Parece que la Bella ha roto la maldición de la Bestia - mira a Tara sin corresponder a su mirada de terror. Ella no ha presenciado nada malo. Con lentitud grácil se incorpora sobre la roca y suspira, mostrando de nuevo su aire algo travieso - Y si ellos desean estar a solas no tendré inconveniente en marcharme... no quisiera importunar.

**Aidan Livermoore** Vie Ago 21, 2009 9:18 pm

*Mis pasos crujen sobre la hierba bien cortada cuando me acerco a ellas, reconociendo la figura de Tara cada vez con más detalles, mejor impresa en mi memoria que la de la virtuosa violinista, a la cual solo he visto una vez. A pesar de ello consigo estar convencido de no haberme equivocado al pensar que eran ellas y una leve sonrisa involuntaria curva hacia arriba los extremos de mis labios.

No puedo evitar oír su conversación, y al oír la palabra “cadena”, la pulsera de mi mano se vuelve extrañamente pesada, pero más para recordar su existencia que para cargarme con ella, y mi sonrisa se acentúa de nuevo levemente.

Lo que no esperaba, por supuesto, aunque debería, es la reacción efusiva de Tara al verme. Durante unos segundos, unos demasiado breves segundos, ni la timidez, ni el que Dafnee nos este observando, ni el apasionamiento de Tara me importan y le correspondo al beso con la misma urgente necesidad que ella demuestra, pero entonces la realidad vuelve a mi cabeza, mientras siento el leve mordisco en mis labios.

Aún estoy demasiado sorprendido como para cohibirme, sorprenderme, que me de un ataque o sonreírle y darle un beso de contestación, aunque al parecer ella este tan chocada como yo por su súbita reacción.

Miro a Dafnee, parpadeando varias veces, obligándome a mi mismo a dejarme de tonterías puesto que es absurdo tomarse un saludo efusivo como algo molesto, y mas si se trata de Tara. Pero si creyese en el destino, pensaría que ahora mismo el juega en mi contra absolutamente, porque antes de que pueda hacer o decir nada, antes de que pueda coger la pequeña y suave mano de la chica o acercarme a la violinista y contestarle que la bestia aún tiene una posibilidad de salvación, suena mi móvil.

Nadie, salvo UNA persona, puede llamarme. Y se, de antemano, quien es. Y además, lo peor de todo, es que se para que me llama. Pronto el timbre deja de sonar, pero el sabe que yo he recibido el mensaje.

La frustración es un sentimiento poderoso, más intenso a veces que la propia rabia, y mucho más duradero. Y ahora mismo, me siento demasiado frustrado como para poder realizar ninguna de las reacciones que pensaba y suponía hacer. Me aparto de Tara unos pasos, sin dejar que ella me toque o que mi mano roce la suya, asqueado conmigo mismo, con el teléfono, con mi condenado y autoproclamado amo y con mi suerte. No debería haberme acercado a ellas, no….aunque sea solo por el timbre de un teléfono, el ha estado demasiado cerca de ellas, demasiado cerca de Tara, y detesto esa idea. Que absurdo por mi parte pensar que mis cadenas solo eran las que estaban representadas en mi muñeca*

-No hace falta que marches….Ya…ya me voy yo……

*Nunca he sabito tener un tono frío, pero seguramente, esto es lo mas similar que nunca consiga. Miro a Tara de reojo, sin querer mirarla directamente, con una expresión de frustración y asqueo por toda mi situación, por no poder pensar en ella sin pensar también en mis cadenas*

-…Yo…yo me tengo que ir. No puedo quedarme, ni…*miro a Tara directamente, pero solo unos segundos*…ni estar contigo

*Mis pasos vuelven a crujir sobre la hierba mientras me alejo de allí, cogiendo el teléfono móvil y marcando el numero que hace poco tiempo me ha llamado, esperando pacientemente a que responda mientras desaparezco entre la oscuridad, alejándome de ellas*

**Tara Mayfair** Vie Ago 21, 2009 11:40 pm

Siente como toda la magia del momento se rompe, al ver su reacción inicial siente que no se avergüenza de ella, que no desea ocultar lo que siente ante los ojos de Dafne y eso hace que ella se sienta bien.

Reconoce el tono de llama y suelta hacia él una mirada suplicante, pidiendole que no lo coja de forma silenciosa. Pero lo hace y se marcha, enfrentandose de nuevo el solo a ese demonio.

Cuando sabe que el esta lo suficientemente lejos como para no oirla suelta un grito de rabía y golpea con fuerza un arbol dandole un puñetazo en el que se despelleja toda la mano. Despues se apoya contra el arbol y se deja caer en el suelo, abrazandose a las rodillas.

-No he roto maldición alguna.-le dice a Dafne.-, solo recojo sus restos cuando el deja que lo haga, lamo sus heridas en intento curarlas, pero es algo que cae en saco roto por sus miedos a romper las cadenas.-le dice a la chica.-Hay una cadena que le ahoga pero es la que mantiene a flote su mundo o eso cree él, pero en realidad solo mantiene a flote la mascara que le vende al mundo.

Ya ha visto las heridas que pueden hacerle esos contactos, esos cabrones a los que le conduce como un ternero al matadero quien deberia cuidarle y tratarle como lo mas sagrado. Aprieta los puños conteniendo la rabía. Y aunque su etica no lo permita se olvida de ella y maldice en silencio a aquel ser que solo conoce como él librero, en esos momentos desea que toda la ira destructiva de la gran Sekhmet se cebe con él y sus amigos.

Si por lo menos pudiese encontrar a Leirbag tendría a quien acudir, a quien contarselo, pero esta desaparecido, evaporado en la niebla. Durante unos segundos se siente tentada de arrancarse la pulsera y abofetearlo en cuando lo viera por haberla dejado sola, porque ahora ella se sentía culpable por no haber salido corriendo tras Aidan.

Sus ojos se empañan vidriosos.

**Dafnée Moreau** Sáb Ago 22, 2009 12:11 am

Quizá fuese por intuición, pero cuando suena aquel teléfono algo en el ambiente hace que se detenga, con esos movimientos mezcla de extraña sabiduría y gestos aniñados que vuelven su edad indefinida. Alterna los observadores ojos de uno a otro aunque, cuando queda claro que la conversación no es de su incumbencia, se levanta y con movimientos fluídos y sigilosos se desliza descalza por el terreno. Es como si nada, ni las palabras de Aidan, ni la obvia desesperación de Tara, la afectasen en lo más mínimo, como si fuese una dama de hielo... No. Lo cierto es que le afecta más de lo que jamás le afectará a un ser humano normal. Lo cierto es que sabe que, si deja caer del todo aquella coraza invisible para mezclar las emociones ajenas con las suyas propias, algo ocurriría. Y ese algo basta para aterrarla, aunque ese sentimiento no sea palpable a simple vista.

Acaba arrodillada tras la maleza, semioculta por las ramas bajas de un árbol, que aferra con las dos manos mientras apoya los labios en los nudillos. Solo se vislumbran de ella esos ojos oceánicos, que parpadean con un leve asentimiento cuando Aidan se dirige a ella para marcharse. Pese a que escucha el grito de Tara no se inmuta, sino que parece fundirse con el terreno. No... en realidad, sigue con los ojos fijos en el lugar por el que ha desaparecido Aidan. Vaya, tenía que recordárselo... ¿para qué sirven los vínculos? Si quieres oír cómo tu alma se desgarra con un chirrido... pruébalo. Y nunca desvíes la mirada...

Sus labios dibujan una sonrisa que casi podría considerarse cínica... cruel y tortuosa... pero ninguno de esos sentimientos van dirigidos a Tara o Aidan. Para ellos solo hay empatía y tristeza profunda, y su expresión se dulcifica al mirar a los ojos a Tara. Se desliza hasta ella y se deja caer a su lado, con las manos entrelazadas sobre el regazo y la cabeza ladeada para observarla mejor. Acerca las manos a su rostro y le limpia las lágrimas rebeldes con los pulgares. Ahora no hay nada inquietante en sus gestos, sino simplemente inocencia y ternura.

- El destino es caprichoso, quién sabe por qué... - susurra - ...pero ha querido que te encuentres con él, ahora y en este preciso instante. Bueno, tal vez... quiera que luches.

No dice nada más, aunque dibuje una medio sonrisa irónica, quizá algo amarga, que desaparece enseguida. Si algo la caracteriza es su don para ser una oyente, simplemente escuchar, invitar a que otras personas hablen si así se sienten mejor.

**Tara Mayfair** Sáb Ago 22, 2009 1:21 am

En esos momentos actua por instinto, guiada por todas esas emociones que se empeña en decir que es incapaz de sentir hasta el punto en que es capaz de creerse su propia mentira. Tal vez lo hace porque si el mundo la considera insensible consiga sobrevivir un poco mas en el duro día a día.

Pero las lagrimas que limpia Dafne delatan todo el torrente caudaloso y desbordado que en realidad siente.

-No lo entiendo.-solloza.-No lo entiendo... No se porque no se revela, le manda a la mierda y obtiene su libertad.... Que mas da ese maldito trabajo, hay otros mejores... Pero no merece la pena tanto dolor por eso...

Su mente solo puede recordar las heridas con las que llego a su casa en brazos de Leirbag, cada una de las heridas que tuvo que curar y lo que vino despues... El significaba mucho para ella, mas de lo que habían significado cualquier otro chico que se hubiera cruzado antes en su vida. Por él y por Leirbag había empezado a ser simplemente ella, no a interpretar un papel.

Y lo que mas miedo le daba era que un día recibiera heridas que no se pudiesen curar...

Al final recobra la compostura y se da cuenta que esta hablando demasiado ¿Y si Dafne fuera una enviada del librero?

-Creo que estoy hablando demasiado....

Dice apartandose de ella.

**Dafnée Moreau** Sáb Ago 22, 2009 3:03 am

No dice nada, no hace nada, simplemente deja que se desahogue sentada a su lado como un fantasma brotado de la nocturnidad del bosque. La mira con intensa tristeza y clara comprensión, sin juzgar, y sin embargo viendo algo más bello que los pedazos rotos de aquella mariposa, cuyo cabello acaricia con ternura en un reflejo natural en ella. Su presencia en sí misma resulta reconfortante y al mismo tiempo irreal, como si tan solo fuese un consuelo efímero que acabará desvaneciéndose en la bruma.

Otra sombría sonrisa se adivina en sus labios al escuchar sus palabras, y durante un breve instante parece perderse ella misma en un mar onírico plagado de vivencias, otras, que solo ella conoce. Quizá suyas propias, quizá forjadas por su imaginación.

- Tú le das fuerza - susurra - pero me pregunto si para quebrar la maldición no debe buscar la fuerza en sí mismo, y no en otros... - de nuevo parece una niña demasiado sabia. Demasiado, sin que quede claro qué experiencias han alimentado esa sabiduría... desvía la vista de nuevo al lugar por el que ha desaparecido Aidan y entorna los ojos - A veces, para obtener la libertad es necesario navegar por un mar de miedo e incertidumbre - guarda silencio y, con una sonrisa más dulce, aprieta su mano para darle calor - No le niegues esa experiencia...

No puede evitar un resquicio de sorpresa cuando ella se aleja, parpadeando varias veces y habiendo notado en parte su desconfianza. Ese sencillo y sutil gesto hace que el velo etéreo se transparente un poco para dejar ver al ser humano terrenal bajo él; demasiado frágil y sensitivo, tal vez herido por razones misteriosas, como para permitirse mostrarse a la luz más tiempo del necesario. Melancólica y enigmática, pero en absoluto ofendida, se ovilla un poco junto al árbol, entrelaza los dedos sobre las rodillas y entierra los labios en ellos. No deja de mirarla como un gato en la oscuridad.

- Tal vez debas ser paciente... permanecer a su lado, aunque eso pueda suponer un sacrificio demasiado alto... - no se ve, pero esboza una sonrisa triste y algo ausente mientras se encoje de hombros. Su voz, sin embargo, suena jovial y divertida: - De todos modos mis consejos tampoco importan mucho... solo soy un hada solitaria que desaparecerá al amanecer.

**Tara Mayfair** Dom Ago 23, 2009 9:26 pm

-Yo puedo resistir, permanecer su lado como una sombra invisible y curar sus heridas, pero siempre habra lanzas de las que no podamos librarnos. Para esta sociedad hipocrita él y yo ni siquiera deberiamos estar juntos, clases distintas, edades distintas, posiciones distintas...-deja escapar un suspiro.-Si alguno de esos estirados psicopatas que dirigen el instituo se enterara de lo nuestro lo despedirian sin contemplaciones... No debí acercarme a él en esa fiesta no he hecho mas que complicarle la vida...

Saca nerviosa un cigarrillo y se lo lleva a los labios enciendiendolo tras varios intentos. Parece que el humo cargado de alquitran y nicotina consigue templar un poco los nervios. Deja escapar un largo suspiro mientras expulsa el aire.

No es muy dificil adivinar a la velocidad a la que funciona en esos instantes su mente y sus pensamientos. En esos momentos es conciente de las debilidadess que tiene el paraiso que creia haber encontrado y lo fragil que llega a ser en realidad.

La cadena de ahora que la mantiene atada a la jaula la ahoga sin piedad.

**Dafnée Moreau** Lun Ago 24, 2009 12:24 am

Siempre en segundo plano, con aquella habilidad especial para no ser más que un espectro silencioso cuya existencia nadie puede constatar del todo... así se mece, abrazándose las rodillas y ladeando la cabeza con aire aniñado. Sus ojos contrastan mucho con esa apariencia delicada, siendo ahora más intensos y profundos que nunca, perdidos en el cesped como si removiera en sus propios recuerdos.

Porque algunas, muchas de las palabras que Tara dice, en realidad resultan como estocadas envenenadas para su alma. Claro que eso, a simple vista, no lo parece, excepto por el velo sombrío que vuelve su rostro dulce una estampa inquietante.

El aroma del tabaco llega a su nariz y sonríe de forma muy leve. Con gestos despreocupados y perezosos se echa hacia atrás, anclando una mano en el cesped y tanteando con la otra los bolsillos traseros de su pantalón. También saca un cigarrillo, pero antes de acercarlo a sus labios lo sostiene con dos finos dedos y lo alza a la altura de sus ojos, que entrecierra. Una sonrisa sesgada, un tanto irónica, se dibuja en sus labios.

- Dicen que los poetas malditos se intoxican a base de absenta y tabaco... - susurra. Ahora su voz, aunque todavía un arruyo tranquilizador, es totalmente insondable y mistérica - Quién sabe, puede que yo siga el mismo camino... aunque quizá lo haga para vivir, y no para morir... -se encoge de hombros y se lo lleva a los labios, como ella, ahora sonriendo dulce y cándidamente mientras mueve de un lado a otro las rodillas. Parece una vieja muñeca olvidada en un longevo bosque, durante siglos - Qué más da... ¿tienes fuego? - le da un par de toquecitos con el índice y, súbitamente, su mirada se vuelve anciana al observarla - Todos aquellos que te rodean... siluetas de nombre invisible que van de aquí para allá viviendo sus vidas... podrían ser monstruos. Demonios al acecho, disfrazados y dispuestos a saltar sobre ti, para cortar tu vínculo con lo único que te importa en el mundo - guarda silencio, sin parpadear. Ahora da la sensación de estar alerta, aunque no se mueve un ápice - ...no dejes que lo hagan... - deja caer la cabeza en el tronco del árbol, con un parsimonioso gesto y casi cerrando los ojos del todo - Lucha... o te arrepentirás.

**Tara Mayfair** Mar Ago 25, 2009 2:26 pm

-A veces no podemos ganar todas nuestras batallas.

Es su unica respuesta antes de darle fuego y ponerse en pie. Se esta haciendo tarde y su abuela se preocupara si no la descubre en la cama si entra en su habitación.

-Supongo que nos veremos en otra ocasión, esclava de los sueños...

Comienza a caminar hacia las afueras del parque perdiendose entre los arboles.

**Giulia B. Lagomazzini** Dom Ago 30, 2009 6:42 pm

Así que esto es Golden Garden... Estas son las primeras palabras que vienen a mi mente tras cruzar la puerta que da acceso al parque y tras haber estado caminando por la ciudad como una loca todo el día. La verdad es que la ciudad no está nada mal. No tiene nada que ver con Roma, pero es un sitio decentemente habitable. Mientras voy dirigiendo mis pasos al interior del bello parque muchas preguntas inundan mi cabeza. ¿Cómo sería la gente de aquí? Tras pasar por diversos colegio había visto de todo y esperaba que en este hubiera buen ambiente. Decido un hacer un alto en el camino para reponer fuerzas por lo que me siento en un banco y me dispongo a contemplar la vegetación del lugar.

**Epiphany J. Murray** Jue Sep 24, 2009 5:49 pm

Jersey de cuello de barco blanco, falda de tablas negra, medias blancas y botas de piel de ante negras, todo bien conjuntado aunque sin pinta de ser para nada caro, componen su atuendo. Todo, más la boina negra afrancesada que yace a sus pies, en la que alguna que otra moneda reluce en su interior, depositadas por los transeuntes que en su paseo, se detienen a observar lo que ofrece a cambio de la voluntad: música.

Tiene que estar subida de pie en un banco para poderse hacer notar debido a su altura, y aún así sostiene la guitarra cuyas cuerdas parece que acaricie cuando toca con total firmeza, mientras su corto cabello azabache se alborota con el viento y sus grandes ojos azules permanecen entrecerrados, concentrada en hacer sonar con el instrumento una melodía a la que su aguda voz aniñada acompaña cantando.

**Edward Carnby** Jue Sep 24, 2009 5:57 pm

El simple hecho de llevar la contraria a unas normas autoimpuestas en este tipo de zonas ya le resulta casi más gratificante que el paseo en sí...

Y eso es lo que hace, pasear por el parque aunque con la mirada fija en diversos chicos y chicas, no es que tenga muchas ganas de comerciar o negociar, pero algo de bronca... Aparta esos pensamientos de la cabeza, últimamente andaba bastante vago y el poco esfuerzo que le ponía algo se iba en lo que estaba preparando para el fin de semana que venía...

Es en ese momento cuando escucha una música no muy lejana, y no se hubiese interesado demasiado si no hubiese sido por la voz de la que iba acompañada. Entorna los ojos en lo que se acerca al sonido hasta divisar a la cantante.. Reconociéndola al instante, y es que el azul de sus ojos es tan reconocible como el de él mismo.

Hunde las manos en los bolsillos de sus vaqueros caídos y se mete entre algunas personas que miraban ,pensando si darle algo o no, hasta quedar justo enfrente de ella. No se corta en mirarla fijamente con un amago de sonrisa, señalándose con un dedo la camiseta de rejilla que él lleva ahora, como indicándole que debería llevarla puesta...

Y después se acerca y le deja unos cuantos billetes en la boina.

**Epiphany J. Murray** Jue Sep 24, 2009 6:09 pm

Sigue cantando y tocando, poniéndole todo el enfasis a esta tarea, viendo debajo de ella los diferentes pies de gente parada escuchando alrededor, sin animarse a echar más de alguna moneda de calderilla pero mirando al fin y al cabo, y justo cuando la canción llega a su punto álgido alza la mirada y distingue al chico que la clava en ella.

No hace ningun gesto ni se detiene en su tarea, sencillamente finaliza la canción y da las gracias a los que han echado algo, aunque cuando ve el fajo de billetes que él deposita tiene que parpadear varias veces, incrédula, antes de reír ante el gesto de la camiseta que capta enseguida:

-No veo que tú lleves mi corsé -Se limita a responder en tono tranquilo, antes de bajar del banco de unm salto y guardarse los billetes en la bota, dejando visibles en la boina solo las monedas- Cuanto menos vean que tengo, más me darán -Murmura para si misma, golpeando al chico con la guitarra sin querer cerca de una zona vital para el hombre debido a la diferencia de altura entre ambos.

**Edward Carnby** Jue Sep 24, 2009 6:16 pm

Espera a que la canción acabe y, sin importarle lo más mínimo, aplaude y silba como si estuviese en un mismo concierto. Ha captado el gesto de sorpresa de ella cuando le ha tendido aquel dinero, pero con los ingresos de Daf tenía si lo necesitaba.. Y ese era sólo suyo. Ante su comentario niega con la cabeza y se encoge de hombros:

- No es lo mismo... Además, se me da mal atarme cosas a la espalda- Comenta con diversión, le quedaría más que bien la camiseta que le dio, pero para gustos colores. La observa recoger el dinero y está a punto de darle la razón ante su suposición cuando recibe un golpe en todas sus partes.

Ahoga un gruñido antes de caer de rodillas, llevándose las manos a la zona y resoplando para ver si se le pasa el dolor, que aunque no sea mucho ya se sabe que en esa zona jode bastante.

**Epiphany J. Murray** Jue Sep 24, 2009 6:22 pm

-Sí, bueno, supongo que eres de los que tienen más técnica desatándolas -Comenta como si nada a lo que ha dicho, mientras mira el reloj que lleva en la muñeca sin darse cuenta aún del golpe y, al ver la hora, decide que por hoy ya es bastante, por lo que se agacha a recoger las monededas, guardándoselas y colocándose la boina en la cabeza, ajustándola para que quede ladeada.

Es entonces, agachada, cuando ve que Eddy está en el suelo y entonces se percata al ver donde está su guitarra (cerca de donde está el chico, en el suelo también) de lo sucedido:
-¡Oh, lo siento, lo siento, de verdad! -Se disculpa en un amable tono de perfecta culpabilidad que bien podría ser sincero, bien podría ser simplemente impuesto, imposible saberlo- ¿Te he hecho daño? -Le aparta tan campantemente las manos de ahí y se agacha a observar, de forma que de lejos cualquiera diría que está haciendo otra cosa, claro que ella no parece ser consciente de ello, y de serlo, no parece que le afecte lo más mínimo...

**Edward Carnby** Jue Sep 24, 2009 6:32 pm

Escucha todo lo que le dice cuando aún está resoplando en el suelo, pero se encuentra demasiado ocupado comprobando qe todo está en su sitio como para contestarla. Por un momento piensa que lo ha hecho aposta, ay que al parecer lo ignora, aunque finalmente se decanta por la opción de que es sin querer...

Pese a que le cuesta dudarlo por el tono de voz de ella cuando se disculpa. Y el dolor se borra súbitamente, sustituido por sorpresa, cuando le aparta las manos y se pone a mirar, otando como algunas miradas se clavan en ellos con murmullos como "desvergonzads" o "salvajes" que le importan más bien poco...

Ya recuperado y con ella aún mirando, se las ingenia para que un muy sutil rubor tiña sus mejillas, más bien a propósito que natural:

- Oye... Pero aquí no...- Comenta en un susurro confidencial, estando a punto de reír a mitad de frase- Un poquito sí me has hecho sí.. Y la verdad es que no he desatado muchos corsés, pero supongo que todo es práctica- Continúa hablando en voz baja pero sin apartarla, ya lo hará solita

**Epiphany J. Murray** Jue Sep 24, 2009 6:41 pm

Finge como que se da cuenta de algo y mira a la gente sorprendida, como si realmente se escandalizase y avergonzase de su propio comportamiento, hecho que dramatiza tapándose con ambos puños el rostro, dejando solo los ojos al descubierto, y apartándose lo justo y necesario para mirarle fijamente, azul con azul. Tras unos segundos, deja caer finalmente los puños y esboza una sonrisa divertida:

-Tienes razón, esté no es el lugar indicado para enseñarte a desabrochar corsés -Se saca un rotulador negro del bolsillo y apunta hacia la palma de su propia mano, como apunto de anotar algo- ¿Dónde has dicho que vivías? -Pregunta, mientras sujeta la tapa con los dientes- Y dime también que horarios te vienen bien... -Añade, sin apartar la mirada.

Obviamente ella está total y absolutamente de coña, para ella todo es un juego, pero su tono de voz, tan pausado y despreocupado como siempre, no deja claro que así sea, cualquiera podría tomárselo en serio, y es que su tendencia a ocultar cualquier rasgo profundo de su personalidad hace que nunca quede nada claro.

**Edward Carnby** Jue Sep 24, 2009 6:51 pm

No sabría decir exactamente si de verdad se encuentra avergonzada o no, y esa dificultad en leer unos ojos tan azules como los propios es lo que le intriga. Finalmente desiste, aunque como a él no le da demasiada vergüenza pasa del tema de que la gente siga mirando pese a que ya se ha separado.

Escucha lo que dice y observa lo que hace, alzando una ceja en señal de escepticismo, ahora sí que le está tomando el pelo por mucho que su tono de voz no varíe. En ese aspecto eran bastante distintos, él siempre modulaba su tono de voz y sus expresiiones dando la impresión que quería dar o que sentía en ese momento..

Era como un libro abierto, aunque tampoco dejaba que la gente indagase más allá de lo que se ganaba... Pese a todo le sigue la broma, acercándose a ella y tomándole el rotulador con una mano y su mano con la libre:

- Veamos...- Se coloca a su lado, como si realmente estuviese pensando- Creo que martes y jueves, un par de horas... Aprendería rápido- Y ahora sí que apunta algo, su dirección, pero va añadida de un día, domingo, y una hora, las 22- Podemos empezar con la introducción ese día... Monto una fiesta de disfraces, por si te quieres pasar- La invita, dejando después su número de móvil a la altura de la muñeca con una media sonrisa y volviendo a mirarla, pero sin soltarla- De mientras... Estaba dando un paseo, si ya has terminado... No se nada de ti desde el espectáculo del bar.

**Epiphany J. Murray** Jue Sep 24, 2009 7:12 pm

Amplia su sonrisa cuando él finge pensárselo, dejando que apunte y guardándose el boli acto seguido:
-Así que una fiesta de disfraces, ¿eh? -Se queda pensativa unos segundos- Suena bien, allí estaré -Dice, aunque igual solo sea por quedar bien- ¿Hay alguna temática? Debo adaptar el corsé al tipo de disfraz... -Dice en tono técnico, como una profesora catedrática a un alumno de tesis o algo así.

Escucha lo siguiente mientras enfuda la guitarra y se la cuelga al hombro:
-Nadie suele saber de mí casi nunca, ¿por qué deberías ser tú una excepción? -Pregunta en un tono tan cordial que resta la bordería que puede parecer lo que ha dicho, pero es que era verdad, ella no tenía amigos, nunca, jamás, nadie llegaba a saber de ella- Y sí, he terminado pronto gracias a tu generosa aportación, y siempre que termino paseo... Así que si quieres... -Se pone de pie y se encoge de hombros, dejando que él decida.

**Edward Carnby** Jue Sep 24, 2009 7:19 pm

Tras iniciar la conversación se acostumbra a no intnetar descifrar o entender nada por su tono de voz y captar únicamente las palabras, aunque tampoco resultaba nada fácil hacerlo enfadar o que se molestase. Sonrie ante su respuesta de que acudirá, meditando su pregunta y agitando la cabeza:

- No, no hay ninguna en especial... Con tal de que vayas disfrazada, no me vale que vayas en chandal y digas "soy deportista", ¿eh?- Deja que se levante y se coloca a su lado, y como si fuesen una pareja de ancianitos le pasa el brazo por el suyo, empezando a andar por el camino sin darse cuenta de que, como no, llama la atención. Ante su pregunta tiene una repsuesta muy simple:

- ¿ Y por qué no debería serlo?- Pregunta ahora él con una media sonrisa y una mirada de soslayo.

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